Javier Vázquez Delgado recomienda: Silver Surfer / Superman, de George Pérez y Ron Lim
Edición original: Silver Surfer / Superman Nº 1 USA (DC Comics / Marvel Comics, 1997)
Edición nacional/España: Estela Plateada / Superman Nº 1 (Planeta DeAgostini Cómics, 1997)
Guion: George Pérez.
Dibujo: Ron Lim.
Entintado: Terry Austin.
Color: Tom Smith / Digital Chamaleon.
Traducción: Paco Reina.
Realización técnica: Gina Rosquelles.
Formato: Grapa. 52 páginas. 395 Ptas.
Un crossover intereditorial al más puro estilo Pérez
«Tenemos mucho en común.
Ambos somos los últimos de nuestra raza.
Y ambos hemos hallado un hogar en la Tierra.»
Los noventa fueron una época curiosa y muy confusa para el cómic americano, con una nueva generación de autores dispuestos a dejar huella en el medio y romper con todas las reglas establecidas. Esto hizo que las publicaciones superheroicas se precipitasen hacía una cascada de violencia, sexo y culto a la portada variante. Esta nueva realidad hizo que muchos autores veteranos se sintiesen desplazados, muchos se hicieron a un lado al ser incapaces de conectar con lo que los lectores y editores les exigían y otros muchos se adaptaron, contuvieron el aliento y esperaron la llegada de tiempos mejores. Este podría ser el caso de George Pérez que se había convertido en una leyenda por derecho propio con sus trabajos para DC Comics: Crisis en Tierras Infinitas, Jóvenes Titanes, Wonder Woman… Toda una muestra de su talento y visión para el género, tanto a los lápices como a los guiones. Sin embargo, y salvo excepciones, llegados los noventa la industria no sería todo lo agradecida que debería haber sido con Pérez.
En estos años encadenaría pequeños encargos para Marvel y DC Comics destacando la miniserie La guerra de los dioses -un fracaso a varios niveles que además supuso un punto y aparte en su relación con la editorial- y un par de trabajos para la Casa de las Ideas, Hulk: Futuro Imperfecto, en colaboración con Peter David, y la serie limitada de El Guantelete del Infinito escrita por Jim Starlin y en la que Pérez compartió el apartado gráfico con Ron Lim. Este fue el primer encuentro entre ambos artistas y sería el preludio al crossover de 1997 Silver Surfer/Superman que contaría con guion de Pérez y dibujo de Lim. El primer encuentro entre estos dos personajes que seguramente recordaría a Pérez el frustado proyecto de JLA/Vengadores en el que había colaborado con Kurt Busiek en los ochenta y que quedaría perdido en el limbo hasta principios de este siglo debido a las diferencias entre las susodichas Marvel y DC Comics.
Pero estas diferencias se habían aparcado -al menos brevemente- a mediados de los noventa, lo que facilitó la publicación de la miniserie DC vs. Marvel que llevaría a enfrentarse a distintos personajes de las dos editoriales con la premisa de intentar descubrir cuál de los dos universos era mejor. Esta fue la antesala del efímero sello Amalgam Comics en el cual el Espectro y el Tribunal Viviente creaban un nuevo universo fusionando los ya existentes de las dos compañías y ofreciéndonos versiones alternativas de héroes y villanos de las mismas que eran el resultado de dicha fusión. En años sucesivos, el cómic americano se vería azotado por este tipo de crossovers intereditoriales dando lugar a obras tan dispares como Batman/Aliens, WildC.A.T.s/X-Men, Depredador vs. Juez Dredd, Tomb Raider/Witchblade y un larguísimo etcétera. Todo era posible. En este contexto, un crossover entre Silver Surfer y Superman quizás no fuese lo más llamativo, pero era una muestra más del signo de los tiempos.
La pareja responsable del mismo tenía todo el sentido del mundo, porque ambos habían tenido una relación previa con Silver Surfer. George Pérez había estado como guionista en más de una docena de números de la serie del personaje entre 1995 y 1996 y además conocía perfectamente a su contrapartida en esta historia, el Hombre de Acero. Por su parte, Ron Lim había estado casi seis años dibujando al bueno de Norrin Radd, entre 1988 y 1995. En parte, este crossover era un epílogo a la relación que ambos habían mantenido con este personaje a lo largo de su carrera… ¡con un invitado de lujo como Superman! El equipo de Silver Surfer/Superman se completó con la llegada de Terry Austin como entintador y Tom Smith y el estudio Digital Chamaleon que se encargarían del color de la historia. En España, este crossover fue editado en 1997 por Planeta DeAgostini y hoy es una de esas obras que no han sido reeditadas y duermen el sueño de los justos.
La premisa de la historia sigue el mismo esquema de la miniserie DC vs. Marvel aunque eludiendo propiamente la dinámica del conflicto y enemistad a primera vista como marca la tradición de este tipo de historias. Pérez es lo suficientemente hábil al guion para sortear algunos tópicos y proponer un cómic donde sus dos protagonistas deben colaborar para salir del brete en el que se han metido. Para más inri, ambos personajes no comparten espacio hasta casi el final del cómic, pues su planteamiento parte del hecho que Silver Surfer y Superman intercambian su lugar en sus respectivos universos. Así, tenemos a Superman en un recóndito planeta del Universo Marvel enfrentándose -en apariencia- al Super-Skrull que hace creer al superhéroe de DC Comics que se encuentra en su Krypton natal. Por su lado, Silver Surfer tiene que lidiar con los problemas que se encuentra en Metrópolis y el rechazo de sus ciudadanos. Finalmente, se revelará que esta situación está provocada por dos de los villanos más bromistas de los respectivos universo de Silver Surfer y Superman, una revelación que hace resentir las costuras de la historia que hasta ese momento se nos ha contado.
No estamos ante una gran historia, pero sí una que sirve como muestra de la inteligencia de Pérez como guionista incluso a la hora de sortear una «patata caliente» de este tipo, con todos los condicionantes editoriales que conlleva, con las conveniencias de la trama y en una época donde una imagen valía más que mil palabras. Pérez hace una propuesta sensata y sentida a la par que ligera y superficial en la que quizás abusa de nuestra suspensión de la incredulidad, pero en la que queda claro que comprende y sabe reconocer las similitudes y conexiones entre sus protagonistas. La caracterización de Silver Surfer y Superman no padece esa desvirtuación que muchas veces encontramos en este tipo de crossovers, porque Pérez apunta directamente a su esencia y cuando se hace eso difícilmente se yerra el tiro. Por otro lado, al contrario que otros de sus compañeros el guion de esta historia deja entrever a un autor capaz de amoldarse y evolucionar; Pérez basa su propuesta en el diálogo y sin caer en explicaciones y textos redundantes, dando a su vez espacio para que hable el dibujo de Lim (aunque ello no sea positivo en este caso).
Este es el principal problema de la historia, un Ron Lim que refleja muy bien las carencias de una época y una forma de entender los cómics. El suyo es un trazo irregular, tosco y carente de mojo. Es narrativamente fluido, pero escasamente atractivo más allá de su dominio en la escenas de acción en la que sí nos sorprende -muy puntualmente- con algún inspirado momento que nos remite a composiciones ya clásicas del género. Pérez consciente del perfil con el que debe lidiar se decanta por una historia de gran ritmo, en la que casi cada página está planteada para ser única y aunque eso vaya en detrimento en algunos aspectos a la coherencia de la propia obra. Esto ayuda a Lim a disimular sus carencias por la narrativa más pausada y hace que Pérez lo aproveche para insertar mil y una referencias y personajes de Marvel y DC Comics -no invitados de partida a la fiesta- que obtienen así su cameo en apenas una viñetas o dos. Una construcción que no mira atrás y facilita una lectura vertiginosa atesorando sus buenas dosis de diversión aún pasados los años.
Está claro que este proyecto con Pérez como autor completo hubiese tenido un sabor muy distinto. Pero, Silver Surfer/Superman no deja de ser una obra suya en la se filtra su manera de entender el género superheroico y su profesionalidad a la hora de afrontar a lo largo de su carrera cualquier tipo de empresa. Es también un recuerdo de cómo muchas veces autores como George Pérez acaban relegados por la industria a un papel secundario, olvidando lo que han legado en el pasado al mundo del cómic y a unos personajes que -si bien no les pertenecen- han brillado con más intensidad cuando nombres como el suyo se han apropiado de ellos. Silver Surfer/Superman no será la obra por la que será recordado George Pérez, pero, como sus los protagonistas de este drama, George Pérez pertenece a una raza única que encontró en las viñetas un hogar desde el que ha compartido durante décadas miles de historias para el recuerdo con nosotros, sus siempre eternos lectores.
Lo mejor
• La manera de Pérez de sortear en cierta medida los caminos habituales de este tipo de crossovers.
• La caracterización de los personajes principales y el atisbo de interacción entre ellos que deja entrever el guion.
• Es una lectura ligera y entretenida pese al tiempo pasado y un apartado gráfico que lo hace envejecer más de la cuenta.
Lo peor
• No haber podido disfrutar de esta obra con George Pérez como autor completo.
• El dibujo de Lim es un dechado de carencias que no benefician la propuesta.
• La irrelevancia de la historia dentro de una carrera de éxitos como la de Pérez.
• El hecho de que Silver Surfer y Superman apenas compartan espacio en la historia.
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