Javier Vázquez Delgado recomienda: New York Cannibals, de Jerome Charyn y François Boucq
Edición original: New York Cannibals (Le Lombard. Septiembre, 2020)
Edición nacional/España: New York Cannibals. Nuevo Nueve Editores. Octubre, 2021
Guion: Jerome Charyn
Dibujo: François Boucq
Color: François Boucq, Denis Béchu, Alexandre Boucq
Traducción: Inés Sánchez Mesonero
Formato: Cartoné, 152 páginas. 25€
Una mujer policía, un tatuador y un bebé contra los ladrones de almas
«El dibujo es un arte que consiste en intentar dar forma a lo invisible»
En algunas ocasiones intentar la repetición de la misma fórmula que te ha llevado al éxito puede que no sea una gran idea, pero otras veces acaba funcionando.
Con Boca de Diablo (1990), el dúo formado por el escritor Jerome Charyn y el artista François Boucq consiguieron la excelencia entregándonos un espléndido thriller orgánico, etnológico y con algunos toques de esoterismo que cautivó a muchos, pese a que por el camino su amistad se rompió de una manera traumática. Dos décadas más tarde, los dos autores se han reconciliado y para demostrarlo han vuelto a trabajar juntos realizando el díptico formado por los álbumes Little Tulip (2014) y New York Cannibals (2020), una apuesta que no ha obtenido exactamente el mismo fruto que antaño aunque, una vez leídas las dos partes, el resultado se revela como un conjunto nada desdeñable especialmente gracias al maravilloso arte de Boucq, un artista que parece no tener techo.
New York Cannibals se puede leer perfectamente sin haber leído previamente Little Tulip, pero la historia toma pleno sentido si se disfrutan conjuntamente. Para los que no tengáis el primer volumen os hacemos una pequeña reseña de urgencia.
Little Tulip. El origen de Paul y Azami
El primer álbum de este díptico se sitúa en la ciudad de Nueva York en 1979. Paul, un tatuador de origen incierto, colabora con la policía haciendo retratos con los datos que le suministran los testigos ya que su habilidad para capturar la imagen precisa cada testimonio es asombrosa. Sin embargo, bajo presión Paul demuestra ser alguien mucho más peligroso que un simple artista del dibujo… Soltero y sin descendencia, el tatuador se ocupa de Azami Tanaka, la hija de Yoko, una camarera japonesa con la que mantiene una relación informal.
La policía de Nueva York está en alerta por los crímenes de un violador y asesino que se disfraza con un gorro de Santa Claus y recibe el apodo de Bad Santa. Paul teme que Yoko pueda encontrárselo una noche al volver del trabajo.
El caso de Bad Santa acaba teniendo relación con el pasado de Paul, cuyos padres procedentes de Manhattan se trasladaron a Moscú por motivos profesionales y acabaron deportados a un campo de trabajo en la remota región de Kolimá, más al norte que Siberia. Paul, con seis años, es apresado también e internado en un campo infantil donde deberá aprender a sobrevivir haciendo tatuajes. La vida en el gulag es terrible y tras conocer la muerte de sus padres el niño, que ahora se llama Pavel, se convierte en el tatuador oficial de una de las bandas que dominan los campos y también en un luchador terrible. Allí conoce a Nadia, su primer amor, la preferida del comandante del campo y cuya relación le llevará a ser repudiado por su banda y a convertirse en invisible. La caída del régimen soviético propicia la liberación de la mayoría de los prisioneros y Pavel puede emigrar a Estados Unidos gracias a la ayuda del jefe de su antiguo clan…
Años más tarde y en Nueva York, Paul/Pavel percibe que no es el único que ha escapado de su pasado y que este hecho tiene relación con los crímenes de Bad Santa.
Little Tulip es un relato muy duro, donde asistimos a la descripción de unos hechos históricos terribles del siglo XX que causaron muchas muertes y mucho sufrimiento, para acabar teniendo otras repercusiones que las relativas a su ubicación geográfica y temporal.
Lo mejor de esta historia es la química existente entre Paul y Azami, todos los momentos del pasado situados en el gulag ruso y el magnífico trabajo gráfico-narrativo de Boucq.
Lo menos acertado es el desenlace que desmerece todo lo anterior, por ser demasiado precipitado y poco convincente.
New York Cannibals. Padres e hijos
En New York Cannibals volvemos al mismo escenario inicial que Little Tulip, pero veinte años después. Azami se ha convertido en una agente de policía que practica el culturismo y que desea tener un hijo, algo que no es posible por su abuso de los esteroides. Paul sigue siendo tatuador y ambos viven juntos. La joven policía encuentra un bebé abandonado en la basura de un callejón solitario y decide adoptarlo. Sin embargo, este recién nacido parece que es importante para mucha gente que no dejarán tranquila a Azami y la obligarán a luchar por su custodia. Mientras tanto a Paul se le aparecen dos figuras de su terrible pasado en el gulag; Nadia, su primer amor, buscando que participe en un asunto muy turbio, y la monstruosa Anna la hiena.
La ciudad puede ser un lugar mortal para los más desfavorecidos, pero también un lugar propicio para que surjan fenómenos maravillosos. Y el bebé aparecido en la basura parece ser uno de estos prodigios…
New York Cannibals consigue cerrar de manera bastante satisfactoria todos los agujeros argumentales que estaban presentes en Little Tulip. En esta segunda parte la protagonista es Azami Tanaka. Su relación con los personajes pintorescos que habitan las calles de la ciudad es muy interesante, destacando la figura de Albatros, un hombre sin piernas que parece sentir en sus manos el pálpito de la gran urbe. La influencia del pasado ruso está bastante menos presente de una forma explícita en el relato, pero su peso se siente de manera subterránea. En este caso la trama policial se remata de manera algo más ortodoxa aunque la participación de lo sobrenatural sigue siendo decisiva. Charyn no abandona sus obsesiones que acaban uniendo a Ross Macdonald y James Ellroy con James Joyce o William Faulkner, todo aderezado con ciertos pasajes fantásticos entresacados del folklore judío de Polonia y del entorno ruso.
En el apartado gráfico-narrativo, se puede apreciar como el trabajo de François Boucq sigue siendo casi insuperable. El artista de Lille consigue expresar en imágenes, de manera convincente y atractiva, todo lo que Charyn apenas esboza.
El dibujante divide sus páginas con un esquema de cuatro tiras irregulares divididas en dos o tres viñetas, aunque este esquema dista de ser fijo. Su descripción del ambiente neoyorquino es soberbia y potencia algunas escenas sombrías o nocturnas con una mayor presencia de las manchas de tinta, un registro no muy habitual en su carrera. La narrativa es eficaz, transparente y atractiva. El uso del color es funcional pero tremendamente certero, destacando en las escenas de noche donde potencia el contraste severo entre los colores anaranjados de la luz artificial con el componente azulado de las sombras.
En New York Cannibals, François Boucq nos ofrece un trabajo algo menos espectacular, barroco y refinado que los anteriores – seguramente el peso de la edad influye – pero igualmente hermoso y apasionante, lo que le reafirma como uno de los mejores artistas en activo del cómic actual.
Jerome Charyn nació en el barrio del Bronx, en Nueva York, en 1937. Es novelista, ensayista y escribe guiones de cómics. Especializado en novela negra su serie más conocida está protagonizada por Isaac Sidel de la que ha escrito más de una docena de novelas entre 1997 y 2017. Es autor de numerosos ensayos sobre la cultura norteamericana como Metropolis (1986), Movieland (1989) o Gangsters and Gold Diggers (2003) y de algunas biografías de celebridades del siglo XX.
En el campo del cómic debuta en 1986 junto al dibujante Jacques Loustal para realizar el álbum Les frères Adamov. Otras de sus obras son: La mujer del mago (1986) y Boca de diablo (1990) con arte de François Boucq; Margot in Badtown (1991) y Margot queen of the night (1995) con Massimiliano Frezzato; El colmillo de la serpiente (1997) con dibujos de José Muñoz o Marylin la dingue (2009) con dibujos de Frédéric Rebéna. En 2014 vuelve a colaborar con François Boucq con la obra Little Tulip, publicada por Éditions Le Lombard y en 2020 el mismo dúo publica la segunda parte del díptico titulada New York Cannibals. En 2018 publica junto al dibujante Emmanuel Civiello el álbum Nariz-Corva que edita en Francia Le Lombard y en España Yermo Editorial.
Jerome Charyn sigue viviendo en Nueva York donde escribe y cultiva pasiones como el baseball y el tenis de mesa.
François Boucq nació en la ciudad francesa de Lille en 1955, donde reside actualmente. Estudió Bellas Artes y en 1974 viaja a París para dar a conocer sus trabajos humorísticos. Allí recibe encargos de Le Point, L’Expansion, Le Matin de Paris o la versión francesa de la revista Playboy. Otra vez en Lille, empieza a colaborar en revistas de cómics como Mormoil, Pilote y Fluide Glacial en colaboración con guionistas como Delan o Pierre Christin. Es en otra de estas revistas mensuales – en (À Suivre) – donde obtiene su primer éxito con una serie de historias cortas con guion propio agrupadas bajo el título genérico de Pioneros de la aventura humana. En esta época empieza también la colaboración con el novelista y escritor Jerome Charyn con obras como La mujer del mago (1986) y la extraordinaria Boca de diablo (1990) donde adopta un estilo más realista cercano al de uno de sus maestros; Alexis.
Realiza numerosos trabajos de ilustración entre los que destacan las portadas para la saga de novelas San-Antonio del escritor Fréderic Dard. En 1991 empieza su colaboración con otro de sus guionistas habituales, Alejandro Jodorowsky con el que firma Cara de luna; El tesoro de la sombra (1999) y la serie Bouncer (2001-2018), un western original del que han realizado conjuntamente nueve historias y que a partir del décimo álbum es responsabilidad exclusiva de Boucq, tanto en el guion como en el dibujo. En 2018 se publicó en Francia el undécimo tomo con el título de L’échine du dragon.
Otros trabajos de François Boucq son la serie El Janitor con guion de Yves Sente, con 5 álbumes realizados entre 2007 y 2017 o Colonel Amos (2011) con guion de Alcante.
Sus últimas obras publicadas son Le Petit Pape Pie 3.14, escrita y dibujada por él mismo y que publica Fluide Glacial y también Un général, des généraux, con guion de Nicolas Juncker, publicada por Le Lombard. Ambas son de febrero del 2022.
François Boucq combina sus trabajos en la bd con la ilustración de carteles, portadas de libros o discos y como dibujante del juicio del caso del Hotel Carlton de Lille.
La edición física de New York Cannibals a cargo de la editorial Nuevo Nueve Editores es excelente. El álbum es en tapa dura, tiene un tamaño adecuado, aunque algo menor que el de la edición francesa, cuenta con un papel muy bueno y esta impreso de una manera muy aceptable. Incluye, además, una breve de galería de ilustraciones oo bocetos preparatorios y dos someras biografías de los autores. El precio es correcto.
Lamentablemente, la primera parte de este díptico la publicó Norma Editorial lo que convierte en casi inviable la posibilidad de que en un futuro se pueda editar un cofre con las dos obras, tal y como ha sucedido en el mercado francés. Es una auténtica lástima porque el producto es magnífico.
New York Cannibals es una buena historia, maravillosamente realizada en el aspecto narrativo y artístico, que pretende demostrar – y a veces lo consigue – que los crímenes pasados siguen teniendo múltiples repercusiones en el futuro y, a menudo, muy lejos de su entorno inicial. Con esta obra Charyn y Boucq redondean la decepcionante conclusión de Little Tulip y conforman un díptico de desarrollo irregular pero con numerosos momentos brillantes que satisfarán a un lector relativamente exigente. Y, además, uno tiene la intuición de que está no será la última aventura de la agente Azami Tanaka, de su bebé prodigioso y de Paul el tatuador. On verra…
Salut!
Lo mejor
• Una segunda parte que mejora y da sentido al conjunto.
• El arte de François Boucq.
• Una edición casi perfecta a cargo de Nuevo Nueve.
Lo peor
• Que al ser de editoriales diferentes se hace muy difícil ver la publicación de las dos partes en un cofre, como en la edición francesa.
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