Javier Vázquez Delgado recomienda: «Mi vecino metalero», de Mamita
Edición original: Tonari no metaller-san (となりのメタラーさん), Tokuma Shoten, 2020.
Edición española: Mi vecino metalero, Editorial Ivrea, 2022.
Guion: Mamita
Dibujo: Mamita
Demografía y género: BL, amor, romanticismo, comedia, drama, música.
Traducción: Hernán Leguizamón.
Formato: Tomo B6 (128×180), rústica, sobrecubierta, sentido de lectura japonés, 200 páginas, único volumen, 8,50 euros.
Los metaleros también se enamoran
De vez en cuando las editoriales nos suelen sorprender con series que pueden captar nuestra atención, como sucede en el Mi vecino metalero, de Mamita. Hasta ahora parecía imposible mezclar historias de amor homosexual y la música metal, ya que muchos pueden llegar a considerar que es algo realmente imposible, salvo las excepciones de Rob Haldford de Judas Priest o Gaahl de la banda noruega de black metal Gorgoroth. Así que, como la orientación sexual poco tiene que ver con los gustos musicales de cada uno, Mamita, la autora de este magnífico manga, nos ofrece una genial combinación de música, romance y humor para crear una atmósfera muy personal para explicarnos una maravillosa historia.
Mamita es una joven autora de manga que empezó su andadura profesional en 2015 con la publicación de su primera historia Bucho to Iba kun, un BL que, a su vez, fue editado por la editorial digital Sweet Comic. Además, también es una notable ilustradora, reconocida dentro del mundillo, que le permitió gozar de una incipiente fama. Aunque no fue hasta el 2019 cuando logró colarse dentro de la edición física de manga y consiguió la publicación de Chijou 100 meter de aimashou, obra que le servió para consolidarse como una promesa del manga en Japón. Tras este título publicó el título que estamos reseñando y al poco tiempo volvió a publicar una nueva historia titulada Nee, onna no ko ni shite ageru. En la actualidad sigue publicando nuevos títulos y ahora está combinando la publicación de sus dos últimas obras: Furenaide Little Star y Natsume san wa Kaihatsu Karetai. Pero, ¿qué tiene de especial Mi vecino metalero?
La historia nos presenta a Kenta, un joven gay, que ha salido del armario frente a su familia y amigos pero que aún tiene ciertas reticencias a salir del armario ante desconocidos, ya que teme que sus nuevos conocidos se asusten y piensen que les está tirando los tejos para llevárselos al huerto. Ahora, que ha empezado la universidad, se muda a un piso de estudiantes barato, para poder llevar con estilo su vida universitaria, pero no empieza con buen pie. Kenta acaba medió congelado en una fría noche invernal y acaba despertándose en la habitación de Soushi, un joven vestide totalmente de negro, que apenas logra balbucear algunas palabras. A partir de este momento, la vida de los dos jóvenes se entrecruzaran y empezarán a mantener una relación de amistad que acabará entrelazando sus propios miedos y sentimientos. Precisamente, Soushi tiene un carácter retraído que le impide hablar y relacionarse con los demás. El mismo se creó una coraza para intentar sobrevivir, aunque, es verdad, que tiene dos grandes pasiones: la música y la repostería. Kenta, en un principio esconde su homosexualidad ante el posible rechazo de Soushi, pero poco a poco los dos jóvenes acabarán siendo mucho más que amigos.
Mamita es capaz de combinar a la perfección escenas románticas que acaban por convertirse en escenas hilarantes. No solo eso, sino que ella misma parece conocer a la perfección el mundillo del metal, ya que a lo largo de la historia aparecen un montón de referencias a diferentes bandas musicales, que por cuestiones de derechos de autor, aparecen convenientemente cambiadas. Una de los mejores momentos de la historia es cuando nos muestra cómo es un concierto, ya que es capaz de transmitir a través del dibujo la atmósfera típica de un concierto. Este momento compartido tanto por Soushi como por Kenta hará que su relación vaya evolucionando poco a poco.
La edición que nos presenta la Editorial Ivrea nos presenta una calidad del papel aceptable tanto para su precio como para su formato. La sobrecubierta mantiene la ilustración de la edición original con una genial combinación de colores en la cual nos muestra una escena costumbrista de los dos jóvenes protagonistas. En cuanto al dibujo prima, sobre todo, los primeros planos de los personajes, con los cuales podemos comprobar la gran versatilidad de la autora para reflejar el humor, el drama o el romanticismo. Pero, por desgracia, a lo largo del manga no abundan las viñetas que nos muestren con profundidad los espacias donde ocurre la acción, y esto es una verdadera lástima, ya que ayudaría a mejorar la calidad final de la obra. Por otro lado, Mamita juega con los personajes de una manera bastante acertada. Pese a la diferencia de caracteres de ambos personajes con el paso del tiempo llegan a complementarse a la perfección. A medida que vamos avanzando en la lectura de esta obra vamos entendiendo los dilemas a los que se enfrentan tanto Soushi como Kenta para acabar de aceptar lo que sienten. También nos abre una puerta para comprendernos a nosotros mismos y de ser capaces de empatizar y entender al otro, y, sobre todo, a romper toda una serie de estereotipos y etiquetas que pueden limitarnos. Como ocurre en el caso de Soushi, que pese a ser juzgado en un principio por Kenta, este se da cuenta que Soushi tiene mucho que ofrecer al mundo. En definitiva, Mamita es capaz de hacernos reflexionar sobre el sentido de la vida y del amor y que nos hace pensar un poco más sobre el funcionamiento de las relaciones humanas y la lucha por superar la soledad de la sociedad posmoderna en la que vivimos.
Lo mejor
• La historia hace que este sea uno de los mejores BL publicados recientemente.
• Los protagonistas son entrañables.
• El gran conocimiento de la autora por la música metal.
Lo peor
• La calidad del papel de esta edición.
• La falta de fondos en muchas viñetas de la historia.
• Una repetición de los estereotipos de los personajes del BL.
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