Javier Vázquez Delgado recomienda: Reckless, de Ed Brubaker y Sean Phillips

Reckless

Edición original: Reckless OGN USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Reckless (Panini Cómics, 2022)
Guion: Ed Brubaker
Dibujo: Sean Phillips
Color: Jacob Phillips
Traducción: Gonzalo Quesada
Realización técnica: Forja Digital SL
Formato: Tapa dura. 144 páginas. 20€

«Imprudente» es quedarse corto

Volvemos a los increíbles mundos de Ed Brubaker y Sean Phillips. Volvemos a las calles, a los personajes duales, a los grises de noir… ¿o hay algo más?. Leer Reckless es leerlos a ellos en su salsa, pero es imposible no notar algo diferente y en este caso se trata del protagonista.

Cuando pensamos en sus obras la palabra “noir” (o “neo-noir”) nos viene inmediatamente a la cabeza, pero es cierto, y Brubaker siempre lo ha afirmado, que el pulp está presente en muchas de sus historias. Esta “ficción pulp” (usemos el término en español para no confundirnos con la famosa película) es algo muy difícil de determinar. Si ya los géneros en el arte son complejos, debido a su gran capacidad para saltarse los límites, utilizar una palabra que deriva de un tipo de revistas y novelas es más abstracto aún, pero quien se haya acercado al estilo marcado por estas obras, un estilo que es más una forma de escribir que un género per se, se puede hacer una imagen mental de lo que se trata. Imagen por cierto en la que podrían encajar historias como Fatale (más por ese terror lovecraftiano) o incluso Incógnito (y la dualidad héroes/villanos), aunque no tanto Pulp, a pesar de su nombre, pero quien la haya leído entenderá la referencia.

Ed Brubaker ha crecido leyendo historias pulp y Reckless es la consecuencia de ello. A priori puede parecer una historia que encajaría en su universo Criminal, nos lleva a los Estados Unidos de principios de los años ochenta, concretamente a Los Ángeles, con una buena contextualización sociopolítica y reminiscencias a los setenta. Ethan Reckless es un “solucionador de problemas”, cuando alguien está en algún tipo de lío él se encarga de que todo llegue a buen puerto, lo cual lo lleva a relacionarse con diversos estamentos del mundo criminal. En este sentido podría parecer una historia más de su obra más larga y también apegada al género negro, sin embargo Ethan no es ni un detective ni un criminal, es un tipo de personaje diferente y eso es lo que hace que esta aventura se aleje en muchos sentidos de dichas obras.

El protagonista tiene un marcado sentido de la justicia, eso es lo que le asemeja a las obras de corte pulp a las que Brubaker dice querer homenajear en Reckless (de hecho lo reitera en un bonito texto que podemos encontrar en la edición de Panini junto a otros extras), solo que su contextualización en un mundo real, lleno de grises, es lo que hace que este cómic se conjugue muy bien en el marco de las historias a las que nos tienen acostumbrados.

A pesar de que la violencia está presente constantemente no es una obra de acción. De la misma manera que hay una investigación constante sobre la verdad de los hechos pero sin ser policíaca. Todo ello se une de una manera que nos resulta muy familiar pero a la vez la distingue de muchos otros trabajos. Reckless es una obra que sabe diferenciarse del resto de cómics de la actualidad y que, encajando muy bien en la carrera de los autores, también sabe separarse de los trabajos previos de Brubaker y Phillips, siendo cien por cien recomendable para cualquiera que guste del buen cómic.

Ethan Reckless es un hombre justo, su intención no es tanto económica como de ayudar a la gente con un trabajo que realmente disfruta. Aún rompiendo las reglas trata de actuar como un héroe. Su pasado tiene mucho que ver y los autores quieren que nos quede claro, por eso cuando una vieja amiga le pide ayuda frente a unos hombres que la han engañado Ethan no duda en ponerse en marcha.

Quizás sea una obra que engaña más y tiene más giros que el resto de historias de esta pareja, nada es lo que parece y el pasado de cada uno de los personajes los irá modificando hasta hacerlos únicos, jugando con los estereotipos para luego poder romperlos, si les apetece. Aquí es donde sobresale Sean Phillips. No es solo un estupendo narrador con un estilo que nos transporta siempre allí donde él quiere, sino que tiene un manejo de los tiempos asombroso, algo que en esta historia es más importante que nunca.

Sabe dar la información con cuentagotas para que nuestra percepción vaya cambiando a su gusto. Desde la recadera punk hasta los movimientos revolucionarios, pasando por el FBI o los diversos criminales que van apareciendo en la obra. Todos juegan papeles y él los mueve como nadie. Mención especial a Jacob Phillips, que cada vez le pilla mejor el gusto al color. Ya estuvo muy bien en Cruel Summer y aquí sabe ambientar toda la obra, consiguiendo una buena sensación de homogeneidad a la vez que sabiendo diferenciar cada uno de los escenarios.

En este caso también resulta muy relevante la elección del formato. Desde el éxito de Mis héroes siempre han sido yonquis, los autores se han ido acercando más al formato de novela gráfica. Su acierto con Pulp parece que les hizo dar el paso definitivo para que Reckless se deshaga de los límites narrativos de la grapa y salir directamente en OGN, aún siendo una serie. De esta forma pueden controlar a la perfección no solo la duración de la historia sino también la de cada uno de los capítulos.

Aunque Reckless sea una serie, en España saldrá el segundo en abril mientras que en Estados Unidos llegará el cuarto, este primer tomo es autoconclusivo. Una historia de un caso, lo que hace que quien quiera darle un tiento a las historias de estos dos genios tiene aquí una oportunidad buenísima. Quien ya los conozca se enamorará una vez más.

Enlace de interés: GO INDIE! Guía de lectura de Ed Brubaker y Sean Phillips

Lo mejor

• Que Brubaker y Phillips sigan reinventándose y a la vez manteniendo su más pura esencia.
• Ethan Reckless es un grandísimo personaje.
• La historia es apasionante.

Lo peor

• La imagen que cierra el tomo tiene unas proporciones algo extrañas, probablemente por la perspectiva de la tabla, pero es Sean Phillips y se le perdona todo.



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