Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman 56-58
Edición original: Batman 101-105 USA, Annual 5, Punchline (DC Comics, 2020-2021)
Edición nacional/España: Batman 56-58 ECC Ediciones, 2021
Guion: James Tynion
Dibujo: Carlo Pagulayan, Carlos D’Anda, Danny Miki, Guillem March, Mirka Andolfo, James Stokoe, Ryan Benjamin
Color: David Baron, Tomeu Morey
Traducción: Uriel López
Formato: Grapa, 64 págs. A color (56), 4,95 €. Grapa, 48 págs. A color (57) 3,50 euros. Grapa, 80 págs. A color (58) 6,50 euros.
El exceso del murciélago
El primer número nos lleva directamente al corazón del Gotham, una ciudad (nuevamente) devastada, que sufre las consecuencias de los meses bajo el yugo del payaso. Por un lado, vemos a Lucius, física y mentalmente roto, discutir con Bruce acerca del futuro de la ciudad y la fortuna Wayne. Por el otro, a través de los medios de comunicación, se nos muestra a Punchline, la antigua ayudante del Joker, convertida en víctima y símbolo de una mayoría cada vez más descontenta. Para finalizar, tenemos a Catwoman, con su conversación pendiente con Batman a punto de ser resuelta.
El aspecto gráfico del tebeo está a la altura. Guillem March, dibujante al que nos hemos acostumbrado a ver los últimos meses por la colección, ofrece un buen trabajo, tanto en lo que respecta a las escenas íntimas de la pareja como en las correspondientes a la pura acción. Por su parte, Tomeu Morey continúa con la reconstrucción del imaginario de la ciudad, con matices distintivos que reflejan la combinación de modernidad y futurismo que se ha asentado desde el comienzo de la nueva etapa en los colores.
En lo que flaquea el cómic es en el guion. Cada punto principal, cada trama relevante, se ve acompañada de una resolución cuestionable, apurada. Las consecuencias del evento no distan de las vistas en cualquier otro de los últimos veinte años de trayectoria editorial para Batman, nada parece nuevo a largo plazo, y eso se refleja en el interés que despierta la cabecera de cara al futuro. Tampoco ayuda la disposición de los diálogos y su contenido, principalmente en lo que respecta a la gata.
Inmediatamente a continuación, se inicia el arco de Ghostmaker, con gran protagonismo para Clownhunter y Harley Quinn. El papel de esta última en los últimos tiempos, con una concepción cercana a un sidekick pero con su propia personalidad, es uno de los principales hallazgos en la etapa de James Tynion IV que, sin embargo, no consigue el mismo efecto con el primero. Clownhunter siempre se siente fuera de la historia, rozando la parodia por momentos y con una voz como personaje muy poco atractiva de cara a potenciar el interés del lector, algo que debe de ser lo principal cuando se introduce a un secundario de sus características.
La parte menos relevante del tebeo, las intervenciones de la Batfamilia, desde una renovada Oráculo hasta Nightwing, termina por ser la más entretenida, cumpliendo con el objetivo principal marcado desde el guion por su autor. No obstante, de nuevo, vemos un desarrollo atropellado en el encuentro entre Batman y su oponente, con una fórmula muy desgastada de héroe y su contraparte, con semejanzas pero puntos principales irreconciliables.
Al dibujo, se toma una decisión que rara vez produce un efecto positivo: multiplicidad de dibujantes. A pesar de que todos ellos, el ya citado Guillem March, Carlo Pagulayan, Danny Miki y Bengal, así como después Álvaro Martínez y Cristian Duce en el 105, saben sacar adelante la historia de forma individual, resultan menos adecuados en una lectura conjunta, al no ofrecer uniformidad en el resultado.
La colección sufre y se resiente por un evidente agotamiento en la fórmula implementada por su escritor. Una vez cesan los mayores golpes de efecto, ya utilizados para la Guerra del Joker, todo parece vacío, sin sorpresa alguna a la hora de disponer de las sorpresas.
En la publicación española se ha incluido el quinto Anual de la serie. A pesar de que el guion no sepa encontrar elementos que incidan en la psicología del protagonista de ocasión, Clownhunter, y que abuse de lugares comunes en toda historia de origen de antihéroe/ villano, sí resulta más recomendable por el arte de James Stokoe, distinto a lo que hemos visto tradicionalmente en la colección, y con varios hallazgos muy concretos, desde la configuración del diseño del cruzado de la capa, parecido a una pesadilla, hasta la del Joker, con clara influencia de El hombre que ríe (1928) y Conrad Veidt, con varias viñetas que remiten directamente al primer número de la serie individual de Batman y la primera aparición del príncipe payaso del crimen.
Sobre el conjunto, en conclusión, un gran apartado artístico no cubre las carencias de una historia irregular, carente de emoción o efecto distintivo. La etapa, si bien comenzó con varios números atractivos que anticipaban escenarios y situaciones de interés, se ha mostrado incapaz de conducir a algo superior, siendo su mayor virtud haber apostado por entretenimiento puro y sin pretensiones. No es una lectura que pueda molestar a nadie, pero tampoco avanza o desarrolla la psicología del personaje y su entorno. Además, limita el potencial de la muerte de Alfred (algo que, por su parte, sí han sabido recoger otros autores como Tom Taylor y Bruno Redondo en Nightwing) y anula por completo las posibilidades de la relación con Catwoman, tanto si era para destruirla a conveniencia como para continuar con los planteamientos de Tom King. Tynion IV ha renunciado a hacerlo, con explicaciones de una simpleza y dejadez que chocan frontalmente con el futuro que se venía construyendo, así como con su talento innegable, que le ha llevado a ser uno de los mejores escritores actuales en el mercado americano.
Este mes de octubre comenzará a publicarse en España la recta final de su trayectoria al frente del murciélago. Solo entonces podremos, con todo sobre la mesa, dictar sentencia definitiva
Lo mejor
• El dibujo del Anual. Así como la fantástica portada de Jorge Jiménez y Tomeu Morey para el número 105, que ilustra esta reseña.
Lo peor
• la falta de dirección y personalidad en la serie
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario