Javier Vázquez Delgado recomienda: El secreto de la fuerza sobrehumana, de Alison Bechdel

Edición original: The Secret to Superhuman Strength (Houghton Mifflin Harcourt, 2021)
Edición nacional/España: El secreto de la fuerza sobrehumana (Reservoir Books, 2021)
Guion: Alison Bechdel
Dibujo: Alison Bechdel
Traducción: Rocío De la Maya Retamar
Formato: Rústica. 240 páginas. 21,90 €

Trascender tus propios límites

Para algunas personas, solo existen dos opciones: la perfección o el fracaso. Esta dicotomía, que no entiende de grises, se presenta a menudo en la concepción del mundo que tienen los artistas. Claro está, a menudo el mundo escapa a una división bitonal de la realidad. Un artista debería saberlo mejor que nadie. Y lo hace. Pero entonces, ¿a qué se debe esta obsesión?, ¿esta necesidad incontrolable de aspirar a una perfección platónica? Estas son solo algunas de las muchas preguntas que Alison Bechdel trata de explorar en El secreto de la fuerza sobrehumana.

La celebrada autora de Fun Home regresa con su tercer libro de memorias gráficas en un ejercicio autobiográfico de exploración personal, como caracteriza a las obras que mayor renombre le han hecho ganar hasta la fecha. Así pues, la editorial Reservoir Books nos trae una novela gráfica de tintes íntimos y sinceros que entrelaza las cuestiones existencialistas más incómodas con un característico humor irónico.

Hablamos de una obra en la que Bechdel repasa con detalle su trayectoria vital al completo; un repaso tan meticuloso que comienza con el propio nacimiento de la autora. Así, poco a poco, se va hilando un relato en el que, de entre todas las preguntas planteadas, el hilo conductor siempre lo constituye una misma cuestión recurrente: el secreto de la fuerza sobrehumana. Es la eterna búsqueda de Bechdel; su mayor obsesión.

De este modo, y aunque pueda parecer por momentos que el secreto de la fuerza sobrehumana no es más que un pretexto para que la autora narre toda su vida con sumo detalle a través de su sostenida obsesión por el ejercicio físico, lo cierto es que acabamos descubriendo que cada una de las cuestiones existenciales que aquí se plantean nacen y conviven junto al llamativo título de la obra: descubrir el secreto de la vida sobrehumana significa descubrir cómo trascender la propia humanidad. Cómo trascender, por ende, las limitaciones a las que nos somete. Las dudas, el miedo, la decadencia… La mera posibilidad de fracasar desaparece. La perfección deja de ser algo a lo que solo se puede aspirar.

En el fondo, El secreto de la fuerza sobrehumana trata los mismos grandes temas a los que ya estamos acostumbrados, ni más ni menos. Y, aunque ni siquiera la más disruptiva forma de expresión artística sea capaz de escapar de ellos, los esfuerzos de Bechdel por mostrarnos una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados son más que loables. Si algo se le tiene que conceder a esta obra es que la experiencia de su lectura dista de cualquier otra a la que estemos acostumbrados los seguidores de este medio. Es este estilo tan marcadamente personal de la autora lo que le ha permitido destacar en el superpoblado panorama de publicaciones y, para quienes lo disfruten, esta novela gráfica se convertirá con probabilidad en otro título disfrutable.

El caso es, sin embargo, que este estilo no es para todo el mundo. Si bien algunas de sus bondades son innegables porque brillan por sí solas, lo cierto es que existe la posibilidad de que muchos de los lectores que se acerquen a esta obra no consigan conectar mucho con ella. Personalmente, sin ir más lejos, es lo que me ha pasado a mí. Por mucho que el estilo de Bechdel aporte elementos de interés, mi experiencia general al leer esta obra ha variado de la indiferencia a la somnolencia.

Creo que la mejor forma de resumir el estilo de Bechdel es con una escena que ella misma representa en El secreto de la fuerza sobrehumana a modo de burla metatextual. En la escena, Bechdel está atendiendo a un encuentro con autores dentro de una feria del cómic y, al levantar la mano, uno de los aficionados que pasea por la zona hace la siguiente pregunta: “¿No crees que eres más escritora que dibujante?”.

La propia autora reconoce su preocupación por esta cuestión al decidir incluir una escena para exponerla. Además, el tono de humor irónico desde el que se narra la escena no es una invalidación de dicha preocupación, sino la confirmación de que es algo importante para la autora, pues es por ello que decide hacerlo bajo el escudo de la autoburla, una de las herramientas más comunes a las que recurren los artistas para proteger su autoestima. Las dudas recurrentes que Bechdel muestra hacia su propio arte a lo largo de la obra no hacen más que avalar esta impresión.

Y es que, en cierto modo, la lectura de El secreto de la fuerza sobrehumana se acerca más a la de un libro ilustrado que a la de una novela gráfica al uso. Para empezar, la densidad de texto que alcanza cada página parece sacada de otra época. Esto por sí solo no es lo que define ese aparente carácter de libro ilustrado, sino que ese carácter se dibuja cuando nos damos cuenta de la levísima relevancia que esgrime la narración visual de la obra en el conjunto de su relato. Desde mi punto de vista, se podría prescindir de prácticamente la totalidad de sus viñetas y el resultado final de la obra no variaría mucho a ojos de lector.

El otro aspecto de la obra con el que no llego a conectar es el tono general. Aunque los temas alrededor de los que gira la obra son de carácter tan trascendental, el tono desde el que se hace es casi siempre desenfadado e intenta tender hacia el humor irónico. No encuentro un problema como tal en esta combinación, pero sí lo hago en la mezcla resultante.

En mi opinión, El secreto de la fuerza sobrehumana no llega a funcionar ni como reflexión ni como divertimento. Por mucho texto que haya, su tendencia a escapar de un tono de narración solemne evita que se profundice lo bastante en los temas comentados como para generar un fuerte interés por ellos. Por otro lado, la constante huida de Bechdel hacia un tono más desenfadado tampoco llega a resultar eficaz porque en ningún momento se deja llevar por el puro divertimento. El humor, la ironía y las anécdotas divertidas son siempre un añadido esporádico, más que el plato principal. Es por ello que, curiosamente, la tendencia de la obra a escapar de los extremos bien definidos la sitúa en una anodina posición intermedia. El estilo de la autora, por muy personal que siga resultando, se pierde en tierra de nadie y genera una notable falta de ritmo.

En conclusión, El secreto de la fuerza sobrehumana sigue la línea de otras obras autobiográficas de la autora y vuelve a presentar su personal estilo como reclamo personal. Si disfrutasteis de obras anteriores como Fun Home, es probable que aquí encontréis otra lectura de interés, pero, si no conectáis con su propuesta, puede acabar resultando un relato demasiado denso y anodino. Desde luego, no es una novela gráfica al uso.

Lo mejor

• El estilo personal se mantiene para deleite de quienes disfruten de él.
• El constante esfuerzo por tratar sus temas de formas novedosas.

Lo peor

• Su falta de definición la pueden convertir en una obra anodina mire por donde se mire.
• Más que una novela gráfica, parece una novela ilustrada.
• La cantidad de referencias artísticas que en gran parte de los casos parecen no conducir a nada.



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