Javier Vázquez Delgado recomienda: ZN Indie: Novedades USA #60

¡Bendis ha vuelto! Ver para creer. A ver si eso significa que en breve podré comentar un nuevo cómic de Powers.

Joy Operations #1, de Brian Michael Bendis y Stephen Byrne. Por José María Vicente

Edición original: Dark Horse Comics
Guion: Brian Michael Bendis
Dibujo: Stephen Byrne
Color: Stephen Byrne
Rotulación: Joshua Reed
Formato: Grapa. 26 páginas. $3,99

Qué sensación más rara me produce escribir sobre un cómic de Brian Michael Bendis en esta sección. Joy Operations es su primer cómic indie desde el lejano 2004, es decir, ¡desde hace más de quince años! Gracias a una generosa oferta de Mike Richardson, el fundador y mandamás de Dark Horse Comics, el guionista vuelve al mundillo en el que alcanzó la madurez creativa.

En los diecisiete años que han transcurrido desde el final del primer volumen de Powers mucho ha cambiado la industria del cómic americano. Pero no los guiones de Bendis. Siguen los mismos esquemas, todos los personajes hablan de forma parecida, usando interjecciones y repeticiones, hay alguna que otra página doble y los bocadillos se amontonan en cada viñeta debido a la cantidad de texto (me apiado del rotulista). Al decir que el guion del primer número Joy Operations repite misma formula no creo estar sorprendiendo a nadie.

Ahora bien, al ser esta una serie de autor, Bendis no debe atenerse a restricciones o continuidades y caracterizaciones que respetar. Ni está obligado o incentivado a mutilar sus guiones en pos de vender crossovers y eventos. Puede contar una historia que no se vea lastrada por sus manías y costumbres, aunque no tengo claro que este sea el caso de Joy Operations.

El primer número de la serie es una introducción entretenida, pero también confusa ocasionalmente en la primera lectura debido a la forma en la que Bendis va presentando en los diálogos sus ideas. Ideas nada innovadoras; las hemos visto en muchas otras series indie de ciencia-ficción. Y Bendis no me deja claro qué esperar de esta serie aparte de acción digna del mejor blockbuster, gracias al excelente dibujo de Stephen Byrne es una maravilla (qué suerte tiene Bendis, que siempre escribe guiones para los mejores dibujantes del cómic americano). Todo el número es una secuencia de acción en la que el dibujante se luce, mostrandose apto para las páginas dobles y organizar los larguísimos diálogos marca de la casa. Nos quedamos impresionados pero al mismo tiempo insatisfechos. En comparación con cualquier otro cómic de autor de Bendis, este inicio es breve y lento, las diez primeras páginas de cualquier otro cómic. Más que a Powers, el debut de Joy Operations me recuerda sus cómics de Marvel en los que su predilección por una narrativa lenta y cinematográfica, el llamado decompressive storytelling, llegaba a hacerse insufrible en formato mensual.

Por lo tanto, me abstengo de recomendar Joy Operations hasta que esté en mis manos el tomo recopilatorio. Seguro que en ese formato el ritmo de la serie será más agradable, más ameno y menos frustrante.

Newburn #1, de Chip Zdarsky y Jacob Phillips. Por José María Vicente

Edición original: Image Comics
Guion: Chip Zdarsky
Dibujo: Jacob Phillips
Color: Jacob Phillips
Rotulación: Joshua Reed
Formato: Grapa. 26 páginas. $3,99

Newburn tiene uno de los mejores equipos creativos posibles. Chip Zdarksy, uno de los mejores y más versátiles escritores del cómic americano, y Jacob Phillips, el dibujante del notable neo-western That Texas Blood y colorista de los últimos trabajos de su padre, Sean Phillips. Con un equipo como este, sinónimo de calidad, ¿qué necesidad hay de escribir un texto para recomendarla?

Easton Newburn, el protagonista de la serie, es un detective privado a sueldo de las organizaciones criminales de Nuevas York. Pero no se dedica a investigar la identidad de soplones molestos, sino a resolver casos relacionados con el mundo del hampa, con las rencillas que mantienen sus mecenas entre ellos. En este número, el caso es el asesinato de un criminal que le robó dinero a su organización.

En menos de 30 páginas, Zdarsky y Phillips consiguen narrar una historia de investigación con diálogos realistas, con personajes interesantes, una pizca de humor cínico, sorprendentes y efectivos giros de guion, deducciones razonables (el mayor error de muchas series de detectives: tener un protagonista que prácticamente es capaz de adivinarlo todo) y un final que resuelve satisfactoriamente el misterio. Muy poco vemos del submundo criminal en el que el protagonista se mueve como pez en el agua; solo lo suficiente para constatar que aún queda mucho por descubrir, hay material para contar decenas de historias igual de interesantes. Y qué bien dibuja, colorea y rotula Phillips. Así de bonitas deberían ser todas las series de detectives.

El trabajo de Phillips incita a comparaciones entre Newburn y las series del dúo Brubaker/Phillips. Al fin y al cabo, el trazo de Jacob está influenciado por el de su progenitor y el coloreado de Newburn guarda similitudes con el de Criminal. Es tentador, pero no cometáis tal error porque os llevaréis una decepción. Una serie como Criminal rinde tributo a los clásicos del género negro, mientras que Newburn tiene otras influencias: series de televisión como Ley y Orden y documentales y libros sobre el crimen organizado neyorquino.

En resumen, recomiendo Newburn. Si os interesa la premisa y no tenéis referentes erróneos, no hay nada que temer.


Radio Apocalypse #1, de Ram V, Anand RK y Anisha. Por Alfonso del Pino

Edición original: Vault Comics
Guion: Ram V
Dibujo: Anand RK
Color: Anisha
Formato: Grapa. 36 páginas. 4,49 €

Ya ha pasado mucho tiempo desde que aquella roca espacial pulverizara el mundo. Ahora, la última emisora de radio de todo el planeta se encuentra en Bakerstown. Radio Apocalypse emite hacia lo desconocido, es un faro en la oscuridad para los que vagan por los parajes más recónditos. Pero Bakerstown está a punto de cambiar radicalmente. Entre los refugiados que acuden al precario asentamiento, un niño huérfano al que atrapan en medio de un robo entrelazará su destino con el de la estación de radio. Es así como comienza esta mezcla de amor, desamor y esperanza inextinguible; esta banda sonora del fin del mundo.

Esa es la premisa de la que parte Radio Apocalypse, una obra que cuenta con guion de Ram V, dibujo de Anand RK y color de Anisha. Estamos ante una historia posapocalíptica que le da muchísima importancia a la música. Tanto es así que, en las primeras páginas del primer número, nos encontramos con un mensaje en el que los autores se dirigen a los lectores. En él, se nos pide que, si en la historia del cómic comienza a sonar cualquier canción, hagamos el esfuerzo de buscarla y escucharla mientras leemos la escena pertinente, pues así es como han ideado ellos la experiencia.

Debo decir que, personalmente, las historias posapocalípticas no me suelen atraer mucho. Muchas veces esto se convierte en un problemilla, porque la realidad es que las hay a montones en todos los medios y, por lo general, evito acercarme a ellas. No obstante, el nombre de Ram V tiene el peso suficiente como para ayudarme a superar ese rechazo inicial y acabar acercándome a esta obra igualmente. Por fortuna, fue la decisión correcta.

En el primer número de Radio Apocalypse, Ram V vuelve a demostrar por qué es uno de los guionistas más en forma del mercado norteamericano en la actualidad, con una carrera que parece ir hacia al alza constantemente. El autor controla el ritmo de la narración a la perfección y es capaz de generar interés por los personajes con un par de pinceladas. Además, su forma de estructurar cada escena sería digna de cualquier curso de guion. Por si fuera poco, a todas las formalidades que domina hay que sumarle una capacidad sobrecogedora de impregnar su texto con un tono poético que evoca sentimientos en el lector a cada frase que pasa.

Por el lado del dibujo, Anand RK vuelve a colaborar con Ram V tras haber lanzado el año pasado una novela gráfica titulada Blue in Green. El dibujante ya destacaba en la mencionada obra por su estilo sucio y un tanto psicodélico, ambas características que se conservan en Radio Apocalypse, aunque en esta ocasión el trazo es menos fino y original a favor de un estilo visual más similar al estándar de la industria norteamericana. En todo caso, lo que de verdad le da empaque al dibujo esta vez es el color de Anisha, capaz de transformar en determinados planos unas viñetas que por momentos resultan sobrecargantes en imágenes llenas de fuerza que impacten al lector.

En conclusión, el primer número de Radio Apocalypse, sin ser el primer número que más me ha impresionado de Ram V, vuelve a dejar claro que su éxito como guionista no es algo casual. Tengo plena confianza en que esta se convertirá en una gran obra, digna de encandilar a los amantes de las historias posapocalípticas. Lo que queda por comprobar es si la promesa de los autores de que la historia gira tanto en torno a la música se acaba viendo justificada o al final se queda en una excusa para citar canciones chulas en algunos momentos.



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