Javier Vázquez Delgado recomienda: Wonder Woman – 80 años de la Guerrera Amazona

Edición original: All-Star Comics núm. 8, Sensation Comics núm. 1, Wonder Woman (vol. 1) núms. 5, 78, 98, 124, 162, 203 y 206, Comic Cavalcade núm. 11, DC Special núm. 3, DC Comics presents núm. 41, Wonder Woman (vol. 2) núms. 6, 57, 73 y 170, Wonder Woman Annual núm. 1 (Extracto), Wonder Woman núm. 600 (extracto), Wonder Woman (vol. 4) núm. 23, Wonder Woman núm. 750 (Extracto), Future State: Immortal Wonder Woman núms. 1-2 USA. (DC Comics, 1941 – 2021)
Edición nacional/España: Wonder Woman: 80 años de la Guerrera Amazona (ECC Ediciones)
Guion: Allan Heinberg, Amanda Conner, Becky Cloonan, Brian Azzarello, Cary Bates, George Pérez, Greg Rucka, Joey Hummel, Len Wein, Mariko Tamaki, Michael Conrad, Phil Jimenez, Robert Kanigher, Ross Andru, Roy Thomas, Samuel R. Delany, William Messner-Loebs, William Moulton Marston
Dibujo: Amanda Conner, Cliff Chiang, Dick Giordano, Don Heck, Elena Casagrande, Gary Frank, Gene Colan, George Pérez, Harry G. Peter, Jen Bartel, Jill Thompson, Joe Kelly, Lee Moder, Nicola Scott, Phil Jimenez
Entintado: Mike Esposito, Vince Colletta, Romeo Tanghal, Bruce D, Patterson, Ande Parks, Andy Lanning, Jon Sibal.
Color: Adrienne Roy, Tatjana Wood, Nansi Hoolahan, Matt Holligsworth, Trish Mulvihill, Dave McCaig, Paul Mounts, Matthew Wilson, Sunny Gho, Jen Bartel, Romulo Fajardo Jr.
Traducción: Felip Tobas Pastor, Fernando Refoyo Romero, Francisco San Rafael Simó, Fabian Ricardo Rodriguez.
Formato: Cartoné, 416 páginas. A color. 39,00 €

Las mil caras de un mito

«¿En qué tipo de mundo queréis vivir?»

Como ha sido costumbre con los distintos 80 aniversario de Action Comics, Detective Comics, Flash, Green Lantern, Joker, Green Arrow, Aquaman… DC publica un tomo especial en el que se realiza un recorrido temporal a lo largo de toda la carrera editorial del personaje que sopla las velas. Y Wonder Woman, la última en cumplir años este 2021, no iba a ser menos que el resto de sus compañeros.

Este mismo mes ECC publica en nuestro país tan importante tomo, con más de 400 páginas, con historias que arrancan en el mítico All Star Comics #08 (1941) y acaban en Wonder Woman Inmortal #01 y #02 (2021) en lo que es un repaso a toda una vida de aventuras de la amazona más longeva del Universo DC.

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La génesis del personaje es por todos conocida. Sus creadores William Moulton Marston, Elizabeth Marston y Olive Byrne, concibieron a un nuevo personaje para la floreciente industria del cómic de superhéroes, no como un nuevo varón al uso, sino como una mujer con profundas raíces mitológicas, muy alejada de lo que se podía ya leer de forma regular en la serie de Detective Comics o en Action Comics. Su propuesta nadaba contracorriente, pero el clamor de los lectores les dio la razón, pues hoy, ochenta años más tarde, Wonder Woman es más grande que nunca.

Como ya ha sucedido en los anteriores tomos de este tipo, la selección de obras abre el debate sobre si son o no son las más adecuadas, si falta alguna, si sobra otra… Un debate que es inevitable, por entrar en terrenos ya de gustos personales de cada lector, pero que no responde sino a esa sensación interna que se tiene cuando se habla con pasión de un personaje tan importante como Wonder Woman.

Este especial no es solo especial porque así lo ponga en la portada. Es especial por el material que entre sus páginas puede encontrarse. Los primeros números recopilados son los que definen todo el lore del personaje. Sus cimientos, su raíces más prístinas, más profundas, más inamovibles. Son los números de la Edad de Oro del cómic USA, en los que la amazona Diana Prince, va experimentando como su propio microcosmos se expande con la adición de nuevos villanos, como el Dr. Psico, la llegada de Cheetah, Ares el dios de la guerra, al tiempo que su plantilla de secundarios crece más allá de Steve Trevor, con la entrada en escena de Etta Candy. Son comics que a los ojos del lector de hoy pueden parecer simplones, carentes de profundidad, sin apenas desarrollo de personajes, sin sofisticación alguna en el dibujo (en manos de Harry G. Peter hasta bien pasado 1955), con algunos tratamientos antediluvianos. Son hijos de su tiempo, adelantados, aun así, pero beben del entorno sociocultural en el que nacieron, pero que colocan los pilares sobre los que el mito, el icono encarnado en la figura de Wonder Woman, no ha dejado de crecer.

Entre los años 1958 y 1966, los designios de Wonder Woman fueron controlados por Robert Kanigher, que con la inestimable ayuda de un Ross Andru (capaz de dotar al personaje y a todo su entorno de nuevos niveles de sofisticación), modelaron a la amazona para encara los vientos de cambio que comenzaban a soplar. Su trabajo resulta absolutamente abrumador por la infinita imaginación que desbordan. Ideas locas, sin importar cuanto, se dan cita en estas historias en las que Diana es capaz de realizar proezas extraordinarias. Poderes de todo tipo, coqueteando ya con su capacidad de vuelo, con versiones remodeladas de algunos de los poderes exhibidos por Superman como un oído hipersensible o un tacto muy superior al normal, perfilan a una Wonder Woman que rompía con algunos de sus roles más oscuros pues, fuera de su propia serie, fue condenada a ser la secretaria de la JSA en esa Edad de Oro comentada.

Y les llega el turno a los años 70 en los que la propia DC pasaba por malos momentos editoriales, pero que reflejan lo que ya era toda una realidad en la sociedad americana, con la liberación de la mujer siendo ya una lucha activa. Samuel R. Delany y Dick Giordano sin los encargados el primer número en el que se puede leer a una Wonder Woman incrustada en ese momento temporal en el que fue despojada de sus poderes y uniforme, para vestir más como una agente secreta, con historias de corte más social (algo que en DC a lo largo de la década serie seña de la casa).

Se trata de un trabajo que ya destila mucha más elegancia, con un guion más preocupado por mostrar el interior de los personajes que el exterior, donde también se percibe la deriva editorial en la que DC estaba inmersa.

La segunda entrega de los años 70 está escrita por Cary Bates y dibujada por Don Heck, que construyen un relato donde se amplía la mitología del personaje, no solo implicando a los dioses griegos (aunque se mezclan nombres muy a la ligera, denominando a Ares, Marte), con la aparición Nubia, una aliada con la que Diana formará equipo a fin de triunfar frente a la amenaza de la deidad de la guerra.

Y para encarar los años 80 le llega el turno a Roy Thomas y Gene Colan, que narran como la heroína cambia de sutilmente pero significadamente de uniforme, con su implicación con los movimientos de lucha por la igualdad de las mujeres, para hacer frente de nuevo a enemigos mitológicos como Hércules y Hermes.

Y no podía faltar en este tomo George Perez y su Wonder Woman, relanzada con fuerza tras el terremoto que supuso Crisis en Tierras Infinitas. La amazona gozó de las mieles del éxito de la mano de este autor que más tarde cedería los lápices a Jill Thompson con la entrada en la serie en los años noventa. El cambio de estilo, de enfoque, de profundización tanto en la propia Diana, como en sus secundarios, sus villanos y la inclusión del panteón griego de dioses, hace de esta etapa una de las más recordadas por los aficionados.

Pero en los noventa también hubo otros guionistas que desarrollaron un trabajo muy interesante con Wonder Woman, tal es el caso de William Messner-Loeb, que supo dar un paso al frente y evolucionar a Diana más allá de lo que ya hizo George Perez. Acompañado para la ocasión tenemos a Lee Moder, pero también tendría que sufrir a un Deodato Jr. desatado, con composiciones imposibles y poses hipersexualizadas, en su saga el Torneo que llegaría algo más tarde. De dicha saga no se ha incluido ninguna entrega en el tomo. Sin embargo, la incluida, muestra el lado más humano del personaje, el más terrenal, con una historia en la que debe buscar un trabajo con el que poder hacer frente a su propia manutención. Puede parecer trivial, pero esta puesta en escena permite al personaje mostrarse a los lectores de manera mucho más vulnerable y accesible.

Y por si alguien se lo está preguntando, no, no hay ninguna historia del trabajo de Byrne con Wonder Woman.

El que aparece, por derecho propio, es Phil Jimenez, uno de los nombres más importantes asociados a Wonder Woman, cuya inclusión en el tomo no solo era necesario por lo que su trabajo significó para el personaje, sino por el número seleccionado para ello. Un número exquisito, en el que Lois Lane acompaña a Diana durante un día en sus tareas como embajadora de múltiples empresas a lo largo y ancho del globo, incluida su membresía en la Liga de la Justicia. Un número que define a la amazona a la perfección, con todas su dobleces y contradicciones, su humanidad y su divinidad, al tiempo que muestra un nivel de dibujo y sofisticación que hacen de este entre una de las mejores del tomo. Todo un acierto.

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Y las seis obras restantes ya encaran los últimos 20 años del personaje, con trabajos que son pequeños relatos de distintos autores aparecidos en anuales o en especiales (el número 750 en concreto), siendo también recuperado uno de la etapa de Azzarello durante los Nuevos 52. Una etapa con sus más y sus menos, con una de las inclusiones más discutibles en de la mitología de Diana. Una elección entendible, por lo que implicó para la heroína, pero que lleva a muchos a preguntarse las razones por las que no hay nada del trabajo de Rucka (de su etapa, pues si hay un relato maravilloso dibujado por Nicola Scott alrededor de la figura trágica de Cheetah) o de Gail Simone.

Y como final de tomo le llega el turno a lo visto en los dos números escritos por Becky Cloonan en Estado Futuro, dibjado por Jen Bartel, saltándose todo el trabajo visto en Renacimiento, incluido el de Rucka, de nuevo, y que viene a ser un cierre en falso, pero de nuevo entendible, porque se persigue incluir una visión nueva y distinta de Wonder Woman a lo largo del tiempo.

Estamos frente a un tomo muy interesante, con obras que permiten descubrir los orígenes del personaje, percibir su enorme evolución, conocer grandes momentos de su historia y todo ello aderezado con el testimonio de cuatro mujeres muy relacionadas con el personaje, Trina Robbins, Gal Gadot, Lynda Carter y Patty Jenkins. Hubiera sido genial poder disponer de más testimonios de algunas de las mujeres que trabajaron con el personaje, como Jill Thompson, Ramona Fradon, Kelly Sue DeConnick o Gail Simone, por citar algunas y es toda una lástima. Una recopilación ideal para tener una foto fija de Wonder Woman a lo largo de sus ochenta años de vida editorial y poder quedarse con ganas de leer algunas de las etapas que aquí aparecen. Un trozo de historia del cómic.

Lo mejor

• La imagen fija que ofrece de la amazona a lo largo del tiempo.
• Tener en un solo sitio obras de todo tipo y calado, con la que poder comprara el recorrido editorial del personaje.

Lo peor

• Más testimonios de mujeres que hayan estado involucradas con el personaje, coloristas, entintadoras…
• La no inclusión de autores como Gail Simone o Greg Rucka.



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