Javier Vázquez Delgado recomienda: 100% Marvel HC. Estela Plateada 2 Triángulo

Edición original: Silver Surfer v3, 7-14 USA (Marvel Comics, 1988)
Edición nacional/España: 100% Marvel HC. Estela Plateada 2: Triángulo (Panini Cómics, 2019)
Guion: Steve Englehart
Dibujo: Marshall Rogers, Joe Stanton
Entintado: Joe Rubinstein, Dave Cokrum, Jose Marzan
Color: Marshall Rogers, Tom Vincent
Traducción: Gonzalo Quesada
Realización técnica: Estudio Fenix
Formato: Tapa dura. 200 páginas. 22,00€

Galactus vs los Primigenios del Universo

«Os devoraré con la facilidad con la que devoro planetas»

El retorno de Steve Englehart a Marvel en la segunda mitad de la década de los 80 se saldó, a efectos creativos, con un balance demasiado irregular. Posiblemente su obra más sólida sea el relanzamiento de Estela Plateada, cuyo segundo tomo publicado por Panini reseñamos hoy: 100% Marvel HC. Estela Plateada 2: Triángulo.

Las piezas presentadas por el guionista en el primer tomo (los Primigenios del Universo y la 2ª guerra Kree-Skrull) centran de nuevo la acción en los 8 números que contiene este volumen. Más aún, en el primero de ellos (#7) ambas tramas confluyen en la visita de Estela a la Inteligencia Suprema Kree. Antes, y gracias a Mantis, que continúa acompañando al héroe titular de la serie, hemos conocido el plan de los Primigenios para derrotar a Galactus: atacarle con las 6 gemas del alma. Puede parecer un extraño deja vu pero sí, estas gemas del alma son las archiconocidas gemas del infinito (aunque el cambio de nombre es enteramente idea de Jim Starlin, hay teorías nada descabelladas por Internet que hablan de cómo las gemas acaban diferenciándose entre ellas-poder-espacio-etc- debido al tiempo que formaron parte de los Primigenios). El deja vu viene, claro, al pensar que apenas unos años después Starlin nos propondrá en Thanos Quest la búsqueda de estos mismos objetos. Aquí, sin embargo, los Primigenios ya tienen todas las gemas menos una, en posesión de la Inteligencia Suprema. Estela es atacado por la Inteligencia Suprema y acaba atrapado en la mente del líder Kree, viviendo en un “universo de bolsillo” como si fuera un tipo en la América contemporánea, con esposa y perro. La vida en esta simulación termina cuando Estela logra escapar, consiguiendo de paso la gema del alma restante y dejando a la Inteligencia Suprema en un estado catatónico que tendrá gran importancia para el devenir del conflicto entre Krees y Skrulls.

La gema no le durará mucho a Estela, quien la entregará a los Primigenios a cambio de la libertad de Shalla-Bal y Mantis, prisioneras de esta cábala de superseres. La liberación es una trampa que acaba con Mantis aparentemente muerta. ¿En serio? ¿Mantis muere y desaparece del título?

Hagamos un pequeño inciso

Mantis es el ojito derecho de Englehart, su personaje fetiche, su hija preferida. El guionista ya había demostrado que iba a hacer lo que fuera necesario para continuar la historia de Mantis. Tras abandonar Marvel en los 70, Englehart introdujo a Mantis (sin llamarla así) ya embarazada en una historia de la Liga de la Justicia. Y en 1983, en una serie para Eclipse de corta vida -apenas 2 números- titulada Scorpio Rose, aparecía Lorelei, una Mantis ya madre, que vivía con su hijo en la tierra. Y es así, como madre que ha dejado a su hijo en la tierra como Englehart la presenta en Estela Plateada. La decisión, por tanto, de deshacerse del personaje unos meses después de introducirla como compañera, de aventuras y sentimental, de Estela no podía ser de Englehart. El culpable fue Tom DeFalco. Las desavenencias entre DeFalco y Englehart, de nuevo alrededor de Mantis, llevaron a la defenestración del guionista de la Casa de las Ideas. Aún así, Englehart tuvo tiempo de disfrutar de más de una pequeña venganza creativa, como crear una parodia de DeFalco, “Clumsy Foulup” en el #11 de Estela Plateada, un personaje manipulador y traidor a la par que un poco tonto que tendría varias apariciones en la colección.

Fin del inciso

Con Mantis fuera de juego, Nova y Estela salvan a Galactus de la trampa de los Primigenios y en el número más espectacular del tomo(#10), Galactus se alimenta de los conspiradores. Los #11 y 12 serán los números menos inspirados de esta entrega, con Estela y Nova disfrazados de piratas ¿? buscando al Primigenio que escapó de la ira de Galactus, el Contemplador (Ego, el planeta viviente, no se menciona porque Englehart tenía planes para él en el futuro). Pasar de una lucha por la supervivencia de la galaxia a escaramuzas con piratas espaciales es un cambio de tono demasiado brusco. Además, ninguno de los enemigos que se presentan en estos dos números supone una amenaza realista para dos seres con el nivel de poder de Estela y Nova.

El cierre del tomo son los #13 y 14, ya metidos de lleno en la guerra Kree-Skrull. Estela se enfrentará a un doble malvado (un Skrull, claro) y a Ronan en acusador. Esta subtrama queda totalmente colgada en su mejor momento. Hemos presenciado cómo una espía Skrull, Nenora, acaba siendo la líder de los Kree tras quedar la Inteligencia Suprema catatónica en el #8 y decide traicionar a los Skrulls porque… bueno, porque mola ser la jefa. El final del #14 nos introduce a líderes de otras facciones Skrull (el imperio se desintegró en dichas facciones tras destruir Galactus su mundo trono en Los 4 Fantásticos) que, por ahora, quedarán en suspenso puesto que Panini, tras publicar dos volúmenes en 2019, a día de hoy sigue sin terminar de editar la continuación de la etapa de Englehart en la colección.

Y es una pena porque, como ya dije en mi reseña del tomo 1, este es un cómic muy disfrutable con un Englehart más contenido y con un Marshall Rogers imperial. Secuencias como el choque entre Galactus y los Primigenios son dignas de verse, por la escala y la espectacularidad que muestra Rogers en sus lápices. Quizás a algunos lectores les choque el uso del color, con mucho azul y tonos rosa, pero el conjunto no solo funciona sino que dota de una extraña grandiosidad a esos personajes bigger than life frente al vacío del cosmos. Rogers abandona la colección en el #11 y su sustituto sería, en un primer término Joe Stanton, con quien Englehart había trabajado ya en Green Lantern y Millenium para DC. Stanton hace un trabajo muy profesional pero sin el carisma de Rogers, y al poco sería sustituido, en el #15 por Ron Lim.

Englehart no puede evitar escribir alguna que otra parrafada de más (Eternidad y la subtrama del nacimiento de los Celestiales que continuaría en el Anual #1 o el origen del falso Estela) pero se muestra un escritor más enfocado que en otros títulos que escribía en ese momento como Los 4 Fantásticos o Los Vengadores Costa Oeste. La aventura a lo piratas del espacio es decepcionante pero el desarrollo de la subtrama centrada en la Guerra Kree-Skrull está llevada de manera notable, introduciendo a los personajes y jugando con sus planes y traiciones. No me quiero olvidar de un momento muy especial que no entiendo cómo pasó el Comics Code de la época. En un número, la espía Skrull dentro de los Kree, Nenora, besa a su amante, otro Skrull -en este caso, un macho- que está atrapado en el cuerpo de una mujer de otra raza. De tal manera que vemos a dos mujeres besándose aunque uno de ellos fuera realmente un hombre (lo que me recordó una columna de Peter David en la que este hablaba del caso del Detective Marciano en forma femenina besando a una mujer y los problemas que DC tuvo con el Comics Code). A pesar de este detalle, me sigue irritando un poco cómo Englehart escribe a las mujeres. El caso de Shalla-Bal como alguien increíblemente caprichoso e infantil es especialmente llamativo y, en general, las mujeres casi siempre actúan de manera demasiado “sugerente”. A decir verdad, Englehart escribe a demasiados personajes comportándose como si tuvieran un calentón, incluso en una escena, a ¡Ronan el Acusador!

Con todo, este tomo es una lectura estimulante y que recomiendo sin duda. Una pena que no tuviera continuidad. Para quien esté interesado en la colección noventera de Estela, puede dar el salto a la Colección Jim Starlin y continuar a partir del #34 que es el primero incluido allí. Para los demás, no perdamos la esperanza.

Lo mejor

• El dibujo de Rogers

Lo peor

• Estela Plateada, pirata espacial



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