Javier Vázquez Delgado recomienda: Midori, la niña de las camelias, de MARUO Suehiro

Edición original: Shōjo Tsubaki (Seirinkogeisha, 1984)
Edición nacional/España: Midori, la niña de las camelias (ECC Ediciones, 2019)
Guion: MARUO Suehiro
Dibujo: MARUO Suehiro
Traducción: Gabriel Álvarez Martínez
Formato: Flexibook con sobrecubiertas. 168 páginas
Precio: 12,95€

De la sumisión a la liberación

“Llevo una vida muy dura y a menudo pienso en morir. Ni siquiera estoy yendo a la escuela. De noche no consigo dormir porque me preocupa mi futuro. ¿Qué camino debería tomar en la vida?”

MARUO Suehiro es un nombre bien conocido por los aficionados al medio, sean o no lectores de manga, ya que es uno de los máximos representantes del eroguro, la corriente artística que combina lo erótico y lo grotesco, y ha tenido una presencia destacada en nuestras librerías durante las dos últimas décadas, gracias a la publicación de varios de sus títulos por parte de diferentes editoriales. Desde que debutara en 1980 se convirtió rápidamente en una de las figuras más destacadas del manga underground y en uno de los estandartes de la mítica revista Garo hasta la triste desaparición de la misma.

En sus mangas son una constante la combinación de elementos eróticos y una particular forma de abordar el terror, a través de escabrosas imágenes, que buscan provocar una sensación de repulsión ante elementos grotescos mostrados de manera explícita, en lugar de causar una sensación de pánico en los lectores. Este mes, ECC Ediciones publica Paraíso, un nuevo título de este autor, pero antes nos detendremos en una de sus obras publicada con anterioridad en dos ocasiones, que merece la pena destacar dada su gran calidad en todos sus aspectos.

Midori, la niña de las camelias es una particular adaptación de una antigua historia original del folklore japonés, transmitida oralmente de una generación a otra, al ser representada en los kamishibai, teatrillos ambulantes de marionetas de papel en los que se narraba la historia de una niña que escapaba de su casa por las noches para vender flores y poder ayudar así a su madre. La obra está ambientada en los primeros años de la extensa Era Shōwa, una época de penuria económica causada por el colapso mundial, la guerra contra China y la participación de Japón en la II Guerra Mundial. La protagonista de este manga es una niña huérfana de 12 años, que es adoptada por una feria ambulante de monstruos tras la pérdida de sus padres, donde sus inquietantes compañeros se divierten perturbándola y arrastrándola a una vida de pesadillas convertidas en realidad, en forma de violaciones y todo tipo de abusos, hasta que encuentra cobijo bajo la protección de un mago recién llegado, llamado Masamitsu Wonder, que inicia con ella una malsana relación pedófila, de posesión y anulación de la protagonista.

Precisamente esta relación será el eje vertebrador de la historia, representando una catarsis para la protagonista, que la conduce a iniciar un viaje que la llevará a intentar escapar de la sumisión que sufre por parte de sus compañeros de la feria. Maruo pone su foco de atención en aquellos que han sufrido una infancia desfavorecida a través de las vicisitudes sufridas por Midori, que representa a todos aquellos niños que de forma común perdían su núcleo familiar y la protección y calidez de un hogar, que carecían de la posibilidad de recibir cualquier tipo de educación y, por tanto, de labrarse un futuro y promocionar socialmente, y que se veían abocados a vivir en las calles y recurrir a la delincuencia y la prostitución para poder sobrevivir.

El apartado gráfico es el más destacable de la obra, gracias a la habilidad del autor para reproducir las descripciones de historias que hunden sus raíces en tiempos olvidados, dándoles terribles y grotescas formas que consiguen despertar sentimientos de repulsión en los lectores y los llevan a experimentar las emociones de la propia Midori. Maruo toma prestados elementos de la imaginería del acervo folclórico japonés, como los yokai, y los pasa por su filtro personal, dotando a cada una de las páginas de una incontestable y sólida personalidad. Siguiendo las bases del eroguro, consigue que los lectores nos introduzcamos en su perverso universo, a través de grotescas estampas en las que podemos observar cuerpos desnudos torturados y bañados en sangre, articulaciones dislocadas en ángulos imposibles, mutilaciones y deformaciones anatómicas e ilusiones visuales que se fusionan con la realidad para distorsionarla.

La obra de Maruo ha contado con dos adaptaciones diferentes. Por una parte está la adaptación al anime que tuvo lugar en el año 1992, de gran fidelidad a la obra original a pesar de su reducido presupuesto y la baja calidad de la animación, bajo la dirección de HARADA Hiroshi, quien sufrió duras críticas hacia su contenido, hubo de hacer frente a la censura del gobierno japonés y ver cómo la mayor parte de las copias eran destruidas y la cinta veía recortadas diferentes escenas, que fueron consideradas demasiado explícitas y perturbadoras. Por otra parte, encontramos una adaptación live-action estrenada en el año 2014, dirigida por Torico y protagonizada por NAKAMURA Lisa, una película que se distancia del material original para no resultar tan polémica, contextualizada en el momento de su realización, careciendo de la oscura ambientación del manga y su adaptación animada, siendo despojada de muchos de sus contenidos y resultando ridícula en su ejecución.

Midori, la niña de las camelias fue editada por la extinta Ediciones Glénat en el año 2003, que durante años fue un tomo muy buscado entre los lectores de manga, hasta que en abril de 2019 ECC Ediciones publicó una nueva edición, en el marco de la recuperación de obras de este autor que están llevando a cabo. Se trata de un único volumen en formato flexibook, con tapas semirrígidas y sobrecubiertas, de tamaño A5 (15×21 cm), 160 páginas (de las cuales las 16 primeras tienen un coloreado bitono) y un precio de 12,95 euros.

Lo mejor

• El portentoso dibujo, plagado de elementos perturbadores que transmiten a los lectores el infierno en el que vive la protagonista.
• El trágico retrato de la infancia que realiza Maruo.
• El tratamiento del proceso psicológico que experimenta la protagonista.

Lo peor

• Como buena muestra del eroguro, no es una historia apta para todos los estómagos.



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