Javier Vázquez Delgado recomienda: U.C.C. Dolores #3. Cristal Rojo, de Didier y Lyse Tarquin

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Edición original: U.C.C. Dolores #3. Cristal rouge FR (Glènat, 2021)
Edición nacional/España: U.C.C. Dolores #3. Cristal Rojo (Yermo Ediciones, 2021)
Guion: Didier Tarquin, Lyse Tarquin
Dibujo: Didier Tarquin
Color: Lyse Tarquin
Traducción: Carles Miralles
Formato: Cartoné. 64 páginas. 16,00€

El final de un viaje y el principio de otro

“Soy Mony, capitana de la U.C.C. Dolores, y partir de ahora solo seguiré un sendero… ¡el mío!”

La tercera entrega de la serie U.C.C. Dolores realizada por el matrimonio Tarquin y editada por Yermo Ediciones nos presenta Cristal Rojo, el último capítulo del primer ciclo que nos trae, por fin, respuestas a los misterios que rodeaban al viaje de Mony y Kash al confín del espacio conocido.

En las reseñas que dedicamos a los dos primeros álbumes de la serie, aquí y aquí , hicimos un repaso de sus puntos fuertes y de sus flaquezas. La acción desenfrenada y el ritmo frenético eran sus principales virtudes frente a un avance lento de la trama y unos personajes arquetípicos como sus principales defectos. En esta tercera entrega se puede afirmar que se mantiene lo primero y lo segundo se corrige en buena medida con las esperadas respuestas a los misterios planteados desde el primer álbum

El viaje de Mony y Kash a bordo de la U.C.C. Dolores prosigue inalterable sin que ellos puedan hacer nada. La herida de Kash amenaza con acabar con su vida y Mony sigue cuestionándose su origen i el motivo de todo lo que le ha sucedido. Por fin llegan al planeta Terminus Oportunidad Final, el último lugar habitado en el final del universo conocido. Allí encontrarán respuestas a las preguntas que les atormentan pero también graves peligros. Además, la Reina Madre de los Nuevos Pioneros les pisa los talones en pos de una fuente de energía que la convertirían en la dueña del universo, el mítico Cristal Rojo.

Didier y Lyse Tarquin ponen la directa a la hora de cerrar las tramas de este primer ciclo y desde las primeras páginas empiezan a dar respuestas sobre el origen de Mony y el papel de McMonroe en todo ello. Es toda una declaración de intenciones que se repite más adelante con otra secuencia donde queda perfectamente explicado el papel de la protagonista en esta epopeya galáctica. Son dos secuencias muy expositivas, un recurso fácil para dar respuesta y dejarlo todo bien claro, pero que sirven para dejar sitio en el resto del álbum al principal atractivo de la obra: la acción.

Este capítulo final de ciclo ofrece todas las respuestas esperadas y también un verdadero festín de acción y momentos impactantes que superan con creces todo lo visto en capítulos anteriores. Hay peleas contra saqueadores espaciales, caballeros espada en ristre luchando contra robots y batallas de naves espaciales multitudinarias. Todo ello reflejado con buenas dosis de hemoglobina y vísceras. Un cóctel desenfrenada que copará las expectativas de los fans de la serie.

Con todo este frenesí aun hay tiempo de dar algo de desarrollo a los personajes y completar su desarrollo de forma más o menos satisfactoria. Lo mismo pasa con los villanos, todos ellos terribles y, en un caso concreto, realmente espeluznantes, que cumplen su función aunque podrían haber dado un poco más de sí.

Visualmente Didier Tarquin vuelve a demostrar su gran talento para representar la acción y su buena mano para el diseño de personajes y escenarios. En este sentido destaca la apariencia del villano final, realmente terrorífico y amenazador. El coloreado de Lyse Tarquin es una vez más un excelente complemento al arte de su marido.

Este tercer álbum cierra con buena nota un primer ciclo de desarrollo un tanto irregular, y sienta las bases para futuras aventuras, con nuevos personajes y escenarios. Didier y Lyse Tarquin nos han ofrecido una nueva space opera, sin grandes pretensiones pero que cumple su objetivo de entretener, que ya es mucho.

Lo mejor

• La acción desenfrenada.
• Por fin hay respuestas a los enigmas.
• El dibujo de los Tarquin.

Lo peor

• La explicación al origen de Mony es totalmente descabellada.
• Da la sensación que se podrían haber sacado mucho más de los elementos planteados.



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