Javier Vázquez Delgado recomienda: After Hours, de NISHIO Yuhta
Edición original: After Hours (アフターアワーズ) (Shōgakukan, 2015)
Edición nacional/España: After Hours (Fandogamia, 2021)
Guion: NISHIO Yūta
Dibujo: NISHIO Yūta
Edición y Revisión: Pedro F. Medina
Traducción: Elena Díez
Realización técnica: Manuel Torres y Rubén Solas
Formato: Rústica B6. 160 páginas. 8€
Una historia que transcurre entre que el sol se pone y vuelve a salir al alba – After Hours
«Nuestra noche acaba de empezar.»
Obra con la que debutó y primera que llega a nuestro país del autor NISHIO Yūta, el cual tiene publicada otra en el país nipón con una temática muy semejante llamada Mizuno to Chayama. Aclarar que aunque no nos llegó a la venta hasta este mes de febrero 2022 la impresión de este tomo data de diciembre de 2021.
Se nos presenta un ambiente de fiesta, dos chicas que se conocen en una discoteca y que por única temática en común tienen la que todo mortal, el querer divertirse. Al abrigo de la noche nace una bonita relación entre Kei (o Keiko); el alma de la fiesta, extrovertida, resuelta, decidida y llena de energía, y Emi; un cacho de pan, cohibida y que no termina de encontrar su lugar en este perro mundo. No es difícil imaginar quién de las dos es la que anima a la otra a festejar y a perderse en la algarabía nocturna. Luego su contacto continúa y se implican más en sus respectivos mundos, entrando Emi de lleno y sin esperarlo a ser una VJ. ¿Y qué es una VJ? Pues lo que hace el DJ con la música el VJ lo hace con edición de vídeos e imágenes proyectados para hacer sinergia con la música y, en argot de fiesta, petarlo.
Me ha sorprendido ver que el manga fue publicado hace 7 años en Japón, cuando el tema de VJ o videojockey me parece de alta tecnología y una profesión emergente, pero es que al buscar sobre ellos llevan existiendo, ¡desde los años 80! ¡Hacían las mezclas de vídeo con cintas VHS! Igual es porque soy un ratón de campo (y la discoteca más cañera que haya visto sea por tener la maqueta un barco colgada del techo), pero al ponerme a leer esta novedad de Fandogamia pensaba que nos estaban trayendo un manga recién horneado en el país nipón, cuando en realidad es una balada rescatada en la infinita playlist del manga.
Entré también al manga con la curiosidad de saber cómo sería la noche de fiesta japonesa pues mis pocas referencias son los reportajes de Callejeros Viajeros y la película de Wasabi. Esperaba que fuese un ambiente más cuadriculado o más rodeado de tecnología, luces y videojuegos, pero el protagonismo lo toma la música, el bailar despreocupadamente y beber con los amigos, como si esta historia pudiese tomar lugar en una discoteca de occidente sin problema.
A primera vista parece un manga yuri, que lo es, o de temática musical, que también, pero son temas que complementan la historia principal y no donde se centra el foco. Más bien es un historias de la vida donde se nos presenta, de forma dulce y desenfadada, lo que ocurre cuando se topan dos almas a priori tan dispares como Emi y Kei y de ello nace una relación de amor, complementariedad y diversión sin tapujos en el mundo de los bolos de discoteca, tanto para la que pincha la música como para la que pincha las imágenes.
Por más que le doy vueltas no encuentro el anzuelo a After Hours. El primer tomo presenta unos temas en los que no ahonda mucho, unos personajes a los que sus trasfondos y motivaciones nos mantiene ocultos y un escenario poco cambiante. Un dibujo simple y sin un estilo característico que no marca ni ensalza ninguna característica de los personajes o de la trama. Pero engancha. Te pesca con la misma facilidad que tu mejor colega lanzándote el sedal en la discoteca y a bailar como un pescado que vas.
Quizás sea por la alegría y energía que rebosan ambas protagonistas, ese ímpetu previo a una noche de fiesta que anima a cargar contra la oscuridad de la noche con el fulgor de la juventud eterna (o “¡yeeey fiesta hasta que amanezca!” en lenguaje de parranda). Quizás porque todos añoramos las noches de socializar en un garito perdido de la mano de Dios por culpa de la pandemia y el manga nos vuelve contagiar de esas ganas de salir, conocer y disfrutar de hace un par de años.
A mí personalmente me ha atrapado desde la primera ojeada (todo lo contrario que cualquier after hours en el que me haya metido), puedo decir que al menos con un solo tomo no me basta y, aunque no sea la canción que me vuelva fan incondicional del grupo, es una melodía que se disfruta como la buena compañía de alguien que te quiere bien.
Lo mejor
• Unas protagonistas dulces y fulgurantes.
• Tema novedoso en un yuri relajante.
Lo peor
• Se puede hacer insulsa si vienes buscando una historia profunda.
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