Javier Vázquez Delgado recomienda: Spiderwoman 3: Vuelta a los orígenes
Edición original: Spider-Woman vol. 7, núms. 11 a 16 USA (Marvel Comics, 2021)
Edición nacional/España: Spiderwoman 3: Vuelta a los orígenes (Panini Cómics, 2021)
Guion: Karla Pacheco.
Dibujo: Pere Pérez.
Entintado: Pere Pérez.
Color: Frank D’Armata.
Formato: Tapa blanda. 136 páginas. 15,00€
La familia debe mantenerse unida y traerles de vuelta si han perdido su camino.
«Muy bien. Vamos a recuperar a tu padre, pero no voy a darte un elegante apodo de compañera»
Anteriormente en Spiderwoman 2: Rabia Ciega, Jessica Drew se volvió adicta al suero Marchand y buscó cualquier atisbo de información del Alto Evolucionador, aunque acabó enfadándose con Carol Danvers porque la detenía demasiado porque el suero le daba ira. En la Tierra, llegó la invasión simbionte y Jessica se inyectó demasiado suero y acabó con él a golpes, disfrutándolo como una desquiciada. Ante tal acto, sus amigos decidieron encerrarla y ella hirió los sentimientos de Carol. Estando a solas, Octavia se aprovechó de ella y la liberó para conseguir ciertos elementos y luego llevarla ante El Alto Evolucionador. Allí, Carol conoció a la hija de Octavia — Ophelia — y que El Alto Evolucionador estaba dispuesto a curarla de su enfermedad y que no necesitara el suero. Sin embargo, Octavia traicionó a todos, mató a Ophelia e hizo daño al Alto Evolucionado para poder crear un ejército de hijas perfectas, pero un golpe de los clones de Miriam Drew — que eran asistentas — hizo que Jessica cayera en la Matriz y se curara. Así, Jessica luchó con Octavia y la derrotó y, con ayuda del Alto Evolucionador la dio un castigo con la Matriz y acabó convertida en medio dinosaurio. Al final, Jessica se marchó mientras El Alto Evolucionados buscaba una cura definitiva para Jessica — al deberle ese favor a su familia —.
En el presente arco argumental, titulado Spiderwoman 3: Vuelta a los orígenes, Jessica consigue un nuevo traje de Ronnie casi igual a su traje original y vuelve a la acción como Spiderwoman enfrentándose a Las Espadas Gemelas de Toledo en plena cena con su novio Roger. Animada, descubre algunos trucos de su nuevo traje y captura a un miembro del dúo criminal. En la cárcel, el miembro libre libera a su hermano y lucha con las dos espadas contra Spiderwoman hasta que Luís le corta la mano porque las espadas están hechas para llevarse una a la vez para no sucumbir a su poder. Evidentemente, ambos caen ante Spiderwoman y, al llegar a casa, Roger rompe con Jessica al no compartir momentos con él. Al día siguiente, una ladrona roba un disquete de la casa de Jessica y ella la persigue por toda la ciudad mientras se lo van pasando de ladrón a ladrón y Jessica descubre que el contratista es su hermano, Michael Marchand. Él intenta explicarlo todo, pero Jessica está furiosa por todo lo ocurrido y porque le dio su propia copia de seguridad del código del Alto Evolucionador con la cura que ayudaría a Rebecca, pero, al final, decidieron quedar para entenderse. En la empresa, ella conoció a Rose y su hermano explicó que el código estaba encriptado para un solo uso y, al no fiarse, hicieron ingeniería inversa y usó la copia de la matriz en Rose. Ambos le pidieron a Jess usar su copia para salvar a todas las personas.
Al llegar a casa y meditarlo con su niñera, Spiderwoman prefirió entrar a escondidas en la empresa, pero tuvo que enfrentarse a Rose y vio que mezcló la matriz con la última dosis del suero Marchand en Michael, convirtiéndole en un monstruo. Ahora, haciéndose llamar Aeternum, Michael intentó matar a Spiderwoman hasta que llegó Rebecca para frenarle. Al verle confundido, Rose usó sus poderes para que Jess y Rebecca subieran a un helicóptero con una bomba, pero ambas se despertaron y saltaron a una azotea. Al darse cuenta que Rose era capaz de todo, Spiderwoman fue a su apartamento y salvó a su niñera y al bebé Gerry de los matones. Luego, las tres fueron a la sala segura de Rebecca y ella comentó que su madre — Alisson Jones — murió por el ADN alterado de su marido al tenerla. Una vez quisieron establecer un plan, Rebecca mostró su traje especializado — además de uno para su mascota — y no aceptó un no por respuesta a la hora de atrapar a su padre y Rose. Como compañeras, entraron en el apartamento de Rebecca y enfrentaron a Aeternum y Rose, la pelea fue dura, pero consiguieron ganar y Rebecca le quitó los poderes a Rose con el suero vírico que le inyectó Michael hace tiempo a Jess para evitar el «el resfriado». Mientras la policía se llevaba a los criminales, Aeternum se disculpó y le dijo a Rebecca que era perfecta tal y como era. Finalmente, Jess y Rebecca miraron al horizonte bromeando sobre que la joven seguía los pasos de su tía y que necesitaba a gente para su equipo de softball.
En general, estamos ante un arco argumental refrescante y animado que devuelve a Jessica Drew ese ambiente y actitud tan animado que tanto necesitaba desde que conoció a su hermano Michael Marchand y su vida comenzó a torcerse de manera totalmente inesperada, primero al conocer los clones de su madre Miriam Drew y luego su adicción al suero Marchando hasta que pudo recomponerse. Aquí, Karla Pacheco nos da esa Jessica Drew que disfruta de ser Spiderwoman, pero que, como siempre le pasa al personaje, también termina fastidiándola por algún lado de su vida y eso le da algo de miga al personaje, que seguramente se retome más adelante en el próximo tomo, ya que aquí adelantan también una trama magnífica sobre Michael y el código del Alto Evolucionador. La segunda mitad de la trama del tomo es brillante y espectacular por cómo la guionista recupera lo previamente mencionado para darle un giro de tuerca a la relación familiar Drew-Marchand por la obsesión de Michael sin tener en cuenta la opinión de su hija, sus extremos al ver hasta dónde es capaz de llegar, y cómo Jessica enfrenta a su hermano para que intente recuperar la conciencia, piense en su hija y se aleje de las malas influencias antes de que haga algo de lo que se arrepienta. Gracias a ese motor de acción y a la fuerte decisión de Rebecca a cambiar todo lo que está mal en su vida, el tomo toma una dirección final con un fuerte componente de acción emocional en el que los personajes no volverán a ser los mismos una vez que acabe la gran lucha de sus vidas, ya que la familia que una vez estaba unida, es posible que no lo vuelva a estar si Michael no entra en razón.
En cuanto a los personajes, Jessica Drew vuelve a estar más animada que nunca al estar curada del todo y eso le vuelve casi una adicta a la acción superheroica porque lo echa en falta y lo disfruta como si no hubiera un mañana y eso hace que descuide otros ámbitos de su vida personal — cómo suele pasarle a Jessica, una tacita de algo bueno y una tacita de equivocación grandiosa —, pero consigue recomponerse y aceptar sus fallos. Ahora bien, Jessica vuelve a su típico malestar, pero está vez no por su culpa, sino porque hay personas que no entienden que se exceden con la responsabilidad y es gracias a su responsabilidad con su sobrina Rebecca que logra poner fin a todo un asunto turbio que debía acabar desde hace mucho. Roger toma un rol muy secundario, pero vital para mostrar es parte personal de la vida de Jessica que está dejando de lado por la obsesión de actuar cómo Spiderwoman y dejar atrás los momentos personales en pareja. Rebecca Marchand es una adolescente muy inteligente, con gran resiliencia y una determinación enorme para su edad, capaz de enfrentarse a todo — pese a su estado de salud físico — con tal de hacer el bien, relacionarse con los demás, estar con su tía Jess y evitar que su padre cometa el peor error de toda su vida.
Entrando en la lista de villanos, Las Espadas Gemelas de Toledo cumplen muy bien su rol como enemigos iniciales para Jessica Drew — y, oye, a tope la mención de que sean las espadas de la grandísima Toledo de España —, como un dúo que puede ser temible, pero que puede caer en el caos si uno de ellos se deja llevar por el poder y maneja ambas espadas cuando solo se debe llevar una, ya que son mágicas y atraen a portadores. No obstante, aunque nos dan un buen primer vistazo, todavía no los hemos visto brillar del todo, por lo que, seguramente, los veremos vengarse más adelante. Michael Marchand — Aeternum — es capaz de hacer cualquier cosa por su hija, hasta tal punto de no fiarse de la cura que le dio Jessica y usar de conejillo de indias a su novia y hacer ingeniería inversa para crear más, pero lo peor no está ahí, es que llega a intentar robar la copia del disquete de Jessica sin darle explicaciones y luego, al ver que todo se tuerce, convertirse en un monstruo inyectándose el resto de la matriz con el suero Marchand para volverse un monstruo poderoso, aunque él no lo vea así. Además, como Aeternum, Michael casi no distingue ni el bien ni el mal, siendo capaz de herir a Jessica y de pelear en equipo con Rose para retener a su hija Rebecca porque cree que él puede decidir siempre por ella. Por último, Rose es la novia de Michael e intenta manipularlo desde el primer momento en el que se juntan, ya sea para obtener poderes, luego robarle el disquete a Jessica y hacer ingeniería inversa y que la empresa obtenga grandes beneficios con «la cura» en vez de hacerlo por Rebecca, engañando así a Michael — aunque él dice que es también por ella —. Por ello, no duda en convertirlo en Aeternum y en quitarse de en medio a Jessica y Rebecca con sus poderes, pero no contaba con que ambas resistieran sus efectos y volvieran para luchar. Así, queda demostrado que Rose no es una mujer que ame a Michael y a su hija de forma incondicional y sana, sino que utiliza a su novio para hacer crecer la empresa y hacerle creer que deben estar siempre juntos, cuando ella es una mala influencia para Michael y tienen una relación muy tóxica.
Sobre el ritmo, al tener el tomo dos historias diferenciadas, podríamos decir que hay cierto equilibrio en la primera con tendencia a la acción para dejar transmitir ese sentimiento tan inspirador de Jessica al recuperarse. Por otro lado, la segunda historia empieza con un ritmo bastante fuerte, para luego relajarse, establecer la situación y el contexto que será clave para entender el gran conflicto; el cual agarra con fuerza in crescendo para dar un final bastante a la altura de las expectativas y con ganas de ver a más personajes en los siguientes tomos o números. Por ende, por decir que Karla Pacheco establece un storytelling notable en el tomo y que deja con una gran satisfacción.
A nivel artístico, Pere Pérez sigue a los lápices con un trabajo realmente notable y exquisito en el diseño de los personajes y los fondos, apreciándose mucho más en Splash Pages y en escenas de acción con unas buenas coreografías, donde el dibujante brilla como nunca. Ahora bien, también cabe destacar algo que nunca se le olvida y es el detallismo que impregna a los personajes en muchas facetas del diseño y al transmitir notablemente un gran repertorio de sentimientos tanto corporal como facialmente de manera muy humana y que nos llega al corazón en más de una ocasión. Además, el color que añade Frank D’Armata solo hace que entregar el punto necesario para que el dibujo quede lo más expresivo, brillante, y que puede ser luminoso u oscuro según la situación.
En definitiva, considero que estamos ante un tomo de Spiderwoman que conecta mucho con el lector/a a nivel emocional y nos da una segunda trama espectacular con un potencial abrumador para uno de sus personajes y que esperamos poder ver más en el Universo Marvel con su traje.
Lo mejor
• Las Espadas Gemelas de Toledo y su lore.
• La gran determinación de Rebecca y su team-up.
• El dibujo de Pere Pérez.
Lo peor
• Que la primera trama — Las Espadas Gemelas de Toledo — quede cortada hasta una próxima ocasión, cuando han captado un buen interés.
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