Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman #1-6/114-119

Batman #1-6

Edición original: Batman núm. 106 -111 USA, Batman: Fear State Alpha núm. 1
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: James Tynion IV
Dibujo: Jorge Jiménez, Ricardo López Ortiz, Riccardo Federici
Color: Tomeu Morey, Rómulo Fajardo Jr.
Traducción: Felip Tobar Pastor
Formato: Grapa, 32-64 págs. A color.
Precio: 2,95 € por grapa, 4,95 € (sexta entrega)

La serie de Batman da miedo

«¿Quién hace explotar bombas en código morse? -Batman, ¡por supuesto!»

La serie de Batman no goza de uno de sus mejores momentos actualmente. La representación de su protagonista es meramente superheroica, así como las tramas en las que se ve inmerso, sin ningún detalle en la caracterización que enganche al aficionado. El trascurso de la historia tampoco es el más sugerente, sumiendo al murciélago en la sucesión de aventuras más habitual y procedimental posible. Este conjunto de grapas incluye el arco argumental, Los que son cobardes, de seis partes. La sexta unidad, de doble contenido, cuenta con el inicio del nuevo arco Estado del miedo. El nuevo “evento” puede que otorgue algún brote verde, aun cuando el guion repite una y otra vez la misma fórmula. No solo remite a la historia editorial de Batman (todo recuerda a algo ya contado, sin duda, Tynion ha leído a Moench y Gulacy en Batman: Presa o Batman: Terror) sino también a la implementada desde el inicio de la etapa; Un arco superheroico de presentación conduce a otro más grande y trascendente con una Gotham angustiada bajo el yugo del enemigo de turno. La reseña se centrará en el arco finalizado, preludio de este próximo Fear State.

Batman #1-6

El Sr. Saint presenta el programa Magistrado al alcalde Nakano. Su exposición es elocuente, ¿acaso no necesita Gotham un grupo policial militarizado, entrenado y equipado con la más alta tecnología para enfrentar a su extensa y peligrosa galería de villanos? El empresario no es altruista en sus intenciones, se advierte, provocando desconfianza. La amenaza de un ataque tóxico del Espantapájaros a la ciudad precipita la toma de decisiones.

Un nuevo grupo criminal, de corte social, D-Mente, ha ganado adeptos debido a la incertidumbre en la que vive la gótica ciudad. Miracle Molly, otro nuevo personaje, integrante destacado de la anarquista asociación, es la indicada para expresar la ideología D-Mente. De los Ghostmaker, Clownhunter, Punchline quizás resulte el mejor personaje, no se siente tan impuesta y su discurso provoca al lector. Sin la clara intención de gustar de sus compañeros de creación, resulta la más atrayente de las nuevas adicciones.

Bajo este contexto una curiosa encarnación de la batfamilia se dispone a enfrentar cada peligro. Barbara Gordon ejerciendo de Oráculo es un elemento destacable, el nuevo e impostado Ghostmaker, no tanto. Ejerce de nuevo compañero del murciélago, Batman ha cambiado su interacción con Alfred o con Robin (cualquiera de ellos) por la compañía del nuevo aliado, otorgando una relación propia de adolescentes en continua competición más o menos amistosa. Harley Quinn también trata de integrar la batfamilia en su camino de redención, relacionándose principalmente con el fantasma, los diálogos de este con la payasa son los más acertados que tiene, no por ello buenos.

Batman #1-6

El cómic cuenta con un toque de terror del que Tynion es gustoso y virtuoso, si atendemos a alguna de sus obras del género, y entrega pasajes de horror protagonizados por el Espantapájaros, con nuevo atuendo incluido. Son escasos y siempre se repiten al principio de cada grapa, resultando reiterativos en estructura y en narración, enclaustrada en el continuo, “no le escuches” de Batman. De potenciar este aspecto y ejecutarlo con una inspiración mayor, el guion hubiera podido resultar más sugerente. La sensación de escribir en piloto automático que desprende aquí el guionista de New York es alarmante, ni siquiera acude a situaciones en las que destaca. Su labor es meramente cumplidora, resultará interesante o no en función del grado de implicación (escasamente potenciado por el texto) que sienta cada lector por la trama que nos cuenta.

Jorge Jiménez
está soberbio, en los fondos, en el diseño de personajes, de la ciudad o del batmóvil. La gran mayoría de páginas son muy detalladas, a las que el color de Morey, psicodélico por momentos, le sienta de maravilla convirtiendo el arte del libro en impactante. La Gotham futurista de esta etapa, independientemente de si es la representación más idónea o no, luce fenomenal. La nacionalidad de nuestro compatriota se deja notar en un par de periodistas, fácilmente reconocibles por el lector. El arte continúa siendo lo mejor, con mucha diferencia, de la serie regular de Batman.

La historia de complemento tiene a Ghostmaker como protagonista, una oportunidad más para asistir a su soberbia y desmedido egocentrismo. Con dibujo de Ricardo López Ortiz, de estilo más o menos similar al de Jiménez (sin resultar la mitad de atractivo), color de Morey (a partir del cuarto capítulo se encarga Romulo Fajardo Jr.) y guionizado por Tynion. El de la capa blanca se dispone a asaltar una isla donde se esconde una de las mayores dirigentes del mundo criminal, de la que nadie conoce su existencia. La mujer ha contratado a los mejores mercenarios que puede pagar el dinero, pero entre ellos no se encuentra Deathstroke. Lo exclusivo, clandestino y experimentado que pretende ser Ghostmaker vuelve a sentirse artificial. Todo el cómic, cualquier personaje que aparece o cualquier suceso, está encaminado a encumbrar al protagonista. Resulta tan forzado que no lo consigue, ni de lejos. McFarlane Toys ya tiene en pre-order su nueva figura de acción, corre que se acaban. Ghostmaker es Deathstroke siendo Batman con un traje que recuerda al Caballero Luna, ¿molón, verdad? Como personaje podría funcionar, quizás y solo quizás, en un nuevo universo pijamero, en la hipotética nueva serie indie superheroica de Snyder o Millar, jugando con su propio Batman BatGod. En el universo DC su existencia se antoja redundante, innecesaria e impostada.

La primera grapa no tiene adherida la historia de complemento del cómic original, Batman #106, protagonizada por Damian Wayne. ECC la incluyó en el tomo Robin #1, de reciente publicación. Una inteligente maniobra, en esta grapa no aporta demasiado, pero inmersa en la colección propia del hijo de Batman otorga un contexto muy necesario.

Batman #1-6

Tynion repite los mismo vicios en los que lleva cayendo desde el principio de su etapa, narrar sin una virtud clara, repetir conceptos bastante trillados, introducir con calzador personajes nuevos con la intención de molar en cada capítulo (lo que condiciona la historia) o sumergir el guion en la acción más convencional. Este arco no tiene la intención de ser trascendente, ni especialmente grandilocuente, motivado por desarrollar las tramas que conducen a Gotham hacia la ciudad vista en Estado Futuro. Una bajada de marcha que sin ser memorable, ni provocar mayor inspiración en el guionista, se agradece. Jiménez está fantástico, sus páginas son muy atractivas entregando un dibujo trabajado a la par que impactante. El Batman de Tynion ofrece más de lo mismo tras esta nueva numeración, si disfrutaste con lo anterior seguramente aprecies estos nuevos capítulos.

Lo mejor

• El dibujo de Jorge Jiménez.

Lo peor

• El guion de James Tynion IV.



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