Javier Vázquez Delgado recomienda: Red Fork, de Alex Paknadel y Nil Vendrell

Red Fork

Edición original: Red Fork 1-5 USA (TKO Studios)
Edición nacional/España: Red Fork (Panini Cómics, 2021)
Guion: Alex Paknadel
Dibujo: Nil Vendrell
Color: Giulia Brusco
Editor: Sebastian Girner
Traducción: Alberto Díaz
Realización técnica: Gaizka Medrano
Formato: Tapa Dura. 160 páginas. 24€

La mina, por ella morimos y sin ella no vivimos

«Ese muchacho pasa más tiempo bajo tierra que los muertos»

Red Fork es un pequeño pueblo, de apenas setecientos habitantes, situado en el condado de Desha, en el estado de Arkansas, y rodeado de minas de carbón. Pero Red Fork también es un cómic de TKO Studios, concretamente pertenece a la tercera oleada de títulos que lanzó la editorial en 2020, y con ese título ya nos deja claro por lo menos una parte de la temática que va a tratar y la localización, obviamente.

Ambientado en 2012 y anunciado como una obra de terror, el cómic de Alex Paknadel y Nil Vendrell tiene como punto fuerte su reflexión sobre los pueblos mineros, hasta tal punto que el giro hacia el terror casi parece que podía sobrar, casi. Paknadel es un escritor que lleva poco tiempo en el mundillo pero ya está llamando la atención con trabajos como Friendo o Giga, ambas para Vault, con algún que otra colaboración para Marvel y Valiant, pero se nota mucho interés en trabajar bien los fondos de las historias, la ambientación de Red Fork es su punto fuerte gracias a cómo nos consigue meter en esta pequeña sociedad, que nos puede parecer ya muy cercana a quienes conozcan el tema, tocando los puntos necesarios, de forma ligera pero nada suave.

Algo parecido ocurre con Nil Vendrell, dibujante de esa maravilla llamada Shirtless Bear-Fighter! para Image, pues a primera vista puede pasar por un autor normal, un buen trazo pero sin ser muy llamativo. Sin embargo consigue introducirnos en Red Fork con sus expresiones y sus fondos, con una narrativa que alterna disposiciones más habituales con ciertos juegos de páginas que le quedan de maravilla, dejando más de una grabada en nuestra mente. Sabe ser brutal cuando hay bichos y sangre pero también cuando no los hay. El trabajo de Giulia Brusco, colorista que ya ha participado en unos cuantos trabajos de la editorial, consigue impregnar a Red Fork de ese tono rural y minero que nos mete aún más en la historia.

Solo hace falta ver la portada o leer la sinopsis para saber que estamos ante un cómic de terror, pero una vez leídos los dos primeros números cabe preguntarse si ese elemento era necesario. Los autores nos presentan una trama familiar contextualizada en un pueblo muy real, que bien podría haber sobrevivido por sí misma, sin las partes más fantásticas.

Un ex-presidiario que vuelve con su familia, una huelga minera, una compañía que explota a sus trabajadores, enfermos por la mina, esquiroles, drogas, accidentes… los tres primeros números son tan potentes que su trama se podía sostener de sobra. Algunos de los conflictos pueden ser algo tópicos pero los autores saben explotarlos muy bien, van al grano, nada de viñetas innecesarias, tocan todos los puntos importantes de cada personaje para definir bien su lugar, un lugar lleno de grises donde no nos cuesta entrar en la justificación de cada uno de ellos sobre sus elecciones.

La crisis económica y los cambios energéticos que amenazan con sepultar aún más a Red Fork en la miseria son ideas que no se nos hacen nada lejanas. La obra contextualiza muy bien a los personajes, no solo los hace muy humanos y comprensibles por sus palabras sino que consiguen un entorno sólido, y lo hacen hasta tal punto que continuar por ahí hubiera sido un acierto.

O, mejor dicho, también hubiera sido un acierto, porque la parte de terror en realidad no se aleja del tipo de reflexión que encontramos en la primera mitad, sino que solo la hace algo más fantástica. El símil es fácil y efectivo. El miedo está muy bien ejecutado en tanto que nos es fácil trasladar la situación fantástica a la realidad de la mina y es esto lo que lo hace efectivo, el que nos demos cuenta que si eliminamos esa parte imaginaria todo lo que queda ahí es la pura verdad que devora sin remedio.

Se trata de un tipo de terror muy acertado para la historia que se cuenta de fondo, pues no tira de sustos ni situaciones realmente desagradables, aunque hay algo de Body Horror, sino que en realidad se acerca más a Lovecraft, algo siniestro que iremos descubriendo poco a poco y que afecta a la actitud de la gente, con una clara referencia a las grandes empresas energéticas y situaciones en las que no hay salida buena. Así es, aunque se mueva al terror consigue continuar con la temática ofrecida inicialmente y la única pega es que deja un poco de lado el drama familiar que estaba muy bien encaminado. Pero tiene un regusto final totalmente satisfactorio.

Red Fork es otra obra más que demuestra que TKO Studios está más allá de grandes nombres, con muy buen gusto por historias que calan. No solo Sentient y Sara, las dos más famosas, se pueden contar como obras que traspasan la barrera de lo interesante, Libra por libra y The Banks también lo son y además son capaces de ofrecer obras muy diferentes entre ellas. Red Fork cubre otro campo no tocado en TKO y lo hace de manera sensacional. Esperemos que Panini se anime con más porque a este nivel demuestran que es un sello al que no quitar ojo. Además las ediciones son muy buenas. Los tomos con los seis capítulos en tapa dura de calidad, con buen papel y mayor tamaño, que incluyen las portadas originales. Lo único malo en este caso es el artículo introductorio, un aspecto que siempre es de agradecer pero que aquí se queda como un mal resumen del primer número sin nada que aportar.

Lo mejor

• Todo el drama familiar que se construye en torno a los personajes.
• La perspectiva que se da de los pueblos mineros estadounidenses.

Lo peor

• Se hubiese sostenido sin la parte de terror, aunque está muy bien hilada y sigue con la temática inicial.



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