Javier Vázquez Delgado recomienda: ZN Indie: Novedades USA #61

Empezamos el año con tres novedades que… Uf, vaya comienzo de año.

The Fourth Man #1, de Jeff McComsey y Mike Deodato Jr.

Edición original: AWA Studios
Guion: Jeff McComsey
Dibujo: Mike Deodato Jr.
Color: Lee Loughridge
Rotulación: Chris Ferguson
Formato: Grapa. 27 páginas. $3,99

En un país como Estados Unidos, donde las armas circulan libremente y la educación en las escuela públicas deja mucho que desear, abundan las historias de asesinatos perpetrados por motivos absurdos y/o personalidades pintorescas. Una de ellas sucedió en la pequeña ciudad natal de Jeff McComsey, Oxford, en el estado de Pennsylvania, e inspiró esta The Fourth Man. Escrita por McComsey y dibujada por Mike Deodato Jr., la serie transforma esa historia en un thriller cinematográfico, como evidencia la portada, que simula ser el poster de una película.

Mi compañero Edu Sesé describió la anterior serie de McComsey, Grendel, Kentucky, como una «historia rápida y entretenida«, una descripción igual de apta para esta serie. Este primer número sabe a poco, pero me entretuvo de principio a fin.

McComsey se muestra capaz de crear una historia interesante, con una buena dosis tensión y misterio, sobre el mundo del crimen en ciudades americanas pequeñas como su Oxford, lugares humildes sin el glamour de Nueva York o la notoriedad de Chicago. La geografía y el diseño de las ciudades pequeñas en América obligan a los criminales a operar bajo reglas diferentes a las de las grandes urbes; los negocios por los que matar y morir no siempre generan millones de dólares. Todo eso queda reflejado en el guion y también en el dibujo de Deodato, que recrea convincentemente el lado oscuro de la América rural de los 90. No solo por su atención a la ropa, coches y arquitectura, que son los de esa época, sino también por las particularidades de su dibujo: los fondos generados por ordenador o calcados de imágenes evocan la interminable extensión de las ciudades americanas, sus sombras el calor del sol y la escasa iluminación por la noche. Y cómo no, su estilo es idóneo para cualquier thriller.

Iba a recomendaros esta serie… hasta que me di cuenta de que todos los personajes tenían caras familiares. Muy familiares. Una rápida búsqueda en Google fue suficiente para localizar a los actores de Hollywood cuyos rostros Deodato calcó con un descaro increíble. ¿Los reconocéis?

Sin ser un caso tan grave como el de Greg Land, archiconocido por calcar pornografía, o Salavador Larroca, que calcaba caras de muy mala manera en Star Wars, este uso de referencias fotográficas me desagrada. Ver a un joven Harvey Keitel darse de tortas con Ed Harris en un cómic me hace pensar en un hipotético crossover entre Mean Streets y The Rock, y no en lo emocionate que es la historia o lo lograda que está la ambientación.

Es por ello que mi recomendación es la siguiente: si os interesa la premisa de la serie y no os molestan los calcos, dadle una oportunidad a The Fourth Man. Y si no sois capaces de tolerar el descaro con el que Deodato copia caras, no sintáis pena. AWA estrena series de género muy chulas cada mes.

Pantha #1, de Thomas Sniegoski, Jeannine Acheson e Igor Lima

Edición original: AWA Studios
Guion: Thomas Sniegoski y Jeannine Acheson
Dibujo: Igor Lima
Color: Adriano Augusto
Rotulación: Dezi Sienty, Carlos M. Mangual y Taylor Esposito
Formato: Grapa. 31 páginas. $3,99

Tras quedar decepcionado con Nyx, serie que podría aspirar a más dado el pedigrí de sus autores, mis expectativas respecto al siguiente spin-off de Vampirella eran pocas. ¿Una actitud cínica? Desde luego, pero el primer número de Pantha justifica mi cinismo.

La amiga (y enemiga ocasional) de Vampirella es un personaje con el que los guionistas Thomas Sniegoski y Jeannine Acheson, conocedores del universo de la vampiresa, podrían contar una inifinidad de historias apasionantes. Cristopher Priest desechó todo elemento innecesario del personaje al escribirla en las páginas de Vampirella, dejando la puerta abierta a aportaciones de otros autores con ganas de continuar modernizando a la anti-heroina felina más molona del cómic indie. Para Sniegoski y Acheson revitalizar a Pantha significa renovar la mitología alrededor del personaje, y su forma de hacerlo es copiar a American Gods. Pantha le debe sus poderes a los dioses egipcios, que en esta serie son un mal remedo de los de la novela de Neil Gaiman y, lo que es peor, acaparan el grueso del cómic. Páginas y páginas dedicadas a explicarnos la vida de dioses peleles que se hacen hacen interminables de lo aburridas que son.

La anti-heroína a la que quería ver en acción aparece tan solo en un puñado de páginas que puede que sean incluso más desalentadoras que las de los American Gods de baratillo. La historia que los guionistas han concebido para ella es la de un tebeo de acción mediocre y genérico, dibujado con un estilo correcto pero igual de génerico. Una historia cuyo devenir en este número pude predecir facilmente porque ya la he leído un millón de veces en otras series. No hay ni pizca de la inteligencia de los guiones de Cristopher Priest, ni interés en contar historias frescas dentro del universo de Vampirella. Me quejé bastante de Nyx, pero por lo menos sus autores quieren aprovechar las posibilidades que ofrece el reboot de la franquicia, mostrar al personaje desde una perspectiva moderna y diferente a la habitual. En cambio, Sniegoski y Acheson están anclados en los 90, mientras que el dibujante Igor Lima aún cree que los clones de Ivan Reis están de moda. Difícil ser un equipo creativo más antitético a los principios del reboot de Vampirella.

¿Por qué pierdo el tiempo leyendo cómics que desde la primera página puedo intuir que me van a amargar el día? Si es que no aprendo… Me gusta sufrir por esta sección, lo admito.

The Scorched #1, de Sean Lewis, Todd McFarlane, Stephen Segovia y Paulo Siqueira

Edición original: Image Studios
Guion: Sean Lewis con Todd McFarlane
Dibujo: Stephen Segovia y Paulo Siqueira
Color: Ulises Arreola y Nikos Koutsis
Rotulación: Andowrld Design
Formato: Grapa. 31 páginas. $3,99

The Scorched tendría que ser canela en rama. Cuatro Spawns en una sola serie y uno de ellos es Gunslinger Spawn. Guiones de Sean Lewis, escritor de la notable King Spawn, con la supervisión del divino creador de la franquicia, Todd McFarlane. Dibujos de Stephen Segovia y Paulo Siqueira, dos dibujantes que nacieron para trabajar en una serie con toneladas de acción exagerada, demonios colosales, sangre espesa y protagonistas molones con malas pulgas; es decir, nacieron para una serie como las de Spawn. ¿Cómo es posible que no esté a a la altura el primer número de la serie?

La culpa no la tiene el dibujo, eso está claro. Como decía, Segovia y Siqueira son perfectos para esta serie. Puro blockbuster con espíritu de los 90, sobreexagerado pero sin caer en el ridículo y las penurias de esa era. Entre Javier Fernández, Brett Booth (!), Segovia y Siqueira, el universo Spawn puede presumir de tener los spin-off mejor dibujados de Image.

El problema radica en la falta de ideas de Lewis y McFarlane, quienes no parecen saber qué hacer con el supergrupo que han creado. En este número hay demonios psicópatas, militares rusos igual de sádicos que bien podrían aparecer en una película de Schwarzenegger y pistolones y espadazos a mansalva. Lo que no hay es una trama coherente. No entiendo cuál es el propósito de este grupo, cuál es su función en el universo Spawn y qué hacen en Rusia. Los personajes ocultan sus motivaciones al lector, lo que desemboca en diálogos innecesariamente crípticos y repetitivos. Perdí la cuenta de todas las veces en las que un personaje dice tener planes secretos. También hay un exceso de referencias a la continuidad de la franquicia que solo sirve para confundir al lector aún más. Y si desechasemos el secretismo y la continuidad, ¿qué nos quedaría? Un cómic rutinario, sin el brío y entusiasmo de las mejores sagas de Spawn.

Al terminar la lectura no me queda claro qué aporta esta serie al universo Spawn más allá de su dibujo. Lo único que puedo decir con certeza es que de los tres spin-offs de Spawn, este es el más flojito.



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