Javier Vázquez Delgado recomienda: Visión, de Julia Gfrörer

Visión - Portada

Edición original: Vision USA (Fantagraphics, 2020)
Edición nacional/España: Alpha Cómic, 2021
Guion: Julia Gfrörer
Dibujo: Julia Gfrörer
Traducción: Montse Meneses Vilar
Rotulación: Daniel Tudelilla Pérez
Formato: Rústica con solapas. 96 páginas, byn. 16,00€

El dolor como rutina

¿Cómo lidiamos con la pérdida? Cuando la ficción se encarga de retratar el dolor causado por el duelo, suele centrarse en los momentos más melodramáticos posibles. Una conversación profunda, un momento de catarsis, un llanto nocturno bajo la lluvia, mientras suena una banda sonora conmovedora. Pero la realidad no suele ser así, claro. En la vida real, el súbito dolor de la pérdida va seguida de toda la rutina que las películas se saltan hasta la siguiente escena. Hay que levantarse y ducharse, vestirse y hacer el desayuno, bajar a comprar el pan, esperar el autobús… mientras a nuestro alrededor todo sigue igual. No hay música emotiva ni bonitos planos, solo lo mismo de siempre, rodeado de un mundo que no sabe que estás roto por dentro y ante el que muchas veces no nos queda más que ponernos una máscara para no llamar la atención. Porque no hay nada más anticlimático para la tragedia que la rutina del mundo real.

Son esos dos conceptos, la rutina y la pérdida, los que aborda Julia Gfrörer en su nueva obra, Visión, publicada por Alpha Decay. Nacida en New Hampshire, esta artista estadounidense comenzó a moverse por la escena underground realizando minicómics autoeditados a través del sello Thuban Press. Su primera novela gráfica llegaría en 2010 de la mano de la editorial Sparkplug, bajo el título de Flesh and Bone, una obra que le granjeó una nominación a los Ignatz y logró llamar la atención lo suficiente como para dar el salto a la primera línea. Esto sería en 2013, cuando su segunda obra, Black is the color, vería la luz de la mano de Fantagraphics, que a partir de entonces se convertiría en su editorial habitual. En nuestro país, sin embargo, no la conocimos hasta el pasado año, cuando la editorial Alpha Decay estrenó su línea de cómics trayéndonos su tercera obra, Laid waste, titulada en español como Devastación. Su llegada fue un gran éxito a nivel de crítica, y este año la editorial se ha animado a traernos su último estreno con tan solo un año de diferencia con su estreno original en Estados Unidos.

En Visión viajamos hasta el siglo XIX para conocer a Eleanor, una mujer que vive con su hermano y su convaleciente cuñada. Atrapada en una indeseada vida de soltera tras la muerte de su prometido, Eleanor ve pasar su día a día entre los cuidados de su cuñada y sus conversaciones con una misteriosa presencia que le habla desde el otro lado del espejo de su cuarto. Una presencia que le ofrece una vía de escape para liberarse de su dolor.

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Desde sus inicios, la bibliografía de Julia Gfrörer se ha caracterizado por unas señas de identidad muy marcadas y personales en su estilo, tanto a nivel de escritura como de dibujo: ambientación histórica con aroma gótico, el horror y la sexualidad entrelazados y contrapuestos y una narrativa erigida sobre páginas en blanco y negro con un trazo fino e imperfecto, todo ello salpicado por un sutil toque sobrenatural. Es su ADN particular, y en esta nueva obra está tan presente como siempre, respirando por cada poro el nombre de su autora. Es por ello que la primera advertencia es clara y sencilla: si leísteis Devastación, es casi seguro que Visión os gustará tanto o tan poco como aquella. Y digo también poco porque creo que un cómic de Julia Gfrörer no es un cómic para todos los lectores.

Visión es, como el resto de las obras de su autora, especial y desafiante. Su dibujo, feísta y poco detallado, no es el tipo de arte que cautiva a un lector al echarle un vistazo a su interior. Su guion, lejos de contar con una estructura convencional de presentación, nudo y desenlace, nos va mostrando momentos desperdigados de la vida de sus personajes hasta darnos casi de bruces con el final de la obra. Y sin embargo… tiene algo. Algo poderoso e hipnótico.

El gran poder de Gfrörer es subvertir lo que esperamos de la ficción y convertirse en algo así como la cronista de las tragedias anodinas. En Visión, la autora quiere hablarnos de la pérdida y la desolación, pero no desde el punto de vista habitual. Frente al clásico relato grandilocuente del romanticismo, la autora explora el lado cotidiano y mundano del relato trágico a través de una protagonista que en cualquier otra historia no sería más que una figurante. Eleanor sufre, como tantas mujeres en la historia, en silencio, sin llamar la atención de nadie y asumiendo su dolor y su necesidad porque así lo dicta el saber estar que impone la sociedad. De hecho, solo llegamos a conocer el interior de su mente al prestar atención a los detalles y gestos que Gfrörer va dejando caer con sutileza a lo largo de sus episodios rutinarios, evitando en gran medida la exposición en el guion. Algo que resulta especialmente interesante por su simbolismo: al igual que en la vida real, aquel que pase de largo sin poner atención a los gestos de Eleanor no llegará a percatarse de que está sufriendo.

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Otro de los grandes rasgos de la autora que no podía faltar es el uso sutil de elementos sobrenaturales que nunca nos terminan de dejar claro qué es real y qué no. A través del supuesto ser que vive en el espejo de Eleanor, Gfrörer nos desnuda, literal y figuradamente, a su protagonista y nos la muestra más vulnerable que nunca mientras nos mantiene con la eterna duda de qué es lo que estamos presenciando. ¿Es el espejo un ente real o no es más que la materialización de la torturada mente de Eleanor? La respuesta, claro, no la terminaremos de encontrar, porque lo que la artista busca en Visión no es responder preguntas, sino sumergirnos en la desolación. Y ello lo logra también gracias a su singular dibujo.

Al igual que en otros trabajos, Gfrörer recurre a una narrativa muy particular cimentada sobre un estilo de página muy concreto: cuadrícula fija (en esta ocasión, de 3×3) con viñetas de contorno irregular, ilustradas con un trazo fino que alterna escenas muy detalladas con otras con aspecto abocetado. El resultado es el de una presencia que, junto a la particular edición de tamaño reducido de la obra, evoca al lector la sensación de estar leyendo de manera furtiva el diario privado de su protagonista. Su personal narrativa logra además mantener un tempo lento y en ocasiones angustioso, que nos ayuda a sumergirnos más aún en la insoportable y amarga rutina de Eleanor. Mención aparte merece el asombroso manejo que tiene Gfrörer para el terror, algo inesperado teniendo en cuenta el estilo de dibujo que utiliza, con páginas en las que predomina el blanco. Hay en concreto una secuencia de viñetas que logra poner el pelo de punta.

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En definitiva, Visión es una obra que sin duda me ha atrapado, pero me gustaría remarcar el aviso a navegantes que mencionaba más arriba y matizar que, a pesar de mi entusiasmo, no es el tipo de obra que recomendaría a cualquiera. Las obras de Julia Gfrörer son muy especiales tanto por su arte como por su narrativa, dependen mucho de la conexión que consigan establecer con el lector y, sin esa conexión, creo que es el tipo de obra que podría parecer pretenciosa e intelectualoide. Soy plenamente consciente, pero a pesar de ello creo que merece la pena intentarlo. Visión es una obra diferente, un vistazo al día a día de aquellos a los que no se les está permitido dejar que su dolor salga al exterior y que terminan siendo dominados por él. No puedo prometeros a todos que sea una obra para vosotros, pero para el que lo sea será una experiencia majestuosa.

Lo mejor

• El peculiar estilo narrativo de Gfrörer te droga como una copa de láudano.

Lo peor

• No es una obra apta para todo el mundo, tanto a nivel de guion como de dibujo. El que no conecte con ella la podría encontrar pretenciosa.



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