Javier Vázquez Delgado recomienda: Detective Comics Núm. 1-2
Edición original: Detective Comics núms. 1034-1039, Truth & Justice núm. 5 USA (DC Comics, 2021)
Edición nacional/España: Detective Comics Núm. 1-2 (ECC Cómics, 2022)
Guion: Grace Ellis, John Ridley, Mariko Tamaki, Meghan Fitzmartin, T. REX.
Dibujo: Clayton Henry, Dan Mora, Dustin Nguyen, Karl Mostert, Maria Laura Sanapo, T. REX, Viktor Bogdanovic.
Entintado: Daniel Henriques, Viktor Bogdanovic, Norm Rapmund.
Color:Jordie Bellaire, Simon Gough.
Traducción: Felip Tobar Pastor.
Formato: Rústica, 96 -128 págs. A color. 8,50 – 13,95 euros.
De vuelta a las calles.
La serie de Detective Comics se renumera en España con la llegada de Mariko Tamaki a la colección que arranca con un arco argumental que abarca las dos primeras entregas de la serie regular editada por ECC.
Mariko Tamaki es una escritora forjada en el comic independiente. Nació en Toronto, en 1975, y pronto mostró interés por la escritura. Su primera novela, centrada en la transición a la adolescencia, publicada en el año 2000, Cover Me, viene a ser el manual de uso de esta escritora donde poder ver sus principales intereses narrativos. Intereses a los que ha recurrido en numerosas ocasiones incluso en trabajos para DC, como Cristales Rotos o Supergirl, por citar un par de ejemplos. Una escritora sobresaliente con trabajos tan sólidos como Laura Dean me ha vuelto a dejar y Aquel Verano, que ha alternado con guiones para la serie de Hulka y Wonder Woman con resultados más bien discretos en el caso de la segunda. Sin embargo, en los antes mencionados trabajos para DC, su talento se crece, haciendo que sean obras de mucho interés para los lectores aficionados al género de los superhéroes que buscan nuevos puntos de vista.
Tras lo que se pudo ver en 2021 en la iniciativa de DC, Frontera Infinita, en la que se hizo cargo de Dark Detective, la llevó a fichar por la serie regular de Detective Comics a partir del número 1034, siendo la primera mujer que se hace cargo de la cabecera como escritora principal.
El escenario del que parte Tamaki es el de un Bruce Wayne que ha perdido su fortuna (aunque sigue disponiendo de una considerable cuenta corriente), lo que hace que la forma de operar de Batman difiera de lo visto hasta ahora. Se acabo la mansión y la batcueva, los batmoviles y demás elementos de transporte aéreo y marítimo, dejando a Batman con los pies en el suelo, haciendo frente a una trama que enraíza directamente en la clase política y afecta a las clases pudientes de Gotham.
Tamaki se centra en la parte humana del personaje. No hay acciones típicas del Batman superhéroe, sino más bien las del Batman de a pie, que debe recorrer las calles, investigar, apoyarse en sus aliados, a fin de poder progresar en su particular cruzada contra el crimen. La guionista de Yo no soy Starfire (que esperamos llegue pronto nuestro país) no revoluciona la serie con su llegada, se siente cómoda usando las herramientas de las que dispone y juega con ellas sin asumir riesgos, en una trama que esconde en su interior retazos de ideas ya vistas con anterioridad, pero que persigue tratarlas desde un punto de vista distinto.
Si la historia central no sorprende en exceso y se lee y disfruta sin problemas, es en las historias perimetrales en las que Tamaki saca sus mejores armas para trabajar con especial sensibilidad a un personaje que normalmente cae en tierra de nadie. Nos referimos a la Cazadora. Tamaki no se limita a introducirla en la historia, sino que construye a su alrededor una serie de motivaciones emocionales y personales para que su aparición no sea tan solo un añadido más. La escritora no desea que su presencia en la serie sea la de mera comparsa de Batman, sino que sea una relación de iguales, en las que la Cazadora aporte valor al conjunto. Su caracterización se siente cuidada y su desarrollo es de lo mejor de lo que hasta ahora ha aportado Tamaki a la serie.
En paralelo a las historias de Tamaki, aparecen historias extras de complemento que hacen foco en la figura del Lucius Fox, el Pingüino y el nuevo villano, que discurren en paralelo a la trama central y que vienen reforzar la sensación de que tan solo estamos leyendo la punta del iceberg. Son historias escritas por otros guionistas, supeditados a las directrices del trabajo de Tamaki, y que desarrollan momentos concretos de estos personajes tan relevantes para los acontecimientos que asolan Gotham.
La serie no sorprende por poner sobre la mesa una propuesta novedosa, pero plantea un escenario que da a entender que podríamos tener un importante giro argumental más adelante. Su lectura resulta ágil, cumpliendo con las exigencias del tipo de colección que debe ser Detective Comics, donde se dan la mano el Batman terrenal y sus aliados, mientras que Tamaki aporta un punto extra en la periferia a la espera de ver donde puede acabar una trama que lo apuesta todo a un nuevo villano alejado de la galería de grandes némesis de Batman.
En lo gráfico, destaca un Dan Mora en las primeras entregas que, con su estilo anguloso, pero majestuoso, se apodera de la página regalando al lector un Batman de potente estampa y una Cazadora contundente. Sin embargo, poco dura su aportación en la serie (entendemos que para dar el salto ala nueva serie de Mark Waid en DC y de la que hemos dado buena cuenta de ella aquí mismo), cediendo los lápices a un Viktor Bogdanovic, de trazo más redondeado, con figuras humanas más estilizadas y con un control del negro distinto al de Mora, que rompe el estilo marcado en las primeras entregas, sin que desmerezca el resultado final del trabajo global del primer arco argumental.
Tamaki parece sentirse cómoda moviéndose entre las calles de Gotham, siendo fiel al espíritu de la serie con apariciones regulares de miembros de la batfamilia, mientras construye un arco que va tomando forma a fuego lento y que necesita distanciarse de lo narrado por Greg Rucka para acabar teniendo voz propia. Queda ver si el camino que aquí se abre explora senderos nuevos o se mueve por los ya conocidos en una situación que, aunque planteada de distinta forma, recuerda mucho al pasado del Caballero Oscuro.
Lo mejor
• Tener de vuelta a un Batman más terrenal.
• La caracterización de los personajes.
Lo peor
• Plantea una situación no excesivamente novedosa.
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