Javier Vázquez Delgado recomienda: 100% Marvel HC. Killraven de Alan Davis

Edición original: Killraven 1-6 USA (Marvel Comics, 2002-2003)
Edición nacional/España: 100% Marvel HC. Killraven de Alan Davis (Panini Cómics, 2019)
Guion: Alan Davis
Dibujo: Alan Davis
Entintado: Mark Farmer
Color: Gregory Wright
Traducción: I.M Calpe, D. Aldea
Realización técnica: Estudio Din&Mita
Formato: Tapa dura. 152 páginas. 20,00€

El regreso de Killraven

«Dejemos de pensar en el pasado. Hay un futuro real que nos espera»

El Universo Marvel es un rico tapiz repleto de personajes e historias que van más allá del género de superhéroes. La rica historia de la editorial contiene rincones inexplorados y desconocidos para muchos lectores. Algunas de estas joyas escondidas, especialmente las editadas durante los 70, han ido siendo recuperadas por Panini en la colección Marvel Limited Edition, siendo una de ellas (y comentada con detenimiento aquí) el origen y desarrollo en aquella década del personaje conocido como Killraven.

Creado por Roy Thomas, Gerry Conway y Neal Adams (nada menos), Killraven es el resultado de uno de los muchos intentos de la Marvel setentera por ampliar su scope editorial y publicar cómics más allá de los superhéroes. La idea es partir de La guerra de los mundos, reconocida novela de H.G. Wells y plantear qué ocurriría si los marcianos, tras su primer intento fallido de conquistar la tierra, volvieran a nuestro planeta. En este segundo intento, los microbios que les derrotaron ya no suponen una amenaza (vamos a pensar que ahora vienen a nuestro planeta vacunados) y pueden llevar hasta el final sus planes para colonizar la tierra. Y tienen éxito, por lo que el mundo presentado por Thomas y compañía es uno en el que la raza humana vive esclavizada por los marcianos salvo algunos pequeños reductos de libertad. Killraven es Jonathan Raven, un joven que sirve como gladiador en espectáculos sangrientos pensados para entretener a los marcianos y que se revelará contra sus amos, rompiendo sus cadenas y liderando un grupo de guerrilleros contra los invasores. La run clásica del personaje se publicaría íntegramente en la colección Amazing Adventures (Vol. 2 #18-39) y tras diversos problemas de agenda y creativos, Thomas, Conway y Marv Wolfman, dejaron paso a la figura que desde entonces se asocia a este héroe de ciencia-ficción: Don McGregor. Al igual que con Pantera Negra en Jungle Action, McGregor tuvo carta blanca para hacer lo que quisiera en la colección y consiguió insuflar de renovado interés al personaje pero también a su mundo, desarrollando un verdadero grupo de personajes secundarios alrededor del héroe y escribiendo historias que no huían de lecturas (o polémicas) contemporáneas como en el caso de la relación interracial entre M’Shulla y Carmilla. Las malas ventas provocaron el cierre de la colección pero, Archie Goodwin mediante, McGregor y el dibujante P. Craig Russell tuvieron otra oportunidad de volver al personaje en 1983 con una novela gráfica que continuaba la historia allí donde la habían dejado. No era esta, la novela gráfica, el cierre que McGregor tenía para la historia de Killraven, pero ese último guion sigue inédito hasta el día de hoy. Lo más parecido a una continuación sería el one-shot publicado en 2001 bajo el sello Marvel Knights a cargo del ilustrador Joe Linsner, relato que ya contenía algunas contradicciones con respecto a la continuidad de la etapa McGregor.

Llegamos al año 2002 y en las oficinas de Marvel para nadie era un secreto que Alan Davis quería hacer algo con Killraven. Davis es, ya en el siglo XXI, alguien muy respetado como autor completo. La década de los 90 ha servido para afianzar su estatus dentro de la industria saltando entre encargos “alimenticios” y obras más personales. Es Marvel (específicamente Terry Kavanagh) quien le dará la oportunidad en 1991 de escribir sus propios guiones en la colección de Excalibur. Admirado por su talento a los lápices, y olvidando que ya había escrito varios cómics para Marvel UK, el público descubre a un autor total, capaz de mezclar con inusitada facilidad la épica y el humor. Para Marvel realizaría otros trabajos muy bien pagados pero mucho más constreñidos en lo que se refiere a libertad creativa. Estamos hablando de la etapa de transición en La Patrulla X entre la salida de Steven T. Seagle + Joe Kelly y la segunda llegada de Chris Claremont a la colección; pero también de una breve estancia en Los Vengadores, con Kurt Busiek a los guiones. Sin salir de los 90, DC dio la oportunidad a Davis de jugar con sus personajes con total libertad dentro del sello Otros Mundos y de ahí salieron obras muy aplaudidas por la crítica como JLA: El Clavo o Superboy Legion. Alan Davis no tenía nada que demostrar a esas alturas de su carrera. Había mostrado sobradamente su talento y, tras mucho insistir, consiguió en 2002 llevar a cabo uno de sus sueños más queridos: realizar una miniserie de Killraven.

La historia planteada por Davis es un reboot en toda regla, evitando continuar con el trabajo de McGregor, pero basándose en lo dispuesto por este. Killraven se presenta como el líder de un grupo de legionarios/esclavos (espartanos) liberados que vagan por este mundo post-apocalíptico dominado por los marcianos y los humanos que han traicionado a su propia raza para evitar la muerte. En el primer número, y tras rescatar a un niño, el grupo de Killraven escapa de las ruinas de Nueva York. El #2 introduce a Mint Julep, una pirata/bandolera de piel verde creada gracias a ingeniería genética por los marcianos, que secuestra a los héroes solo para presenciar cómo escapan gracias a la ayuda de la pirokinética Volcana. En el #3, el grupo derrota a una especie de señor de la guerra en Washington DC, mientras que en el #4 consiguen rescatar a Volcana de un centro de internamiento marciano donde además se llevaban a cabo experimentos genéticos tanto con humanos como con animales. Por último, los marcianos intentarán capturar a Killraven en el #5 solo para fracasar y ser derrotados por el héroe en el #6.

Decía antes que para Alan Davis escribir esta miniserie era como un sueño hecho realidad. Y lo cierto es que no es una exageración. El autor nunca ha escondido su pasión por la ciencia-ficción en general y las aventuras de John Carter en particular. Mark Farmer, el colaborador más cercano y longevo de Davis afirma que Killraven es la obra favorita del británico. El mismo Davis, muy autoexigente con su propia obra, afirmaba en 2014 que “nunca estoy del todo satisfecho con el trabajo final. Killraven es lo que más se ha acercado a la idea original que tenía en la cabeza”. Y aún así, esta miniserie de la que tan orgulloso está, recibió bastantes críticas en su momento. ¿Por qué?

Para empezar, recalcar lo comentado más arriba. Davis no continua la historia de Killraven sino que la rebootea a su capricho. Los fans del personaje que se compraran el primer número de esta cabecera, muy probablemente, se sentirían decepcionados por leer una reescritura de historias clásicas que ni innovaban ni mejoraban el material original. Davis mantiene al núcleo del grupo pero limando sus personalidades hasta convertirlos en clichés: M’Sulla el mejor amigo, Carmilla la chica del grupo (perdiendo su condición de científica en el reboot), Cráneo el mentor y Halcón el rival envidioso. En estos seis números, Davis apenas esboza lo que ha quedado de humanidad tras la invasión marciana, en un entorno hobbesiano donde la línea entre vivir y morir es increíblemente fina.

Hay varios problemas en la visión que tiene Davis. En primer lugar, el único personaje medianamente bien construido es el propio Killraven, la máquina de matar de buen corazón (y un pelín ingenuo) cuyo objetivo bascula entre que le dejen en paz y desfacer entuertos. El elemento más interesante de Killraven es su reticencia a matar, incluso, en algunos momentos, al uso de la violencia salvo que no le quede más remedio. Después, la trama casi podríamos decir que no existe. No hay un hilo que una las peripecias de los protagonistas puesto que deambulan por estos EE.UU. arrasados y se limitan a reaccionar a lo que encuentran. Me secuestran, luego escapo. Secuestran a la chica que me gusta, voy y la rescato. Intentan secuestrarme otra vez, me enfrento a los que quieren atraparme. La historia y los personajes son excesivamente esquemáticos, por no decir superficiales. Y el final es, en mi opinión, bastante anticlimático, con Killraven enfrentándose a uno de los monstruos creado genéticamente por los marcianos, mientras que los propios marcianos escapan sin más, abandonando el planeta. Pero, ojo, no TODOS los marcianos, solo un grupo de marcianos. La sensación que queda es como de historia de presentación, de miniserie que debería haber dado lugar a una serie regular para poder desarrollar tramas y personajes, además de expandir este particular universo. Nada de eso se cumplió.

Por otra parte, no vamos a negar ahora el talento de Alan Davis como dibujante. Su estilo clásico es reverenciado por muchos y considerado anodino por otros, pero es innegable que lo limpio de su trazo favorece un sentido de la narración excelente. Un cómic de Davis siempre es legible, claro, con sentido y proporción. Inicialmente, su estilo de dibujo no parece pegar demasiado con este escenario post-apocalíptico pero después me di cuenta que el problema es más bien el color que, salvo en algunos momentos como cuando llegamos a la fortaleza marciana, es demasiado brillante. Otro elemento que puede chocarle al lector moderno es la decisión de Davis de no actualizar el vestuario de los héroes y presentarlos con diseños setenteros de escasa tela, ya sea para señoritas como para caballeros. Quizás es que, 20 años después de su publicación, nos hemos acostumbrado a escenarios post-colapso repletos de colores grises cuando no directamente en blanco y negro. Donde considero que Davis destaca en esta obra y donde parece que se dejó el resto, es en todo lo que se refiere a los diseños marcianos (su adaptación del trípoide) y a las monstruosidades genéticas.

Hay varias críticas acerca de esta obra en la que se destaca que Killraven se parece a una de esas series de televisión que solo tienen una temporada y se quedan en tierra de nadie. Presentas unos personajes, un mundo, una serie de conflictos de los cuales resuelves unos pocos… y ya está. No hay tiempo o espacio para más. Si nunca habías leído nada de Killraven, te encontrarás con una historia entretenida pero un tanto vacía, con sus buenas dosis de aventura y acción pero sin una trama capaz de enganchar demasiado. Incluso sabiendo que es la obra favorita de Alan Davis, los lectores seguramente recordarán con cariño muchas otras obras del creador británico.

Lo mejor

• La recuperación de uno de los clásicos olvidados de Marvel…

Lo peor

• … pero rebooteado para una nueva generación de lectores que, como en el caso de Clandestine, le dio la espalda a Davis



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