Javier Vázquez Delgado recomienda: Viuda Negra: Witsi Witsi Araña

Edición original: Marvel Knights: Black Widow 1-3, v2, 1-3 y MAX Black Widow: Pale Little Spider 1-3 USA (Marvel Comics, 1999-2003)
Edición nacional/España: Viuda Negra: Witsi Witsi Araña (Panini Cómics, 2020)
Guion: Devin Grayson, Greg Rucka
Dibujo: J.G. Jones, Scott Hampton, Igor Kordey
Entintado: J.G. Jones, Scott Hampton, Igor Kordey
Color: Dave Kemp, Scott Hampton, Chris Chuckry
Formato: Tapa Dura. 224 páginas. 23,00€

Reinventando a la Viuda Negra

«Estoy trabajando, así que llámame Viuda Negra»

A rebufo del programado estreno en 2020 de la película protagonizada en solitario por la Viuda Negra (creo que no hace falta decir que en 2020 pasó “algo” que retrasó el estreno de la totalidad de películas a nivel mundial), Panini edita una recopilación con las tres miniseries que publicó Marvel dedicadas a la Viuda o casi sería mejor decir, Viudas, entre finales de los 90 y comienzos de los 00.

Los 90 fueron años extraños para la Viuda Negra. Creada como villana de Iron Man en 1964 para la cabecera Tales of Suspense, la evolución del personaje en los años siguientes la había llevado a convertirse (como en el caso de otros supervillanos como Mercurio y la Bruja Escarlata) en una heroína de pleno derecho, llegando a unirse brevemente a grupos como los Vengadores o los Defensores. A nivel gráfico, los 90 nos dejaron una Natasha Romanoff en traje gris que había sido presentada por Frank Miller durante su etapa en Daredevil. A nivel narrativo, el desarrollo más importante para el personaje sería su cada vez más importante presencia en la colección de los Héroes más Poderosos de la Tierra. Desde 1991 hasta 1996, la Viuda sería un vengador recurrente, llegando a convertirse en líder del grupo durante la estancia de Bob Harras al frente del título. Es en esos años, además, cuando se fue creando la relación de respeto y amistad que une a Natasha con Steve Rogers y que no es difícil ver cómo sirvió de inspiración para la que ambos personajes acabaron desarrollando en el Universo Cinematográfico Marvel.

Sin embargo, tras Heroes Reborn y Heroes Return, la Viuda Negra había pasado a un segundo plano en el universo Marvel. A finales de los 90, otro experimento editorial en la Casa de las Ideas había tenido más éxito de lo esperado. Hablamos de Marvel Knights. Marvel había “prestado” varios de sus personajes al estudio dirigido por Joe Quesada y Jimmy Palmiotti con buenos resultados en general. Las nuevas direcciones en colecciones como Daredevil, Inhumanos o Pantera Negra eran un necesario cambio de aires que además habían sido bien recibidas por público y crítica (mejor no mencionar el fracaso del Castigador “sobrenatural”). Con estos resultados, Marvel continuó confiando en los jóvenes autores para relanzar nuevos personajes dentro del sello Marvel Knights. La siguiente en la línea de salida sería la Viuda Negra.

Palmiotti y Quesada contactaron con una amiga y guionista que se había labrado buena fama escribiendo para DC, Devin Grayson. Grayson no las tenía todas consigo cuando le ofrecieron hacerse cargo de una miniserie de la Viuda Negra. No solo porque ella no se sentía lo suficientemente familiarizada con el universo Marvel (nunca escondió que ella se había criado leyendo casi exclusivamente cómics de DC) sino porque, al haber sido una reconocida escritora en Catwoman, temía ser encasillada en cómics protagonizados por mujeres. Aún así, la libertad absoluta que le dieron para hacer lo que quisiera, acabó por decantar la balanza

Esta es la génesis, en resumidas cuentas, de la primera miniserie que engloba este tomo de Panini. Black Widow vol.1, también conocida en inglés como “Itsy-Bitsy Spider” y cuya traducción al castellano es muy particular, consta de tan solo tres números y presenta una historia de espías con aroma a película de James Bond. La trama es muy sencilla. En un imaginario país de oriente medio, un científico ha creado una biotoxina y la Viuda es quien debe encargarse de hacerse con ella para evitar su uso con fines terroristas. La novedad, y lo realmente importante de esta historia, es la aparición de la nueva Viuda Negra, Yelena Belova. Belova es la “heredera” del título de Viuda Negra en Rusia tras la defección de Natasha. Esta segunda Viuda es más joven, imprudente y ambiciosa. El relato nos la presenta con una necesidad imperiosa de derrotar a Natasha, de demostrar que es mejor que ella. La interacción entre ambas mujeres será lo mejor de la miniserie, una historia repleta de acción y de constantes tiras y aflojas entre las Viudas. Grayson hace un gran trabajo enlazando la historia de Natasha con su situación actual, sin olvidar lo importante de sus relaciones con Alexei y Daredevil. Aún más, la comparativa Natasha-Yelena le permite mostrar el corazón y sentido de un personaje como la Viuda Negra. Espía, asesina, superhéroe, pero siempre con conciencia moral, Natasha trata de construir una (imposible) relación maestra-alumna con Yelena, explicándole el terrible mundo en el que se mueven, el precio que hay que pagar por ser la Viuda Negra. La miniserie también está brillantemente ilustrada por J.G. Jones, con un estilo muy limpio y cinematográfico. Otro de los aciertos a sumar es la inclusión de la iconografía clásica de la heroína con su traje negro setentero, cinturón y melena pelirroja.

De la aventura de espías a lo James Bond pasamos al thriller de espías conspiranoico en Black Widow vol.2, publicado en 2001. De nuevo una miniserie de tres números, en este caso escrita a cuatro manos por Grayson y Greg Rucka, y dibujada por Scott Hampton en un estilo más pictórico que recuerda a las acuarelas de autores como Jon J. Muth. La interacción Natasha-Yelena se repite pero con un toque más siniestro. SHIELD secuestra a Yelena y lleva a cabo un intercambio de caras que imita lo que cuenta la película de 1997 Cara a cara de Nicolas Cage y John Travolta. El plan es que Natasha, con el rostro de Yelena, contacte con un militar ruso y consiga información acerca de unos misiles nucleares perdidos. Y, sin embargo, la mayor parte del relato está dedicado a la crisis de personalidad de Yelena, vagando por Nueva York como Natasha Romanoff, visitando su piso e interaccionando con Daredevil. El final, Natasha intentará, de nuevo sin éxito, convencer a Yelena de que abandone una vida como espía que la acabará convirtiendo en una simple herramienta de intereses más poderosos. De ritmo trepidante y dibujo con una atmósfera opresiva, esta segunda miniserie se beneficia de la capacidad de Rucka para analizar la psicología de mujeres fuertes pero con disfuncionalidades, como en el caso de Yelena.

Por último, el tomo se cierra con Black Widow: Pale Little Spider, en este caso con Rucka a los mandos y el dibujante (de infausto recuerdo para los fans de los X-Men de Grant Morrison) Igor Kordey. Aquí, la protagonista única será Yelena, en una historia que bien podría tener lugar en el pasado antes de su primer encuentro con Natasha. La historia, de nuevo, parece más una excusa para analizar la psicología del personaje. En la trama, el militar que ha ejercido la labor de mentor de Yelena durante su entrenamiento en la Sala Roja, es encontrado muerto en un club BDSM. La investigación, llena de giros, permite al lector acercarse a las motivaciones y miedos de Yelena, un personaje que aquí se muestra tan frío como vulnerable mientras desciende (literal y metafóricamente) hacia una espiral de secretos y medias verdades que se cierran con un sorprendente giro final. La inclusión de esta serie en el sello MAX permite a Rucka hablar explícitamente de la imagen altamente fetichizada de la Viuda Negra. Al fin y al cabo y como le dice un personaje: “Yelena, eres joven y guapa y vas vestida con cuero negro ajustado”. Si es un juego de metalenguaje, nadie debió decirle nada al portadista Greg Horn, que continua con su conocida labor de ilustrar mujeres en posiciones y vestimentas sexualizadas en exceso. Kordey, un dibujante que tiende a lo grotesco, especialmente en sus expresiones faciales, es un acierto en esta historia, sobre todo en sus descripciones del club BDSM, perturbador y misterioso a partes iguales.

Tres miniseries. Dos personajes. La ascendencia de Yelena en el universo Marvel la ha llevado a ser incluido en el UCM y con un, previsiblemente, rol cada vez más importante. Para los que conocieron a Natasha en Los Vengadores de Harras, será extraño ver esa regresión del personaje. De espía a superhéroe y de ahí de nuevo a ser una “simple” espía. La sensación es que Natasha sabe que el mundo del espionaje es horrible, pero no puede escapar de su influjo. Para bien o para mal, la imagen del personaje que se presenta en este tomo es el que ha permanecido en el resto de lo que llevamos de siglo. Esta es la Natasha que llegó al UCM. No podemos hablar, por tanto, de una renovación en balde. Tres historias. Dos espías. Todo en un tomo que merece la pena.

Lo mejor

• La creación de Yelena Belova y su desarrollo en las tres miniseries

Lo peor

• Ningún gran pero. Quizás que las dos primeras miniseries, en cuanto a trama, están lejos de ser originales



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