Javier Vázquez Delgado recomienda: Hooky, de Miriam Bonastre Tur

Hooky

Edición original: Hooky USA (Harper Collins)
Edición nacional/España: Hooky (Planeta Cómic, 2022)
Guion: Miriam Bonastre Tur
Dibujo: Miriam Bonastre Tur
Color: Miriam Bonastre Tur
Traducción: Víctor Ruiz Aldana
Formato: Rústica. 384 páginas. 14,95€

Hooky y la magia de la juventud

El caso de Hooky es bastante curioso y significativo. El acercamiento del público al cómic ha ido cambiando en los últimos años gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, la venta de los cómics digitales ya son un hecho a tener en cuenta dentro del mercado y las plataformas de este formato se han multiplicado, pero no se para ahí la cosa. Ya no es que un cómic se pase a digital y venda, sino que un cómic originalmente digital se acaba publicando. Vale, hasta aquí nada nuevo. Ya hemos visto cómo en los últimos años se hacen crowdfundings a lo largo de todo el planeta para sacar en papel obras que, originalmente, los autores lanzaban en webs. Ya hemos visto editoriales interesadas en publicar a lo largo del mundo este tipo de productos, un ejemplo claro son las obras de Panel Syndicate. Pero Hooky ha ido un pasito más allá.

Miriam Bonastre Tur

Miriam Bonastre Tur es una autora española, estudió en la Escola Joso, llegando a autoeditar su cómic El Huerfano, de tirada muy limitada, publicó en fanzines, en la revista Planeta Manga y ha formado parte de la serie de animación Virtual Hero. Entonces un día se lanzó a sacar su nueva obra bajo la plataforma Webtoon, alojamiento de muchas obras digitales y de uso gratuito, y fue todo un éxito.

Hooky tuvo muy buena acogida por parte del público de dicha web, lo curioso es que, con su estilo manga, la mayor parte de su público era estadounidense. Esto hizo que una editorial del otro lado del charco se fijara en esta obra, Harper Collins, llegando a publicarla el pasado septiembre de 2021. Evidentemente un caso así no podía quedar inédito en nuestro país, y ahí es donde entra Planeta, que nos ofrece la obra este mismo mes. En definitiva otro exitazo de autora española en Estados Unidos, solo que esta vez se trata de alguien que ha publicado antes allí que aquí. Eso sí, hay diferencias entre la obra de Webtoons y la publicación física, la principal es que el tomo que tenemos en nuestras manos llega mucho más allá de lo que encontramos en la publicación digital, siendo esta menos de una cuarta parte del Hooky en papel.

Dorian y Daniela pierden el autobús para ir a la escuela de magia y no saben dónde está, por ello, y para que sus padres no les echen la bronca, acuden a su tía. Así comienza Hooky, con la que Miriam Bonastre nos lleva a un mundo mágico, muy parecido al nuestro, lleno de misterio, con un aire aventuresco y pizcas de humor.

Se trata de un cómic entre juvenil y joven-adulto, es decir, que se puede disfrutar desde los 8 o 9 años hasta cualquier edad, que seguro que atraerá a los seguidores de historias como las de Harry Potter, la propia autora afirmaba ser una Potterhead, con aventuras y acción aunque prima un poquito más el humor que en la famosa saga y se distancia mucho a la hora de tratar los personajes y su entorno. Hay un humor sencillo pero muy funcional, basado sobre todo en el contraste entre los dos hermanos y el elenco de secundarios, cada uno con su personalidad bien diferenciada, haciendo que la obra sea muy divertida.

El dibujo, de un marcado estilo manga y es lo primero que nos encandila. Los personajes son muy expresivos y la acción se sigue a las mil maravillas. Esa expresividad no solo se basa en las caras, las poses de cada uno de los personajes parecen muy medidas hasta el punto de que brilla cuando hay viñetas de personajes de cuerpo entero.

Hay juegos con las páginas, en ningún momento se nota que es un webcomic trasladado a papel, o por lo menos así es en los primeros capítulos, y eso que las diferencias con la original son bastantes, lo cual hace que los escenarios luzcan mucho. Se nota que Miriam Bonastre ha trabajado mucho en la adaptación al formato físico. En Hooky la autora aprovechaba muy bien el digital, con pequeñas viñetas narrando la acción y dejando espacios en blanco hasta llegar a la gran escena. Eso aquí no vale, el trabajo ha debido ser considerable pero le ha quedado muy bien la reconstrucción en las páginas y la narrativa es digna de elogios. La autora se atreve con perspectivas curiosas que funcionan a las mil maravillas y elevan a la obra por encima de otras de su estilo. Es un trabajo gráfico que contiene elementos muy clásicos pero a la vez se envalentona en algunas viñetas, consiguiendo una frescura no tan habitual.

El color es otro elemento distintivo. La autora se decanta por colores suaves, nada ostentoso ni llamativo, que crean una atmósfera muy agradable y potencian el dibujo. Estos tonos ligeros logran además que no nos choque leer un cómic estilo manga a color. De hecho toma la arriesgada, pero acertada, decisión de colorear los bocadillos, de diferente forma dependiendo de qué personaje hable.

El principio es rápido y ágil pero peca un poco de inocente, pero en realidad todo va cambiando de manera muy orgánica y a los pocos capítulos ya tenemos una aventura trepidante con un fondo social y unos personajes muy bien definidos, que consiguen entretenernos con sus relaciones y sorprendernos con sus decisiones. Son jóvenes, cometen errores y van aprendiendo de ellos, pero no son el típico personaje inocentón, tienen inquietudes y deseos, eso les hace tomar decisiones de su edad. No son adultos bajitos ni niños estúpidos, son jóvenes y se les retrata muy bien. Además la autora consigue que les cojamos cariño muy rápido.

Alterna situaciones cotidianas con historias mágicas, conspiraciones e intrigas palaciegas, pero el foco son las relaciones entre los hermanos Wytte, la princesa Mónica, Mark y Nico, con un elenco de secundarios interesantes que va creciendo poco a poco y a los que da gusto ir viendo evolucionar. Una obra juvenil sencilla e inteligente que enamora a cualquier edad.

Lo mejor

• Todo el apartado gráfico, desde el color hasta la narrativa, es maravilloso.
• La historia y los personajes evolucionan de manera muy orgánica.

Lo peor

• Puede que el arranque sea algo típico, pero no deja de ser un mal necesario para contar una historia de este tipo.



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