Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Eternals. La redacción opina
Dirección: Chloé Zhao.
Guion: Chloé Zhao, Matthew K. Firpo, Ryan Firpo, Patrick Burleigh. (Cómic: Jack Kirby).
Música: Ramin Djawadi.
Fotografía: Ben Davis.
Reparto: Angelina Jolie, Richard Madden, Gemma Chan, Kit Harington, Kumail Nanjiani, Salma Hayek, Barry Keoghan, Brian Tyree Henry, Ma Dong-seok, Lia McHugh, Lauren Ridloff, Haaz Sleiman, Lucia Efstathiou, Harish Patel, Esai Daniel Cross, Alan Scott, Hannah Dodd, Adrià Escudero, Sebastián Capitán Viveros, Nikkita Chadha, Zain Al Rafeea, Jeff Mirza.
Duración: 157 minutos.
Productora: Marvel Studios, TSG Entertainment, Walt Disney Pictures.
Nacionalidad: Estados Unidos.
No era una tarea sencilla llevar los Eternos a la pantalla grande, algo que tanto Disney como Marvel Studios sabían de antemano. Para dar vida en imagen real a los personajes creados por Jack Kirby la elección de Kevin Feige fue tan inusual como finalmente lógica. Chloé Zhao, que ganaba el Oscar a mejor directora por Nomadland en plena producción de la última entrega Universo Cinematográfico Marvel, era contratada para extrapolar de la viñeta al celuloide esta vertiente tan particular del Marvel Cósmico y después de su rodaje o los pertinentes retrasos por culpa de la pandamia Eternals recibía una respuesta furibunda por parte de la prensa especializada internacional cebándose con ella como no lo habían hecho nunca antes con una producción salida de la productora propiedad de la Casa de las Ideas tildándola de aburrida, estúpida, desagradable y hasta de mal gusto. El proyecto cuenta con un reparto internacional y acertadamente inclusivo en el que podemos encontrar los rostros de Angelina Jolie, Richard Madden, Gemma Chan, Kit Harington, Kumail Nanjiani, Salma Hayek, Barry Keoghan, Brian Tyree Henry, Ma Dong-seok o Lia McHugh entre otros y unos medios a la altura de una producción como la que conforma la tercera película de la Fase 4 del UCM después de Viuda Negra y Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos. Primero fueron nuestros compañeros Jordi T. Pardo y Sergio Fernández Arienza los que dieron su opinión de la obra y ahora es el turno de Edu Sesé, Raúl Gutiérrez y Juan Luis Daza ofrezcan sus impresiones siendo los únicos aguerridos redactores que se han atrevido a enfrentarse a los dictados de los Celestiales sin miedo a las consecuencias.
Desde su comienzo he tenido la sensación de que la Fase 4 del UCM era un terreno pantanoso. El magnífico e inimitable cierre de la ambiciosa Saga del Infinito nos dejó con una satisfacción enorme y una resaca importante, con un regusto a fin de ciclo que perfectamente podría haber supuesto el fin del UCM por todo lo alto. Pero claro, ese tren ya no hay quien lo detenga, y sus primeros pasos ante su nuevo horizonte son delicados. ¿Cómo mantener el interés del público en su mastodóntico plan cinematográfico tras decir adiós a sus dos pilares principales y a su gran villano?
Eternos venía anunciada como una de las piedras iniciales de esa nueva etapa del UCM. La apuesta resultaba arriesgada, teniendo en cuenta que la compañía apostaba por un grupo de personajes poco conocidos dentro del vasto universo marvelita, pero a su favor contaba con dos factores: uno, el prestigio de tener a la flamante ganadora del Oscar Chloé Zhao al mando de la película; dos, el beneficio de la duda a la vista de lo bien que lo supieron hacer con Guardianes de la Galaxia. La balanza estaba equilibrada, e igual de equilibrada ha quedado en el caso de un servidor, que aún no tiene del todo claro qué sensaciones le ha dejado.
Adelanto que no había leído nada de la creación de Jack Kirby, por lo que llegué a esta película como un fan más del UCM, esperando ver con qué podían sorprenderme. Y la verdad es que esta es una de esas películas que no sabría a quién recomendar. Eternals parte con una tarea complicada, la de presentar un reparto extenso de personajes, su historia a lo largo de miles de años, una trama central y una mitología densa que deja el statu quo del UCM patas arriba. Y en cada una de esas cosas tenemos distintos niveles de éxito.
Si hablamos del reparto de protagonistas, creo que tanto los actores como su directora hacen un buen trabajo, aunque sin grandes alardes. Para cuando terminamos la película, llegamos a conocer a cada uno de los Eternos, y eso ya es suficiente para mí para estar satisfecho, si bien es cierto que ninguno de ellos tiene el carisma y el magnetismo suficiente como para imaginármelo en primera línea del UCM. Además, la diversidad introducida en el grupo me parece un gran acierto a nivel argumental (¿alguien va a creerse que si un Celestial creara a un grupo de seres a imagen y semejanza de la humanidad serían todos caucásicos de ojos azules?). A la exasperante polémica sobre la “necesidad” (sigh) o no de mostrar un besos entre dos hombres, le dedicaré el mismo esfuerzo que el que se le dedica a los besos heterosexuales: ninguno.
Sin embargo, el resultón trabajo realizado en la caracterización de los personajes queda, desde mi punto de vista, algo lastrado por el ritmo de la narración y sus genéricos desviantes. Con su tono y sus flashbacks, Eternals tiene sobre todo una primera mitad que resulta demasiado lenta, y teniendo en cuenta la duración de la película, eso es mucho tiempo. La sensación que me queda es que Zhao se esfuerza por ahondar en las distintas emociones de sus inmortales personajes, pero que no consigue darle el mismo cariño a la parte más pulp, a la relevancia final del desviante chetado me remito. Tampoco me funciona el mayordomo de Kumail Nanjani, pero hemos de suponer que todo director del UCM tiene que pagar una cuota de chistes que no siempre encajan con el tono. Por contra, tanto el destacable estilo visual de Zhao como el clímax final, en el que creo que la acción está dirigida con potencia (Makkari lo mola todo en pantalla) hacen que termine con un sabor de boca agradable, aunque un recuerdo algo gris de la cinta al rememorarla al completo. Para mí es, en definitiva, una de esas películas de las que no tienes prácticamente cosas malas que decir, pero que tampoco consiguen tocarte el corazón.
Para acabar, y opinando sobre el proyecto en general, quizás una de las grandes pegas que le veo a esta película sea algo que no le puedo reclamar a ella misma, sino a la dirección del universo al completo. Como expresó mejor que yo mi compañero Jordi T. Pardo en la crítica original de la película, entre magia, multiversos y celestiales, uno empieza a sentirse algo aturullado con este nuevo devenir del UCM. Mientras los fans rebuscamos como locos entre los detalles ocultos y las teorías locas sobre hacia dónde va el universo, parece que Kevin Feige se dedica a abrir veinte melones a la vez que, sinceramente, parecen demasiados melones como para que se los puedan zampar sin entrar en problemas de coherencia. Creo que los nuevos proyectos de Marvel harían bien en tratar de ofrecer historias cerradas satisfactorias con, si acaso, alguna miguita de pan que apunte a un plan futuro, antes que dejarnos constantemente con una nueva línea abierta por delante que ponga todo patas arriba. Aunque todo sea dicho, de momento se han ganado mi confianza durante un tiempo.
Desde que en el año 2012, Los Vengadores consagró como película lo que es hoy en día el Universo Cinematográfico Marvel o UCM, dando ya un estilo más o menos común a sus producciones se ha hablado de la mal llamada Fórmula Marvel. Casi diez años llevamos escuchando este axioma según el cual todas las películas de Marvel Studios son exáctamente iguales, bastando para producir una nueva el hacer la misma de siempre pero cambiando unos personajes por otros.
La realidad es, en opinión de este redactor, que dicha Fórmula Marvel nunca fue tal, y que quienes abogan por su existencia confunden coherencia de un Universo creado poco a poco, peldaño a peldaño, y caracteres propios del cine de entretenimiento blockbuster con fórmula. Películas como la propia Vengadores, a todas luces muy diferente a sus predecesoras en la Fase 1, Ant Man, El Soldado de Invierno, Guardianes de la Galaxia, Civil War, la dupla Infinity War/Endgame, Thor: Ragnarok, Doctor Extraño y un largo etcétera demuestran que cada cinta de este universo cinematográfico podrá gustarnos más o menos, pero que tiene personalidad propia.
Especialmente, esto es más cierto desde la Fase 3, la fase de este largo proyecto en la que ya existían suficientes personajes para poder contar historias más propias con ellos, y en la que Disney comenzó a dar más libertad a sus directores. Doctor Extraño en nada se parecía a Thor: Ragnarok, y Spiderman: Far From Home no era si no una película adolescente protagonizada por el trepamuros, teniendo la fotografía de la Wakanda de Black Panther nada que ver con la vista anteriormente en este universo.
Sin embargo, y a pesar de que quien esto escribe no cree en la existencia de la fórmula Marvel, como hemos dicho al principio de esta pequeña reseña, las películas de Marvel Studios tienen características muy comunes entre sí que se utilizan para hacer más coherente su universo o para entretener a su público objetivo y no arriesgarse a perderlo.
Pues bien, Eternals, de Clohe Zao rompe con todo esto, dando un paso más allá en el cine superheroico y demostrando que esa fórmula Marvel que nunca fue, aquí brilla por su ausencia. Eternals es una película de superhéroes, sí. Claro que lo es. Sus protagonistas son un grupo de diez poderosos dioses que tienen la misión de proteger a la humanidad y que nos regalan a la vez esos momentos tan humanos propios de Marvel no ya como conglomerado cinematográfico, si no como editorial de cómics.
Sin embargo, para tratarse de una película de superhéroes, Eternals arriesga muchísimo, puesto que sus escenas de acción son bastante más escasas que en otras películas, primando mucho más el diálogo y el análisis de sus personajes, así como las motivaciones de estos. Por otro lado, se trata de una película rodada casi enteramente en exteriores por exigencias de su directora, lo que también la diferencia bastante de sus predecesoras en este universo.
Como película superheroica, Eternals es más lenta y pausada que el resto de películas del MCU y no por ello resulta aburrida o anodina. Además, corre con la carga de presentar dentro de un universo ya muy avanzado, conceptos muy nuevos y conseguir que el público los asimile.
Sin perjuicio de todo lo anterior, en Eternals no solo uno de sus protagonistas es homosexual, si no que su homosexualidad entendida como el amor que siente hacia su marido con quien ha tenido un hijo, es precisamente la motivación que le hace salir de su zona de confort y una vez más, ayudar a ese mundo al que ya había renunciado.
En el aspecto negativo, diré que la película sí que tiene un problema de ritmo, pero no por su duración. Los constantes flashbacks que se introducen en la película no resultan orgánicos, interrumpen mucho la trama y hace pensar que quizás esta película habría funcionado mejor como una mini serie de alto presupuesto, sobre todo ahora que sabemos lo que Marvel Studios es capaz de hacer en televisión.
Si esta película ha sido vilipendiada por la crítica especializada, es porque ésta que se vanagloria de criticar y mirar por encima del hombro a la fórmula Marvel, esa que no creo que exista, cuando recibe un producto Marvel que no se ajusta a dicha fórmula, en lugar de condenarlo por ser siempre igual, lo defenestra por atreverse a hacer algo distinto.
Y es que el espectador medio cree que quiere cosas diferentes, pero en realidad quiere más de lo mismo y lo que Eternals ha demostrado, es que no venía aquí a darnos un postre que ya habíamos probado.
, por Juan Luis Daza
En cierta manera era de esperar un recibimiento escéptico, que no hostil, para una propuesta tan alejada del tono de las producciones de Marvel Studios como Eternals, más todavía llegando a las pantallas después de lanaturaleza más ligera y lúdica de Viuda Negra y sobre todo Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos. Un tempo diferente al del resto de proyectos del UCM y un tono en cierta manera más solemne entroncan con lo que la maquinaria industrial de Kevin Feige nos ha ofrecido hasta el momento. De hecho si la comparamos con las dos cintas con las que más puntos en común tiene, las dos entregas de los Guardianes de la Galaxia de James Gunn, queda patente que hablamos de films muy diferentes a pesar de estar todos localizados en la vertiente cósmica de Marvel Cómics. Pero para lo que muchos ha sido una pieza fallida o directamente mala, para un servidor ha resultado ser una propuesta harto interesante y con no pocos aciertos audiovisuales y narrativos.
Mi primer encontronazo con las declaraciones generalizadas que se han vertido sobre Eternals llega con esa primera hora, supuestamente soporífera y en la que teóricamente no acontece nada, que a un servidor le pasó en un suspiro. A lo largo de ese trayecto encuentro una presentación muy inteligente de los personajes principales y el nada complaciente contexto espaciotemporal en el que se moveran mientras Chloé Zhao despliega toda la maquinaria que en Marvel Stuidos han puesto a su disposición para dar envergadura de verdadero blockbuster a su primera incursión en las superproducciones puramente hollywoodienses. Otra de las supuestas carencias de Eternals, que yo considero una de sus mayores virtudes, son los flashbacks que se alternan con la acción desarrollada en la actualidad, no solo perfectamente ensamblados en la narrativa para que esta discurra adecuadamente, sino necesarios para dar background a los protagonistas a los que llegaremos a conocer en profundidad gracias a este recurso narrativo.
Las dinámicas entre los Eternos y las relaciones interpersonales que comparten entre ellos mismos o con otras personajes no pertenecientes a su entorno están tratados con mesura por Chloé Zhao y sus co guionistas Matthew K. Firpo, Ryan Firpo y Patrick Burleigh. Sería de necios afirmar que las criaturas creadas por Jack Kirby han sido trasladadas al cine con unos perfiles psicológicos mmuy elaborados, cuando es algo que no acontecía ni en los cómics originales, pero son lo suficientemente interesantes como para crear vínculos empáticos con un espectador viénsose atraido por el abanico de personalidades desplegado gracias a un reparto muy bien cohesionado sabiendo alternar pasajes dramáticos con otros cómicos que, como suele pasar con el humor marca Marvel Studios, en unas ocasiones funciona adecuadamente y en otros peca de excesivo e infantil, sobre todo en un largometraje como Eternals, con aspiraciones más suntuosas dentro del UCM.
Aunque son los rostros de Angelina Jolie y Salma Hayek como Thena y Ajak respectivamente los más conocidos de cara al público generalista es un hecho contrastado que el reparto ha sido un notorio acierto de casting. Richard Madden y Gemma Chan como la pareja formada por Ikaris y Sersi, Barry Keoghan y Lauren Ridloff destilando entrañable química como Druig y Makkari, Kumail Nanjiani y Ma Dong-seok alternando sos roles como descargas cómicas con pasajes dramáticos, la delicadeza y naturalidad con la que está abordado el Phastos de Brian Tyree Henry o la dicotomía a la que se enfrenta la Sprite de Lia McHugh conforman un equipo artístico que aprovecha al máximo sus minutos en pantalla. Era una complicada tarea exponer a todos estos nuevos personajes en una sola película, pero el cast no sólo está a la altura, también se ve enriquecido por el guion y una inclusion en la que convergen distintas razas, géneros, sexualidades y diversidades funcionales jugando a favor de la historia al permitir sentirse representado a distinto tipo de espectadores.
Las tres incursiones cinematográficas previas de Chloé Zhao no pueden encontrarse más en las antípodas de Eternals en cuanto a niveles de producción y temática se refiere. Songs My Borther Taugh Me, The Rider o Nomadland son cintas independientes e intimistas en las que la cineasta de origen chino desplegó una sensibilidad muy personal y minimalista, además de un gusto por el naturalismo audiovisual, pero contra todo pronóstico ha coseguido insuflar gran parte de su impronta en su incursion en el Universo Cinematográfico Marvel. Evidentemente hablamos de una pieza más dento del engranaje de Marvel Studios y a un nivel humanista no podemos reconoer a la Chloé Zhao de sus proyectos más personales, pero sí hay mucho de esa puesta en escena melancólica y cadenciosa que converge de manera harto eficiente con los pasajes más dinámicos en los que impera la acción a gran escala y sobre todo con los centrados en la cosmogonía kirbyesca con la imponente presencia en pantalla tanto de los Eternos como de los Desviantes y sobre todo uno Celestiales sencillamente apabullantes.
Eternals no es una de las mejores producciones del Universo Cinematográfico Marvel, pero está a millones de años luz de ser una mala película, ni siquiera me resulta una pieza fallida, porque consigue la proeza de poner en escena unos personajes y un microcosmos nada fáciles de manejar que en pantalla tienen poco de la psicodelia de las coloridas historias de Jack Kirby para los cómics. Para un servidor se trata de una producción muy estimable con una holgada duración que en ningún momento se antoja plomiza o farragosa y con la perfecta convergencia entre épica intergaláctica e intimidad para con sus protagonistas. Las dos escenas post créditos vuelven a plantar simientes que irán floreciendo de cara a las próximas producciones cinematográficas y televisivas de la Fase 4 que llegará a su punto álgido el próximo día 16 de diciembre de la esperadísima y comentadísima Spider-Man: Sin Camino a Casa de la que, por supuesto, también os hablaremos en Zona Negativa a la mayor brevedad posible.
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