Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA – Batman: Beyond The White Knight #1

Edición original: Batman: Beyond The White Knight #1 USA (DC Comics, 2022)
Guion: Sean Murphy
Dibujo: Sean Murphy
Color: Dave Stewart
Formato: 32 páginas. 4,99$

Beyond Murphyverse

«I wish I’d never met Bruce Wayne»

Quien lo haya intentado, debe saber que hacer un cómic no es nada fácil. El dibujo además de atractivo debe ser equilibrado, adecuado a la historia y simétrico en su desarrollo. Cada viñeta es un plano, tiene una intención y por tanto supone tomar una decisión. Además no se trata de un elemento aislado, interacciona y forma parte de un todo que es la página y debe ser armónica con el resto de viñetas. La narrativa es casi lo que hace único al cómic y aunque a veces no seamos conscientes es un elemento esencial. Una buena narrativa igual no salva un cómic, pero una de mala se lo carga. Además hay una historia, un guion, un ritmo, unos diálogos, un tema, un subtexto, unos personajes, etcétera, etcétera.

No es fácil hacer un cómic y que sea bueno ya es dificilísimo. A veces no le damos importancia porque leerlo es algo bastante rápido en comparación con el gran esfuerzo que supone realizarlo. A veces creemos que poniendo a un gran autor como Tom Taylor en una colección ya se arreglará todo, porque es un buen guionista y tendremos buenas historias seguro. Pero, además de tener un método y algunos trucos, crear una historia de cero, ser original y tener buenas ideas cada vez es casi un milagro creativo. Y no es infinito.

Por eso, hay que respetar el esfuerzo que realiza cada autor y cada obra, incluso a Bendis.

Esto nos lleva a Sean Murphy que es un dibujante excelente y cómo no, este cómic tiene un dibujo apabullante. Murphy despliega sus diseños, sus vehículos de ciencia-ficción, una Gotham futurista y el dinamismo de su acción. Lo hace con soltura y eficiencia.

Murphy hace que el dibujo parezca fácil y fluido. Damos por hecho que siempre será igual de bueno, que nos lo debe.

Su labor como guionista demuestra lo difícil que es escribir un buen guion. Lo difícil que es desarrollar una historia más allá de una idea sorprendente, cómo enganchar, cómo hacer atractivos a los personajes y cómo dar la clave con los diálogos.

No es que Murphy haga un mal trabajo. Como guionista hace un trabajo presentable, leíble y no pisa demasiados callos. Pero no parece ir mucho más allá de una idea impactante. El contraste con el dibujo es demasiado grande. Y como ya damos por hecho el gran trabajo gráfico que nos ofrecerá, nos ponemos pijilleros con el guion.

¿Le exigimos más de lo que hacemos con otros autores?

Pero intentado ser objetivos, Sean Murphy parece un niño que juega con los juguetes de la editorial, los combina, los cambia… como está fuera de continuidad su impacto no deja de ser el de un Elseworlds cualquiera.

Y no nos podría emocionar e impactar menos.

También le perjudica el contexto. Batman prácticamente es el buque insignia de Black Label. Esta misma semana sale el número dos de la serie de Jock, lo tenemos en Dark Knights of Steel, en la serie limitada de Zdarsky… lo hemos visto viejo, joven, novato, medieval, malvado, revolucionario, como disidente en la Unión Soviética, en la revolución francesa, en el oeste, en Barcelona, etcétera…

Es difícil tener una idea nueva y todavía más difícil desarrollarla o con calidad.

El listón está alto y parece que, al igual que a Joelle Jones en Wonder Girl, no llega.

Sin embargo, DC continúa apostando por el Murphyverso y de paso se asegura contar con el trabajo de un gran dibujante.

En el cómic que nos ocupa Sean Murphy mezcla el universo del Caballero Blanco con Batman Beyond. Tenemos a Bruce Wayne envejecido y preso, a Jason Todd dándole vueltas a las torturas a las que le sometió el Joker, una Harley Quinn superada por las responsabilidades familiares y un tal Terry McGinnis que descubre un extraño traje.

Lo dicho, un niño jugando con sus muñecos y haciendo crossovers de ideas, tierras y universos.

El dibujante de Punk Rock Jesus parece querer reescribir alguno de los episodios icónicos de Batman sin aportar mucho. Los personajes se mueven entre el cliché y una personalidad plana. Al darnos su visión se intuye intención y ganas pero no aporta nada que vaya a trascender en la historia. Por lo menos, por lo visto hasta el momento.

Dave Stewart es un gran colorista, de los mejores que hay en el mercado americano. Sin embargo, el color es algo muy personal en los gustos del lector. El color tiene dos funciones. Ayudar a comunicar y mejorar el dibujo. En el caso de Sean Murphy no es necesario. No aporta mucho a la narrativa y sobretodo no mejora el dibujo, más bien lo tapa. No es culpa suya.

Como conclusión, es un cómic para pasar el rato que no deja poso más allá del trazo de Sean Murphy que se queda grabado en la retinas. Como mucho aspira a despertar nuestra imaginación sobre como podría haber sido mejor y que otras combinaciones epatantes nos traerá el autor.

Lo mejor

• El dibujo de Sean Murphy.

Lo peor

• El guion de Sean Murphy.

Ver Fuente