Javier Vázquez Delgado recomienda: ¡Prepárate!, de Vera Brosgol

Edición original: Be Prepared (Devil’s Due/First Comics, 2018)
Edición nacional/España: ¡Prepárate! (La Cúpula, 2021)
Guion: Vera Brosgol
Dibujo: Vera Brosgol
Color: Vera Brosgol
Formato: Rústica. 252 páginas. 21,90 €

Prisionera de la soledad

A sus nueve años, Vera es una niña rusa que solo quiere dejar de sentirse como un bicho raro. Su familia se mudó a Estados Unidos cuando ella era muy pequeña, sus padres están separados y su madre no se puede permitir muchos gastos. Además, tanto los gustos como la personalidad de Vera difieren de los de la mayoría de niñas que la rodean. Todos estos ingredientes se entremezclan en un cóctel explosivo que complica sus interacciones sociales y le da la sensación de que en su vida falta algo importante… hasta que descubre la existencia de un campamento bastante asequible dirigido por y para la comunidad rusa. Vera está convencida de que, si hay un lugar en el que pueda encajar, es ese. Pero sus expectativas se verán frustradas cuando, al llegar allí, el verano de sus sueños empieza a convertirse en su peor pesadilla.

Publicada en España por La Cúpula para su sello Brúfalo Lector, ¡Prepárate! es una obra realizada enteramente por Vera Brosgol, artista ganadora de premios Eisner y Harvey por cómics como El Fantasma de Anya (editada por Astronave en 2019). Y en ella, a pesar del tono de humor desenfadado que parece prometer su premisa, Brosgol ilustra una profunda reflexión sobre las relaciones interpersonales y cómo las ve una niña a través de una trama que combina experiencias personales de la autora y la dosis justa de ficción. Para ello, hace hincapié en tres grandes temas: el acoso, la necesidad de encajar y ser fiel a uno mismo.

Cuando se habla de acoso escolar es común que nos vengan a la cabeza los manidos estereotipos de las películas norteamericanas: una panda de abusones grandotes que juegan en el equipo de rugby metiendo de cabeza a una persona bajita, escuálida, con gafas, granos y aparato en el retrete; o quizá un grupo de animadoras que se ríen de alguien y lo humillan en público porque no viste “a la moda”. En definitiva, formas de abuso directo y flagrante. Si bien estas situaciones pueden suceder en el mundo real, no es lo más probable. Al final estamos hablando de acciones tan evidentemente graves que normalmente algún adulto se encargará de detenerlas o persuadir a quienes pretendan llevarlas a cabo. Hay que recordar también que la mayoría de la gente sabría reconocer que hacer esas cosas es de ser mala persona, y los abusadores, al fin y al cabo, lo que quieren de un modo u otro es reconocimiento social, por lo que suelen evitar causar impresiones tan negativas.

Sin embargo (al menos según mi experiencia), la imagen arriba descrita no representa con mucha fidelidad la realidad de la mayoría de niños que se sienten mal por cómo los tratan sus compañeros. En vez de abusos tan evidentes, lo que sufren muchos es un “vacío grupal” por el cual acaban descendiendo hasta el escalafón más bajo de las retorcidas pirámedes sociales que se llegan a crear en estos entornos. Se convierten en una persona considerada inferior por consenso; de poco valor, que lo hace todo mal y, si hace algo bien, alguna forma habrá de vilipendiarla igualmente. Las señales son mucho más sutiles, como miradas de desdén, mofas en forma de susurros casi imperceptibles o un niño que en el recreo siempre se sienta solo en una esquina.

Un par de puñetazos pueden castigarse severamente y vigilarse; el dolor que causan se acaba yendo. Pero la sensación de que nadie quiere siquiera acercarse a ti, de que les das asco, de que no vales para nada… eso es algo que persiste en el tiempo. Día tras día. Y no es nada fácil ponerle solución; porque puedes evitar que dos personas se peguen, pero no obligarlas a que se lleven bien.

Si hay algo que logra con absoluta eficacia Vera Brosgol con ¡Prepárate! es conseguir que el lector sienta la desagradable impotencia de quien se ve sumido en situaciones tan terribles como estas. Sí, se hace desde un tono ligero, repleto de humor y con cierta inocencia que lo suaviza un poco todo, pero la intención final se mantiene. A lo largo de sus páginas, esta obra nos hace empatizar con su protagonista mediante un guion espléndido que, bajo una aparente simpleza, presenta un sobrecogedor ejemplo de lo que ocurre cuando a una estructura impecable se le suma una sensibilidad artística excepcional.

Gracias a todo ello, la obra no solo nos ayuda a empatizar con Vera, sino también a comprender hasta cierto punto a aquellos que no la tratan bien y a ser conscientes de lo fácil que es caer en ciertas acciones cuestionables. Porque ¿cómo es posible que una persona le acabe cayendo mal a un campamento entero? Bueno, es que no lo es (casi nunca). Sencillamente. Lo que ocurre, más bien, es que todas las personas se va sumando al vilipendio social generalizado por miedo a que no seguir la corriente los lleve a sufrir el mismo destino; incluso si eso significa renunciar a sus propios principios de vez en cuando. Además, la historia nos ha demostrado en numerosas ocasiones que la gente se une cuando tiene un enemigo en común. Esto se puede comprobar, sin necesidad de remontarnos a gigantescos movimientos geopolíticos, si nos fijamos en cómo los aficionados a algún deporte a menudo parecen regocijarse más en las desgracias de su rival que en las victorias logradas por su propio equipo. El amor une, pero el odio también. Y, por desgracia, al mundo le resulta mucho más fácil odiar que amar.

Pasando al apartado visual, el dibujo de ¡Prepárate! sigue la línea general marcada por el resto de apartados de la obra: bicolor y de trazos limpios, la aparente simpleza que destila queda más que desmentida cuando atendemos a su enorme claridad narrativa y, sobre todo, su capacidad expresiva. La habitual ausencia de fondos, lejos de perjudicar a la obra, enfatiza la importancia de los escenarios cuando sí aparecen y concede un mayor protagonismo a los gestos de los personajes. En todo momento disfrutamos de viñetas preciosas que exhiben una capacidad camaleónica para pasar del drama más sobrecogedor al humor gráfico más hilarante. El apabullante dominio que aquí demuestra poseer Brosgol sobre la narrativa en general y del medio del cómic en particular bien sería digno de análisis en cualquier estudio sobre la materia.

En definitiva, ¡Prepárate! es una obra brillantemente ejecutada con mucho que decir entre sus divertidísimas páginas y entrañables personajes. Con una trama basada en experiencias personales que se permite ciertas licencias artísticas, Vera Brosgol nos ofrece un relato capaz de conquistar el corazón de toda clase de público.

Lo mejor

• Cómo trata sus temas principales.
• La tridimensionalidad de los personajes.
• La expresividad del dibujo.

Lo peor

• Por decir algo, el final, aunque satisfactorio, nos deja con las ganas de saber qué ocurre después.

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