Javier Vázquez Delgado recomienda: Spider 01, de Edward Cowan, Jerry Siegel y Reg Bunn
Edición original: The Spider’s Syndicate of Crime. Hardcover edition. Rebellion. Abril, 2011
Edición nacional/España:: Spider 01. Dolmen Editorial. Octubre, 2011
Guion: Ted Cowan, Jerry Siegel
Dibujo: Reg Bunn
Traducción: Lorenzo Diaz
Formato: Cartoné, 160 páginas. 24’90€
Un villano llamado Spider hace historia en el cómic de Gran Bretaña
«¡No te pierdas el próximo lunes la batalla entre los dos jefes criminales!»
The Spider es una obra mítica de los cómics británicos que conserva casi intacta su frescura inicial a pesar de que han transcurrido casi sesenta años desde su estreno en la revista semanal Lion.
Esta serie, iniciada por Edward “Ted” Cowan a los guiones y Reg Bunn al arte, pero con Jerry Siegel como guionista principal durante la mayoría de su trayectoria impresa, supuso una ruptura radical con todo lo establecido en el cómic hecho en las islas hasta la fecha y asentó un estilo insólito y unas temáticas extravagantes que llevarían a los tebeos juveniles anglosajones hasta la edad adulta.
Las tramas de la serie nos ofrecen una curiosa mezcla de relato pulp y cómic de superhéroes. Su aspecto gótico y la ambigüedad moral de sus argumentos sorprendieron y entusiasmaron a un público adolescente acostumbrado a personajes más planos, más positivos, más rubios… con alguna excepción como la serie The Steel Claw (1962-1973) dibujada por el extraordinario Jesús Blasco.
El criminal autodenominado Spider pretende gobernar el hampa de los Estados Unidos desde su antiguo castillo escocés traído desde las islas piedra a piedra y situado en un lugar desconocido de las afueras de Nueva York. Para ello recluta a un reducido grupo de criminales, los mejores en cada especialidad. Destacan el atracador llamado Ray Ordini y el profesor Pelham que adquieren un protagonismo bastante acentuado en las historias.
Spider es un ser diferente, de aspecto extraño, dotado de unos rasgos ásperos y agresivos, con unas orejas muy peculiares acabadas en punta, el pelo negro engominado y vestido con un traje también negro que se ajusta como un guante a su cuerpo. No sabemos nada de su origen, su pasado, ni de su familia o allegados.
Los planes iniciales del megalómano villano se centran en robar grandes alijos utilizando sus habilidades estratégicas, su audacia y la enorme confianza en sus aptitudes físicas y mentales. Cuenta, así mismo, con un arsenal de pistolas que lanzan redes o gases lacrimógenos que le ayudan a escapar de sus perseguidores, sean la policía u otros criminales como él. Puede realizar grandes saltos por el aire gracias a su redes y se desplaza de un sitio a otro en un utilitario volador donde caben unas tres personas.
Los guiones pueden parecer estrambóticos vistos desde la perspectiva actual, pero recordemos que en 1965 las revistas inglesas estaban protagonizadas por personajes positivos que repartían su tiempo luchando ejemplarmente contra el crimen, contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial o protagonizando inocuas travesuras en el caso de los adolescentes. El cómic enfocado a las chicas se centraba en el aspecto romántico y tampoco daba muestras de gran audacia argumental. Al otro lado del charco, donde los comic books norteamericanos empezaban a marcar una tendencia predominante, series en boga como Los Cuatro Fantásticos escrita por Stan Lee, nos mostraban al heroico cuarteto junto a Daredevil luchando contra el malvado Dr. Doom o en la competencia, en Detective Comics, veíamos a Batman enfrentándose a su enésimo oponente de turno y podíamos leer en la portada un significativo texto de Gardner Fox que nos anunciaba que el peligroso The Outsider atacaba de nuevo…
En general, tras la Segunda Guerra Mundial las temáticas de las revistas de cómics eran bastante limitadas y pueriles, casi todas enfocadas a un público eminentemente infantil. Estrenos como el de The Spider supusieron una auténtica conmoción y atrajeron a lectores de todas las edades que volvieron a contar con los cómics como vehículo de entretenimiento y con esto propiciaron la llegada de nuevas colecciones más originales y mucho más atrevidas.
Con todo, la aportación literaria de Ted Cowan resulta algo confusa y caótica, sin un rumbo fijo y con un marcado aire de improvisación. No es hasta la llegada de Jerry Siegel, en el episodio titulado The Spider v. Dr. Mysterioso, cuando la serie adquiere su velocidad de crucero y cuando todos los conceptos adquieren sentido. El protagonista se dedica a combatir a los más peligrosos delincuentes para poder conservar su posición de rey de los ladrones, de mandamás del sindicato del crimen. Todo esto bajo la atónita e impotente mirada de la policía representada por los detectives Bob Gilmore y Pete Trask. La galería de villanos es delirante; el mencionado Dr. Mysterioso, el Hombre Espejo, el Emperador Androide… hasta llegar a los Siete Siniestros que constituirán la principal amenaza para el arácnido protagonista. Paulatinamente, Spider renunciará a sus ambiciones criminales y abandonará el lado salvaje de la ley para defender el orden establecido, un cambio de enfoque propiciado por el propio Siegel.
En general, la serie adolece de una excesiva repetición de diálogos y textos de apoyo derivada de su publicación seriada semanal, sobre todo al principio.
Gráficamente, The Spider resulta completamente original. Desde el diseño del protagonista, el de los oponentes o la descripción del presunto entorno norteamericano todo está enfocado para producir extrañeza, inquietud y fascinación.
Los primeros episodios de la serie constan de dos páginas, para ampliarse a tres durante un tiempo y finalmente acabar con cuatro por semana. Reg Bunn empieza a trabajar con un esquema de página dividido en cuatro tiras de tres viñetas cada una. Las dos primeras tiras de la página inicial solían estar ocupadas por una viñeta más amplia que incluía el título y un texto de resumen. A medida que la serie va afianzándose, el artista británico pasa a una cuadrícula de tres por dos y cuando empieza a disponer de más espacio se atreve con compaginaciones más audaces.
La caracterización de los personajes realizada por el artista inglés es eficaz y atractiva, la descripción del entorno se muestra de manera sencilla pero sugerente y la narrativa potencia los momentos más excitantes en detrimento de las acciones secundarias. Bunn hace gala de un dominio perfecto de la composición, del equilibro de masas y de un acabado que combina las manchas de tinta con los rayados manuales.
La razón principal por la que The Spider es recordada en la actualidad es por el arte incomparable de Reg Bunn que acabó influyendo a toda una generación posterior de artistas británicos que posteriormente alcanzarán la fama más allá de las islas.
The Spider se estrenó en la revista Lion del 26 de junio de 1965 y se prolongó hasta el lunes 24 de abril de 1969. Los autores iniciales – Ted Cowan y Reg Bunn – recogieron ideas y conceptos imaginados por el guionista Ken Bulmer por encargo de la editorial Fleetway. La serie regular consta de trece historias, todas dibujadas por Bunn. Los guiones de las dos primeras corren a cargo de Cowan, las nueve historias siguientes están escritas por Jerry Siegel y las dos últimas por Ken Menell. Además de esta serie semanal, el personaje se publica en otras dos cabeceras. En el Lion Annual podemos encontrar cinco historias más que se publicaron entre 1967 y 1971. Son cinco aventuras auto conclusivas de ocho páginas con el dibujo acreditado a Reg Bunn y con guionista o guionistas desconocidos. Por otra parte, en esta misma publicación se incluyeron cuatro relatos literarios ilustrados por Geoff Campion.
La otra gran publicación donde reinó The Spider fue en Fleetway Super Library, una publicación mensual que recogía los principales personajes de la revista semanal. Cada mes salían dos números de la revista, uno dedicado a The Steel Claw y otro a nuestro protagonista que le correspondían los números pares. Son trece episodios auto conclusivos de 120 páginas, en formato bolsillo y que abarcan el período comprendido entre enero de 1967 a enero de 1968. Los guionistas son: Jerry Siegel que se encarga de la primera historia y Ted Cowan que se encarga de la tercera y la penúltima. Además, Donne Avenell escribe tres aventuras, David Morton otros tres relatos, Ken Mennell aporta tres argumentos más y en una historia encontramos a M. Scott Goodall. En el capítulo artístico también reina la dispersión. El primer relato está dibujado por Aldo Marculeta que se encargará de cuatro historias más. Otros artistas implicados son: Giorgio Trevisan, Ogeras, Francisco Cueto o Silio Romagnoli.
La serie regular también se reimprimió en la revista Vulcan entre 1975 y 1976.
La publicación de The Spider en castellano ha sido azarosa e insólita, como le corresponde al personaje. Empezó su andadura el año 1967 en una colección titulada Spiderman, editada por Ediciones Vértice y que duró diez números. Ofrecía las historias de la serie regular en un tamaño reducido, con las páginas remontadas, los textos mal traducidos y pésimamente rotulados. Un año más tarde la misma editorial vuelve a la carga con la publicación titulada Spider o Spider Extra que compaginaba las historias del rey de los ladrones con las de otros personajes de la editorial IPC/Fleetaway. La colección consta de veintisiete números. Lo mejor de esta edición son la quincena de portadas que realizó Rafael López Espí y las dos de Enric Torres. Finalmente Vértice ofreció el mismo producto empacado de manera similar en la colección titulada simplemente Spider en 1973. Dos años más tarde, la editorial Bruguera intentó publicar la serie en un formato mayor en una revista de treinta y dos páginas titulada El hombre araña y que solo duró seis números. Aquí el portadista fue Antonio Bernal que realizó una serie de cubiertas espectaculares. Finalmente, una vez más Ediciones Vértice – y algo más tarde como Ediciones Surco – volvió a ofrecer en 1981 y en 1983 el mismo producto en unos diez números titulados Flierman donde algunos incluían en la portada el falaz y tramposo calificativo de “Primera edición”. En este caso ni las portadas eran especiales.
Este álbum publicado por Dolmen Editorial – que inicia una colección dedicada a este personaje – contiene las cuatro primeras historias de la serie publicadas en la revista semanal y el episodio del Lion Annual del año 1967. Concretamente son estas:
The Spider (Lion 26/06/1965 a 04/09/1965) guion de Ted Cowan y dibujos de Reg Bunn
The return of the Spider (Lion 11/09/1965 a 01/01/1966) guion de Ted Cowan y dibujos de Reg Bunn
The Spider v Dr. Mysterioso (Lion 08/01/1966 a 26/03/1966) guion de Jerry Siegel y dibujos de Reg Bunn
The Spider v the Android Emperor (Lion 02/04/1966 a 18/06/1966) guion de Jerry Siegel y dibujos de Reg Bunn
The Spider in Cobra Island (Lion Annual 1967) con un guionista desconocido y el arte de Reg Bunn.
La realización física y técnica del álbum a cargo de Dolmen Editorial es realmente espectacular. El libro es en tapa dura, tiene un tamaño más que adecuado, el papel es correcto, una reproducción muy bien solventada y, además, la opción de respetar el espantoso coloreado monocromo del Lion Annual 1967 es una decisión acertada y valiente. También nos parece una excelente idea conservar los textos introductorios y finales que se incluían en cada episodio de la revista, unas frases que servían de gancho para inflamar la curiosidad de los lectores. Este primer volumen cuenta con una espléndida portada de Chris Weston, con un breve y bastante excéntrico prefacio a cargo del autor británico Paul Grist, dos artículos informativos – uno sobre el personaje y otro sobre la revista donde se estrenó – el primero escrito por Steve Holland, incluye también una magnífica galería de portadas de ediciones pretéritas publicadas en España y sendas biografías en formato reducido de los tres autores. El precio está bastante ajustado por todo el contenido que se ofrece.
Con The Spider los cómics nacidos en Gran Bretaña entraron en una alborotada adolescencia. Una excitante época de juventud llena de turbulencias, de historias bizarras y adrenalina a mansalva. Su peculiaridad la convierte en una obra extraña, inquietante y llena de atractivo donde el extraordinario arte de Reg Bunn consigue que nos olvidemos de algunos arcaísmos y anacronismos argumentales. Este primer álbum nos augura que estamos ante la promesa de una gran colección. Esperemos que esta vez sea la definitiva.
Salut!
Lo mejor
• Los dibujos de aspecto retro, pero eficaces y turbadores de Reg Bunn.
• La excelente reproducción del arte.
• Que es un magnífico inicio de una línea editorial apasionante.
Lo peor
• Algunos diálogos y algunos textos de apoyo bastante repetitivos y trasnochados.
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