Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine DC España – Diciembre 2021
INTRODUCCIÓN
Los meses han pasado de manera inexorable y de nuevo estamos a las puertas de un nuevo año. Las novedades de DC han ido llegando a lo largo de todo este tiempo, con mejor o peor fortuna, con iniciativas tan peculiares como Estado Futuro, mientras algunas series han comenzado nuevas andaduras con nuevos equipos creativos. El sello Black Label ha continuado su andadura y ha ido dejando caer series de todo tipo y para todos los gustos, con obras de enorme calado. En la línea más juvenil no se han dejado de editar obras que permiten acercar los personajes de DC a todo tipo de público, con trabajos centrados en la figura de Wonder Woman, Catwoman, Oráculo… Hay DC para todos.
Este mes de diciembre tenemos un Magazine algo distinto. Es el mes que le estamos dedicando a Wonder Woman por su 80 aniversario, por lo que es una obligación que las dos novedades dedicadas a la amazona aparezcan en la sección. Pero no nos olvidamos de otras novedades que llegan con la esperanza de hacerse un hueco en los regalos de Navidad. Sin embargo, añadimos nuestra particular lista de obras a la sección de clásico, en la que cada redactor se deja llevar por la ilusión y la esperanza y lanza su pequeña aportación de lo que le gustaría ver publicado por nuestras tierras e incluso por la propia DC. Y es que soñar es gratis y más en esta época.
Y no os perdáis la sección de opinión que este mes se vuelve centrar en la doble figura del cómic y el videojuego. Si primero fue la llegada a las tiendas de comics de Batman y Fornite, ahora le llega el turno a Batman, de nuevo, con juego completo de la saga Arkham para PS4.
Y cerramos con la habitual encuesta, que pone sobre la mesa lo que ha sido el año a vuestro criterio. Por supuesto están los comentarios para aportar vuestra opinión al detalle.
Sin más dilación damos paso a este último Magazine del año.
TITULARES
• Opinión
• Juicio a…
• Novedades destacadas
• Curiosidad del mes
• Lanzamiento del mes
• No te puedes perder
• Carta a deseos 2022
• Ración de ventas
• Es la hora de la encuesta…
LA FUSIÓN ENTRE ARTES
Videojuegos y cómic. Arte.
La industria del videojuego ha ido cambiando mucho a lo largo de los años. Sus inicios siempre iban más asociados a la parte técnica, para con el tiempo, ir migrando hacía lo artístico en el que lo visual se da la mano con lo literario, en escenarios casi infinitos, elegantes, rudos, sórdidos, capaces de dar ambientaciones de todo tipo, en una búsqueda de experiencias infinitas para el jugador. Lo que antaño podía ser tildado (por mentes más cerradas) como un mero pasatiempo, ha trascendido a algo mucho más complejo y depurado en el que el arte se une a la tecnología en perfecta simbiosis.
Y si a esa simbiosis se le añade además un componente tan sólido como es la figura de Batman, lo que se obtiene es una de las sagas más representativas del personaje en el mundo virtual, desde que viera la luz el primer juego de la saga en el año 2009. Hablamos de Batman: Arkham.
La franquicia ha generado hasta ocho juegos, no todos para todas las plataformas (por extinción de la generación), siendo algunos específicamente desarrollados para móviles, logrando expandirse a otros medios como es el de la animación y el propio cómic en el que se cimenta su inspiración.
Se trata de un fenómeno de retroalimentación entre dos medios afines, pero distintos, que trasvasan sus propias fronteras para llegar a los consumidores a través de nuevos medios culturales.
Este año, en verano se dio un paso más en esta simbiosis entre viñetas y mundos virtuales, cuando se lanzó, en septiembre de este año, al mercado un cofre en cuyo interior se podía encontrar un tomo recopilatorio de los comics que expandían la experiencia del videojuego (un total de 35 números) además de traer la versión para PS4 de los dos primeros juegos de la saga. Y este mes de diciembre llega un segundo cofre que repite la fórmula, con un nuevo tomo recopilatorio con casi 600 páginas y la versión de PS4 de la última parte de la trilogía original del juego.
La doble maniobra editorial de unificar en un solo sitio tres videojuegos y dos enormes recopilatorios que suman un total de más de 1.400 páginas, por un precio total de 154 euros, hace que como propuesta sea especialmente jugosa para todos aquellos que no hayan probado los juegos y por ende no se hayan acercado a los cómics.
La unificación de estas dos manifestaciones artísticas no está de más, pues sirve de acicate para trasvasar de un medio a otros aficionados que, motivados por el juego, acaben en el cómic. Y es aquí donde se abre el debate: ¿Se puede producir el efecto contrario? ¿Es decir, un lector de cómics puede llegar a los videojuegos, o es algo que no es bidireccional?
Como estamos en el rincón de pensar, toca darle vueltas a esta cuestión.
Veo improbable que haya un número significativo de lectores de cómics que, sin haber jugado a los videojuegos, den el salto a estos. El camino natural es saltar del mundo virtual a las viñetas. Unificar en dos cofres toda la experiencia puede resultar atractivo para un posible jugador que hoy, en 2021, no se haya percatado de la existencia de estos juegos nacidos en el lejano 2009, que siendo fan del personaje y viendo esta iniciativa como una forma de unificar dos de sus pasiones, decida apostar por ello.
¿Pero hablamos de coleccionismo o de pasión? Son dos medios muy distintos los que se dan la mano, pero no por ello van de la mano en el posible comprador. Lo que sin duda lleva a reflexionar si este tipo de maniobras generan ventas puntuales que sean capaces de fijar lectores para la industria editorial o, por el contrario, no llegan a nuevos lectores con los que poder regenerar una industria cada vez más necesitadas de captar a nuevas generaciones de lectores, no de coleccionistas, ni de compradores puntales, de seguidores pasionales de un medio, el noveno arte, que compite cada vez contra más formas de divertimento entre la que se encuentra la mismísima industria del videojuego. Unir al depredador y a la presa pocas veces da buenos resultados.
JUICIO A… LA BROMA ASESISNA
La Broma Asesina gira en torno a dos conceptos claros: todos estamos a un mal día de caer en la más absoluta locura y exponer la absurda y cíclica relación entre el payaso y el murciélago.
La primera premisa es falsa, pero está bien representada, haciendo creíble la conversión del pobre infeliz en el demente de pelo verde. La cantidad de penurias sufridas por el “protagonista” consiguen que empatices con él y entiendas la trasformación como verdadera. Moore blanquea al personaje algo que no le sienta nada bien al villano, entender al terrible asesino va en contra de todo lo que lo hace atractivo. Además, la trama se percibe común, no hay un giro que no esperes, simplemente ahoga al lector en el patetismo del hombre sin ningún atractivo adicional, más allá del evidente, conocer el origen del Joker. Una procedencia que desmitifica por su propia concepción al personaje y que no consigue explorar ni magnificar la esencia del terrible enemigo.
Los momentos impactantes llegan con el Joker ya asentado. El sadismo que demuestra con Barbara Gordon y su padre, el comisario, deja mal sabor de boca. Es evidente la intención de suscitar sensaciones contrarias respecto al pálido demente, pero ninguna de las dos tramas es amable con el lector ni tampoco tienen un desarrollo particular ni especial, resultando ordinarias. Más allá de los momentos álgidos, el transcurso es convencional y lo que lees te provoca rechazo.
Moore muestra muy poco interés por representar a Barbara correctamente, olvidando completamente su papel como Batgirl y trasformándola en una mujer indefensa en manos del Joker. Algo de pelea cuando tocan en la puerta, que la bala fuese a la cintura gracias a los reflejos de la mujer en lugar de al corazón, o cualquier muestra superheroica, aunque el resultado hubiese sido exactamente el mismo, no le hubiese venido nada mal a una caracterización muy desafortunada.
La primera viñeta del cómic (y la última) es una gota cayendo en el piso mojado que forma una onda circular perfecta. No es casualidad. Los eternos adversarios llevan jugando al mismo juego mucho tiempo. El Joker asesina a un montón de gente, Batman lo atrapa y encierra en el asilo Arkham, fuga y vuelta a empezar. Esta conocida dinámica (extensible a muchos otros personajes del mundo del cómic, pero ningún ejemplo tan representativo como este) es puesta en la palestra por el autor de Watchmen, que no solo incide en la locura del pálido esbirro sino también en la del millonario disfrazado. La metatextualidad acompaña esta línea argumental, saliéndose del tiesto completamente al final del cómic. Batman siendo comprensivo con el Joker, incluso riendo con él, tras lo acontecido con su pupila Barbara y su amigo Gordon excede toda lógica. Las ganas de definir la relación entre el héroe y el villano, de exponerla, de hacer conscientes a los personajes de su propia incoherencia le juega una muy mala pasada a Moore que termina el cómic de la peor de las formas. Si ves las versión animada, la parte no original hace aún más extravagante un final horrible.
No todo va a ser malo en una obra reeditada hasta la saciedad y que cuenta con un innegable aprecio por parte de los lectores (el cual no entiendo). Bolland está fantástico. Sus expresiones faciales, su elegancia, atención al detalle y excelente narración hacen del cómic una grata lectura a pesar de su fallido guion.
Un trabajo extensamente alabado, famoso por convertir a Batgirl en Oráculo y porque Moore escribe a Batman, si te olvidas del dibujo, esas son sus únicas virtudes. Las cartas groseras a la redacción del Picture News destinadas a mi persona debidas a este texto, os las podéis ahorrar, aceptar mi absoluto mal gusto y reafirmaros en la opinión de mi buena amiga Linda, ella sabe gozar con esta obra.
Me dan igual las reediciones, me dan igual las mil teorías conspirativas sobre el final, me da igual la batalla de coloristas… ¡Diablos, me da igual la opinión negativa del propio autor! La Broma Asesina es una obra maestra con todas las letras y no se pude toser al respecto (lo siento Ms. West, me puede la parcialidad).
Lo es por un guion de Moore que se lanzó a la yugular del origen del Joker, al estómago de la capacidad retorcida del payaso (en aquellos tiempos, por primera vez) y a la entrepierna del público potencial, que aún no se había dado cuenta de hasta dónde podía llegar el de Northampton. Lo es por el dibujo de un Bolland que lo dio todo, simplemente impresionante, dedicado, delicado y adecuado. Lo es por el color de Higgins, atrevido en una época de cuatricromía, dando ambientes desasosegantes en un mundo pijamero de fantasía. Lo es por la cuidada primera edición de exquisito diseño (esas gotas de lluvia al principio y al final, el detalle de la carta en la contraportada). Lo es por la icónica portada, visceral y clásica hasta la médula.
Ya esas primeras páginas sin diálogos son para deleitarse en ellas. Sabemos que Moore planifica sus guiones con pormenorizadas descripciones de cada viñeta, no con la esperanza de ver todo reflejado sino para dar la necesaria ambientación para que el dibujante tome lo que quiera. Lo que el guionista no esperaba es un artista superdotado y laborioso, capaz de tomarse en serio cada uno de esos detalles. Las poses, las caras, la iluminación, todo te hace meterte en la escena. Luego comienza con uno de esos diálogos marca de la casa que los fans terminaríamos recitando de memoria “He estado pensando últimamente sobre tú y yo…” La historia continuaba entonces con los tejemanejes habituales de los cómics del murciélago; Presentando al villano (aunque ya insinuando un desconocido origen a través de unas transiciones dignas de Watchmen) y la investigación en la batcueva (aunque con reflexiones del héroe nunca vistas hasta entonces “¿Como pueden odiarse tanto dos personas sin conocerse?”). Y luego llega la escena cotidiana en casa de los Gordon.
Aún me dan escalofríos al pensar en cuando Bárbara abre la puerta (esa viñeta perdura en la memoria). Que poco de villano de tebeo el disparar a bocajarro, sin dar pistas de ningún plan, sin posibilidad de esquivar el tiro con una maniobra de atleta. No, la bala atraviesa a la antigua superheroína y la deja lisiada para siempre. Y el dibujo de Bolland es dolorosamente metódico, realista y transgresor sin romper clasicismo alguno. Tan impactante fue la escena que incluso DC lo hizo canon y ya no hubo marcha atrás. Y para terminar de ponernos los pelos como escarpias, Joker comienza a desnudarla…
Los flashbacks continúan, además de los hechos en el presente, que nos hacen conocer el diabólico plan del payaso. Quiere demostrar que cualquiera puede caer en la más absoluta locura, solo hace falta un día malo, el día que nos está contando en esas escenas del pasado. Lo mismo que Bruce ¿verdad? un día fatídico que le bastó pera vestirse como un murciélago y perseguir criminales ¿Acaso eso es cuerdo? ¡Cantemos todos! “Me vuelvo loooco, como la luz a la polilla. Me vuelvo loooco, y hasta me como la alfombrilla.”
Pues eso quiere hacer con Gordon, el comisario de policía más cuerdo y marcial, la verdadera contraposición de los métodos del Joker, ya que Batman parece ser sólo la faceta opuesta de una misma carta (la de la contracubierta). Y para ello averiguamos lo que le hizo a Bárbara, que de hecho es la viñeta perdida con la que nos saluda esta impresionante obra (en la portada). Gordon chilla en otra de las viñetas impactantes como pocas y unos colores estridentes que casi quisieran llevarse a Bolland por delante, si es que eso fuera posible. Todo se entrelaza como es habitual en los guiones de Moore y nos lleva desde el nacimiento del joker en el último flashback, y a uno de los dibujos más característicos de la historia del medio… Hasta su anunciado final: “Nos mataremos el uno al otro, ¿verdad?”
La muerte no llegó para ninguna de los dos (bulos aparte). En el medio una pelea en la que el dibujante sigue luciéndose, dejándonos más y más retratos de los dos antagonistas y una magnífica broma casi mejor que el chiste final (“Maldita sea… ¡Está vacía!”). Y mientras las luces de los coches de policía se acercan para volver a la cordura, dos enemigos condenados a entenderse que deliran en la noche.
Me da igual que no sea realmente el último relato que Moore hizo para el caballero oscuro, aunque si su publicación final con DC. Me da igual que tardara dos años en dibujarse. Me da igual que no trate más que de Batman, sin las habituales implicaciones sociales del guionista. Siento decir… que me da igual que sea demasiado violenta. La Broma Asesina es una obra maestra.
BATMAN CONTRA RAS Al´GHUL – NEAL ADAMS
Neal Adams cambió la forma de hacer y entender el cómic desde un punto de vista narrativo y visual. Su trabajo impactó a toda una generación en obras que hoy en día continúan siendo brillantes en lo artístico, sin que los años les hayan pasado factura. Y es que Neal Adams es una de esas leyendas vivas que le quedan al cómic norteamericano, gracias a sus trabajos en La Patrulla X, Batman, Deadman, Superman o Green Lantern/Green Arrow, por citar algunos de los más significativos. Su nivel de detalle, su apuesta por aportar el máximo realismo a sus composiciones, así como su ruptura con la férrea colocación de las viñetas, le granjearon el estatus de estrella absoluta durante los años 70.
Adams no solo debe ser recordado por su faceta de dibujante, sino también por la de empresario, pues fundó su propia editorial, Continuity, luchó de manera muy activa por los derechos de los artistas a nivel de derechos y dejó un legado a sus espaldas de infinidad de nuevos dibujantes que, influidos por su trabajo, decidieron dedicarse a eso de dibujar cómics.
Su figura trasciende al medio y cualquier nueva publicación con su nombre genera expectación y controversia. No hay que olvidar el resultado final de trabajos tan cuestionables como La llegada de los Superhombres o Batman Odisea, en la que se mostraba errático, tanto en la faceta de dibujante como en la de guionista, con dos obras torpes, toscas, sin alma, en la que vuelca una visión ya caducada de lo que es el género superheroico hoy en día. Trabajos olvidables que no hacen justicia a su figura y que vienen a poner de manifiesto que su época ya pasó.
Sin embargo, en DC parecen querer seguir dándole espacio editorial para publicar una nueva miniserie en la que regresa a una de sus creaciones más famosas, Ras´Al Ghul, desde que con Denis O´Neil, lo presentaran como un ecoterrorista obsesionado eliminar a la plaga de seres humanos que contamina y desgarra a la madre Tierra. Su perfil psicológico era algo nuevo, distinto a lo que se había podido leer hasta entonces en la serie de Batman. No era un villano al uso, su complejidad lo hacía ser muy peligroso, porque sus motivos, por extremos y crueles, no dejaban de estar sustentados sobre una realidad con la que los lectores podían comulgar de alguna extraña y retorcida forma. Este simbolismo, unido a su aspecto exótico, además de estar rodeado de una legión de asesinos, denominados la Liga de las Sombras, añadían aún más misterio a su figura.
El hijo del Demonio, como se autodenominaba abiertamente, aún se guardaba dos ases más bajo la manga, para acrecentar su presencia en la vida de Batman. La primera es su capacidad para escapar de la muerte, mediante el uso de los Pozos de Lázaro, puntos clave en la geografía mundial, con los que poder renacer una vez muerto o mantenerse eternamente vigoroso al paso del tiempo. La segunda, mucho más letal, su hija, Talia, mujer entrenada hasta el extremo en lo mental y lo físico, cuyo destino es heredar la organización levantada por su padre. Talia busca, además, tener descendencia, pero para ello necesita disponer del mejor de los hombres, siendo Batman el elegido para ello. De esta historia de amor imposible tenemos hoy en día a la figura de Damian correteando por el Universo DC.
Para esta nueva incursión con el personaje Adams tira de rodaje y construye una historia simplona, sin complejos, que solo Adams puede hacer por tener ganado el privilegio de poder fracasar a estas alturas de su carrera. Un tomo de consumo rápido, con un dibujo a años luz del que pueda tener cualquiera que conozca las obras anteriores del autor en su esplendor, con todos sus defectos maximizados y todas sus filias castizas de su manera de entender a los personajes. Por ello, aunque lo tengamos listado en el Magazine, debemos avisar de su irregularidad e intrascendencia y solo recomendarlo para completistas del autor. El resto mantenerse muy alejados.
WONDER WOMAN – 80 AÑOS DE LA PRINCESA GUERRERA
Como viene siendo habitual, ECC Ediciones nos presenta una nueva recopilación de historias de un personaje por su 80 cumpleaños. Hemos tenido grandes ejemplos en los últimos años, como puede ser Flash o Batman. Debido a su contenido, ha permitido constituirse como una de las líneas principales de la editorial a la hora de lanzar al mercado material clásico, por ser motivo de celebración y no contar con los riesgos que depara siempre publicar colecciones completas de más de cuarenta números.
En esta ocasión, la homenajeada es Wonder Woman, la más grande superheroina de la historia del cómic americano. No es un gran momento editorial para la Amazona. Con menos poder, presencia y capacidad para influir en el resto del Universo DC que la que debería tener por nombre propio, con etapas de poca duración y vigencia.
A pesar de ello, o quizás como consecuencia de, es un gran momento para hacer una pausa y celebrar la grandeza de un personaje único, que ha sobrevivido los achaques del paso del tiempo, con una relevancia inamovible en el corazón de la editorial, algo que se aprecia más en la actualidad con su adaptación al cine y Gal Gadot como símbolo mainstream que en las viñetas.
Tenemos muchos y muy variados aportes, entre las que destaca un número de George Pérez, el maestro de todos y una de las personas más importantes y que más han aportado a la vasta trayectoria del personaje.
Un despliegue de imaginación y de poderío visual, que terminaría por encandilar a sucesivas generaciones de lectores y autores, influidos por las ideas y lenguaje de un autor superlativo y único.
Por su parte, entre las que podríamos situar en el extremo de los tebeos históricos y didácticos para tener un entendimiento más completo de la gestación del personaje y hasta qué punto WW fue una creación revolucionaria, contamos con la primera aparición de la Amazona.
En todo caso, este tomo se configura como una novedad imprescindible para todo fan de WW, así como para cualquier otro que quiera conocer mejor los momentos principales de la vida de la misma. Se acompañan los tebeos de textos que permiten situar las historias y su contenido.
WONDER WOMAN – ESPECIAL 80 ANIVERSARIO
Ochenta años cumple la mayor superheroina del tebeo estadounidense, WW. Un personaje rico, poderoso, libre. Un ejemplo para todos y un auténtico fenómeno de la cultura popular, a la vanguardia de los movimientos sociales. Una oportunidad para celebrar su trayectoria se antojaba necesaria, con los ochenta años de aniversario.
Estos tebeos no suelen ser del gusto de todo el mundo. Cuentan con múltiples autores y estilos y esto puede terminar por romper con el ritmo del tebeo o cayendo en un desinterés progresivo, una vez las primeras historias cumplen con el objetivo de interesar y hacer que el lector se pueda adentrar en el cómic. Tenemos buenos ejemplos a uno y otro extremo. Desde aquellos que no despliegan sus virtudes más allá de los dos/tres relatos principales a otros que dan un buen conjunto y sirven su propósito con mayor acierto.
Podemos concluir que este especial de WW se encuentra entre los últimos, por varios motivos. En primer lugar, por aprovechar con inteligencia las distintas etapas de una trayectoria tan fecunda como la suya, desde sus representaciones más actuales a otras menos recordadas, como puede ser el homenaje de Tom King y Doc Shaner a un momento muy particular para la Amazona.
Esta última despertó una gran polémica en redes sociales, en el enésimo ejemplo del peligro de criticar una viñeta sin contexto alguno.
En segundo, porque se aprecia un autentico nexo conductor en el mismo, al tratar su vida al completo, con atención muy completa de las vicisitudes más elementales y aquellas otras menos celebradas. Es un trabajo muy completo en ese sentido.
En lo que respecta a los autores, tenemos un listado soberbio, a la altura de la categoría de la celebración. Además de los citados, tenemos a G. Willow Wilson, Jordie Bellaire, Becky Cloonan y Jim Cheung. Un autentico equipo de gala para conmemorar la vida de un personaje que ha sido importante y ha de seguir siendo importante por el bien de DC Comics.
Como novedad, con respecto de la edición estadounidense, tenemos una portada especial a cargo de Belén Ortega. Es una iniciativa que ECC viene cumpliendo desde hace tiempo, con ediciones especiales con las que celebrar momentos especiales como este. No podemos más que celebrarlo y desear que se siga teniendo en cuenta para el futuro.
EL PACIFICADOR
Christopher Smith goza de una revitalización por parte de DC Comics gracias a la película del Escuadrón Suicida dirigida por James Gunn. Ya hemos podido leer la miniserie de 1988 protagonizada por el del casco plateado en Escuadrón Suicida: Orígenes Secretos, donde se nos mostraba todo el lore del Pacificador. ECC no termina con el personaje y publica el trabajo con el personaje de Jeff Lemire, como autor completo, con color de su habitual colaborador José Villarrubia, realizado como complemento de Inferior Five, serie limitada de 12 números que fue cancelada en su sexto capítulo. La no inclusión de esta historia completa seguramente venga motivada por el valor comercial de un cómic con el Pacificador en la portada guionizado por Lemire, además, es muy difícil ver en nuestro país una serie cancelada en USA, por lo que la maniobra editorial es comprensible, aunque no pocos aficionados preferirían leer la publicación original completa.
Lemire abraza el concepto del personaje (está loco) pero lo amolda a su conveniencia envolviendo la locura de cierta melancolía, sus conversaciones imaginarias no se dan con su fallecido y nazi padre, sino con su estrambótico casco, sacando al progenitor de la ecuación, como parece ocurrir con esta versión moderna del personaje derivada del último film. El Pacificador en manos de Lemire es más vulnerable de lo que acostumbra, el aura de imbatibilidad que desprende no lo envuelve en ningún momento. Ayuda a la percepción el dibujo del canadiense que estiliza la figura del robusto hombre haciéndole mucho menos imponente físicamente. El guionista es elegante mostrando un Peacemaker en soledad con un guion innegablemente propio de su autor.
Amanda Waller discute con Rick Flag sobre la asignación del Pacificador a una misión en Rusia. El coronel advierte de la locura del soldado y de las secuelas dejadas en él por la invasión. Waller se reafirma en su decisión de no enviar al Escuadrón Suicida y envía a Smith al gélido páramo. KG Bestia o un ejército de Red Rocket serán enemigos a superar por nuestro protagonista.
Un cómic que por su carácter original de complemento a una serie mayor no profundiza demasiado en sus ideas, con una sucesión de situaciones rápida y un ritmo que casi puede remitir al de las tiras de prensa debido al formato. Un ejercicio distinto sobre el personaje al que se puede leer en el Escuadrón Suicida.
PAULO HERNANDO
En estas señaladas fechas del calendario tenemos manga ancha para pedir regalos a Papa Noel, los Reyes Magos o cualquier mágica entidad dispuesta a hacer realidad nuestros deseos. Para los aficionados al mundo del cómic estos son inagotables, movidos por nuestras propias lecturas, gustos personales o extrañas filias, siempre hay cómics en nuestra imaginación que nunca son publicados por DC o reeditados por ECC. Aprovechando estos días es un buen momento para expresar nuestros anhelos con la vaga esperanza de que algún día puedan hacerse realidad.
Querida DC Comics,
me gustaría que tuvieras más en cuenta a uno de tus guionistas en nómina más transgresores de los últimos tiempos, Mark Russell. Basta de trabajos de encargo y series menores, es el momento de entregarle uno de tus héroes reconocidos, uno que casa muy bien con las inquietudes del escritor, Green Arrow. El interés social del personaje puede ser perfectamente representado por Russell, al tiempo que expone de forma ácida y genial las incongruencias de la sociedad en la que vivimos, como puede comprobarse en Los Picapiedra. La voz de Oliver Queen sonará muy fuerte escrita por el escritor de Prez. Autor y personaje casan a la perfección, siendo el tandem perfecto para renovar el interés por el arquero esmeralda, un activo dentro de la editorial no lo suficientemente explotado. Si demostráis cariño por la serie y le asignáis un dibujante cualificado, por ejemplo, el patrio Mikel Janín (que ya lo ha dibujado) de seguro obtendréis buenas ventas, o, al menos, reconocimiento de la crítica e incluso algún que otro premio, Russel ha sido varias veces nominado a los Eisner. DC llévalo a cabo, los seguidores del temerario millonario te estaríamos muy agradecidos.
Querida ECC,
muchos son los cómics que me gustaría ver publicados en nuestro país. Nightwing de Dixon y McDaniel, Los Titanes de Wolfman y Pérez (de los que ya hemos hablado varias veces en este magazine) o mirando más hacia la actualidad, la Catwoman de Ram V y Blanco. La lista es extensa. Como admito cierta esperanza en que los mencionados terminen por ver la luz en nuestras tierras, dedicaré este espacio a una mucho más improbable, se trata de La Furia de Firestorm.
El Hombre Nuclear fue creado en 1978 por Gerry Conway y Al Migron bajo el influjo de la creciente energía nuclear, tan controvertida, mucho más que en la actualidad en el momento de la creación del personaje. El concepto de dos personas tan distintas fusionadas para crear un héroe tan poderoso y con tanto que explorar en sus poderes resulta fascinante. Martin Stein es un ganador del premio Nobel de física y Ronnie Raymond es un chico normal con todas las inquietudes propias de su edad. Una dualidad muy interesante que invita a multitud de tramas. Los poderes de Firestorm, capaz de trasformar molecularmente lo que se le antoje brindan la posibilidad a sus autores de exprimir su imaginación, pues todo es posible. Un personaje interesantísimo cuya lectura de sus números 38 y 39 en el tomo de Escuadrón Suicida: Orígenes Secretos ha despertado mi interés por una colección de 100 números, que cambió su nombre por el de Firestorm: El Hombre Nuclear en el capítulo 65, escrito ya por John Ostrander.
La narración literaria de Conway, adaptado perfectamente a la colección, no hace más que sumar atractivo a una serie que desgraciadamente es muy difícil que veamos publicada por estos lares.
Querida McFarlane Toys,
vale ya de figuras de Batman. Entiendo que es lo que atrae al gran público, pero cierta condescendencia hacia los coleccionistas veteranos no os vendría nada mal. Representaciones de las películas son evidentemente necesarias, no me interesan pero de esas no me quejo. Tampoco de las referentes cómics concretos como Tres Jokers, La Maldición del Caballero Blanco o Death Metal, aunque con esta última os estáis pasando. En vuestro catálogo faltan figuras de personajes poco explotados por otras marcas, cuya versión es imposible de conseguir en el mercado por su inexistencia o desorbitado precio (malditos especuladores). Impulso, tan solo hay un muñeco del personaje, debido a DC Direct y no es una pieza especialmente conseguida. ¿De verdad no hay espacio para el personaje en vuestra producción, una figura codiciada para toda representación de la familia Flash? Lo mismo ocurre con Superboy, Conner Kent, ya sea en su versión con camiseta y vaqueros o con chupa de cuero. O Jon Kent niño. Jon Kent adulto supongo (y espero) que este en vuestros planes y pronto lo vea en la prewiews. Recientemente habéis apostado por este tipo de lanzamientos con Superboy Prime, única figura de vuestro catálogo que satisface estas circunstancias. Espero que la dinámica siga y que os olvidéis un poco de las infinitas versiones del Bat-Azrael de Murphy para entregar figuras en su versión cómic que completen universos.
Me he portado muy bien este año, he entregado todas las reseñas de ZN en la fecha convenida, espero alguna sorpresa agradable.
¡Felices fiestas a todos!.
ENRIQUE DOBLAS
Querida DC,
… deja de liar el universo que tanto amamos. Los nuevos lectores lo pillan, como nosotros lo pillamos en su momento. De hecho, en mi humilde opinión, mientras más reinicios y patadas a la “realidad” hagas, si que puede resultar difícil seguir el hilo.
No, en serio, en base a esto y contando que este año he sido tan bueno, yo te pido que vuelva el Universo DC después de Crisis en Tierras Infinitas. Una serie coral, sin problemas de continuidad, que nos diga como le fue, como les va y como les irá a esos personajes con los que una generación se encandiló.
Quiero ver a Green Arrow dejarlo y emocionarme con el paso del testigo, quiero ver el tan cacareado legado de DC hacerse realidad. Quiero leer nuevas aventuras de aquella Liga de la Justicia Internacional, seguro que hubo alguna que no salió en los tebeos y se perdió en el camino. No pasa nada si trastea alguna cosilla de la continuidad (por favor, no sabéis que barbaridades hemos llegado a perdonar). Quiero enterarme de nuevos detalles sobre los orígenes de la Patrulla Condenada que expliquen su comportamiento en alguna conocida saga posterior. Oh, si ¡que no se me olvide! Sobre todo, quiero verlos en nuevas parejas imposibles, en nuevos enfrentamientos. Quiero divertirme como lo hacía entonces… aunque en eso no sea culpa sólo de la editorial ¡lo sé! ¿OK?
Resumiendo: Serie contenedor situada en post CoIE.
Querida ECC,
Un año más, te pido una serie inédita en España, el Hawkworld de Ostrander. Era la continuación a la maravillosa obra prestigio que realizó Truman, incluso la puso él mismo en ruta, pero el guionista del Escuadrón Suicida fue el que acabó dirigiendo las aventuras de Katar y Shayera, con Nolan a los lápices.
¡No es demasiado larga! 32 números, ni siquiera habría que confeccionar uno de esos tochales que tanto os gustan. O si, yo que sé, me da igual si sale jibarizada. Y si queréis le ponéis en la portada “Grandes obras del guionista del Escuadrón Suicida sobre el personaje de la Liga que no sale en la peli de Snyder”, poned todos los cebos que os de la gana. Me da igual si la llamáis Batman: Hawkworld.
Fuera bromas, la serie lo merece. Tiene dos guionistas de renombre y un dibujante más que solvente (e incluso el propio Truman en la saga final). Tiene carga social y género negro. Tiene pura aventura y space opera. Tiene personajes rescatados del pasado y otros de nueva creación… y es divertida a rabiar.
Prometo portarme muy muy bien.
Querida Mayfair Games,
Bueno, la empresa de juegos de rol que pueda, ya que la otra pasó a mejor vida (empresarial, se entiende).
¡Quiero con todas mis fuerzas que vuelva el juego DC HEROES Role-Playing-Game!
Tenía unas reglas que emulaban muy bien los poderes de los superhéroes, sus reflejos de último segundo, los esfuerzos imposibles capaces de forzar la última oportunidad. Vale que resultaba algo lento en los combates, pero sólo había que imaginarlos a posteriori al ritmo de viñetas para emocionarse. Pero, sobre todo, traía quintales de información sobre el Universo DC en cada uno de sus manuales, de sus complementos, de sus aventuras listas para jugar.
Para que me ayudéis todos a desearlo juntos: La historia de la Legión ordenada cronológicamente, el mapa de la tierra con las localizaciones de Zandia, Qurac, Markovia, etc. (y otro de estados unidos con Gotham, Central City, Metropolis…), el mapa detallado de la Torre Titanes o Belle Reve, las fichas y poderes comparados de la gran mayoría de personajes del momento (existió entre los 80 y los 90, ahí queda) y del pasado de la editorial, un manual de la magia, una guía de artefactos deceítas… ¿¡Necesitáis más razones?!
Siempre nos quedará jugarlo, y algunos miembros de esta redacción somos partícipes de lo que se está convirtiendo en una tradición. Pero lo que daría para que aún sacara nuevos complementos y su fama fuera tal que pudiéramos hacer convenciones entre enfebrecidos jugadores.
Queridos Reyes Magos, ¡¡¡quiero tantas, tantas cosas!!!
ÁNGEL GARCÍA
Como mis compañeros, vengo a hacer un par de peticiones tanto a ECC Ediciones como a la propia DC Comics. Desde el corazón, como lector y amante del Universo que me ha llevado a escribir para Zona Negativa.
A ECC Ediciones,
Hay que ser honestos. El material Pre-Crisis, en su mayoría, no pasa de lo interesante por contexto histórico y poco más, sin la calidad de otros tebeos de la época, no ya digamos si comparamos con lo que vendría en décadas posteriores. Aún así, en mi opinión, podemos encontrar cómics que rompen con la idea generalizada que se tiene de la época y que ofrecen un gran divertimento, así como contenido que, sin ser notable, bien merece una lectura.
De los ejemplos que tengo a disposición, me gustaría hablar de una tapada, reivindicada en cierta medida en la actualidad por la propia DC Comics y la publicación en Omnibus. Hablamos de Adam Strange y sus aventuras recopiladas de aquellos años.
La ciencia ficción es un género fascinante. El ser humano siempre ha sentido un gran interés y fascinación por lo que no puede controlar, anticipando a través de la literatura, la ficción, al futuro y las necesidades de los hombres y mujeres del mundo. Tenemos una importante carga del presente sobre lo que se entiende que ocurrirá, de tal manera que si leemos historias escritas durante la Guerra Fría es muy probable que tengamos las obsesiones de los EEUU en su tiempo, desde el enemigo invasor a la inminente destrucción de la civilización por la guerra nuclear.
Este es el motivo por el que encontré tan interesante el material que aquí pido en edición. Desde el número 53 de Mystery in space escrito por Gardner Fox y dibujado por Carmine Infantino (¡casi nada!) y el letrero que nos da una curiosa información: era 1959 y el ser humano aún no había pisado la luna. En esta prehistoria de la carrera espacial, un hombre, Adam Strange consigue cruzar más allá de las estrellas para vivir aventuras en otra Tierra, para a su vez enamorarse de Alanna, su futura compañera de vida.
Mezcla los temas de las novelas y tebeos de romance (elemento indispensable para que un cómic de superhéroes funciona, en mi humilde opinión) con los temas más recurridos del género, desde enormes monstruos a robots espaciales, con una gracia y espíritu muy propio de su tiempo, con ingenuidad y amor infinito por los argumentos más sencillos y la espectacularidad tan propia de los héroes de DC Comics.
En cuanto a DC Comics, recojo unas declaraciones de Mike Perkins para ZN y las ideas que nos comentó sobre una serie llamada The Planet, que finalmente se trasladaría a Lois Lane, con todo lo que ello conlleva. En primer lugar, iba a ser una miniserie libre, fuera del Universo principal y la continuidad. En segundo, iba a tener un contenido más adulto e implicado en los temas que envuelven el tejido político de actualidad.
Con Greg Rucka como guionista y el citado Mike Perkins al dibujo, puede ser un auténtico tebeazo. Confío en la idea y me parece que todavía puede ser desarrollada en Black label, con mayor respeto hacia el material original sobre el que empezaron a trabajar antes de que DC decidiera seguir por la vía de Lois Lane.
GUSTAVO HIGUERO
Querida ECC:
Tras el reinicio del Universo DC tras Crisis, poco a poco, se fueron poniendo en marcha distintas series con el objetivo de sacar partido a ese nuevo y lustroso universo que ahora si se mostraba cohesionado y sincronizado. Era el momento de dar espacio a personajes que había quedado arrinconados en alguna Tierra del Multiverso, perdidos, sin que ningún autor se acordara de ellos. Algunos de ellos eran los héroes comprados por DC a Charlton, Blue Beetle, Pacificador, Nightshade, Question y el Capitán Atom, entre otros.
De todos ellos me gustaría hacer foco en el Capitán Atom y soñar con una edición de su serie regular lanzada en 1987.
El personaje fue convenientemente remodelado por su guionista Cary Bates (Flash y Superman) con ayuda de Greg Weisman y dibujo de Pat Broderick. En DC querían su propio héroe de índole militar, con vínculos con el gobierno, con cierto tono patriótico inherente a tener de por medio al ejército. Para ello tenían que adaptar el origen del personaje, creado en 1961, a algo más de finales de los años ochenta. Para ello se tomó al oficial de la Fuerza Área de los Estados Unidos, Nathaniel Adam (el nombre original del Capitán en los años 60 era Allen Adam), veterano de la Guerra del Vietnam, en el momento en que es condenado a muerte, en un consejo de guerra por un crimen que se le atribuye. Como opción a la muerte, se le ofrece participar en un experimento militar con un raro metal de origen extraterrestre y una prueba nuclear para determinar si ese metal puede proteger un soldado de la radiación, el calor y la onda expansiva de este tipo de detonaciones. Y sobre esa premisa se construye un salto temporal, un desplazamiento sociocultural, mientras se gestiona su propio estatus dentro de las Fuerzas Áreas y su relación con su familia.
La serie se canceló por lo planes que había en DC para que se convirtiera en el villano de Armaggedon 2001, Monarca, en 1991, tras 57 entregas. Su futuro parecía estar destinado a cambiar de manera drástica, pero en realidad las cosas no fueron como se esperaba debido a una filtración de la identidad de Monarca y DC cambio de rumbo en el último momento haciendo que otro héroe fuera el que se encontrara bajo la máscara del villano. Otro día hablamos de ese héroe.
La serie tiene potencial por como desarrollar el concepto del hombre fuera de su tiempo, ya visto en Marvel reflejado en la figura del Capitán América, pero con puntos divergentes, como que tiene familia, con hijos que recuperan su padre siendo adultos. Sus poderes y nuevo aspecto resultan impactantes y con su protagonismo en Invasión y el liderazgo en al JLE, hacen del personaje un bocado jugoso con el que poder rescatar uno de los mejores trabajos de este tipo tras Crisis.
Así que aquí dejo este llamamiento cargado de esperanza.
Querida DC:
Este año no vengo a pediros nada relacionado con comics a DC. Bueno, tal vez de forma indirecta si tenga que ver mucho con los cómics, pero no, en realidad se trata de pedir algo que va a caballo entre lo creativo y lo empresarial. Hace mucho tiempo que cierto guionista de cómics, muy querido por los aficionados, de solvente carrera en varias editoriales, que también ha ejercido tareas como editor, no se deja ver por DC. Hace poco hubo rumores, pero nada se ha concretado y nada se ha dicho. Y es por eso por lo que para el 2022 le pido a DC que le abra las puertas a Mark Waid, para un retorno por todo lo alto como Editor jefe de DC Comics.
Es el momento de subsanar aquel error del pasado cuando Didio se quedó con el cargo y darle la oportunidad de plasmar su visión menos rupturista y más orgánica, de lo que tiene que ser la DC que cumplirá 100 años en 13 años. Ya no es un aniversario cualquiera, es un centenario que, a falta de una nueva Crisis, (aunque quien sabe que puede pasar), merece que sea lo suficientemente sólido como para marcar la diferencia.
Mark Waid posee la visión capaz de unificar el pasado de la editorial con su futuro y controlar esto desde lo más alto, con un profundo sentimiento de cariño por los personajes, pero sin tener miedo a hacer lo que sea necesario, es lo que en DC precisa.
Así que este año os pido que vuelva Mark Waid. Ni más ni menos.
Volvemos la vista atrás, para poner foco en el mes de diciembre de 2011, cuando los Nuevos 52 estaban empezando y DC copaba el top de ventas de ese mes con ocho títulos del top 10 global. Aquí os dejamos la gráfica de las ventas de los diez cómics más vendidos de ese mes de DC. Recordad que se puede agradar la gráfica.
ES LA HORA DE LA ENCUESTA…
Aquí os dejamos una breve encuesta con la que poder opinar sobre el año en DC Comics.
Nota: hay una encuesta incluida en esta entrada, por favor, visita el sitio para participar en la encuesta de esta entrada.Y esto ha sido todo. Muy Feliz navidad para todos.
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