Javier Vázquez Delgado recomienda: El fuego nunca se apaga, de Noelle Stevenson
Edición original: The Fire Never Goes Out USA (Quill Tree Books, Harper Collins, 2020)
Edición nacional/España: Astiberri, 2021
Guion: Noelle Stevenson
Dibujo: Noelle Stevenson
Traducción: Gonzalo Quesada
Rotulación: Ana González de la Peña
Maquetación: Alba Diethelm
Formato: Cartoné. 208 páginas, color. 19,00€
Un viaje al corazón de Noelle Stevenson
El pasado verano tuvimos la gran fortuna de disfrutar de una autora de categoría ocupando nuestras tiendas por partida doble. Noelle Stevenson es un nombre que llevamos ya varios años oyendo gracias a sus numerosos y precoces méritos, pasando por distintos escalones del arte, y todo lo que gira a su alrededor siempre es motivo de alegría e interés por ver qué más nos puede regalar esta autora cuyo meteórico ascenso está resultando tan asombroso como merecido.
Nacida en Columbia en 1991, Stevenson comenzó a hacerse un hueco en la industria ya desde muy temprana edad: en 2012 inició la publicación de unas pequeñas tiras en formato webcómic basadas en un personaje creado en sus clases de arte en el Maryland Institute College of Art. Bajo el título de Nimona, la autora empezó a llamar la atención con fuerza, hasta el punto de hacer que la editorial Harper Collins se presentara en su puerta para proponerle publicar en papel el integral completo de las aventuras de su divertida metamorfa. Tras su salida en 2015, Nimona se convirtió en un fenómeno que arrasó entre crítica y premios y que hizo brillar con entusiasmo el nombre de su joven autora, que aún tenía mucho que decir. Fue precisamente en ese año 2015 en el que Stevenson también co-creó dentro de BOOM! Box (sello juvenil de BOOM! Studios) la serie Leñadoras, otro magnífico cómic que volvería a hacerle merecedora de dos premios Eisner y otros cuantos galardones más.
Su flamante éxito en el cómic le valió el billete de entrada a Marvel y DC, donde ha podido realizar algunos trabajos puntuales para personajes como Runaways, Thor o Wonder Woman. Sin embargo, todo eso palidece frente a su otro gran hito artístico, que nada tiene que ver con el cómic. En 2018 Stenveson estrenó She-Ra y las princesas del poder, una popular serie de animación que creó trabajando en DreamWorks Animation y que lanzó la todopoderosa plataforma Netflix con un sonoro éxito.
La figura de Noelle Stevenson gozaba, pues, de una relevancia importante, pero en nuestro país cargábamos con la pesadumbre de no tener acceso a toda su obra. Si bien Leñadoras está siendo publicada por Sapristi con paso lento, su éxito Nimona contaba con una edición de la editorial Océano cuya traducción en español neutro y cuya poca presencia en nuestro país hicieron que pasara algo inadvertida. A ese error, sin embargo, le ha puesto fin este año nuestra querida Astiberri consiguiendo los derechos y trayéndonos una doble sorpresa con el estreno no solo de esa grandísima obra (en una edición renovada de la que ya os hablamos aquí), sino también la última publicación de la autora, una publicación inédita en nuestro idioma: El fuego nunca se apaga.
Publicada originalmente en 2020 por el sello Quill Tree Books de Haper Collins, El fuego nunca se apaga es una obra que realmente cuesta saber si se puede clasificar como un cómic per se, pues en realidad lo que aquí nos encontramos es un diario. En concreto, el libro nos lleva a través de la intimidad de su autora desde el año 2011 al 2019, recopilando las notas y dibujos personales que Stevenson fue apuntando durante toda aquella época en la que vivió una enorme evolución tanto profesional como personal.
Huelga decir que, por supuesto, El fuego nunca se apaga es una obra cuyo interés depende enormemente del lector (bueno, técnicamente siempre es así, pero ya me entendéis). La obra que aquí nos ocupa no es siquiera una autobiografía, sino un cúmulo de dibujos y textos iguales a los que cualquiera de nosotros podría tener en un cuaderno en el que se desahoga de vez en cuando. Con la excepción, claro, de que la mayoría de nosotros no tenemos el talento de Noelle Stevenson. Las páginas que encontramos aquí nos demuestran la tremenda energía artística que rezuma la autora, incluso en viñetas e ilustraciones inconexas en las que se aprecia que el único motor común es el desfogue de la artista en momentos de introspección. Unas simpáticas crónicas sobre la última película que ha visto, una ilustración acompañada por una frase pesadumbrosa, un diálogo con su yo del pasado, una canción… Todo tiene cabida en las páginas de este diario con el que su autora, presa de una pulsión artística insaciable, nos desnuda su corazón por completo.
Estas características hacen evidente que El fuego nunca se apaga es una obra de gran interés para cualquier fan de su autora, y podrían vaticinar, claro, lo contrario: que quienes no sientan debilidad por su carrera no disfrutarán mucho de su lectura. Esto va a ser lo más posible en una gran mayoría de casos, pero hay una cuestión por la que creo que el libro sí podría interesar a ciertos lectores que no conozcan a Stevenson, porque El fuego nunca se apaga es también una magnífica ventana hacia el viaje a la madurez de un individuo. En ese 2011 en el que inicia el libro, Stevenson cuenta con apenas 20 años, y lo que vamos presenciando a continuación son los pasos que la autora fue dando a lo largo de su recién estrenada vida adulta en todos los aspectos posibles. En sus notas y viñetas vemos no solo cómo su vertiginoso éxito va acompañado de unos enormes ataques de inseguridad, sino también todo el proceso a partir del cual la joven autora fue descubriendo su identidad sexual hasta abrazar por completo su homosexualidad. Para todos aquellos que hayamos vivido grandes cambios en nuestra madurez resultará difícil no sentirnos identificados en los diálogos que la artista estadounidense plasma con su yo del pasado. A fin de cuentas, a todos nos gustaría poder vernos en nuestros momentos de flaqueza y decirnos “tranquilo, al final lo conseguirás”.
En definitiva, El fuego nunca se apaga es una obra diferente. Lejos de narrarnos una historia en viñetas, Noelle Stevenson coge su diario personal y nos los muestra sin tapujos hasta desnudar por completo su alma a lo largo de su madurez. Su carácter personal hace que no sea una obra que vaya a satisfacer a muchos lectores, pero como mínimo será del interés de los seguidores de una autora con un enorme talento y una creatividad abrumadora.
Lo mejor
• El innato talento de Noelle Stevenson para plasmar emociones incluso con notas fugaces.
• El íntimo viaje a través de su madurez.
Lo peor
• No es un cómic, sino un diario MUY personal. Es posible que solo los seguidores de la autora lo encuentren de interés.
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