Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Héroes. El Asombroso Spiderman: El regreso de los Seis Siniestros

Edición original: The Amazing Spider-Man 330-350, Annual 24, The Spectacular Spider-Man Annual 10 y Web of Spider-Man Annual 6 USA (Marvel Comics, 1963)
Edición nacional/España: Marvel Héroes 98. El Asombroso Spiderman (Panini Cómics, 2021)
Guion: David Michelinie, Gerry Conway, Tom DeFalco, Dan Cuddy, Tony Isabella, Glenn Herdling, Peter David, Stan Lee, Tony Isabella, J.M. DeMatteis
Dibujo: Erik Larsen, Mark Bagley, Gil Kane, Steve Lightle, Rich Buckler, Mike Manley, Steve Ditko, Mick Zeck
Entintado: Randy Emberlin, Mike Machlan, Sal Buscema, Alan Kupperberg, Mike Esposito, Rudy Nebres
Color: Bob Sharen
Traducción: Santiago García
Realización técnica: Estudio Fénix
Formato: Rústica. 712 páginas. 48,95€

Los Seis Siniestros encumbran a Erik Larsen

«¿Sólo un idiota destruiría el planeta entero! ¿Qué beneficio hay en gobernar a los muertos?»

Tras las dos últimas reseñas aquí y aqui, toca nueva entrega para analizar. Si bien la era de David Michelinie y Todd McFarlane de The Amazing Spider-Man se considera una de las mejores, dentro de los gustos de cada uno, la que compartió el guionista con Erik Larsen también es bastante buena y realmente continúa con lo que Michelinie desarrolló con el dibujante de Spawn.

No podemos demonizar sistemáticamente todo lo que se hizo en los noventa. Dicho ésto, tampoco podemos encumbrar series y trabajos de los que fueron los fundadores de Image como si se tratase de obras maestras. Todo siempre en su justa medida. Es decir que parece hoy en día que la moda es criticar todo lo de esa década “prodigiosa”.

Al leer este tomo ahora, no tengo esa misma sensación que tuve con mis 13 años. Es lógico, puesto que mi mentalidad ha cambiado y mi manera de percibir las cosas ya no es igual que con esa temprana edad.


Tras todos estos años estaba un poco preocupado pensando que este tomo era una porquería, puesto que parece que muchas etapas noventeras tienen asociado un tufo que hace que ni nos acerquemos. Más lejos de la verdad, coger esta edición y leerla me devolvió a donde estaba en ese primer momento.

A veces, leer cómics antiguos es como abrir una cápsula del tiempo. Esta vez el viaje ha merecido la pena, por los buenos recuerdos, y porque sinceramente no estamos ante un bodrio, sin ser el sumun del mundo del cómic.

Lo cierto es que no me ha disgustado como sí que me ha ocurrido con otras lecturas de comics que he leído en el pasado y en su momento me dejaron alucinado y hoy con suerte consigo acabar sus lecturas. En concreto este tomo sin grandes aspiraciones tiene una trama que está bien construida sin grandes alardes y sin ambición. Además, hay algunas subtramas que tienen sus propias narrativas interesantes.

El argumento es cuestionable en algunos casos, no lo discuto, pero lo que se narra es divertido. Aprecio lógicamente problemas de argumento y narración que no veía cuando era niño, pero de ninguna manera arruina la experiencia de este enorme volumen.

Debo decir que era un fan incondicional de Erik Larsen. Todd McFarlane no me gustó mucho, y encontrar este cambio radical en el dibujo me impactó. Debo insistir en el tiempo verbal que uso. Hoy en día y visto por ejemplo el número de este mes del Capitán América esta vieja gloria ha sufrido un grave deterioro en su arte.

Descubrí sus lápices por primera vez en este título. A través de los ojos de un chaval de trece años Larsen era una superestrella del cómic. Me encantó cómo dibujó a Spidey y sus villanos icónicos y creo que todavía se ve genial ese trabajo de hace ya 30 años.

La mayor parte del libro, The Amazing Spider-Man números 324 a 350 es sólido. La escritura de Michelinie es siempre divertida y de buen ritmo, y los lápices de Larsen estaban en ese momento en pleno auge de espectacularidad. Para mí está bastante claro que Larsen tiene fortalezas muy específicas en su trabajo, y que involucran solo dos cosas: mujeres sexys y grandes hombres musculosos que se golpean entre sí. Hoy en día ambas “virtudes” no son plato de buen gusto y desde luego no son lo que se busca en un autor. Vuelvo a mi insistente advertencia del contexto en el que nos desenvolvemos. Estamos en una obra que se lleva a cabo en una sociedad de hace treinta años.

La carrera de Erik Larsen en los cómics abarca tres décadas. Es el creador, escritor y artista de Savage Dragon. Es miembro fundador de Image Comics en 1992 y fue su editor entre 2004 y 2008. También ha producido trabajos para una variedad de títulos publicados por DC Comics (Doom Patrol, New Teen Titans, Teen Titans Spotlight, Adventures of Superman, The Outsiders, Aquaman) y Marvel Comics (Punisher, Amazing Spider-Man, Nova, The Defenders, Wolverine, Thor, Fantastic Four: The World’s Greatest Comics Magazine) a lo largo de su carrera. No estamos hablando de un cualquiera.

En esta entrevista, habla de sus influencias y comparte sus pensamientos sobre la narración de historietas, el arte y la creatividad. Los temas adicionales explorados incluyen narración y exposición dentro del contexto de la narración visual; el impacto de los «estilos de la casa» de las editoriales en la estética del cómic; la cuestión de si las prácticas estándar de la industria y las restricciones editoriales mitigan la creatividad y la originalidad; y la importancia de la experimentación dentro del medio.

Larsen entró en el trepamuros antes de la llegada de Todd McFarlane en concreto en The Amazing Spider-Man vol. 1 #287. En una entrevista cuenta como enviaba a los editores muestras de su trabajo mientras estaba dibujando los DNAgents en Eclipse Comics. Jim Salicrup, el editor de The Amazing Spider-Man, llamó a Larsen después de haber recibido sus muestras, pero consiguió un trabajo estable en otro lugar, así que pasarían unos años antes de su primera historia de Spiderman.

Después trabajar en la Distinguida Competencia, Larsen regresó a la Casa de las Ideas un par de años más tarde con The Amazing Spider-Man vol. 1 #324 allá por 1989. Luego se convirtió en el artista habitual con el número 329 e hizo casi todos los números hasta el 350. El número 345, lo hizo Bagley y fue el gran sucesor de Larsen.

Este tomo en concreto contiene varias aventuras muy chulas y destaca desde luego la que da título al tomo. Ahora puede que no tenga el impacto suficiente, pero hacía la friolera de casi 30 años que no teníamos de nuevo a los Seis Siniestros dando guerra por las páginas del trepamuros. Este hecho de por sí os aseguro que fue un verdadero hype.

El concepto de los Seis Siniestros ocupaba un lugar muy diferente en el mundo de Spiderman a principios de los 90; había estado inactivo durante décadas antes de ser revivido por David Michelinie y Erik Larsen.

Comenzando en The Amazing Spider-Man vol. 1 # 334 la aclamada historia «The Return of the Sinister Six» hizo que el Doctor Octopus reformara el equipo de villanos remplazando a Kraven con el Duende. En esos momentos Sergei Kravinoff estaba criando malvas tras su suicidio, y El Duende era Jason Macendale poseído por el demonio N’Astirh, tras los hechos acaecidos en Inferno.

Reunidos para presumiblemente tomar el control del planeta, se reveló que Ock había estado planeando en secreto gobernar el mundo él mismo. Este señor parecido en esa época a Roy Orbison y pelo a lo Lloyd Christmas sabemos que es “la pera” en lo que a afán de protagonismo tiene.

Manipulando a sus socios para que liberaran una toxina en la atmósfera que causaría un padecimiento a los consumidores de heroína mientras vendía una cura, se lía la de “dios es Cristo” con una saga pequeña de seis entregas que hizo las delicias del que suscribe. No sabemos si las farmacéuticas de hoy en días se han inspirado en esta aventura para lo que hoy en día estamos viviendo. EL Hombre de Arena comienza aquí su camino a la redención y llegará incluso a unirse brevemente a Los Vengadores.

En este periodo también veremos desarrollar la relación de la Gata Negra con Spidey y por tanto de Felicia con Peter, y en medio Flash Thompson. Nuestra gata favorita hará uso de Flash para poner celoso a Peter. Una actitud ciertamente absurda, pero conlleva una larga evolución en el desarrollo de la relación de la ex de Spiderman con su nuevo status de casado. En este pedazo de tomo veremos al Escorpión, al Zorro Negro, Tarántula y el mismísimo Doctor Muerte. También habrá lugar para la presentación de nuevos personajes, como Cardiaco, Willie Lumpkin (el cartero de los Cuatro Fantásticos) y veremos el destino de Nathan Lubensky el que fuera el novio de May Parker.

Tenemos otra revancha con Veneno, así como la presentación de Cletus Kasady, quien se convertirá en Matanza unas entregas después. En aquella época las apariciones de Veneno solían distanciarse para evitar que parecieran tan repetitivas como realmente eran. Los enfrentamientos entre Spidey y Veneno empezaron a convertirse en algo innecesario y cansino. Uno de los enfrentamientos da pie a que luego Donny Cates hiciese uso del concepto cuando nos embarcó camino de “Isla Veneno”.

Las tres publicaciones anuales recopiladas aquí comprenden la «Aventura diminuta de Spidey» en tres partes, y aunque la historia principal no es nada trascendental (Spidey se reduce accidentalmente a un tamaño subatómico), es una historia divertida y sólida. Autores de renombre como Gerry Conway, Stan Lee, Gil Kane, Rudy Nebres, Steve Lightle, Rich Buckler, Mike Manley, Alan Kupperberg, Mike Esposito y Sal Buscema contribuyen a esta aventura diminuta.

La colección se cierra con dos partes que son una oportunidad desperdiciada, ya que siendo que el Doctor Muerte fue uno de los primeros supervillanos con los que Spiderman luchó hubiera sido genial verlos realmente enfrentarse pasados los años con la madurez del trepamuros. Sin embargo, se pelean brevemente, y se queda en una historia un poquito insulsa.

En cuanto a la edición debo decir que Panini Cómics como siempre lo hace estupendamente. No solo tenemos una introducción de Julian M. Clemente muy interesante, sino portadas, trading cardas (algunas las tengo), páginas originales, introducciones de David Michilenie y Danny Fingeroth; y las historias de complemento de los Anuales que se incluyen donde nos encontramos a Steve Ditko. Estas últimas no son maravillas, pero ver al maestro siempre es plato de buen gusto, destacando la del Hombre Hormiga. Me quedo también con la de Mick Zeck y J.M. DeMatteis con el Hombre de Arena y su camino a la redención.

En definitiva, años noventa en estado puro, pero sin mediocridad. Tampoco es la excelencia, pero no es algo que debamos rechazar automáticamente, por eso no solo recomiendo este tomo para completistas, sino para los amantes del trepamuros.

Lo mejor

• El dibujo, para mí, de Erik Larsen.
• Volver a ver a Stev Ditko.
• La saga de los Seis Siniestros.

Lo peor

• Argumento entretenido pero lineal.



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