Javier Vázquez Delgado recomienda: Los años de internet, de Damian Bradfield y David Sánchez
Edición nacional/España: Los años de internet (Astiberri, 2021)
Guion: Damian Bradfield y David Sánchez
Dibujo: David Sánchez
Color: David Sánchez
Traducción: Santiago García
Realización técnica: David Sánchez, Alba Diethelm y Ana González de la Peña
Formato: Cartoné. 88 páginas. 17€
La cara oscura del mundo digital.
«Oiga, ya he salido de su tienda, no me interesan, y aunque me interesaran, no me gusta que me vaya siguiendo por todas partes. ¿Pero acaso es legal que se comporte así?»
Salir de una tienda y que el vendedor nos siga el resto del día en nuestros quehaceres habituales para intentar cerrar la venta nos puede parecer una locura, pero es justo lo que nos sucede cuando navegamos por internet, además de ser el argumento de la primera de las cinco historias que podemos leer en Los años de Internet, el nuevo cómic que David Sánchez (Madrid, 1977) ha realizado con la colaboración en el guion de Damian Bradfield (Canterbury, Inglaterra, 1977), el fundador de WeTransfer, editado recientemente por Astiberri. Las historias que componen el tomo nos trasladan a un futuro cercano, donde nos presentan una distopía en la que los logaritmos de las grandes empresas digitales controlan casi cada aspecto de la vida, una pesadilla ultracapitalista y neoliberal donde todo está encaminado a la búsqueda de sus beneficios sin ningún tipo de escrúpulo. Aunque quizás cabría preguntarnos si estamos de verdad ante una historia distópica, puesto que nuestra realidad cada vez se asemeja más al futuro que nos pinta la obra, aunque el humor negro y misántropo tan propio de las obras del autor madrileño la dota de una sensación de irrealidad.
Cada poco tiempo aparece en los medios de comunicación alguna noticia que relata alguno de los múltiples abusos y vulneraciones de nuestros derechos que se producen en el mundo digital. Todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando conocimos las revelaciones de Snowden sobre el espionaje masivo que llevan a cabo algunos gobiernos. Sin embargo, en el primer mundo toleramos sin problemas algunas otras prácticas lesivas para nuestros derechos, mientras seguimos haciendo uso de internet a diario, sin importarnos los datos e información personal que cedemos a cambio y tolerando un acoso por parte de las empresas que no permitiríamos de ser algo presencial.
Las historias que componen está obra satirizan y exageran algunas de las practicas que todos tenemos que soportar a diario en nuestra presencia en el mundo digital. En ellas nos encontramos una acida critica a la publicidad invasiva, los contratos con condiciones abusivas, los monopolios comerciales que ejercen algunas empresas, la brecha digital que está provocando que gente que se esté quedando sin servicios esenciales por no tener acceso a internet o las consecuencias que está teniendo para el medioambiente las emisiones que provocan esas grandes empresas en su afán por maximizar los beneficios. Como sucede con todas las obras antológicas las historias incluidas, aunque forman parte de un todo global, no tienen ni la misma calidad, ni la misma capacidad para impactar al lector.
De la misma manera que pasa en todas las obras del autor de Un millón de años, Museomaquia o En otro lugar, un poco más tarde, en esta ocasión también nos pone ante un espejo que nos nuestra una realidad que muchas veces no queremos ver, aunque en este caso no nos muestra nuestro lado más oscuro, sino que lo hace del lado más oscuro de la era digital gracias a la ayuda en los guiones de Bradfield, un perfecto conocedor del tema como ha reflejado en su ensayo The Trust Manifesto: What You Need to Do to Create a Better Internet. Su influencia en el guion hace que estamos ante una obra menos criptica que las que nos acostumbra a ofrecer el autor madrileño, lo que la convierte en más accesible para todo tipo de lectores, aunque conservando algunas de sus señas de identidad igualmente presentes como un cierto tomo surrealista que es marca de la casa.
En el apartado gráfico nos encontramos con el estilo habitual de David Sánchez tanto en los aspectos narrativos con los diseños, tanto de los personajes como del mundo en el que habitan. Sigue utilizando su estilo de línea clara que nos remite a autores como Hergé o Charles Burns y que siempre otorga a sus trabajos un halo de presunta frialdad, sin embargo, le ayuda a la hora de crear atmósferas turbias y deshumanizadas que resultan particularmente apropiadas para el tipo de historias que conforman este cómic. En esta ocasión brilla especialmente a la hora de mostrarnos un mundo similar al nuestro de manera que consigamos vernos reflejados, pero a la vez diferente, como si se moviera un plano de existencia ligeramente separado del nuestro, para que las historias resultan más impactantes. Y siempre con unos diseños en los que está presente su particular iconografía personal.
Como siempre Astiberri hace una edición de calidad con buena reproducción, tapa dura y un diseño muy cuidado, algo que unido a la temática tan interesante de la obra la puede convertir en una buena opción para regalarlo en estas fiestas.
Los años de internet es una bofetada de realidad, que nos debería incitar a cuestionarnos sobre las practicas que abundan en la red por parte de las grandes empresas y a tratar de cambiar ese modelo. Un notable trabajo que deja ver lo mejor de los que es capaz David Sánchez, pero firmando un trabajo que puede gustar a quienes no son incondicionales de sus obras.
Lo mejor
• Una obra que nos invita a reflexionar sobre el mundo digital y sus peligros.
• El estupendo dibujo capaz de crear un mundo cercano, pero a la vez muy diferente al nuestro.
• Al ser un trabajo coguionizado por Damian Bradfield resulta más accesible y puede llegar a mayor número de lectores.
Lo peor
• La irregularidad de las historias.
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