Javier Vázquez Delgado recomienda: 100% Marvel HC. Estela Plateada 1: Libertad
Edición original: Silver Surfer v2, 1; v3, 1-6 USA (Marvel Comics, 1982 y 1987)
Edición nacional/España: 100% Marvel HC. Estela Plateada 1: Libertad (Panini Cómics, 2019)
Guion: Stan Lee, John Byrne, Steve Englehart
Dibujo: John Byrne, Marshall Rogers
Entintado: Tom Palmer, Joe Rubinstein
Color: Tom Palmer, Marshall Rogers
Traducción: Gonzalo Quesada
Realización técnica: Estudio Fenix
Formato: Tapa dura. 248 páginas. 25,00€
El inicio de la colección más longeva de Estela Plateada
«Eres libre, Norrin Radd»
Contaba Peter David en una de sus columnas But I Digress cómo el origen de Estela Plateada era uno de esos ejemplos de la manera un tanto caótica e imprevisible que dan lugar a la creación de ciertos personajes de ficción. Es conocido cómo Stan Lee, al ir a dialogar Los 4 Fantásticos #48 se encontró que Jack Kirby se había sacado de la manga un personaje nuevo que, para más inri, montaba lo que parecía ser una tabla de surf. Si Kirby es quien idea la existencia de Estela, fue Lee quien dio para el personaje con un tono trágico y noble que serían sus señas de identidad durante años. Estela Plateada es Norrin Radd, un científico del planeta Zenn-La que decide sacrificarse y convertirse en heraldo de Galactus, el devorador de mundos, para salvar su hogar. Tras su estreno en la famosa historia de la llegada de Galactus a la tierra en Los 4 Fantásticos #48-50, el personaje se convirtió en una obsesión personal de Lee hasta el punto de vetar cualquier proyecto con Estela en el que él no estuviera involucrado. Aunque Lee nunca negó que Estela había sido creado por Kirby, el guionista “apuñaló” a su compañero cuando prefirió a John Buscema antes que al Rey para la primera colección propia del improbable héroe. El primer volumen de Estela Plateada se lanzó en 1968 y duró 18 números muy recordados por los aficionados siendo una de las últimas grandes obras de la edad dorada de Marvel.
Para bien o para mal, el nombre de Stan Lee siempre estará asociado al de Estela Plateada. Hasta 1987, él había sido el único guionista en escribir al personaje en aventuras propias. Además del primer volumen, en 1978 colaboró con Kirby en The Silver Surfer; en 1982 con John Byrne en Silver Surfer; en 1988 con Moebius en Estela Plateada: Parábola; y en 1990 con Keith Pollard en Silver Surfer: The Enslavers. El tomo que hoy nos ocupa empieza precisamene con el one-shot realizado por Byrne con diálogos de Lee. Se trató de otro intento por conseguir una segunda serie regular para Estela, intento que no consiguió fructificar. La trama se centra en uno de los múltiples planes de Mefisto para conseguir el alma de Estela, una que, por su pureza, es especialmente codiciada por el demonio. En este caso, quien está prisionera de Mefisto es Shalla-bal, el antiguo amor de Estela. Un cómic muy canónico del personaje, correcto pero sin demasiada ambición por parte de sus responsables, y con un dibujo de Byrne que parece más esbozado de lo normal puesto que la impronta de Palmer es más que patente en casi todas las páginas.
Retornamos a 1987. Se prepara la primera colección del personaje sin intervención de Lee. En una entrevista en 1988, el más mediático de los creadores de la Marvel moderna afirmaba que “después de abandonar Spiderman, otra persona escribió Spiderman, y otra persona hizo lo mismo con los 4 Fantásticos y el Doctor Extraño y la Patrulla X y todos los demás. Sentía que era un bonito detalle ser el único escritor de Estela Plateada así que me sentí un poco decepcionado cuando alguien más lo escribió. De haber sabido que estaban totalmente comprometidos a sacar una nueva serie, habría encontrado el tiempo para escribirla yo mismo. No tenía tiempo pero lo hubiera sacado antes de dejar que otro lo hiciera. Esto no es una crítica a Steve o Marshall, es solo que me hubiera gustado seguir escribiéndolo siempre”. Estas declaraciones no están exentas (¡sorpresa!) de alguna exageración marca de la casa. 1987 no es 1967 y la posición de Stan Lee en Marvel ya no le permitía esos “derechos a veto” de los que había disfrutado durante años. Jim Shooter estaba dispuesto desde hace tiempo a volver a tener una colección de Estela Plateada en el mercado y era solo una cuestión de tiempo que ésta, ya sin Lee, se hiciera realidad.
Otra cosa es que el plan de Shooter tuvo que sufrir muchas modificaciones. La idea inicial era empezar a publicar una maxi-serie de 12 números con guiones de Englehart y dibujos de John Buscema justo después de las Secret Wars II en 1986. Esta serie estaría ambientada íntegramente en la tierra, con Estela aún atrapado en nuestro planeta por decreto de Galactus. El primer número llegó a terminarse y fue publicado dentro del Marvel Fanfare #51 y que después se consideró fuera de la continuidad del personaje. Después de estos 12 números debería venir una novela gráfica en la que, por fin, Estela conseguía escapar de la tierra y volver a surcar el espacio (novela gráfica que acabaría siendo la ya mencionada Enslavers). Para cuando llegamos a 1987, Shooter da el visto bueno a Englehart para empezar a trabajar en una nueva serie regular y está vez así, sacar al personaje de la tierra, lo que el guionista hace en el #1.
Los seis primeros números de esta nueva colección, incluidos en 100% Marvel HC. Estela Plateada 1: Libertad, son el punto de partida con el que juega Englehart para el personaje. En primer lugar, con Estela libre, el guionista se encuentra con un entorno, la Marvel cósmica, que nunca había tenido una colección propia (la clásica Guardianes de la Galaxia no debería contar por razones obvias=ambientada en el/un futuro). Englehart utilizará los elementos más importantes de la Marvel cósmica del momento exceptuando a los Shiar y los personajes del JimStarlinverso. Presenta a los villanos de la función, los Primigenios del Universo, a los que da una ¿innecesaria? explicación de su origen y les va enfrentando a Estela, en este tomo Corredor, Campeón y Obliterador. El segundo aspecto más importante de esta etapa será la segunda guerra Kree-Skrull cuyo desencadenante encontraremos aquí. Por último, Englehart retomará aquí a uno de sus personajes fetiche, Mantis, que se convertirá en la acompañante (e interés romántico) del héroe.
Habiendo reseñado ya varias obras ochenteras de Steve Englehart, para mí esta es sin duda la mejor. A su vuelta a Marvel, parecía que el guionista había perdido su toque mágico, escribiendo cómics entretenidos pero con diálogos interminables y tramas a medio desarrollar. Estela Plateada será su trabajo más sólido de esta época. La seriedad y porte del héroe, junto con el estilo de dibujo de Marshall Rogers, obligan a Englehart a recurrir menos a su tradicional verborrea; pero es que además, sus locos conceptos funcionan mejor en el entorno cósmico que en la Marvel terrenal. En cuanto al papel de Rogers, este no ha sido nunca un fan-favorite pero su trabajo aquí es excelente, con un ritmo fantástico y algunas secuencias brillantes como la pelea entre Estela y el Corredor. El dibujante, al que Englehart animaba a experimentar en sus composiciones de página llegando al punto de solicitarle dibujar páginas con menos viñetas para aumentar el scope del espacio donde tiene lugar la acción, es de hecho quien lleva la voz cantante en la narración siendo uno de esos casos en los que, por la confianza que tenía en su compañero, el guionista escribe condicionado por el dibujante y no al revés. Aunque menos espectaculares que en Detective Comics o Doctor Extraño, los lápices de Rogers se benefician de que el mismo autor se encarga del color, acentuando el tono de grandeza cósmica de los viajes espaciales del héroe.
Sigue habiendo momentos muy mejorables en algunas soluciones argumentales, como el destino del romance entre Estela y Shalla-Bal, un bajón en toda regla para lo que siempre había sido una trágica y emotiva historia de amor. También son muy discutibles las razones que tienen los Primigenios para querer matar a Galactus. Plan que, por otra parte, les convierte a todos en villanos, papel que no pega para más de uno de ellos. Por otra parte, el diseño del Obliterador es… ignominioso como poco.
Estamos hablando del inicio de una etapa memorable para Estela Plateada, casi 100 números con historias vibrantes y recordadas gracias sobre todo a Englehart, Jim Starlin y Ron Marz. Y este es el inicio, con cómics donde, a partir de las historias precedentes, se construye el brillante futuro del personaje. Otra de esas obras que ha permanecido demasiado tiempo fuera del radar de muchos lectores y que bien merece un (re)descubrimiento.
Lo mejor
• La conjunción entre Englehart y Rogers, que consiguen sacar lo mejor el uno del otro
Lo peor
• La sensación de ser tan solo un prólogo para lo que va a venir después
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