Javier Vázquez Delgado recomienda: El Pacificador
Edición original: Inferior Five núms. 1-6 (Historias de complemento), Peacemaker núms. 2-4 (Extractos) USA (DC Comics, 2021)
Edición nacional/España: El Pacificador (ECC Ediciones, 2021)
Guion: Jeff Lemire, Keith Giffen.
Dibujo: Jeff Lemire, Scott Kolins.
Entintado: Jeff Lemire, José Villarrubia, Scott Kolins.
Color: José Villarrubia.
Traducción: Francisco San Rafael Simó.
Formato: Rústica, 64 págs. A color. 8,50 euros.
La paz en crisis
«¿Alguna vez te ha hablado tu casco?»
En diciembre de 1988 DC publicaba el que para muchos fue el cuarto evento tras Crisis, Legends y Millenium. Su título, Invasión, dejaba muy claro su enfoque, con el ataque coordinado de las principales razas alienígenas del Universo DC a la Tierra. Orquestada por los Dominadores, una raza obsesionada con los genes metahumanos latentes de la humanidad, conforman una alianza con los Khund, los Gil´Dispah, los reptilianos Psions, los señores de la guerra de Okaara, las arañas de la Ciudadela, los Thanagarianos y los Durlan, que movilizan a las fuerzas superheroicas del planeta, sin que puedan impedir que se lance la bomba metagen, que desata el caos entre los humanos con poderes.
El evento, orquestado por Keith Giffen y Bill Mantlo, con dibujo de Bart Sears y Todd McFarlane, sirvió para modificar, cambiar o alterar los poderes de muchos de los personajes que pululan por el Universo DC luciendo vistosos poderes. Una forma de cambiar a aquellos que, desde Crisis, Legends o Millenium, no hubieran visto alterado su estatus y que bien merecían adaptarse a los nuevos aires de la DC postcrisis.
La razón para empezar hablando de Invasión en una reseña de un tomo que recopila las historias de complemento de una serie USA titulada Inferior 5 (cancelada por DC en su sexta entrega, cuando tenía planificados 12 números) es porque la historia que aquí se nos narra está ambientada en los meses anteriores y posteriores a dicha Invasión.
El pacificador, creado en 1966, en la serie Fightin ´5 #40, por Joe Gill y Pat Boyette, en la editorial Charlton Comics (la que más tarde compraría DC a principios de los años 80), bajo la premisa de un diplomático pacifista, Christopher Smith, dispuesto a usar los métodos que fueran necesarios con tal de mantener la paz. Tuvo serie limitada escrita por Paul Kupperberg en 1988 y una carrera errática dentro del Universo DC al estar involucrado con el Escuadrón Suicida y Jaque Mate. En la actualidad está en boca de todos gracias a su aparición en la película de James Gunn, Escuadrón Suicida, que ha propiciado que este mismo mes de enero de 2022, estrene su propia serie de televisión dentro de la plataforma de HBO Max.
Este antihéroe, violento, cargado de armas, con un traje que roza lo estrafalario, acarrea a sus espaldas el ser parte de esa historia interna de los cómics que lo une a la gestación de Watchmen. El Pacificador, junto con el Capitán Atom, Nightshadow, Blue Bettle y Question, todos ellos personajes de la extinta Charlton, debían integrarse en el Universo DC y se solicitó a Alan Moore que ideara un proyecto a fin de que ocurriera tal cosa. El guionista de La Cosa del Pantano desarrolló una historia de tales proporciones que dejaba a los personajes inutilizables, por lo que se replanteó todo con nuevos personajes basados en los de Charlton.
La contrapartida del Pacificador en Watchmen podemos encontrarla en la figura del Comediante.
Inferior 5, la miniserie en la que se publicó esta historia de complemento de El Pacificador recuperó un concepto creado por Nelson Bridwell y Joe Orlando en Showcase #62 (1966), como parodia de otros personajes de la propia DC Comics. Hijos de los miembros de otro grupo llamado Freedom Brigade (parodia a su vez de la Liga de la Justicia), vivían sus aventuras en la Tierra 12 PreCrisis con nombres tan peculiares como Merryman (parodia del Tio Sam y Miss America), Dumbbuny (parodia de Wonder Woman), White Feather (Parodia de Green Arrow), The Blimp (parodia de Flash) y Awkwardman (parodía de Superman).
Inferior 5, escrita entre Keith Giffen y Jeff Lemire, con dibujos de ambos, la acción también está adscrita a ese momento temporal que comprende los pasos previos a la Invasión dentro del universo DC y de alguna forma enlaza con lo que se cuenta de la historia de complemento de Christopher Smith. Un cómic extraño, cargado de metalenguaje, que propone una historia movida por un misterio y que hubiera sido interesante poder disfrutar por estos lares. Sin embargo, es cierto que su tirón comercial es realmente cuestionable, por lo que es razonable la decisión editorial de hacer foco sobre el personaje de moda, escritor por uno de los guionistas con más tirón comercial del momento.
En la historia que construye Lemire, lanza al protagonista a Siberia, comprobando cierta información en posesión de Amanda Waller que permita mantener la paz con Rusia. Aquí se dan la mano varios conceptos. Por un lado, tenemos a una Waller perfectamente reconocible, dura y directa, mientras se ve cuestionada por el coronel Flagg en su decisión de enviar a Smith a esta misión. ¿La razón? Lo que le ocurrió durante la Invasión le ha podido dejar secuelas psicológicas y no es de fiar. Con esto se abre una interesante puesta en escena en la que Smith se ve metido en un relato con cierto tono crepuscular, carente de toda épica, en la que se va desgranando la información de manera gradual. Todo muy Lemire.
Es un trabajo cargado de referencias a los lectores más veteranos que verán aparecer a defensores del pueblo ruso de lo más variopintos y que se disfruta mucho viéndolos de nuevo en acción. Unido a la mirada la pasado de la historia del Universo DC como son los acontecimientos narrados en Invasión.
La sensación de perdida, de angustia, en el protagonista es algo que Lemire logra transmitir con mucha elegancia, jugando con elementos clásicos del síndrome postraumático, al que añade otros que permiten maximizar la ambigüedad de mental que sufre Smith, que se debate entre la cordura y la locura al estilo del Pacificador.
En cuanto al aspecto gráfico, decir que la historia la dibuja el propio Lemire, lo que ya da una pista de la implicación del guionista con la historia, pues es bien sabido que sus lápices se ponen al servicio de la trama cuando siente algún vínculo emocional con la misma. Fiel a su estilo, anguloso, sucio, errático, con muchas dolencias en temas básicos como la perspectiva o la acción, se desenvuelve a la perfección en los demás aspectos, con un ritmo narrativo excelente y una construcción visual fantástica.
Un tomo que convence a los seguidores de Lemire y que permite acercarse a un Pacificador mucho más profundo que el que se ha podido ver en el cine, lleno de matices (que imaginamos desarrollará en su propia serie en HBO Max), pero que los amantes del noveno arte y de este tipo de antihéroes, disfrutaran de principio a fin.
Lo mejor
• Leer a Lemire inmerso en el género superheroico a pleno rendimiento.
• EL trabajo de diseño visual narrativo.
• La caracterización del Pacificador.
Lo peor
• No haber podido leer toda la historia al completo.
• La portada no hace justicia a la historia.
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