Javier Vázquez Delgado recomienda: Juez Bao 1, de Patrick Marty y Chongrui Nie
Edición original: Juge Bao et le phoenix de jade (Les Éditions Fei. Enero, 2010)
Edición nacional/España: Juez Bao y el fénix de jade. Nuevo Nueve/Amok Ediciones. Noviembre, 2021
Guion: Patrick Marty
Dibujo: Chongrui Nie
Traducción: Diego de los Santos
Formato: Cartoné, 96 páginas. 18€
Donde vemos que la corrupción es universal y que se combate desde arriba
«Señores, ahí tenemos al nuevo dueño de la ciudad, lo queráis o no ¡Preparaos para lo peor!»
Entre las grandes obras publicadas a finales del año pasado que teníamos pendientes de reseñar, Juez Bao y el fénix de jade es una de las que más nos ha apasionado. Esta historia, creada por Patrick Marty a los guiones y Chongrui Nie al arte, es el primer capítulo de una serie que en Francia ha llegado a los seis tomos. Juez Bao narra los casos judiciales de este representante del emperador chino Ren Song, de la dinastía Song del Norte, que ejerció durante en el siglo XI de nuestra era.
Este juez, una figura histórica real, era conocido por su inflexibilidad, por su severidad y por su elevado sentido de la moral. Su cometido se dividía entre combatir las bandas organizadas que pillaban los pequeños poblados agrícolas, perseguir a los nobles y comerciantes tramposos que estafaban a la población o al Estado y descubrir, para castigar, a los representantes corruptos del emperador que impedían que la riqueza se repartiese de una manera más o menos justa. Para esta titánica tarea, el juez Bao contaba con un pequeño ejército y varios colaboradores técnicos que le acompañaba en sus desplazamientos por las diferentes provincias chinas donde recogía las quejas y dirimía los litigios entre la población y sus dirigentes. Su sabiduría, su entrega y su determinación acabaron por convertirle en una leyenda entre los más desfavorecidos.
La serie creada por Marty y Nie no explica casos reales sino que fabula sobre la época y sus posibles aventuras.
En Juez Bao y el fénix de jade, el magistrado y sus colaboradores se enfrentan a un complicado asunto de especulación inmobiliaria que los enfrenta a una trama corrupta formada por otro juez, varios empresarios y el gobernador de la capital de la provincia. Durante toda la investigación se suceden diversos enfrentamientos institucionales, espectaculares peleas armadas e incluso se vuelve a producir un incendio que asola el ya castigado casco antiguo de la ciudad.
La mezcla entre el thriller judicial y aventura de espadachines está bien dosificada. Durante el relato asistimos a la investigación y descubrimos, al mismo tiempo que el propio juez, toda la trama mafiosa. Los personajes secundarios, los colaboradores del magistrado, están bien caracterizados y cuentan con una personalidad propia que seguramente se verá enriquecida en sucesivos capítulos. Al final de esta primera aventura, se produce un suceso sin resolver sorprendente que sirve de gancho para el próximo caso del histórico juez.
Este primer tomo de Juez Bao se puede leer partiendo desde una postura algo superficial, considerándolo como un intrigante relato de aventuras judiciales, como un thriller de recorrido apasionante y lleno de exotismo. Pero una visión algo más adulta y mínimamente informada no puede obviar la odiosa comparación con nuestra época actual. Desde estos reinos mucho más occidentales donde, a ambos lados del Mediterráneo, presuntamente impera la democracia y la justicia, no se puede evitar de tener una sensación agridulce al comprobar que cuando la regeneración parte desde la jefatura del Estado, desde arriba y de una forma sincera y activa, entonces esta renovación deviene eficaz. Si creemos las crónicas históricas de la época, que no tienen porque mentirnos ya que han trascendido hasta nuestros días como una excepción luminosa pero fugaz, si las damos por buenas, entonces comprobamos con pesar que, actualmente, esta reparación moral y social está muy lejana, porque topa con unas jefaturas de estado, con unas Cortes reales corruptas desde donde se enseña a delinquir a todos los estamentos de la sociedad. Topamos con partidos políticos mayoritarios que son organizaciones criminales dedicadas a expoliar la riqueza común para destinarla a intereses particulares, con empresarios que prosperan a base de arrimarse a estos círculos de poder corrupto para aprovecharse de sus delitos y donde las fuerzas judiciales y policiales del Estado, o son cómplices o están maniatadas y amenazadas por todos estos poderes fácticos.
La lectura de Juez Bao se convierte así en una experiencia incómoda, que produce un poco de rubor por su antigua ingenuidad y porque no, algo de envidia por su documentado ejemplo de cómo se debe abordar la lucha contra la descomposición pública. En aquellas épocas más sencillas, la voluntad política ya era fundamental para combatir la corrupción, el crimen organizado y la degeneración institucional. Ahora, en estos tiempos de zozobra, también lo es, pero si ni siquiera existe esta voluntad política…
Otra reflexión es si esta serie se ha publicado en China y que opinan las autoridades actuales sobre su mensaje.
En el apartado gráfico, el trabajo de Chongrui Nie resulta diferente, eficaz y espectacular. El artista ha partido de un esquema de página apaisado formado por dos tiras con viñetas de número y tamaño variable. En Francia la edición de los álbumes conserva el formato apaisado, aquí se ha optado por la unión de dos planchas en cada página para darle un formato más estándar, es una decisión comprensible que no altera de forma decisiva el producto final.
La narrativa es teatral, las escenas están formadas por escenarios únicos que se presentan en las primeras viñetas y que luego se obvian para agilizar las acciones o las conversaciones. La descripción de los personajes es casi hiperrealista, potenciándose las expresiones faciales y la gestualidad de brazos y manos para subrayar los sentimientos de cada protagonista. El entintado es detallado, barroco, pero con un cierto equilibrio entre masas oscuras, las zonas blancas y el rayado manual. La obra es en blanco y negro.
Chongrui Nie nos ofrece una narrativa sincopada, pero de corte clásico, sin rupturas bruscas de los cuadros y con mucho ritmo interno. En el debe del artista podemos encontrar cierta confusión entre algunos personajes secundarios con un excesivo parecido facial y de indumentaria.
Patrick Marty (1963) ha nacido en Francia, más concretamente en la población de Bergerac. Cursa sus estudios primarios en Burdeos y se matricula en la Université de Bordeaux donde alterna cursos de artes plásticas con los literarios y de historia del arte.
Su carrera se encamina pronto hacia la realización cinematográfica. Se convierte en productor y realizador de cortometrajes y desde 2005 realiza varios telefilms para las cadenas de la televisión francesa. Es un gran apasionado de la cultura china por lo que su obra se centra en relatar temas de esta civilización milenaria. En 2009 funda junto a Xu Ge Fei el sello Les Éditions Fei. Debuta en el mundo del cómic con la serie Juez Bao (2010-2014), dibujada por Chongrui Nie y publicada por su propia editorial. Otras obras más recientes son las series L’ombre de Shangai (2014-2017) que coescribe con Williams Crépin y dibuja la joven Li Lu, una colección de la que han llegado a publicar seis tomos, y también Kushi (2017-2022) con el arte de Golo Zhao y que consta de cinco volúmenes; ambas publicadas por Les Éditions Frei.
Chongrui Nie (1943) nació en Calcuta, pero se crio en Shangai. En 1953 su familia se instala en Beijing donde empieza a demostrar su talento para las artes gráficas, sin embargo los turbulentos acontecimientos políticos de aquella época en China le impiden cursar estudios superiores en arte. En 1964 empieza a trabajar como mecánico y posteriormente como miembro de la Compañía Nacional de Arquitectura de Beijing y luego en una fábrica de diapositivas. En 1979 se convierte en director artístico de un estudio de animación y se inscribe en la Universidad de Bellas Artes de Pekín donde cursa estudios hasta 1986. En esta época empieza a realizar y publicar diversos cómic populares y algunas novelas gráficas formato lianhuanhua. Más adelante se convierte en el director artístico de la editorial Las Bellas Artes Populares y empieza a ser conocido en el mercado franco-belga. Allí publica la obra Le fils du marchand (2006), con guion y arte propios y editada por Xiao Pan. Un año más tarde publica con el mismo editor la obra titulada La belle du temple hanté y, posteriormente, la serie Juez Bao (2010-2014), una colección de seis tomos apaisados, con los guiones de Patrick Marty y publicados por Les Éditions Fei. Au loin, une montagne… (2019), editada por Steinkis, es su obra más personal en cuya realización ha invertido tres años de su carrera. En la actualidad, Chongrui Nie vive en las afueras de París.
La confección material de este primer volumen a cargo de Nuevo Nueve Editores y Amok Ediciones es muy aceptable. El álbum es en tapa dura, tiene un tamaño suficiente para garantizar una lectura cómoda, está bien impreso y cuenta con un buen papel. Quizás lo más discutible sea la portada, por poco atractiva y anodina. En cambio, la decisión de convertir el tomo a un formato tradicional en lugar del apaisado original es comprensible y no adultera la estructura narrativa y artística de la obra, aunque quizás la vuelve algo menos original, algo más vulgar. Este primer tomo contiene un breve y sencillo prólogo de autor anónimo donde se sitúa históricamente al lector y nada más; ni biografías de los autores ni galeria de ilustraciones. Al final de esta primera historia se anuncia la siguiente aventura. Su precio oscila entre lo razonable y lo algo caro.
Juez Bao y el fénix de jade de Patrick Marty y Chongrui Noe es una obra muy interesante que nos entretiene, nos cautiva y al mismo tiempo nos obliga a reflexionar sobre los mecanismos necesarios para administrar la justicia. La realización gráfica resulta atractiva, diferente y chocante. Este primer tomo ha conseguido que esperemos los siguientes con una cierta impaciencia. Ya están tardando…
Salut!
Lo mejor
• Que es algo más que aventuras judiciales.
• La realización gráfica de Chongrui Nie, diferente, chocante y atractiva.
Lo peor
• Una portada algo anodina.
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