Javier Vázquez Delgado recomienda: El Largo Halloween vs El Largo Halloween 25 años después
EL FIN DE UNA ERA
El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, un clásico de la literatura italiana, es celebre por la sentencia “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”. El tema central de la novela es el fin de una época. Tras el desembarco de Garibaldi en Sicilia, la isla se adentrará en la modernidad. La vieja aristocracia perderá su preeminencia en favor de la burguesía y los burócratas.
Es el mismo tema del Largo Halloween. Las famílias que hasta el momento han dominado los bajos fondos de Gotham van a dejar paso a los nuevos criminales, los supervillanos. La bisagra del cambio, en lugar de el desembarco de un militar italiano, es la aparición de un asesino apodado Festivo, que causará estragos entre los Falcone.
El impacto de los asesinatos revolucionará la ciudad, entrometerá a Batman, Dent y Gordon en los negocios sucios de Falcone y acelerará su ocaso.
CUANDO SE HABLA DE MAFIA, HAY UN REFERENTE OBLIGADO
No es el único guiño a la “cultura italiana”. El inicio de la obra celebre obra de Jeph Loeb y Tim Sale, homenajea a la saga El Padrino en la primera página, en el que vemos la reunión entre Bruce Wayne y El Romano durante la boda del sobrino de este último. Un homenaje que veinticinco años después se antoja torpe y artificial.
Estos días se celebra el 25 aniversario de El Largo Halloween. Para muchos aficionados supone una de las grandes historias de Batman y probablemente la mejor de las últimas décadas.
UN POCO DE CONTEXTO
La trama se sitúa tras Año Uno y supone la entrada a esa continuidad de los principales villanos de Batman. Algo innecesario ya que la obra de Miller llevaba publicada casi una década con sus secuelas, Año Dos y Tres. Sin embargo, era una buena excusa para recuperar un tono (pretendidamente) adulto y oscuro.
El Largo Halloween sirve como contraste entre el realismo de un Batman primerizo, falible e inseguro y el Batman implacable y rocoso de Tim Sale. También aquí plantea Jeph Loeb que Batman sea un polo de atracción para los supercriminales, como un signo de los tiempos.
Se publicó en los noventa entre el boom del cómic testosterónico y ultraviolento. Y eso jugó a favor de esta obra. Ya que, por contraste y ganas, se la consideró una obra mucho mejor de lo que es. Se la intelectualizó y entronó como auténtica heredera de la obra de Frank Miller. Sin quitar méritos al arco de Sale y Loeb, tampoco hay porque silenciar alguno de sus defectos, que en su época ya eran visibles.
ENTRAN A ESCENA LOS VILLANOS
Para empezar, en los doce números se van presentando uno por uno y por número, los villanos más importantes de Batman. Se trata de una supuesta primera aparición de cada uno de ellos. Llega a parecer, que se trata de una obra promocional, de presentación para atraer nuevos lectores y en algún momento cae en el cliché y la previsibilidad.
Lo bueno de ver tantos enemigos de Batman es que permite ver su riqueza superficial pero la poca originalidad en el fondo de los personajes. Muchos de estos personajes, se muestran atrapados por el tótem que representa identidad como villanos. El hombre el calendario, Julian Day (ojo con el detalle del apellido, muy verosímil), está atrapado por el cliché de basarse en efemérides para cometer asesinatos. Harvey Dent y su obsesión con el dos, el Joker y la risa, El espantapájaros y el terror, Catwoman, sus aforismos sobre gatos, Acertijo y las insoportables adivinanzas, etcétera, etcétera.
Se trata de personajes con una lógica interna e inflexible, que se encuentran atrapados en su propio juguete. A pesar de la recurrente excusa de la locura se trata de individuos que actúan con una determinada racionalidad y lógica. Esto no es algo característico de El Largo Halloween si no que es algo transversal en las colecciones y especiales de Batman. Un ejemplo paradigmático y paródico, que sí encajaba porque era un cómic con muchos toques de comedia, fue el intento de matar a Batman con el taque de pirañas en Amor loco.
Lo mismo ocurre con Festivo, que solo asesina en fechas significativas del calendario, y con el propio cómic. La historia funciona con un mecanismo interno bastante inflexible (tiene sus excepciones) que acaba convirtiéndose en un tópico que le quita imprevisibilidad y realismo. En cada número tendremos un asesinato en blanco y negro y cierta preeminencia de un villano clásico. Además el asesino tiene su dosis de teatralidad, asesinando con el mismo tipo de arma y dejando motivos relacionados con la festividad. Estamos ante un villano de tránsito, entre los asesinatos pragmáticos del hampa y los clichés del psichokiller de cultura pop.
Otra lectura seria ver a Batman atrapado en un universo repetitivo y sin solución final. A modo de meta crítica del propio género, diciéndonos que se trata de la misma historia, los mismos personajes, una y otra vez, con leves cambios superficiales. Una crítica, a fin de cuentas, a una falta de originalidad en el fondo.
No en vano, la supuesta diversidad de villanos se centra en un porcentaje muy alto de “locos” cuyo cuadro psicopatológico se encuentra más cerca es el trastorno obsesivo-compulsivo. Lo dicho, el mismo mecanismo pero aparentemente diferentes.
Más que un detective, a veces Batman se comporta más como una unidad de psicología especializada en tratar a el mismo tipo de pacientes.
UN FINAL POLÉMICO
Otro de los aspectos más reprochables de El Largo Halloween, es la torpeza con la que se resuelve el Leit Motiv de la serie, la identidad del asesino. Indudablemente el cómic trata de los asesinatos de Festivo. No sirve de excusa decir que la trama, es eso, una simple excusa y que la resolución no importa, que lo que importa es el viaje. Batman es un detective y aquí hay un misterio, no puede ni merece un final tan mal cerrado. La estructura de la historia duró un año y la marcan los asesinatos, su pauta, sus fechas y el método. Loeb lanza pistas, algunas falsas y nos conduce a callejones sin salida que no justifican de ninguna manera la confusión final y el absurdo al que se llega.
Es comprensible que quien haya disfrutado del cómic hasta el final, disimuladamente pasará por encima de los enormes agujeros de guion que deja la conclusión y se quedará con los aspectos que más le gusten.
Acaso El Largo Halloween se trata de un doble homenaje a Raymond Chandler. Las dos obras principales de Chandler son El largo adiós y El sueño eterno. El título del cómic de Loeb, pilladísimo por los pelos, puede ser un guiño al maestro de la novela negra. Por otro lado, la confusa resolución nos retrotrae al final de El sueño eterno donde el propio escritor no supo explicar quién era el asesino a los productores cinematográficos que compraron los derechos del libro.
Sí que es verdad, que el magnetismo de las novelas de Raymond Chandler residía más en los diálogos y los personajes que en la investigación, pero no es el caso de “la prosa” de Loeb, que le da mucho más peso al misterio que a otros aspectos de la historia.
No todos los aficionados a la novela policiaca son minuciosos a la hora de seguir las tramas. Algunos lectores cuando leen una novela de misterio pierden el hilo y se centran en otras aspectos. Sin embargo, en este caso los autores mostraron mucho interés en recalcar los puntos clave el misterio para fomentar el interés en saber quién era el asesino y porqué. No estábamos ante un acertijo hiper complejo tampoco, era un enigma bastante simple. Pero lo peor, no es que se resuelva mal, es que tal y como se resuelve, está claro que no tenían ni idea de la identidad del homicida. Todo partía de una premisa impactante y molona para luego hacer aguas de manera bastante triste.
EL BATMAN APABULLANTE DE TIM SALE
En su momento se destacó el trabajo de Tim Sale, muy influido por su etapa en Deathblow, colección en la que Jim Lee quería mostrar una estética heredera de Sin City. Sale llevó ese entrenamiento a El Largo Halloween regalando algunas páginas magnificas de contraste de luces y sombras. Se recrea el dibujante con las persianas, sombreros y abrigos como homenaje al género noir y las novelas pulp. Las mejores páginas son en blanco y negro. El color sobra como sobraría (o casi) en Sin City.
Sale además rompe la composición de página tradicional y muestra experimentos, estructuras innovadoras que aguantan muy bien el paso de los años.
Se habla mucho de una visión realista de Batman en este cómic , pero Tim Sale parece que proyecte sus visiones conceptuales y distorsionadas de los personajes. Tiene un estilo casi caricaturesco y exagerado. Ese Joker con un millón de dientes, Batman como una montaña de músculos o Solomon Grundy que parece tallado en roca, son algunos ejemplos.
Tim Sale bebe de la influencia de Frank Miller y quizás también (o más incluso) del Aleck Sinner de Muñoz y Sampayo. En algunos momentos parece un ilustrador más europeo que americano por el sentido de la espectacularidad, tan diferente a la de sus compatriotas en esa década.
El apartado gráfico es lo más sobresaliente del cómic, sin ser tampoco perfecto, ni simétrico, con el perjuicio de un color que resta las virtudes del blanco y negro. Sale multiplicó las cualidades del guión de Loeb que con otro dibujante hubiera mostrado problemas sangrantes, hasta incluso ridículas (como el inicio a lo El Padrino).
Veinticinco años y unas cuantas reediciones después, se continúa considerando a El Largo Halloween un cómic capital de Batman y, posiblemente, la mejor obra del ticket Sale-Loeb.
Puede que diga mucho de ambos.
25 AÑOS DESPUÉS
Aprovechando la efeméride, DC Comics ha publicado un especial de 48 páginas con los mismos autores que además prometen (amenazan) con no quedarse aquí.
A diferencia de Dark Victory, se trata de una continuación no directa. En este caso, nos sitúa veinticinco años después de los asesinatos de Festivo. Donde vemos a un Gordon abuelo y a un Batman muy escéptico con Harvey Dent, a quien considera como alguien que ya era malvado en origen. Sorprende este Batman determinista respecto al DK de Miller que aun siendo un veterano, un viejo con cicatrices, conservaba esperanzas en la redención de Dos Caras. ¿Este pequeño cambio se trata de un matiz en Bruce Wayne o corrección de Loeb?
La trama nos ofrece un reencuentro entre Dent y su mujer, una historia que quedó un poco rara en el cómic precedente y que aquí parece que los autores quieren resolver, al igual, que el futuro del mantecoso Julian Day que vimos en el Halloween.
El guión es bastante sencillo con puntos de conexión con la historia de referencia pero que no consigue ni emocionar, ni impactar, ni trascender.
Aquí ni Tim Sale logra tapar el trabajo de Loeb. El ilustrador, ya metido de cabeza en el dibujo digital, muestra un estilo más simple, menos contundente. En algunos momentos mejora, como por ejemplo con el espesor de las sombras y una línea más gruesa en el contorno pero en otros momentos la sencillez cae en la simplicidad, no solo en la configuración de los personajes, si no en el desarrollo postural y en algunos destalles. Un estilo más próximo a los dibujos animados que al cómic de superhéroes.
Se trata de un tebeo que quiere aprovechar la fecha y en el que ambos autores plantean su continuidad en aras de recuperar su propia edad de oro. Sin embargo, parece que ambos quieran refugiarse en la cabecera y el márqueting implícito ya que muestran un trabajo desganado, con la única motivación de cumplir.
COMO CONCLUSIÓN
El Largo Halloween es un cómic controvertido. No disfruta de la misma unanimidad que otros historias canónicas de Batman (DK, Año Uno) o de la propia DC (All Star Superman, Kingdom Come). Para algunos fans es una de las mejores historias de Batman, para otros no hay para tanto. Las obras experimentales y transgresoras suelen generar el mismo tipo de división, curiosamente no es el caso de ésta. Hay bastantes elementos originales pero se sumerge en los tópicos más socorridos de Gotham y su eterna lucha criminal. Podríamos decir que se trata de un cómic sobrevalorado pero con una apariencia de profesionalidad y calidad que entra muy bien por los ojos.
Es probable que sea hijo de su época, que buscara diferenciarse en el continente respecto a la corriente de los tiempos pero con un contenido sencillo y convencional.
De todas formas, como se ha dicho mil veces esta obra genera división entre los aficionados, por lo que aquellos a los que les guste El Largo Halloween y quieran ver reforzado su punto de vista pueden leer la reseña que hizo en esta web el «jefe» a propósito de la publicación de El Largo Halloween en Black Label con comentarios exclusivos el propio Jeph Loeb.
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