Javier Vázquez Delgado recomienda: DCSOS – Planeta Muerto
Edición original: DCeased: Dead Planet núm. 1-7 USA (DC Comics, 2020)
Edición nacional/España: DCsos Núm. 1-7 (ECC Cómics, 2021)
Guion: Tom Taylor.
Dibujo: Trevor Hairsine.
Entintado: Gigi Baldassini, Stefano Gaudiano.
Color: Rain Beredo.
Traducción: Felip Tobar Pastor.
Formato: Grapa, 32 págs. A color. 2,25 € – 2,95€
La angustia del deber
Toca regresar al infierno.
Tom Taylor ha encontrado su particular patio de recreo con la saga DCSOS. Lo que empezó siendo un ejercicio de destrucción masiva, atentando contra toda la población humana de la Tierra, y por extensión a los sobrehumanos, se ha convertido en todo un tour de forcé con el que profundizar en el Universo DC superheroico a través de la excusa argumental de la Ecuación de la Antivida.
Tras los acontecimientos narrados en la primera miniserie, con la salida de cientos de miles de personas en naves espaciales, le llegó el turno a una segunda miniserie para hacer foco en los antihéroes del Universo DC, expandiendo las consecuencias de lo conocido hasta ese momento. Ahora le llega el turno a una tercera miniserie (que ha quedado como de los mejor de DC del año pasado en nuestro Top 2021), en la que toca regresar al periplo espacial emprendido por lo supervivientes de la Tierra.
Tras las dos primeras entregas, orquestadas sobre la base de una historia más que conocida por todos, Taylor, logra encontrar los resquicios necesarios a los que aferrarse para construir un relato trágico lleno de momentos estelares y sobrecogedores que no dan tregua al lector. La historia está llena de huecos a los que poder recurrir de ser necesario y su trama queda abierta de cara a poder seguir expendiendo esta epopeya de sangre y muerte. Y eso es justamente lo que hace esta nueva miniserie de siete entregas, en la que Taylor hace foco en otra de las parcelas del Universo DC, la magia, mientras ejerce de miniserie de duelo en el que el factor redentor es fundamental para la trama.
Hay esperanza en el apocalipsis cuando los supervivientes de la Tierra detectan una llamada de ayuda en morse que proviene de la Tierra. Una llamada que desencadena los acontecimientos que van a llevar a los héroes y heroínas de DC a una guerra sin cuartel en el que se define el coste del deber, cuyo precio es siempre demasiado alto, en un intento de determinar si el fin justifica los medios.
Taylor eleva la presión y no solo ya se trata de luchar con los afectados por la Ecuación, sino a la presencia de otras tres amenazas de proporciones más que considerables, que acabaran por generar un alto coste para todos.
El guionista de Nightwing no duda de hacer uso de las herramientas más básicas del medio y género al que se adscribe, sin verse atado por las limitaciones de estar incrustado en el Universo DC convencional, lo que le permite añadir capas de drama y acción de enorme impacto. La caracterización de los personajes se muestra fundamental para aportar la coherencia necesaria para que todo funcione. Jon, Damian, Jason… todos han cambiado, han crecido, cada uno a su manera, pero sin perder lo que les caracteriza de manera distinta y, sin embargo, a todos igual en lo que es necesario en los tiempos que deben vivir.
Pero en esta miniserie el protagonismo se centra en la magia y en los personajes más característicos de este entorno. Y quién encarna todo lo bueno y negativo de las fuerzas del caos, no puede ser otro que John Constantine. Constantine es la encarnación dura de lo que significa hacer lo que se debe hacer. Su figura, en manos de Taylor, se muestra apesadumbrada, manipuladora, despiadada, fría, díscola, desagradable, pero al mismo tiempo humana, cercana y dispuesta a sacrificarlo todo por el bien común de la manera menos ortodoxa, pero eficaz. Su destino está escrito y lo asume con la naturalidad innata a Constantine. Es la forma con la que el escritor juega con el lector emocionalmente. Lo que discurre en la trama hace que se mueva en el filo entre lo moral y lo amoral, esperando que el resultado de verdad pueda aplicar el famoso dicho de que el fin justifica los medios.
Taylor, además, demuestra un conocimiento profundo del Universo DC, añadiendo muchos detalles a su historia a la hora de ir generando el conflicto. Se mueve bien en distintos entornos, sea la Tierra o Nueva Genesis, tomándose su tiempo para meditar sobre la familia, la responsabilidad y el peso de la culpa. Y es que si de algo va DCSOS es de emociones y sentimientos. Lo demás es solo una escusa para poner en una situación extrema a los protagonistas y dejar que ellos mismo casi se escriban.
En lo gráfico Trevor Hairshane se desenvuelve con soltura, conjuga bien la potencia visual de las escenas de acción, con las que requiere un trabajo más detallado y emocional, sin desmerecer los momentos más tiernos e incluso en los que el humor hace acto de presencia. No es un dibujante que de primeras entre por los ojos, pero su trabajo se crece página a página, con un estilo sucio que transmite ese tono gris que de alguna forma desprende todo este trabajo. Y es que la esperanza hay que saber buscarla y darle caza.
Esta nueva miniserie es un más que destacable trabajo dentro de la producción de DC, capaz de seguir emocionando al lector, conjugando factores tan diversos del Universo DC que hace de la lectura todo un ejercicio de angustia emocional. Taylor tiene más que contar y solo queda esperar a que llegue por nuestras Tierras todo aquello que sigue pendiente de desarrollarse. Paciencia, la Ecuación nos espera.
Lo mejor
• Como se eleva por encima de los convencionalismos de la historia.
• La carga emocional.
• La caracterización de los protagonistas.
Lo peor
• Lo corta que se hace.
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