Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA: Batman/Superman World’s Finest #1

Edición original: Batman/Superman World’s Finest 1 USA (DC Comics)
Guion: Mark Waid.
Dibujo: Dan Mora.
Color: Tamara Bomvillain.
Formato: Grapa. 32 páginas. 3,99 dolares

El regreso del mejor del mundo

«Where´s Clark?»

Mark Waid es sin duda alguna uno de los escritores más importantes de la historia de DC Comics. Autor prolífico, con trayectoria intachable en la que se encuentra una etapa memorable en Flash, así como obras maestras que marcaron las pautas de un modo de entender el cómic de superhéroes, de vuelta a las esencias, precisamente cuando el medio más lo necesitaba con Kingdom Come. Un maestro de maestros que, con este World´s Finest, regresa a casa.

Al dibujo, toma los mandos Dan Mora. Un artista interesante, que ha construido su personalidad a partir de proyectos de la entidad de Once and Future, sin renunciar a trabajar en la propia DC, en concreto, en el Detective Comics de Mariko Tamaki. Como colorista, en último lugar, contamos con Tamra Bonvillain, compañera en el apartado artístico de la citada obra de Mora para Image.

Los títulos compartidos de Batman y Superman han tenido un desarrollo irregular en los últimos tiempos. En muchos casos, acusando una falta alarmante de personalidad, sometiendo las historias a una estructura básica de cabecera compartida, villano de ocasión y acción sin contenido. Y esto cuando, directamente, no ha sido un mero conducto para explotar la popularidad de personajes como el Batman que Ríe.

Es fácil caer en la tentación. Es evidente que unir a los dos héroes masculinos más populares de la editorial en un tebeo persigue siempre un objetivo económico, pesando lo comercial sobre la calidad de la historia. No obstante, precisamente por la trayectoria compartida que tienen, con una relación desarrollada a lo largo de más de ochenta años, con espacio para todo tipo de género literario, al juntarlos, se dispone de ingente cantidad de material como punto de partida para crear algo memorable. Y Mark Waid lo sabe.

En puridad, la estructura del tebeo es sencilla. Sin perjuicio de que contamos varias páginas de escenas en retrospectiva, la acción se concentra en la ciudad de Metropolis, en la que Batman y Superman (y Robin) han de combatir a dos villanos visibles, al tiempo que, bajo las sombras, parece vislumbrarse una amenaza mayor.

El ritmo e interés del cómic, por ello, no descansa en la original del planteamiento, sino en la naturaleza de los diálogos y el modo que tiene Mark Waid de concentrar las sorpresas y los giros en la historia.

Waid desarrolla el conflicto a partir de la personalidad única de cada personaje. En este sentido, su conocimiento profundo del Universo DC le permite jugar con las características que más le interesan a él como creador.

Cautiva a la hora de arrancar a Batman de la heroicidad absoluta en la que viene siendo tratado el personaje en tiempos recientes para llevarle a un plano analítico, de puro detective, en el que razonar con claridad con la otra parte es su única posibilidad para salir con vida de la aventura, salvando, a su vez, a la ciudad de Metropolis.

En segundo lugar, se aprecia la barrera generacional del autor con Robin y su tratamiento. Dispone de un enfoque más clásico, como secundario bajo la protección de Batman, permitiéndose incluso una broma interna sobre ello. Con menos personalidad, pero coherente con el tono y ritmo de la historia y las referencias sobre las que se sitúa esta historia en concreto.

Por su parte, Waid prefiere postergar la explotación de virtudes de Superman a próximos números, funcionando en esta primera aproximación más como peligro, como consecuencia de la actuación de los villanos.

Resulta refrescante y positivo que los autores no se hayan dedicado exclusivamente a los dos personajes del título, sino que hayan traído para la ocasión a unos invitados sorpresa

Aviso de Spoiler

Doom Patrol

, que en principio podrían no casar con el objetivo de una colección con estos condicionantes, pero que se integran plenamente en la narración y tendrán un papel relevante en los próximos meses.

En una grapa cargada de emoción, drama y acción resulta fundamental contar con un dibujo a la altura y, desde luego, Dan Mora cumple con el objetivo. Es un artista en el que se aprecia una fantástica evolución, habiendo depurado su estilo en trabajos recientes y permitiendo composiciones visualmente muy ricas.

Es interesante cómo se plantea la violencia en la colección, funcionando, sin sobreponerse una sobre la otra, dos definiciones distintas. Por un lado, se tiene un concepto más comedido y cómico de la misma, con resonancias a la serie de televisión sesentera, en el encuentro con el Pingüino. Dan Mora rebaja el tono de la escena, desde la propia disposición de viñetas en página y las transiciones, para dar un toque inocente que gusta y acierta.

Por el otro, la violencia más desmedida, salvaje y heroica, en el presente. Con un Superman desbocado y al que el dibujante sabe dotar de elegancia e impacto visual. El color funciona a la hora de distinguir los escenarios, de la oscuridad de los mundos del murciélago a la limpieza del cielo de Metropolis.

En conclusión, contamos con un primer número agradable, en el que destaca el dibujo y color, brillante en lo que concierne a los enfrentamientos físicos, pero también el estilo y diálogos de Mark Waid, que convence y completa un regreso a la altura de su nombre.

Lo mejor

• El espectacular dibujo.
• Se abren las suficientes vías como para mantener el interés de cara al segundo número.
• Los diálogos de Mark Waid.

Lo peor

• Es pronto para señalar errores.



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