Javier Vázquez Delgado recomienda: Los viajes de Juan sin tierra, de Javier de Isusi

portada

Edición original: La pipa de Marcos (Astiberri 2004), La isla de Nunca Jamás (Astiberri, 2006), Río Loco (Astiberri, 2009) y En la tierra de los Sin Tierra (Astiberri, 2010).
Edición nacional/España: Los viajes de Juan sin tierra (Astiberri, 28 de octubre, 2021)
Guion: Javier de Isusi
Dibujo: Javier de Isusi
Formato: Cartoné. 663 páginas. 30€

Viaje rupturista a Latinoamérica

«Yo… quiero… quiero ser solo lo que soy»

Lo establecido, el canon, la pauta. En esos términos nos movemos habitualmente. Nos sentimos cómodos viajando en el transporte de siempre, que nos lleva a lugares similares. Pero si por algo se define esta época, que por suerte o por desgracia nos ha tocado vivir, es por la constante ruptura de lo establecido. La ruptura no siempre implica avance o mejoría, y nunca es agradable de ver. Siempre está atada a la concepción de la evolución, que implica la destrucción de algo para que se dé el alumbramiento de otra cosa. Uno de los seres que más ha acusado esa evolución, es la narración, siempre atada a la cultura imperante, siempre a merced de la evolución social inherente al ser humano y exacerbada estas últimas décadas. Esta obra, como era de esperar, es hija de dicha evolución, de esa ruptura de los cánones; tanto es así que hace de ella su principal característica. Pero antes de seguir indagando en este excelso trabajo, conozcamos a su artífice.

Autor Javier Isusi

Javier de Isusi (entrevista) nació en Bilbao, en 1972. Estudia arquitectura en las escuelas de San Sebastián y Lisboa, y tras terminar la carrera, se dedica a la profesión durante no mucho tiempo. Emprende un viaje que le llevará durante un año a recorrer buena parte de Latinoamérica, para, a su vuelta, decidir que se dedicaría exclusivamente al oficio de narrador de cómics. Su carrera profesional, tras ganar pequeños certámenes de cómics, comenzaría en 2004, con la llegada de Los viajes de Juan Sin Tierra. Esta saga consta de cuatro capítulos, a saber: La pipa de Marcos (Astiberri 2004), La isla de Nunca Jamás (Astiberri, 2006), Río Loco (Astiberri, 2009) y En la tierra de los Sin Tierra (Astiberri, 2010). Es una tetralogía inspirada de alguna manera en sus propios viajes, y que hoy reseñamos. Entre sus obras más destacadas podemos encontrar la novela ilustrada de El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde (Astiberri, 2012), Ometepe (Astiberri, 2012), He visto ballenas (Astiberri, 2014), con el que sería nominado a los premios de los festivales de cómic más importantes de España y Francia, Transparentes (Astiberri en colaboración con la Comisión de la Verdad de Colombia y Hegoa, 2020), o su obra más reconocida, La divina comedia de Oscar Wilde (Astiberri, 2020), la cual le llevaría casi cinco años de trabajo y que sería galardonada con el Premio Nacional del Cómic 2020 y el de la AACE.

La tierra de Juan sin tierra

Esta obra nos narra la aventura de Vasco, quien va en busca de su amigo de la infancia Juan (sin tierra). Para ello comenzará un viaje que le llevará desde México, pasando por Nicaragua, hasta Brasil, al igual que por Peru, Ecuador, o las tribus del Amazonas. Por el camino se encontrará un sinfín de personajes carismáticos, y de situaciones o lugares tan bellos como trágicos. El integral, está dividido en cuatro grandes capítulos:

La pipa de Marcos (Astiberri 2004), 116 páginas: En el que Vasco emprende su viaje, para dar a parar a un pueblo de Chiaspas llamado La Realidad. En él conviven indígenas voluntarios europeos que sirven de revulsivo del ejercito zapatista y las fuerzas del gobierno. Todo el álbum se impregna de una suerte de nebulosa en la que nadie parece decir la verdad ni sobre la situación que viven, ni sobre el paradero de Juan.
La isla de Nunca Jamás (Astiberri, 2006), 162 páginas: Vasco, sigue los pasos de Juan hasta Nicaragua, más precisamente a la isla de Ometepe del lago Cocibolca, donde se supone que Juan pasó un tiempo haciendo artesanía. Su viejo amigo dejó aquella isla hace años, pero Vasco se ve inevitablemente inmerso en una historia de violencia y venganza entre los niños abandonados a su suerte tras el paso por un orfanato, cuya función era lucrar a los administradores, y dichos dirigentes.
Río Loco (Astiberri, 2009), 172 páginas: Las pistas de su búsqueda de Juan le llevan a Vasco a desembocar ahora en Río Loco, en la selva amazónica. Vasco alcanza Quito, la capital de Ecuador, donde se le revela que su amigo se atrevió a internarse en la selva amazónica buscando una comunidad indígena virgen. Siguiendo sus pasos llegará a Borja, la última aldea donde fue visto y en la que le dicen que murió en la selva. Vasco, decidido a terminar su viaje cueste lo que cueste, se adentrará en el hostil paraje en su busca.
En la tierra de los Sin Tierra (Astiberri, 2010), 151 páginas: En este último volumen, Vasco alcanza el final de su viaje, (encontrando o no a Juan, algo que por motivos obvios no se desvelará aquí). Es el volumen en el que se cierran todos los caminos abiertos en las anteriores entregas, poniendo a Brasil como marco de gran parte de la acción. Un cierre digno con descubrimientos tanto internos como externos y que terminarán por transformar al protagonista de nuestra historia.
– Las páginas 485-488 incluyen la adaptación al cómic realizada por Javier Isusi de la canción Magia para el disco Mentiroso, mentirosos, mentiroso, de Iván Ferreiro (2008) compuesto por Cesar Pop.
– Las páginas 658-661 incluyen la historieta Praia do Guincho que realizó Javier Isusi originalmente para la revista El Balanzín nº6 (noviembre de 2010)

Nos encontramos ante una saga compleja, rica en detalles y muy ambiciosa. Lo primero a destacar sería su labor desmitificadora, en todos los sentidos del término. Claudio Maringelli, quien escribiría un ensayo sobre esta obra, Descolonizar la aventura (Astiberri 2021), en el texto con el que se cierra la obra nos explica mucho en este sentido. Él divide esta ruptura del mito en tres partes: “Descolonización de América latina” poniendo el foco en la idea de frontera y de la rebelión del pueblo, “Descolonización de la aventura”, en la que se nos incide en la Alteridad como elemento unificador, y la no exaltación de lo exótico para poder avanzar hacia una verdad más tangible en los lugares que muestra, y la “Descolonización del héroe”, en la que cierra el círculo con el propio protagonista como elemento desmitificado, no siendo necesaria la victoria del mismo, sino su renuncia, su capacidad de adaptación y de reconocimiento.

Vasco, el protagonista, es una clara referencia a Corto maltes. Pero este Corto tiene una evolución notable en el avance de la historia. En el primer, incluso segundo capítulo, vemos un personaje mucho más afín con el marinero de Hugo Pratt. Pero con la llegada del tercer y cuarto capítulo, este personaje se modifica, evoluciona de tal manera que se llega a convertir en un Corto iluminado, un héroe siendo desmitificado, libre de lo que siempre le perteneció por su propia naturaleza. Un personaje que se revisa a sí miso para lograr alcanzar un estado superior de su propia esencia. Y no por eso significa que alcance una iluminación absoluta, sino más bien una capacidad de comprensión de su alrededor redentora.

Napo, uno de los personajes secundarios que aparecería en la tercera y cuarta parte, es un indígena que por momentos se nos presenta como una mujer, y luego se revela como un hombre. Que se nos presenta como alguien occidentalizado para después presentarse como un indígena. Sin duda es el personaje más interesante de toda la historia, después de Vasco, pues en él confluyen muchas de las dualidades del ser humano y que por supuesto se dan en el personaje. Es la liberación del mito indígena, pero también del mito masculino o femenino. Es la liberación del género y de la frontera.

En sus páginas nos vamos a encontrar un sinfín de referencias, tanto en lo visual como en lo literario. Sin ir más lejos, el segundo capítulo llamado La isla de nunca jamás hace referencia a la historia de James Matthew Barrie y a su Peter Pan. Y no solo en la premisa, con los niños del orfanato en una isla, sino que las propias connotaciones subtextuales hacen constante referencia al texto de Barrie. Aclarar que la historia se ve más relacionada con la obra literaria que usaba el elemento de la sátira para evidenciar los problemas del colonialismo y de la incongruencia del pensamiento de Peter y sus compañeros.

También veremos claras alusiones a autores como Mark Twain y Edgar Allan Poe, o a obras como El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. Pero si hubiese que relacionar un autor y su obra a este trabajo, y que curiosamente no es mentado en ningún momento, sería Hermann Hesse y sus obras Siddharta y El lobo estepario. Comparten gran parte de su desmitificación, de su capacidad de evolución interna del protagonista en pos de un incremento de la comprensión por lo externo. Una escucha por lo ajeno que se va acentuando mientras avanzan las páginas, y que se percibe como el elemento indispensable y catalizador de la iluminación de dicho protagonista.

Recalcar que Los viajes de Juan sin tierra componen una obra de aventuras que se puede disfrutar sin más pretensión que la misma aventura, pese a que se perderían muchos detalles que hacen de este trabajo un excelso ejercicio narrativo y reflexivo. En él encontramos un viaje, un sinfín de incógnitas que se irán revelando, logrando que la aventura nos rememore a las historias más clásicas del género. También se nos presentará el pasado de Vasco, sus amores y sobre todo sus desamores, su búsqueda de sí mismo enmarcada en una pérdida de lo ajeno, entre lo que se cuenta las personas que amó.

Entrando en el apartado gráfico, Isusi no se queda atrás. Si con la historia da un golpe en la mesa, con el dibujo lo enfatiza. Hace un uso de las sombras prodigioso, con unos negros inmersivos y muy precisos. A este respecto tiene algunas reminiscencias al Corto Maltes de Hugo Pratt, con un estilo menos barroco y salvando las distancias, pero cuya presencia e influencia se hace notar. También se puede atisbar en el estilo, y sobre todo en el uso de las masas de negro, un parecido al pincel de Frederick Peeters, con el que comparte en su Lupus, no solo ese viaje redentor al interior del personaje, sino el aspecto visual de la obra. El autor no tiende a llenar de detalles las viñetas, pese a que hay muchas de ellas colmadas de los mismos, pero en general se inclina a una simplificación de lo mostrado, siendo la manera más eficaz de remarcar lo que acontece en cada momento.

Podremos encontrar también varias páginas a color que nos demuestran que Isusi es un autor completo, que funciona tanto en un registro en blanco y negro como en uno a color, algo que a nadie le sorprende a estas alturas. Pequeño paréntesis merecen las pinturas casi rupestres con las que nos introduce en los momentos de mayor exaltación interior del protagonista. En general es un dibujo que acompaña la historia a la perfección, recordándonos a un registro clásico pero que se revuelve lo suficiente, con maestría, como para separarse y lograr alcanzar un aspecto moderno.

La edición integral que nos ofrece Astiberri es una maravilla. Pese a su grosor abultado, su lectura es agradable gracias a la edición y a su poco peso (relativo en comparación con el tamaño), incluso teniendo un gran gramaje en las hojas. Para cerrar la edición nos obsequian con un texto, antes citado de Claudio Maringelli de 10 páginas, en el que se nos incidirá a escarbar en las profundidades de la obra.

En conclusión, nos hallamos ante una obra grandiosa, que alcanza una enorme profundidad tanto de conceptos tratados como de revisión de los mismos. Con ella se sentirán aludidos todos los públicos, tanto los más puristas como quienes estén a la busca de obras rupturistas. Todo ello acompañado de un apartado visual tan excelente como la historia en sí. Una verdadera delicia del noveno arte.

Lo mejor

• La ruptura de lo establecido tanto a nivel narrativo como social.
• La enorme cantidad de referencias a las que homenajea sin caer en paternalismos.
• Un uso de las sombras exquisito.
• El personaje de Napo.

Lo peor

• Es un tomo voluminoso, no especialmente fácil de manejar para quien no esté acostumbrado.
• Como todo lo bueno, se acaba.



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