Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 28. Cacería Macabra
Edición original: The Amazing Spider-Man 634-637 y Web Of Spider-Man v2, 7 USA (Marvel Comics, 2010)
Edición nacional/España: Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 28 (Panini Cómics, 2018)
Guion: Marc Guggenhein y Joe Kelly.
Dibujo: Michael Lark y Mike Mayhew.
Formato: Tomo en tapa dura. 208 páginas. 19,95€
Cazadores y Cazados
«Mi hermano quería que te diera esto (Peter refiriéndose a Kaine)»
Cuando hablamos de cómic superheroico, hablamos normalmente, de personajes con décadas y décadas de historia a sus espaldas. Esta cantidad tan elevada de años en los que el personaje se ha ido escribiendo y dibujando, pasando de unas manos a otras, han dejado en nuestras retinas y en nuestros recuerdos, historias más recordables que otras, algunas de ellas auténticos clásicos del cómic.
Por eso, cuando distintos dibujantes y escritores, del tipo que sea, emprenden la labor de realizar una etapa al frente de una colección, muchas veces son incapaces de resistir el hacer referencia a esas historias clásicas del personaje que consideraron definitorias para su evolución y que, en muchos casos, les marcaron cuando eran lectores de la colección en cuestión.
En el caso de Spiderman, sus múltiples colecciones están plagadas de momentos y sagas icónicas, historias sin las cuales seríamos incapaces de entender al personaje, pero me atrevo a decir que ninguna de ellas ha calado tan hondo como La Última Cacería de Kraven, situada hoy en día como una suerte de Born Again o Regreso de Caballero Oscuro del Personaje, y enfocada como auténtica novela gráfica del lanzaredes a pesar de que en su día se publicó como serie que abarcaba varios títulos arácnidos.
Lo que J.M. DeMatteis y Mike Zeck hicieron con Kraven el Cazador, hasta entonces un villano de segunda, no fue si no una deconstrucción del personaje que elevó a Sergei Kravinoff a la categoría de gran villano del personaje, con una psicología que nos hizo compadecernos de él a pesar de su viles actos, y que radiografió su personalidad situándola al nivel de análisis que pocos villanos arácnidos han alcanzado, con permiso del clan de los Osborn.
Es por eso que, no nos debe de extrañar que de vez en cuando, al igual que vemos al Duende Verde regresar bien de la tumba, bien del olvido para llevar a cabo un enfrentamiento con Peter, veamos a Kraven o a algún familiar del mismo regresar para terminar la cacería que comenzó y que terminó con el suicidio del cazador, ejecutado tras tomar el manto de su presa.
De hecho, hace muy poco tiempo, en la etapa de Spiderman a cargo de Nick Spencer que acabamos de ver terminar, existió un evento arácnido titulado Cazado en el que precisamente Spencer trataba de construir, con poca fortuna eso sí, una suerte de secuela de La Última Cacería de Kraven.
En el caso de Un Nuevo Día, esta larga etapa coral, permitió a la gran pléyade de autores que se hizo cargo de la misma, experimentar con no pocos conceptos, siendo uno de ellos la idea del legado de los Kravinoff. Así, como ya se venía haciendo desde los noventa, década en la que más de un vástago de Kraven fue presentado, se aumentaba el árbol genealógico del mítico cazador, quien ya tenía un hermanastro, el Camaleón, para dotarlo de esposa e hijos, los cuales vivían por y para vengar al esposo y padre perdido en el último enfrentamiento contra la araña.
El bueno de Peter ya había llevado a cabo diversos enfrentamientos contra los herederos de Kravinoff, pero sería Cacería Macabra, el arco argumental que, con guion de Marc Guggenhein y Joe Kelly, así como con dibujo de Michael Lark y Mike Mayhew, la trama que pondría punto y final a esta “Última Cacería 2.0” que pudimos conocer poco antes de que Dan Slott se asentara en la colección como guionista absoluto de la misma.
Como ya podréis imaginar, Cacería Macabra comienza con Ana, Alyosha y Sasha Kravinoff (siendo Sasha la viuda del Cazador y Alyosha y Ana sus hijos) preparando el asalto definitivo contra Peter, la Araña principal, tras haber cazado ya a Madame Web, Kaine y a Mattie Franklin.
El plan de los Kravinoff, que ya se anticipaba en Desafío, saga precedente a esta, consistía en ofrecer a las arañas como sacrificio para de algún modo, elaborar un complicado hechizo que trajera a Kraven el Cazador de vuelta de entre los muertos. Por supuesto, Peter no va a dejar que esto ocurra, sobre todo por la parte del sacrificio, y enfundado en el traje negro especial para este tipo de ocasiones, luchará con todo lo que tiene contra los locos Kravinoff.
Sin que esta historia sea tan buena como la Última Cacería en la que se inspira, la realidad es que como tampoco lo pretende, resulta en la construcción de un arco argumental, divertido, entretenido y plagado de la mejor acción arácnida.
A ello sin lugar a dudas contribuye el espectacular dibujo tanto de Lark como de Mayhew, que otorgan dinamismo y agilidad a unos combates que hacen parecer que los sucesores de Kraven son mucho mejores que ese antecesor al que tanto valoran.
Como apuntaba hace unas pocas líneas, el plato fuerte de esta historia, está sin duda en que se utiliza Última Cacería como una historia en la que inspirarse, pero no como una trama a emular, ni en cuanto a su significado para el personaje ni en cuanto a los hechos narrados, razón precisamente por la que este cómic da en el clavo, anteponiendo las ganas de contar una historia divertida e interesante sobre el homenaje literal, el cual sus autores son conscientes de que no pueden emular.
Precisamente por eso, y si se me permite la comparación, es por lo que considero a Cacería Macabra una digna sucesora de Última Cacería, y al evento Cazado, no solo como un sucesor nefasto que pretende imitar a un clásico inalcanzable, si no como un cómic mediocre.
Un tomo imprescindible para fans del personaje, así como para los coleccionistas de Marvel Saga El Asombroso Spiderman que encontraran en esta historia un divertimento fresco e ingenioso.
Lo mejor
• Al no tener excesivas pretensiones, resulta un cómic muy entretenido además de un digno homenaje.
Lo peor
• A veces da la sensación de que el Spiderman moderno siempre depende de clásicos, sin poder avanzar como personaje.
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