Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA – Peacemaker: Disturbing the Peace #1
Edición original: Peacemaker: Disturbing the Peace #1 (DC Comics, 2022)
Guion: Garth Ennis
Dibujo: Garry Brown
Entintado: Garry Brown
Color: Lee Loughridge
Formato: Grapa. 40 páginas. 6,99$
Garth Ennis renueva los origenes del Pacificador
«They couldn’t find peace. I helped them find it.»
Starship Troopers es una novela de ciencia ficción. Un clásico. Escrita por Robert A. Heinlein es una novela que se lee de manera ágil pero que tiene un subtexto potentísimo y muy poco disimulado. Se trata de una alegoría militarista y fascista. Leerla hoy es darse de bruces con una ideología insoportable y totalitaria.
En 1997 el director de cine holandés, Paul Verhoeven (Robocop) realizó la adaptación cinematográfica. Una de ellas. La más conocida y exitosa. Era imposible mantener el discurso de la novela sin hacer el ridículo. Verhoeven decidió darle un enfoque irónico. El resultado es una comedia de ciencia-ficción donde el discurso belicista pinta a los militares como unos psicópatas.
Algo parecido ha hecho Garth Ennis (The Boys, Predicador, Batman: Reptil) en este one-shot donde reescribe el origen del Pacificador.
Peacemaker es uno de los personajes que DC Comics compró por el cierre de la Charlton. No se integró en el universo DC hasta los ochenta donde disfrutó de una miniserie a cargo de Paul Kupperberg. Inédita en España hasta el tomo del Escuadrón Suicida: Orígenes secretos. Luego vino su mayor momento de gloria hasta el momento. Sirvió de inspiración para el Comediante. Morrison además le dio el protagonismo en el mejor episodio del Multiverso, Pax Amaricana. Lemire también ofreció su versión como complemento de la inacabada Inferior Five y que hemos podido disfrutar en esta auténtica “ganga”.
No podemos obviar que el Pacificador se encuentra en la cresta de la ola de su popularidad gracias a la segunda película del Escuadrón Suicida y a la serie que se acaba de estrenar en HBO Max (con un impagable bailecito y temazo). Además cada vez está asumiendo más protagonismo editorial a partir de su participación en el Escuadrón.
El Pacificador tiene un lema que le sirve de motivación y motor. “Amo la paz y no me importa a cuantos hombres deba matar para conseguirla.”
Como decíamos, Ennis adopta una actitud parecida a la de Verhoeven en Starship Troopers y lleva esta línea hasta el absurdo.
Ennis no tiene ningún reparo en mostrar un humor negro, crudo y sarcástico. No tiene piedad de la mayoría de personajes. Los humilla y degrada sin compasión. En este caso lleva al extremo la delirante filosofía de Peacemaker y nos deja bien claro que Christopher Smith es un psicópata, un asesino despiadado que no descansará hasta dar paz a todas aquellas personas que la buscan.
«Dar y encontrar la paz» son para Smith meros eufemismos de matar y merecer la muerte. Hasta ese punto Ennis reduce la excusa del Pacificador.
Lo que vemos en este número es lo siguiente, Christopher Smith es entrevistado por la evaluadora Sedgewick para valorar sus capacidades y su estabilidad mental de cara a formar parte de Task Force. Smith la recibe en un lugar en el que se siente tranquilo y en paz. Un cementerio. Allí nuestro protagonista rememora su desgraciada vida. La muerte de sus padres, la de sus tutores, la de sus compañeros. Muertes desgraciadas. Violentas. Suicidios. Accidentes. Asesinatos.
La entrevista es la totalidad del número segmentada con los recuerdos del Pacificador.
Para quien le guste Ennis, este número le va a encantar. Tiene todas sus características y virtudes. Violencia, humor negro, ironía y crueldad. El guionista se gusta. Se toma tiempo para detallar el trágico pasado de Smith, al que no deja de mostrar como un moralista hipócrita. Un asesino despiadado y cruel que se recrea en su “amor” por la paz.
Ennis no excusa su psicopatía. No la explica. Ni la justifica. No se trata de que entendamos porque Smith es así. El Pacificador no es la consecuencia. Es la causa dela muerte y la violencia que le rodea.
Más allá del festival de risas y sangre, el guionista de Belfast, hace una potente crítica de la justificación de la violencia. Parece una obviedad pero nos rodean más excusas sobre la violencia y la guerra de lo que parece o queremos ver. Miles de muertes en el mundo se han visto enterradas bajo discursos llenos de eufemismos que retuercen la verdad.
Garth Ennis cambia el origen «original» de Peacemaker para que encaje en la continuidad oficial. El origen anterior ya tenía un subtexto y doble sentido muy potente. Hijo de un nazi austríaco, Christopher Schmidt Smith era un profesional de operaciones encubiertas del ejército norteamericano. Casi nada.
Por su parte Garry Brown (Daredevil, Catwoman, Batman) con un dibujo tosco que en algún momento puede mostrar alguna proporción anatómica rara, dota al cómic del ritmo necesario. De la tranquilidad (del cementerio) al contraste y el dinamismo de las escenas de acción. La composición de página y los encuadres son su mayor virtud.
La exposición de la violencia no es excesiva por lo que algunos puedan quedar decepcionados. Un aspecto importante de este cómic es la expresividad de los personajes. Peacemaker gozando de los recuerdos, la hipocresía de su objetivo, la evaluadora pasando de la frialdad profesional a la estupefacción ante el monstruo con el que está conversando. Hay muchos matices y cambios en los que Brown ofrece un trabajo correcto. Cumplidor. Y poco más.
Se trata en definitiva de un cómic para fans de un Garth Ennis (solo un poco) más comedido que otras veces. Eso significa ultraviolencia, humor cruel, un subtexto potente y poco disimulado sobre un héroe americano que solo busca la paz… del cementerio.
Lo mejor
• Para fans de Garth Ennis
• El mensaje sin concesiones, matices ni justificaciones.
• El subtexto de la obra.
Lo peor
• El dibujo es correcto pero este especial merecía algo más.
• Que se trate de un número único.
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