Javier Vázquez Delgado recomienda: El viaje de Abel, de Isabelle Sivan y Bruno Duhamel

Portada El viaje de Abel

Edición original: Le voyage d’Abel FRA (Amaranthes, 2014)
Edición nacional/España: El viaje de Abel (Harriet Ediciones, 2021)
Guion: Isabelle Sivan
Dibujo: Bruno Duhamel
Traducción: Lara San Mamés Mata
Realización técnica: Mikel Muro
Formato: Cartoné. 76 páginas. 18€

La importancia de atreverse a cumplir los sueños.

“La vida es un viaje, no un destino.”

Por motivo difíciles de explicar hay obras o autores que pese a ser publicados en España pasan injustamente inadvertidos como le sucede a Bruno Duhamel (1975), un gran autor que pese a que en España se han podido leer sus fantásticos tres últimos trabajos como autor completo (El regreso, Jamás y #NuevoContacto) editados por Harriet Ediciones, no tiene la consideración en nuestro país que su innegable talento se merece. Este mes la editorial vasca vuelve a publicar una obra suya, El viaje de Abel, un trabajo aparecido en 2014 antes de sus trabajos como autor completo en el que se encargaba únicamente del dibujo quedando el guion en manos de Isabelle Sivan, una abogada francesa especialista en propiedad intelectual que debuto en el mundo del cómic con esta obra y que no ha vuelto a publicar ningún otro guion, aunque en 2018 publico la novela Dankala.

Viñeta de El viaje de Abel

En El viaje de Abel Sivan y Duhamel nos cuentan la historia de Abel, un anciano agricultor y ganadero, que vive en Reclesme, un pequeño pueblo rural francés, donde cuida de sus dos vacas, su rebaño de ovejas y su perro. A pesar de que de joven soñaba con ser marinero mercante para poder conocer el mundo nunca ha salido de su pueblo, primero porque tuvo que hacerse cargo de la granja familiar para ayudar a sus ancianos padres y luego por no atreverse a romper con todo, pero, pese a su edad, sigue soñando con ver mundo, lo que provoca las burlas de los habitantes del pueblo. Para saciar sus ganas de recorrer otras latitudes colecciona guías de viajes y tiene previsto marcharse a Etiopia el próximo septiembre.

Abel es un soñador al que las circunstancias de la vida le han condenado a un tipo de vida que no deseaba, una vida tan gris como los tonos elegidos por Duhamel para colorearla, en la que los únicos rayos de sol provienen de las portadas de sus guías de viaje, la promesa de cambio que encierra cada amanecer y sus ensoñaciones con paisajes lejanos. Sin embargo, su realidad cotidiana es la vida del campo que el cómic refleja perfectamente de manera que vemos sus jornadas interminables llenas de sacrificio, soledad y donde nunca puedes tomarte un día libre, ya que los animales tienen que comer a diario. También vemos el entorno cerrado de los pueblos pequeños donde todo el mundo se conoce y resulta casi imposible tener secretos.

Página de El viaje de Abel

Para escaparse de la rutina Abel sueña con viajar y cumplir con sus fantasías juveniles de ver mundo enrolado en un barco, esa importancia de tener sueños se convierte en el tema principal del cómic, ya que es algo que nos permite superar las dificultades, pero también es importante tener el valor y la oportunidad de cumplirlos algo que el protagonista no hace a pesar de que el mismo se autoengaña y está convencido que algún día hará. A diferencia de los que sucede con los protagonistas de las obras posteriores de Duhamel con las que esta tiene muchos puntos en común, Abel no consigue revelarse contra lo establecido, a pesar de sus ansias de libertad, y se doblega ante lo que la sociedad espera de él. Algo que hace que esta obra nos deje un regusto más amargo, pero que nos emociona igualmente. Ojalá los lectores que disfrutan con las obras de Zidrou o la serie Los viejos hornos se acerquen a ella, y al resto de trabajos de Duhamel, ya que las disfrutaran de la misma manera.

Página El viaje de Abel

Gráficamente estamos ante uno de los trabajos más interesantes que Duhamel, con su ya conocido estilo heredero de la escuela de Marcinelle, con su mezcla de personajes caricaturescos con fondos más realistas. Destaca lo bien que consigue que la cara de Abel refleje su estado de ánimo, lo más reseñable del álbum junto con el uso del color que refleja su vida gris y su habitual habilidad para retratar los paisajes, que en esta ocasión destaca más si cabe al estar nevados.

Harriet Ediciones hace un buen trabajo con un álbum de buen tamaño y diseño. Como todas sus publicaciones lo han editado tanto en castellano como en euskera. Poco a poco van construyendo un catálogo más que interesante. Ojalá que en breve formen parte de él Fausses Pistes, el western moderno que Bruno Duhamel acaba de publicar y de la segunda parte de Jamás en la que se encuentra trabajando en estos momentos. Además de ver otros trabajos suyos previos como la serie Les Brigades du temps con Kriss a los guiones, Le Père Goriot la adaptación de la obra de Balzac con guiones de Philippe Thirault et Thierry Lamy o Harlem y Kochka dos series de dos números en las que dibujo los guiones de Brrémaud.

Viñeta de El viaje de Abel

El viaje de Abel es un cómic emotivo con un regusto amargo que nos recuerda la importancia de tener sueños, pero también la de hacer todo lo posible por que se cumplan. Una nueva prueba de que Duhamel es un autor a seguir muy de cerca.

Lo mejor

• El retrato de la vida en el campo de Abel.
• La emociones que despierta en el lector.
• El uso del color.

Lo peor

• Quizás no llegue a todo el público que debería.



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