Javier Vázquez Delgado recomienda: La ciudad de los prodigios, de Claudio Stassi

Edición original:
Edición nacional/España: La ciudad de los prodigios (Planeta Cómic, 10 de marzo de 2020)
Guion: Claudio Stassi
Dibujo: Claudio Stassi
Formato: Cartoné. 218 páginas. 25€

Una adaptación a la altura

“Yo, en cambio, sí lo he conseguido. Soy el hombre más poderoso de Cataluña”

Narrar una vida es difícil. Hay que tener mucho mimo a la hora de escoger los momentos que hacen una vida, esos momentos a veces aparentemente insignificantes, y otros eminentemente relevantes, pero ambos con poso dramático necesario. En las obras que adaptan otras obras, esa elección inicial ya está cribada, pero quizás eso no sea tan ventajoso como pudiera parecer en un inicio. Escoger sobre lo que ya se sabe que es importante, que ya se ha acordado que es necesario para narrar una vida, no es nada fácil si quien lo hace no quiere desfigurar la vida narrada por un exceso de corte. Por eso para la primera parte se necesita paciencia, y para la segunda sutileza, sin embargo, en ambas fases no puede faltar maestría.

Claudio Stassi, nacido el año 1978 en Palermo, vive y trabaja en Barcelona como profesor de la Escuela de Cómic Joso. Su vida como autor ha pasado por publicar para numerosas editoriales extranjeras, en especial las italianas. Para la editorial Sergio Bonelli, dibuja en las series Dylan Dog y Dampyr. En 2007 publica Brancaccio: Historias de la mafia cotidiana, escrita por Giovanni Di Gregorio, y con el que ganó el Premio Micheluzzi y el Premio Boscarato. Su novela gráfica Por esto me llamo Giovanni, publicada por Rizzoli, ya está en su quinta edición. Con Luca Enoch creó La Banda Stern en 2013, un libro que ha sido traducido a cuatro idiomas. Su trabajo, Rosario: Amor y muerte, con los textos de Carlos Sampayo, fue publicado en Francia e Italia. También ha llevado a cabo varias adaptaciones literarias, entre las que destacamos Nada (Planeta, 2021), de la obra original de la novelista Carmen Laforet, que ha llegado recientemente al mercado y que tarde o temprano poblará nuestra página web, y la obra que hoy traemos a nuestra casa, La ciudad de los prodigios, del original de Eduardo Mendoza.

Cuando trabajarlo da sus frutos

En este trabajo se adapta la novela de Eduardo Mendoza, en la que nos cuenta la vida de Onofre Bouvila, un chaval que viene sin nada en los bolsillos a la ciudad de Barcelona, y que termina por convertirse en una de las personas más importantes de Cataluña.

En sus páginas se logra reflejar el sentimiento que desprende la novela homónima de Mendoza. Ese incesante avanzar al que se ven expuestos tanto los personajes como los tiempos en los que les tocó nacer se hace muy presente. Con elementos de realidad mezclados con la ficción, situando la acción entre las dos Exposiciones Universales de Barcelona (1888 y 1929), nos damos cita ante la llegada del avance de la metrópolis como de las crecientes sensibilidades revolucionarias de la época en nuestro país. En concreto, se centra en la historia de ascenso, más delictivo que legítimo, de nuestro protagonista en este contexto que le rodea.

La adaptación es muy acertada, consigue contar como debe hacerlo principalmente este medio, con las imágenes. Hay un trabajo arduo de concreción, y de conversión al medio del noveno arte que da sus frutos en la manera de narrar. El poco uso de los bocadillos explicativos dan buena fe de ello. Pese a que la novela cuenta con casi 600 páginas, Stassi logra sacar una historia perfectamente asequible, sin ninguna tara de información, si no se viene de la original, claro está. El que la historia se concentre tanto no es en sí mismo una mala elección, pese a que no cabía explayarse más debido a los medios con los que se contaba, sino que en algún sentido confiere cierta falta de divagación que es signó y síntoma de la literatura. El respeto por el trabajo original se nota muchísimo en el cuidado a la hora de escoger lo que debía entrar y lo que no, y de esa elección el lector puede encontrarse un trabajo muy notable. La minuciosidad en lo que a la fidelidad histórica y trabajo de investigación se refiere, es absoluta. Algo que se aprecia con gran intensidad en el dibujo.

Entrando en el apartado gráfico estamos ante un trabajo acertado. El autor nos entrega un trazo duro y grueso, que le da empaque a todos los personajes y al ambiente cargado de la urbe catalana. De vez en cuando deja de apretar para que una inusitada fluidez tome el control de los contornos, pero de forma muy esporádica. En el color hace gala de un conocimiento enorme respecto a la narración. Consigue que con los elementos cromáticos podamos sentir calidez en un día de nieve, o que veamos el frio que siente alguien cuando el agua cala hasta los huesos. Ambos aspectos son puestos al servicio del extenso trabajo de investigación que se destila en cada página, en cada calle, en cada vestimenta. Un esfuerzo que bien merecía la obra, y que acabó por dar los frutos esperados.

La edición de Planeta es de alta calidad, con una introducción del propio autor en la que cuenta cómo se inició en el proyecto, y unos extras al final, que incluyen un repaso por el personaje principal en sus diferentes etapas, y su creación, como el storyboard de una página en la fase final de trabajo.

Una obra que está hecha tanto para el público más clásico, que espera un trabajo sólido en dibujo e historia, en el que la narración del medio prima sobre lo demás; como para uno más moderno que busque una historia en la que la mafia y los chanchullos se dan la mano para alzar a una persona a lo más alto de la sociedad catalana.

Lo mejor

• La concreción de la obra original.
• El traspaso de medio, en el que se pone gran énfasis en la diferente manera de narrar.
• El trabajo de investigación, muy evidenciado en el dibujo.

Lo peor

• Alguna subtrama de amor queda caricaturizada por la falta de espacio que necesita para profundizar y que sea efectiva.



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