Javier Vázquez Delgado recomienda: El Guantelete del Infinito de Jim Starlin, George Pérez y Ron Lim
Edición original: The Infinity Gauntlet 1-6 USA (Marvel Comics, 1991)
Edición nacional/España: Marvel Must-Have. El Guantelete del Infinito (Panini Cómics, 2020)
Guion: Jim Starlin
Dibujo: George Pérez, Ron Lim
Entintado: Josef Rubinstein, Tom Christopher
Color: Max Scheele, Ian Laughlin
Traducción: Uriel López
Realización técnica: Estudio Fénix
Formato: Cartoné. 272 páginas. 15,00€
El Guantelete del Infinito que pudo ser
La noticia de la enfermedad terminal de George Pérez cayó como una losa que vino a sumarse a la tristeza provocada por la retirada forzosa del artista a causa de sus problemas de salud. Ante tal noticia, como aficionados al cómic de superhéroes, solo podemos sentir respeto por el legado de tan gran artista y mostrarnos agradecidos por las horas y horas de entretenimiento y maravilla que nos ha brindado a lo largo de sus más de 40 años de carrera.
Mi elección para rendir tributo a George Pérez es El Guantelete del Infinito, una obra que tuvo un papel importante en la Marvel de los años 90 y que recobró vigencia por servir de inspiración a la trama central de las películas del MCU. Dentro de la carrera de Pérez supuso su regreso a Marvel después de años trabajando en exclusiva para DC y su consagración como artista ideal para eventos de gran envergadura. Aunque no se trate de una obra realizada al 100% por Pérez (Ron Lim le sustituyó en los números finales), es la primera que siempre asocio a este genial artista.
Sobre El Guantelete del Infinito ya se ha hablado varias veces en esta web y podéis encontrar las reseñas de mis compañeros Juanjo Carrascón y Raúl Gutierrez donde dan una valoración global de la obra. Dado el carácter especial de este día homenaje a George Pérez, me gustaría hacer una aproximación más personal a este trabajo del genial artista.
La primera vez que leí esta obra fue en 1992 cuando la publicó originalmente Cómics Fórum. Era una de las novedades del Salón del Cómic de Barcelona, en una época en la que las editoriales se reservaban los grandes lanzamientos para hacerlos coincidir con el certamen barcelonés, y venía presentada en formato prestigio. Eso ya indicaba que se trataba de algo especial y la increíble portada (una de las mejores de la historia de Marvel en mi opinión) prometía algo de proporciones épicas. Y así era.
El guionista de El Guantelete del Infinito, Jim Starlin, culminaba en esta miniserie una trama que había comenzado cuando se hizo cargo de la serie de Estela Plateada, donde se propuso recuperar a su creación más famosa, Thanos, el Titán loco. Este personaje ya había protagonizado otra épica saga en los 70, también escrita por Starlin, donde se enfrentó a los Vengadores, los 4F, al Capitán Marvel y a Warlock. En esta ocasión Starlin repetía fórmula adaptándola a los años 90 y ofreciendo momentos épicos, drama y gran espectáculo.
Ante una propuesta de este calibre, el editor Craig Anderson no dudó en ofrecerle el trabajo a George Pérez, quien había quedado liberado de su contrato en exclusiva con DC. El trabajo de Pérez le había consagrado como uno de los grandes de la industria y su trabajo en las Crisis originales le había convertido en el artista especializado en dibujar infinidad de personajes por página. El Guantelete del Infinito parecía el proyecto ideal para marcar su regreso a Marvel y el propio artista afrontó la tarea con entusiasmo ya que no se trataba de una serie regular y a la vez le permitirá ponerse al día con los diseños de los personajes de Marvel.
Esa pasión y ese talento lo podemos encontrar en las páginas de los números dibujados por Pérez que entendió a la perfección lo que se esperaba de él (a pesar de sus desencuentros con Jim Starlin) y nos ofreció una gran cantidad de páginas dignas para el recuerdo. El artista no solo cumple con creces con su fama de ilustrador de multitudes, algo que queda perfectamente patente en el tercer número de la serie en el que se reúne el ejercito de héroes que se enfrentará a Thanos, sino que también demuestra su talento para el gran espectáculo, reflejado en las impactantes escenas de destrucción del segundo número. A ello hay que sumarle un gusto exquisito para el diseño de página con planchas tan soberbias como la de la presentación del Doctor Extraño, el encuentro astral entre éste y Warlock o la propia entrada en escena de Warlock.
Lamentablemente, su trabajo en la serie de Wonder Woman y la coordinación del evento de la Guerra de los Dioses ocupaban demasiado tiempo al artista, a lo que hay que sumarle una agría disputa con los editores de DC que le provocó una grave situación de estrés. Por estos motivos, Pérez decidió abandonar el proyecto de Marvel para concentrarse en sus labores para DC. George Pérez llegó a dibujar o abocetar buena parte del cuarto número, que finalizaría Ron Lim, quien sustituiría al maestro en las dos últimas entregas de la serie.
La salida de Pérez del proyecto no impidió que este evento cosechará una gran popularidad en su momento dando pie a la conocida como Saga del Infinito y el lanzamiento de varias series regulares que expandieron el universo cósmico Marvel según la visión de Jim Starlin. El evento quedó como una de las obras más recordadas por los nostálgicos de la época, aunque parte del fándom la acusaba de ser demasiado lineal y poco relevante. Una consideración que a buen seguro hubiera cambiado si Pérez hubiera podido dibujar la serie entera. Por suerte para los amantes de esta historia, volvió a recobrar relevancia cuando los responsables del MCU escogieron a Thanos como gran villano de la trama trasversal de sus películas.
A los aficionados siempre nos quedará la espinita clavada por saber como hubiera lucido la miniserie si George Pérez hubiera podido acabarla, soñando con las páginas que podría haber creado para mostrar el duelo entre los héroes y Thanos, o la batalla de éste contra las entidades cósmicas. Unas páginas alucinantes que seguro que se encuentran en la biblioteca de Lucien pero que nosotros solo podemos imaginar.
Para el recuerdo de todos quedarán unas páginas maravillosas, repletas de héroes, grandeza y épica en un ejemplo perfecto del espectáculo que un cómic de superhéroes puede llegar a ofrecer. Un tipo de obra que deja huella en los aficionados, con un arte grandioso como solo un genio como George Pérez nos podría regalar. Gracias por todo maestro.
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