Javier Vázquez Delgado recomienda: Especial Planeta Cómic: 40 Aniversario
Hace cuarenta años apareció en los quioscos de toda España el primer número de La espada salvaje de Conan, algo que marco el inicio editorial de Comics Forum, el germen de la lo que hoy conocemos como Planeta Cómic. A largo de estos cuarenta años nos traído obras de todas las latitudes y temáticas, desde los cómics Marvel de sus inicios hasta obras de producción propia, independientes USA (Image, Dark Horse, Malibu, Aftershock, Boom Studios…), manga, DC Cómics, cómic europeo, etc… Una trayectoria tan cambiante como la propia industria en España que nos ha permitido disfrutar de obras extraordinarias como Adolf de Tezuka, Monster de Naoki Urasawa, From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell, Palestina de Joe Sacco, Comanche de Greg y Hermann, Saga de Brian K.Vaughan y Fiona Staples y de iniciativas tan interesantes para el cómic español como la revista Planeta Manga, por poner algunos ejemplos de algunas de las publicaciones más destacadas de su catálogo actual. Para celebrar esta efeméride como se merece, un nutrido grupo de redactores ha querido aportar su granito de arena recordando algunos de los momentos claves de su trayectoria. Raúl López, Igor Álvarez Muñiz, Sergio Fernández Atienza, Jordi T. Pardo, Mònica Rex, Diego García Rouco, Tristan Cardona, Gustavo Higuero, Paulo Hernando, Enrique Doblas, Raúl Gutierrez, Luis Javier Capote Pérez, Juanjo Carrascon, Fer García, Edu Sesé y todo el equipo de Zona Negativa queremos desearle a Planeta Cómic un muy feliz cuarenta aniversario deseando que en los próximos años nos sigan trayendo tantos cómics como hasta ahora.
los correos de Fórum y la parte de la adaptación para las ediciones españoles de las colecciones de Marvel, por Luis Javier Capote Pérez
Hablar del cuadragésimo aniversario de Planeta Cómic implica, sin ningún género de dudas, hablar del que, desde mi punto de vista, es su sello más emblemático, Comics Fórum. Durante más de veinte años, el logo de esta división acompañó las ediciones españolas de los tebeos de Marvel y fue a través de la misma que me adentré, con poco más de trece años, en las aventuras de los personajes de la casa de las ideas. Hablar de estos cuarenta años de existencia de Planeta Cómic trae a mí memoria recuerdos de infancia, adolescencia, juventud y madurez, porque las publicaciones de esta editorial, ya fueran en grapa o tomo, ya vinieran de Estados Unidos o de Japón, me han acompañado la mayor parte de mi vida. A través de los pijamas marvelianos descubrí obras de todo tipo, buena parte de las cuales se han convertido en mis favoritos: el Thor de Walter Simonson, los Vengadores de Roger Stern, el Alpha Flight de Bill Mantlo… mas, pronto, aparecieron comics que no pertenecían directamente a Marvel: a través del sello Epic Comics conocí a Jim Starlin y a su creación más personal, el guerrero revolucionario Vanth Dreadstar. La ampliación de horizontes me llevó a Tigre Wong y a Drunken Fist, a los Caballeros del Zodiaco y a la Dama de Faris, a Usagi Yojimbo y a Iberia Inc… pero, como es uso y costumbre, me estoy yendo por las ramas una vez más ¿o tal vez no? Porque mi perspectiva de lector me hace pensar que esta evolución, este crecimiento, esta variedad, no hubiera sido posible si el equipo inicial de Comics Forum se hubiera limitado a ejercer una función de adaptación y edición del material extranjero.
En un periodo de siete años, Forum pasó de publicar La Espada Salvaje de Conan a ser el principal editor de Marvel fuera de su país de origen. En ese intervalo, relativamente corto, encontramos unos tebeos que acompañaban la aventura de turno con una sección de correo, artículos explicativos, apartados de noticias y dibujos de una afición que, a pesar de algunas prácticas -como la de imprimir material en las páginas de la contraportada- empezaba a valorar positivamente el esfuerzo de iniciativas como Extra Superhéroes o Novelas Gráficas Marvel. Faltaban bastantes años para que se oyera hablar de la Red entre el público y, a través de aquel material adicional y de las divertidas respuestas presentes en Marvelmanía, recibimos cumplida información de las novedades del personaje o la serie de turno en Yanquilandia, de la trayectoria de un autor veterano o de los orígenes de un último fichaje. Nombres como los del Profesor Loki, el Doctor Átomos, el Profesor Osuya o Doc Skull son, para mi generación, sinónimo de información y de una lectura que, en ocasiones, era tan entretenida como la de la historia que traía el tebeo.
Por su parte, las tareas de adaptación del material original nos permitieron conocer la identidad y el esforzado trabajo que suponían -y suponen- las labores de traducción y de rotulación. Nombres como los de Cristina Macía, Francisco Pérez Navarro, Celia Filipetto o Lorenzo Díaz eran y son los de unos traductores que, a través de su necesaria función, demostraban su dominio de la materia que, igualmente, se reflejaba en los artículos de divulgación que, con mayor frecuencia, firmaban en el creciente número de publicaciones que crecía en el mercado. Nombres como el de Elena Gueimunde dejan patente que la rotulación podía ser un valor añadido al producto.
Pero, además, hubo espacio para iniciativas que, en principio, no se justificaban por su necesidad. Portadas y portadillas realizadas por artistas locales, donde conocimos a Carlos Pacheco, Salvador Larroca o Juanjo Guarnido; secciones como Museo de la Historieta, que recuperaban para las nuevas generaciones lectoras a los clásicos del tebeo patrio; apartados de noticias dedicados a los mercados estadounidense y europeo; biografías de los grandes creadores del manga… Los tebeos de Forum y de los distintos sellos que fueron surgiendo a su alrededor eran espacios para la divulgación y la valorización de la viñeta, en tanto que parte de la cultura. Nombres como los de Antonio Martín, Jordi Solé o Pere Olivé evocan un tiempo en el que tardábamos años en leer lo que aparecía en los Estados Unidos, en las que el final de una historia podía demorarse largo tiempo, en las que colecciones de culto debían quedar relegadas al baúl de los complementos, pero en los que, a cambio, recibíamos una enriquecedora información adicional.
Hoy disfrutamos de un mercado en el que la variedad es la norma y de un tiempo en el que la diferencia de tiempo entre la edición original y la española es, prácticamente, inexistente. A este estado de cosas contribuye, desde mi punto de vista, el trabajo desarrollado por una serie de personas, para convertir a Forum en algo más que el vehículo de Marvel en España y para hacer de sus ediciones unas publicaciones con identidad propia. Gracias a quienes echaron a andar aquel proyecto que llega, en estos días, a su cuadragésimo aniversario.
Bibliotecas Marvel, por Raúl López
Enero de 1999 marcó un punto de inflexión en mí como lector de cómics. Por aquel entonces tenía 20 años, comenzaba a tener mis primeros ingresos y estaba – sin saberlo – a escasas semanas de entrar a trabajar en la empresa en la que aún sigo trabajando hoy en día, quien me lo iba a decir. Como lector de cómics era un momento francamente duro, por decirlo de forma suave se publicaban obras por entonces de una calidad francamente dudosa en las que se primaba el brilli-brilli y los pistolones y cartucheras para guardar vete a saber que. No encontraba mi lugar como lector y el único hilo que me sostenía era Spiderman del que curiosamente disfrutaba más leyendo Las historias jamás contadas de Spiderman por Kurt Busiek y Patt Ollife que no la serie ‘regular’.
Ese mes de enero Forum me recuperó como apasionado del cómic de superhéroes con tres lanzamientos: Selecciones Marvel, destinada a recuperar en tomos en rústica historias de corte clásico y arrancando con El proyecto Pegaso, Spiderman de John Romita Sr en formato grapa con la que por fin pude leer el que para mi es el arácnido definitivo, y las Bibliotecas Marvel arrancando con: Capitán América, Los 4 Fantásticos y Los Vengadores. Curiosamente las dos primeras no arrancaron con las primeras aventuras de estos personajes y a posteriori fueron recopiladas en el mismo formato, sí lo haría Los Vengadores.
Aunque hoy en día una publicación de este estilo levantaría no pocas ampollas lo cierto es que por entonces la propuesta se recibió con los brazos abiertos especialmente para aquellos que estábamos deseando leer cómics de calidad, las historias que forjaron el universo Marvel y que eran totalmente inaccesibles. Además, se trataba de un formato muy económico por sus características de tamaño reducido y en blanco y negro y justamente este precio tan barato, 695 pesetas (4,18€ al cambio) por 160 páginas permitió que muchos lectores entre los que me incluyo no dudasen en coleccionar los tres lanzamientos. Por entonces, la grapa de X-Men costaba 225 pesetas con lo que comprar un tomo de biblioteca Marvel era el equivalente a tres grapas con la diferencia de tener el doble de páginas. Poco importaba por entonces – al menos a mi – el color o el tamaño, quería leer aquellas viejas historias, quería volver a enamorarme de los cómics y sentir de nuevo la emoción que con poco más de diez años me convirtió en Marvel Zombie. Las Bibliotecas Marvel hicieron esta labor de evangelización en mí, me rescataron como lector con lo que siempre estaré agradecido por ello a Alejandro Martinez Viturtia, uno de los padres de la criatura, por ello.
Y ahora una curiosidad, ¿os había contado alguna vez que cuando di vida a esta web me encontraba leyendo la Biblioteca Marvel de Los 4 Fantásticos? Ahora ya sabéis el motivo de escoger Zona Negativa como nombre de web de cómic, fue mi forma de rendir homenaje a Stan Lee y Jack Kirby.
Spiderman John Romita: la joya de la corona arácnida, por Juanjo Carrascon
Cómics Forum siempre hizo un enorme esfuerzo intentando acceder a ese rinconcito del pasado de cada uno de los personajes de Marvel. Se trataba de una labor titánica hasta hace 20 años.
Con Spiderman siempre se había intentado y no era la primera vez que se publicaban los primeros números de Stan Lee y Steve Ditko, pero quedaba en el congelador lo que muchos queríamos tener entre manos, la etapa en la que John Romita Sr. se hacía cargo de los lápices.
Y ese día llegó de la mano de una colección en grapa que empezaría con el primer número de este tándem, The Amazing Spiderman vol. 1 #39. Años antes, más o menos con diez, no podría asegurarlo, tuve en mis manos el Spiderman vol.1 nº 16 de Vértice. Me flipé absolutamente. Nunca había leído nada del trepamuros y desde ese momento me enamoré por completo de este personaje. Treinta y dos años después ese número me ha acompañado en mis alegrías y mis penas, en mis risas y mi dolor. Lo conservo como oro en paño en un estado muy digno. Haceros una idea, era en blanco y negro, y ya sabéis que la edición de Vértice tenía sus peculiaridades en cuanto a lo que se supone encaje de viñetas y páginas. Aun así, los dibujos de Romita eran espectaculares y yo quería más, pero fue imposible acceder a ese material.
Pero afortunadamente Cómics Forum iba a estar ahí, buscando la manera de hacerme feliz y a numerosos lectores. Años después en Selecciones Marvel pude leer, de nuevo en blanco y negro, mi saga favorita donde moría Gwen, en Clásicos Marvel blanco y negro vol.1 nº 2 , de nuevo gracias a Cómics Forum. Estamos hablando de 1997.
Enero de 1999 fue el momento. La editorial dio el paso y justamente publicó ese número 39, un par de números antes que la historia que había leído en la edición de Vértice. Por fin John Romita Sr. había caído en mis manos y a todo color. Una delicia en todos los sentidos. Historias que, a diferencia de otros clásicos que han envejecido fatal, sigo leyendo con la misma ilusión. Historias donde me reflejo, donde sufro, donde puedo enamorarme perdidamente de esa maravillosamente ilustrada Gwen Stacy.
Tal es el cariño que le tengo a esa colección que duró hasta 2005 que, a pesar de haber comprado también los Marvel Gold correspondientes, prefiero la lectura de esos números en grapa, como dios manda. La saga de la tabilla, la muerte del Capitán Stacy, Harry Osborn y sus problemas con las drogas, el mítico número 100, la llegada de Morbius, la saga del Clon, el Castigador, la Gata Negra, la primera muerte de Tía May, su boda con Octopus…. En definitiva, una colección que en ese momento era un oasis y había sido un sueño hecho realidad.
Solo por esos 6 años, que permitieron llegar a las puertas de la etapa de Roger Stern, doy infinitas gracias a una editorial que me acompañó en el crecimiento que tuve como lector Marvel, y que posibilitó a un seguidor arácnido disfrutar de la mejor etapa de su personaje favorito.
Dragon Ball, por Fer García
Hablar de la trayectoria de Planeta Cómic pasa inevitablemente por la publicación de Dragon Ball, la inmortal obra de TORIYAMA Akira. A la luz del bombazo mediático y social que supuso la emisión de su anime en diferentes canales autonómicos de televisión, en abril de 1992 llegaba a los kioscos el primer número de la que sería conocida como serie blanca, que abarcó desde el inicio de la historia hasta el desenlace del combate entre Goku y Freezer en el planeta Namek, tras 153 números en formato comic-book, con sentido de lectura occidental y de periodicidad semanal.
A finales de 1992 comenzó también la publicación de las dos últimas sagas del manga en la llamada serie roja, que mantenía las características anteriormente mencionadas, cambiando la grapa por un estrecho lomo y estrenando una doble numeración, que continuaba la de la serie blanca y comenzaba con el número 1 de esta edición, que arrancó a un ritmo bimestral, pero a los pocos meses pasó a ser mensual. Dos meses después de finalizar la publicación de la serie blanca en marzo de 1995, Planeta comenzó a recopilar la serie desde su inicio en el formato original en tankōbon japonés con las portadas originales, aunque mantenía un sentido de lectura occidental.
Como repasa mi compañero Jordi T. Pardo a continuación, el arrollador éxito de la publicación de Dragon Ball motivó la apuesta de la editorial por el manga, en lo que se conoce como la primera ola de publicaciones de cómic japonés en nuestro país, lo que nos permitió acceder por primera vez tanto a muchos de sus títulos más emblemáticos como a otras series de Toriyama, anteriores y posteriores a la creación de la obra que hizo posible el desembarco definitivo del manga en occidente.
Además de las ediciones ya mencionadas, a lo largo de los años fueron sucediéndose diferentes reediciones, como la serie amarilla y la serie azul, que mantenían el formato comic-book, los económicos tomos amarillos en los que por primera vez se publicó la serie en sentido de lectura japonés, la edición Ultimate incluyendo las páginas originales a color y nuevas portadas, la edición del 20 aniversario que incluía las dos primeras sagas del manga o la más reciente edición íntegra a color. Porque ante todo, Dragon Ball ha sido siempre la piedra angular de la línea manga de la editorial, un título del que han mantenido sus derechos durante 30 años y que se ha mantenido siempre en catálogo, permitiendo a diferentes generaciones de lectores tener acceso a ella.
Aún recuerdo la ilusión que me inundó cuando vi aquel primer número de la serie blanca de Dragon Ball en el kiosco de mi barrio y pude disfrutar de las aventuras de Son Goku, quien me abrió las puertas del manga y me ha acompañado a lo largo de mi vida. 30 años después de aquel momento, sigo disfrutando de mi afición por los cómics y en gran parte es gracias a la obra de sensei Toriyama y a la labor de Planeta Cómic. ¡Felicidades y que cumpláis muchos años más!
A vueltas con el formato: del comic book al tankōbon, por Jordi T. Pardo
La historia del manga en nuestro país no se puede entender sin el trabajo que durante décadas ha llevado a cabo la editorial que en esta entrada reverenciamos hoy, conocida en el pasado como Planeta DeAgostini, y en la actualidad como Planeta Cómic. Y no solo por haber sido la encargada de favorecer el primer boom del cómic japonés en nuestro país con la publicación de Dragon Ball, como bien ha explicado mi compañero Fer García en su apartado. También por lo que hizo a partir de ese punto y cómo esto ha ido dando paso a una evolución de la edición del manga en España.
Planeta fue la responsable en los años noventa de empezar a editar en formato comic book series como 3 x 3 Ojos, Alita Ángel de Combate, Gun Smith Cats, Ranma ½, Las aventuras de Fly y tantas otras. Una apuesta exportada de Estados Unidos y otros países que sirvió para atraer a muchos lectores al cómic japonés, a pesar de la suerte desigual que con el tiempo correrían estas publicaciones. Pero también fue Planeta DeAgostini la pionera en apostar por otros formatos en años posteriores, cada vez más cercanos al tankōbon japonés estándar que hoy domina las estanterías de nuestras librerías.
En ese sentido, cabe mencionar la apuesta que a finales de los años noventa hizo la editorial por los primeros tomos manga, unas rústicas con solapas aún espejadas, pero que sin lugar a dudas eran un paso adelante de cara a la implantación del tankōbon. En este formato -casi experimental- se editaron un par de series de corte adulto en las que primaba la violencia, la sangre y el sexo, las míticas Bastard! de HAGIWARA Kazushi y El Puño de la Estrella del Norte de Buronson y HARA Tetsuo.
Estamos hablando de tomos cercanos a las 200 páginas con un precio de mercado de 1.200 ptas. que era bastante alto para la época. Las dos series corrieron una suerte desigual. El Puño de la Estrella del Norte, que ya había contado con algunos números previos en formato comic book, no se publicó de forma íntegra en este nuevo formato y no ha sido recuperada hasta tiempos recientes por Planeta Cómic en una nueva edición. En el caso de Bastard! nos enfrentamos a una serie todavía abierta en Japón y que obligó a la editorial a mantener este formato hasta 2009. Unos años después salió al mercado una edición definitiva revisada por su autor de la que se hizo eco Planeta, pero la serie sigue sin tener una conclusión en el horizonte.
No obstante, lo importante en este caso es reconocer que Planeta supo ver con antelación que el cómic japonés podía llegar a un público más adulto y que el futuro del manga en España pasaba por encontrar un formato más adecuado para su publicación y expansión. Esta idea ha ido cuajando paulatinamente en nuestro mercado. Es de reconocer que ello también ha tenido su parte de culpa la presión que los aficionados han ejercido de forma constante para que las ediciones en nuestro país fuesen cada vez más cercanas a las japonesas. Pero no es menos cierto que ha habido editoriales escuchando al otro lado y que Planeta han jugado un papel clave en la forma en la que hoy se edita manga en España. Puede que en su momento nos costase más valorarlo, pero la perspectiva que nos da el tiempo suele ser más justa en estas situaciones.
El vagabundeo del ronin, por Diego García Rouco
Stan Sakai comenzó a publicar las aventuras de su conejo ronin en 1984 dentro de las páginas del segundo número de la revista Albedo Anthropomorphics. Esa primera aparición marco el comienzo de una de las series más duraderas del cómic mundial que, pese a tener una trayectoria editorial movida que la ha llevado a ser editada por Fantagraphics Books, Mirage, Dark Horse y desde 2019 IDW, todavía sigue apareciendo con una regularidad envidiable hoy en día, sin perder un ápice de excelsa calidad a la que nos tiene acostumbrados.
Aunque España no la pudimos leer la serie hasta el año 1998 cuando Planeta Cómic publicó Sombras de muerte, el octavo volumen cronológico de la colección que recopilaba los primeros números del segundo volumen de la serie editada por Mirage. Y han seguido haciéndolo hasta hoy, publicando la serie integra en este primer formato que han dejado atrás en la reciente etapa de la serie a color. Por el camino han publicado los siete primeros TPBs, además de series derivadas como Space Usagi; las novelas graficas del personaje o los Usagi Yojimbo Saga, unos compendios de alrededor de 600 páginas que recopilan toda la serie. Sin olvidar algunos otros trabajos de Sakai que no guardan relación con Usagi como 47 Ronin o Las aventuras de Nilson Groundthumper y Hermy. Mención aparte merece su participación en la edición en España de The Sakai Proyect, un libro creado para sufragar los gastos médicos derivados de la enfermedad de la mujer de Sakai que también publicaron aquí.
Usagi Yojimbo es una serie maravillosa en la que Sakai consigue entremezclar con la precisión del mejor cirujano unos personajes memorables, la acción trepidante de los duelos y batallas junto con pequeños pedazos de la vida cotidiano del Japón feudal para formar un completísimo, apasionante y ameno estudio sobre la organización social y política, la economía, la cultura, la religión y mitología de la época. Todo ello sin la necesidad de caer en los vicios y trucos del cómic más mainstream y permaneciendo ajeno a modas pasajeras manteniendo constante su personalidad propia.
A lo largo de estos años hemos podido disfrutar de sagas largas tan maravillosas como Segadora o La historia de Tomoe, pero el talento de Sakai brilla de igual manera en historias cortas de solamente unas pocas páginas en las tomando como base la mitología japonesa o una anécdota sobre un oficio de la época crea una historia que nos deja ver las complejidades del alma humana y que se nos quedan grabadas en el corazón.
El año que viene se cumplirán 25 años de relación entre la editorial y Usagi, de manera que su publicación ha sido una constante de la editorial a lo largo del este siglo XXI, y sirve como muestra del cambio que se ha producido no solo en su trayectoria editorial, sino también en el mercado que ahora es mucho más amplio y variado con cabida para propuestas de todas las geografías y temáticas. Ojalá en el siguiente aniversario de Planeta podamos seguir hablado de Usagi.
Clásicos DC, por Gustavo Higuero y Enrique Doblas
Cuando Planeta se hizo cargo de la publicación de DC en España, poco podíamos imaginar los aficionados que disfrutaríamos, al fin, de tantísima joya clásica. Y es que la editorial ya sabía que dar salida a dicho material no era tan arriesgado. Al fin y al cabo, bajo el sello fórum, tuvieron un rentable éxito con su línea de Tesoros Marvel o más aún, la Biblioteca Marvel. Pero eso no quita la feliz sorpresa que supusieron los Clásicos DC.
Hasta 3 líneas diferentes se usaron para sacar todo tipo de clásicos, pre y post Crisis, inéditos, reediciones… Y nada mejor para empezar que un éxito asegurado como los Nuevos Titanes de Wolfman y Pérez, que abrieron la veda en octubre de 2005. Los Titanes fue una de las series emblema de la desaparecida Zinco pero su edición había sido de aquella manera, con mucho material perdido entre medias. Por primera vez, aunque en un formato reducido (que no daba tanta rabia entonces como ahora, entre otras cosas por la contención de precio versus páginas), se publicó toda la etapa de principio a fin. Le siguió un clasicazo nunca catado en España, el Cuarto Mundo de Jack Kirby. Y para finalizar el año, nada mejor que otro éxito seguro con la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis.
En la misma línea de tomitos le siguieron otras series DC clásicas del Rey como Kamandi (2006), OMAC y Demon (2007), o de otros autores míticos como el Creeper de Steve Dikto (2007). Siguiendo la estela de las creaciones de Kirby, se lanzaron con otras dos inéditas, Orion de Simonson (2006) y El Cuarto Mundo de Byrne (2007). Igualmente vieron la luz otras series setenteras como los Brave and the Bold de Batman, o La Justice Society of America y el Green Lantern de aquella época. Para muchos, las más deseadas fueron las ochenteras como The Question, que continuaron hasta lo inédito con Question Quaterly, Wonder Woman y, especialmente, La Legión de Superhéroes de Levitz. Aquella si que era una espina clavada en el fandom deceíta español, que por fin pudo disfrutar aquella epopeya. Y aún tendrían tiempo para una serie de los noventa, también vieron la luz los Titanes de Devin Grayson.
Lanzados, en 2009 aún se atrevieron con otra edición diferente que sin embargo no tuvo el éxito de la anterior, suponemos, pues algunas de las colecciones se quedaron a la mitad. Entre ellas el Batman de los 70, Batman y los Outsiders y los Jóvenes Titanes. Selección eclética pero bien agradecida.
En la misma línea, pero cambiando el formato, se editaron otras obras que aparecieron sin reducción de tamaño y tapa dura. En esta línea se cuidó mucho la selección de un material, en muchos casos inédito en España, lanzando al mercado entre 2009 y 2011 un total de 9 títulos. Estos englobaban a personajes como Wonder Woman (editando en dos tomos los números 1 al 24 de George Pérez) , Los Nuevos Titanes (con los primeros 28 números de la serie de Wolfman y Pérez), así como Superman (la saga de No más Kryptonita), Aquaman (con la muerte de su hijo), la Liga de la Justicia (con el material dibujado por George Pérez), Jemm Hijo de Saturno (material del gran Gene Colan) y en la misma línea un tomo dedicado a Wonder Woman con el trabajo de Colan en la serie de la amazona.
Hay, sin embargo, un par de excepciones a la regla que marcaron los anteriores tomos. Si esas recopilaciones gozaban de una edición cartoné a color, hubo una, dedicada a la serie House Of Mistery, de la que se publicaron tres entregas en blanco y negro. Fue la primera serie con la que se empezaron a publicar los clásicos de DC en este formato en 2009 y la punta de lanza de todo lo que llegó más tarde.
La segunda excepción llegó en formato rústica, manteniendo el color, con una selección de Relatos de los Green Lantern Corps, en la traslación del recopilatorio publicado en USA.
En definitiva, Planeta supo dotar de espacio a obras del catálogo de DC, jugando con el formato, pero logrando poner el foco en ellas. En un momento en el que el lector de DC hacía tiempo que apenas veía material de esta índole en las tiendas. Se apostó fuerte por encontrar un formato que resultara atractivo económicamente, se jugó con el color y el blanco y negro, el cartoné y la rustica, con el objetivo de fuera un material accesible que permitiera la penetración de los Clásicos DC en el mercado español. Un esfuerzo encomiable que quedó truncado en plena expansión y que aún hoy resulta una de las iniciativas más interesantes de la publicación del material de DC por parte de Planeta.
Universo DC, por Paulo Hernando
Planeta comienza a editar cómics de DC en 2005, periplo editorial que llegaría hasta 2011 cuando la mayormente conocida por entonces como El Catálogo del Cómic le arrebatara la licencia. Durante algo más de un lustro, la publicación de DC Comics en nuestro país encontró en Planeta DeAgostini su licenciatario más entregado hasta la fecha, con un volumen de publicaciones enorme en comparación a épocas anteriores, abarcando muchísimo, con especial atención a la actualidad pero sin perder de vista a los clásicos con ediciones tan especiales como Showcase, que resultaban tomos baratos en blanco o negro. Su búsqueda constante de nuevos formatos le llevó a editar el novedoso omnibus de La muerte de Superman tan criticado en su momento, en la actualidad podría considerarse el formato de moda. Los más veteranos guardan un gran (y merecido) cariño por Zinco, pero fue Planeta quien dio el salto a publicar DC a lo grande en nuestro país.
Zinco ya publicaba un formato titulado Universo DC, una grapa de 52 páginas para distintas series. A diferencia de la editorial del número mal escrito, la elección de Planeta DeAgostini para Universo DC era la de un tomo reducido, similar en tamaño al actual DC Pocket, pero este no apuesta por los pelotazos de DC Comics ya amortizados en otro formato, sino por colecciones completas de series no tan comerciales. Un modelo inspirado por el de la Biblioteca Marvel (que también cuenta con apartado dedicado en esta entrada) creado por la propia Planeta. Clásicos DC (¿hemos hablado de ella? Por supuesto.) y Universo DC compartían encuadernación e intereses de la línea, dejando una división clara sobre qué obra debía publicarse bajo un título y cuál bajo otro, Crisis en Tierras Infinitas. Si el cómic había visto la luz antes de le epopeya multiversal se incluirá en Clásicos DC, si es posterior será de Universo DC. Salvo una única excepción, la Wonder Woman de Pérez.
Universo DC es pensada para rescatar títulos de personajes DC publicando arcos argumentales o etapas completas, a un tamaño reducido y precio muy ajustado. Planeta se centra en obras inéditas o incompletas en nuestro país hasta entonces, muchas no han vuelto a ser publicadas. El Detective Marciano y El Espectro de John Ostrander y Tom Mandrake son una buena muestra de la intención de la línea editorial. Entre las más comerciales pero que si asistimos a la publicación de dichos personajes en la actualidad, no lo son tanto, se encuentran la Supergirl de Peter David (con dibujantes como Gary Frank o Terry Dodson) El Flash de Mark Waid con Mike Wieringo (y los patrios Carlos Pacheco, Salvador Larroca y Óscar Jiménez dando sus prmeros pasos) la primera serie del chico maravilla, Robin, toda la etapa de Jeph Loeb y Ed McGuinness con Superman o la serie de Lobo, el antihéroe definitivo de los complicados años 90, que supone la colección más longeva del modelo con 14 tomos. Queda hueco para cómics mucho más arriesgados de publicar, dentro de este grupo los firmados por Garth Ennis quizás sean los menos osados (menos osado, Ennis, mala elección de palabras), Hitman y Demon, ambas con McCrea como dibujante. Chase, Aztek de Morrison, Stars and Stripe de Jhons, Hourman o un tomo único de Blue Beetle protagonizado por el nuevo escarabajo azul, Jaime Reyes, dan una buena muestra de la motivación por explorar el catálogo de la editorial americana y la ambición de Planeta con Universo DC. Una línea que ya nos gustaría a más de un aficionado existiera en la actualidad, son etapas completas que no gozan de visibilidad a un precio muy competitivo.
Gil Pupila, por Tristan Cardona
Hubo un tiempo no muy lejano, pero tampoco tan cercano, en el que la editorial multinacional Planeta De Agostini tenía un plan para editar cómics franco-belgas de calidad, en formatos también de mucha calidad. La fórmula era sencilla; se trataba de publicar las colecciones integrales de las mejores obras clásicas de la bande dessinée clonando el formato de la edición original, con un tamaño adecuado y a un precio razonable. Et voilà! ¡¡¡Alehop!!!
Corrían los últimos años de la primera década de este siglo y fueron apareciendo casi por sorpresa en nuestras librerías colecciones completas de series como Theodore Poussin de Frank Le Gall, Comanche de Greg y Hermann y, sobre todo, la maravillosa Gil Pupila de Maurice Tillieux. El diseño de cada colección era sobrio pero elegante, todos los tomos contenían grandes artículos escritos por auténticos especialistas en la materia y estaban profusamente ilustrados. La parte principal estaba compuesta por tres o cuatro álbumes de cada serie, impresos y rotulados de manera muy decente y con sus portadas originales incluidas. Todo esto a un precio que, normalmente, no llegaba a los veinticinco euros.
Era una auténtica gozada.
El integral de Gil Pupila de Tillieux es, junto al de Comanche, el paradigma de esta breve etapa. Está formado por cuatro volúmenes que agrupan los dieciséis álbumes de la colección regular, incluidas las historias más breves. Maurice Tilleux (1921-1978) es el autor de esta magnífica serie, titulada en francés Gil Jourdan, que narra las aventuras de un detective privado que intenta resolver casos realmente intrincados usando para ello su arrojo y su inteligencia. Le secundan un exconvicto llamado Libélula y Cerecita su secretaria. El inspector Corrusco, torpe, engreido e irascible, resulta a menudo más un problema que parte de la solución. El talento extraordinario gráfico-narrativo de Tillieux y la combinación perfecta de aventura y humor, constituyen los puntos fuertes de la serie. Aventuras como El paso del ahogado (1960); El secreto de la cripta (1964) o El guante de tres dedos (1966) son auténticos hitos del cómic europeo. Sin duda Gil Jourdan – o Pupil.la e incluso Pupila – es una de las mejores series de historieta que se han publicado nunca, con cinco o seis álbumes magistrales a la altura de los mejores de momentos de Las aventuras de Tintín de Hergé y su equipo o la saga Tte. Blueberry de Charlier y Giraud, un hecho que significa que estamos ante algo muy serio; divertido, excitante y apasionante, pero muy serio.
Desgraciadamente este sencillo y maravilloso plan de Planeta se esfumó rápidamente, de la misma forma que apareció, dejándonos a los aficionados con un palmo de narices y buscándonos la vida por otros derroteros. Sin embargo, este breve espejismo supuso el inicio de una etapa de esplendor en la edición del tebeo europeo por parte de las editoriales españolas que está durando hasta ahora, en estos días tan convulsos que estamos viviendo todos. Además, permitió que acogiéramos en nuestras estanterías cuatro o cinco colecciones imprescindibles que conservaremos cuidadosamente durante décadas.
Pas si mal!
Salut!
Conan de Busiek, por Sergio Fernández Atienza
Este mismo mes, Conan celebra 40 años en Planeta con la nueva edición de sus historias con Glenat. El personaje creado por Robert E. Howard parece no pasar nunca de moda siendo tratado por diferentes autores para diversas editoriales en varias etapas. Una de estas paradas modernas corresponde a Dark Horse, dando el pistoletazo de salida en el año 2004, con Kurt Busiek en los guiones y diferentes dibujantes acompañándole en el arte (Cary Nord, Greg Ruth, Tomás Giorello…). El cimmerio más popular de la historia reconquistaba el corazón de viejos seguidores a la vez que ganaba nuevos adeptos para la causa. Con un don para trastear con la mitología del género superheroico (Marvels, Astro City, Superman: Identidad secreta), Busiek repite fórmula con acierto en Conan: La Leyenda consiguiendo refrescar historias que necesitaban cierto lavado de cara.
Teniendo en cuenta los relatos originales creados por el propio Howard, esta nueva visión se preocupa por hacer un seguimiento de su absoluto protagonista desde sus primeros pasos hasta convertirse en un icono legendario. Así pues, el orden cronológico es la pauta a seguir para que veamos a Conan en todas sus versiones: bárbaro, ladrón, mercenario, pirata, bandido, aventurero, explorador… hasta convertirse, finalmente, en Rey de Aquilonia. Conan: La Leyenda es una auténtica lectura imprescindible dentro del subgénero “brujería y espada” que Planeta Cómic tuvo a bien agrupar en cuatro lujosos integrales a un precio inmejorable. A pesar del baile de dibujantes, Busiek supo sentar las bases para actualizar a un protagonista talludito y, por momentos, obsoleto.
Como si de alguna criatura de poder cósmico se tratara, Conan: La Leyenda tiene la fuerza suficiente para crear un portal de entrada a nuevos lectores que quieran afincarse en la Edad Hiboria. Crom y Mitra les recibirán con los brazos abiertos. Su espíritu aventurero, el carácter épico de la obra, las amenazantes criaturas que aparecen por doquier, cámaras secretas, reinos maravillosos, tesoros de gran valor… En los tiempos de oscuridad, cuando la serpiente golpee, él volverá. Conan no podía faltar al cumpleaños de una de las editoriales más importantes en la industria comiquera española. Sin lugar a duda, la vinculación de las Crónicas Nemedias y el universo de las viñetas es tan íntima como estrecha. Felicitémonos con una lectura que derrocha calidad y adicción a partes iguales. Brindemos con una copa de vino mientras recordamos las luchas, los amores, las traiciones que tuvieron lugar alrededor de un personaje sinigual.
Star Wars, una galaxia en viñetas…, por Raúl Gutierrez
Puede que Star Wars, como universo, no tenga en los cómics su mayor reflejo, siendo éste un medio muy marginal comparado con el audiovisual en el que aquella idea de George Lucas sobre Caballeros Jedi, Emperadores malignos y droides entrañables vio por primera vez la luz, pero no cabe duda de que los cómics de este universo son todo un refugio para aquellos que compartimos la doble condición de fans tanto de Star Wars, como del noveno arte.
Pues bien, en la publicación de dichas obras, aunque Planeta Cómic no ha sido la única editorial en España que nos trajo dichos cómics, si ha sido la que mejor los ha editado, contando ya con una experiencia muy dilatada en la recopilación de este material.
Y es que, sí, editoriales como Norma, o mucho antes Vértice, Surco o Bruguera se preocuparon de traernos la galaxia en viñetas a nuestro país, pero solo Planeta lo ha hecho de una forma sistemática y ordenada que haya permitido al aficionado hacerse con todo este material de forma correlativa sabiendo diferenciar entre el material más clásico de la Marvel de los setenta, el reboot de la independiente Dark Horse, y la nueva hornada de cómics galácticos que publica de nuevo, Marvel Comics desde que en 2015 Disney se hiciera con la propiedad de la franquicia.
Star Wars, puede que siempre se haya considerado como un sello menor dentro del cómic USA, ya lo publicara Marvel, Dark Horse o incluso Pendulum Press, editorial que nos trajo las tiras de prensa basadas en dicho universo, pero siempre ha contando con un buen puñado de aficionados que han devorado con avidez todo lo lo que el noveno arte nos ha traído sobre un Universo que sin ser tan rico según fue planteado en el cine, se ha expandido y enriquecido gracias a productos como los publicados por Planeta.
Así, la editorial a la que hoy homenajeamos nos ha traído el material clásico de Marvel tanto en formato integral dividiéndolo por años, como en un coleccionable que entre sus primeras entregas contó con toda esta etapa primigenia, haciendo lo propio con la larga y fructífera andanza de Dark Horse, que ha sido recopilada tanto en tomos que imitan el TPB (Trade Paperback USA) como posteriormente, en integrales que reunían etapas o colecciones enteras.
No quedándose ahí, las Tiras de Prensa están actualmente siendo editadas por la editorial en voluminosos tomos, sin que ésta se olvide la Marvel Actual, editando la totalidad de los cómics (que no son pocos) que la Casa de las Ideas nos ha traído desde 2015 tanto en TPB, como en integrales en el caso de las colecciones más vendidas, como incluso en tomos accesibles y baratos en colaboración con supermercados Carrefour.
No quedándose ahí, Planeta también es la responsable actualmente de publicar las novelas de este Universo, las cuales pueden tener o no relación con los personajes e historias que tienen lugar en sus cómics.
A lo largo de su historia, Planeta Cómic ha publicado muchos títulos, pero lo que ha realizado con este universo hace que en España, hablar de Star Wars, sea hablar de Planeta, siendo ambos dos elementos indisolubles de la misma ecuación.
Biblioteca Tezuka, por Mònica Rex
La primera vez que un lector español pudo leer a TEZUKA Osamu fue en 1999. La entonces Planeta DeAgostini publicó en formato A5 con apenas 230 páginas y en sentido de lectura occidental: Adolf. Pese a que los nazis retratados en la obra alzan la mano izquierda al saludar, la obra tuvo que gustar ya que apartir de aquí se abrió la veda a la publicación del autor. Fénix, Buda, Astroboy, y Black Jack fueron los títulos que siguieron a la magnífica Adolf en los años siguientes. El autor estaba repartido entre Planeta, Glénat y Otakuland, incluso Dolmen Editorial llegó a publicar un título del Dios del Manga (Bajo el aire, 2008), Norma Editorial (La Leyenda de Son Goku, 2010), Astiberri (Alabaster, 2014), ECC (La canción de Apolo, 2014) y Debolsillo (Dororo, 2016), entre otras.
Pero, en el XXIII Salón del Manga de Barcelona, celebrado en 2017, Planeta Cómic anunció su intención de publicar -absolutamente- todas las obras de TEZUKA Osamu. Así se hicieron con todos los derechos, quedando asociados los nombres de Planeta Cómic y TEZUKA Osamu. Para ello apostaron por un formato de lujo en tapa dura y en gran tamaño en la línea que llamaron Biblioteca Tezuka. La apuesta inicial de la editorial fueron los tres grandes personajes del autor, La Princesa Caballero, Black Jack y Astroboy, así como una Antología con los cuatro relatos cortos más icónicos: Metrópolis, Lost World, Next World y La isla del tesoro. Todas estas obras ya habían sido publicadas anteriormente por la desaparecida Glénat/ECC.
Cinco años más tarde, estamos en una etapa de la Biblioteca Tezuka donde se están publicando obras hasta ahora inéditas. Mangas de gran interés no solamente para los lectores habituales de manga, sino para todos los amantes del cómic como medio artístico. Ahora bien, el impacto entre el público general, los lectores ocasionales que se acercan al manga con dudas y escepticismo, es desconocido. Esto hace que, desde el mismo momento en que se anunció, la Biblioteca tezuka se haya considerado, dentro del mundo del cómic, como una apuesta arriesgada, valiente y de auténtico amor por el noveno arte. Obras como I.L, Gran Dolls o Jiletta o el caos frenético nos han enseñado ese Tezuka más adulto, profundo y crítico que tanto nos gusta. Gracias a Planeta Cómic y su Biblioteca Tezuka podemos disfrutar de todas las caras de Osamu Tezuka, entendiendo y reconociendo porque tiene el título de El Dios del Manga.
Un terremoto llamado Aftershock, por Edu Sesé
Uno de los sectores del cómic que más ha crecido en la última década ha sido sin duda el del cómic independiente estadounidense. Con Image a la cabeza y con el empujón que ha supuesto la floreciente lista de adaptaciones audiovisuales de cómics ajenos a Marvel y DC, el cómic USA ha sufrido un crecimiento gigantesco, con unas ventas cuyas cotas no dejan de subir y una buena ristra de nuevas editoriales que buscan su hueco en el mercado.
Una de esas nuevas contendientes fue, precisamente, Aftershock. Nacida en el año 2015, la editorial fue fundada y capitaneada, principalmente, por Mike Marts y Joe Pruett, dos editores con una larga carrera a sus espaldas al frente de importantes cabeceras de Marvel y DC. Juntos pusieron a rodar Aftershock con una filosofía muy clara: centrarse en lanzar historias autoconclusivas o series de duración muy limitada, buscando nuevos talentos y apoyándose sobre algunos guionistas de renombre que sirvieran como gancho para los nuevos lectores. Gracias a estos reclamos y a un nivel de calidad muy solvente los lectores pusimos los ojos encima y cruzamos los dedos a la espera de que alguien comenzara a traernos sus títulos a España.
Ese momento llegó en el Salón del Cómic Barcelona 2018, cuando Planeta Cómic dio un golpe en la mesa anunciando no los derechos de alguna de las obras, sino de toda la editorial al completo. La poderosa editorial española se hizo con el pack integral, y desde el 5 de marzo de 2019, fecha en la que se estrenó con Animosity y Jimmy’s Bastards, ha mantenido un ritmo de publicación de lo más firme durante los últimos tres años, siguiendo una estrategia tan evidente como lógica: comenzar con las grandes figuras como punta de lanza para atraer a los lectores. La editorial se afianzó gracias al reclamo de nombres como Garth Ennis, Cullen Bunn, John Layman, Donny Cates o Marguerite Bennet, esta última guionista del mayor éxito de la editorial y a día de hoy la serie más longeva de todo su catálogo, Animosity. Pero por suerte, ya con la imagen de Aftershock bien asentada en el mercado español, Planeta ha podido ir dejándonos también series de autores menos conocidos pero de calidad igual o incluso mayor que la de sus cabezas de cartel: trabajos como Killer Groove o sobre todo, la excepcional Hot Lunch Special, dibujada por el gran Jorge Fornés, han sabido ganarse su merecido sitio en el catálogo.
En definitiva, el trabajo de Planeta con Aftershock está bien engrasado y hace tiempo que cogió velocidad de crucero: un total de 10 series, 15 historias autoconclusivas y una antología suman hasta 41 tomos publicados en tres años, todo ello con un formato homogéneo en cartoné que ha rondado siempre unos muy económicos 15 euros y al que solo se le puede achacar algunos trabajos de traducción que no están a la altura de la calidad del proyecto. ¿Qué podemos pedirle para el futuro? Hay material de sobra para elegir, pero los interesantísimos trabajos de Zac Thompson y Lonnie Nadler, la nominada al Eisner We Live o la intraducible Her Infernal Descent serían increíbles incorporaciones para el catálogo español. En cualquier caso, en este 40 cumpleaños solo podemos desearle a Planeta que mantenga su fantástico ritmo y continúe trayéndonos tantas series interesantes a nuestras tierras.
Indie de los últimos años, por Igor Álvarez Muñiz
Pues así es, Afterschock ha sido un paso importante con respecto a la publicación del indie USA, pero no el único. Hablemos de la actualidad. Planeta ha sabido salir muy bien adelante sin las dos grandes, escogiendo algunas de las obras más importantes del mercado USA y otras menos conocidas pero de calidad. Ha pasado algo más desapercibida pero desde septiembre hemos visto como la editorial Española iba lanzando obras de Ahoy Comics, con autores como Mark Russell o Peter Milligan. Una empresa que lleva poco en el mercado, fue fundada en 2018, pero que ha empezado con muy buen pie.
Image sigue siendo una gran fuente de licencias para Planeta Cómic, aunque han perdido una de las grandes, Los muertos vivientes, mantienen sus otras dos más vendidas, Spawn y Saga, con publicaciones en dos formatos, los tomos apegados a la actualidad y los recopilatorios integrales. Pero además siguen haciéndose con algunas de sus grandes marcas actuales, el claro ejemplo es Undiscovered Country aunque en breve también veremos otro, Sea of Stars, o recuperando series como Moonshine o Los Malditos.
Aunque si hablamos de recuperar, una de las grandes sorpresas de los últimos tiempos ha sido cómo saben mirar hacia atrás para traer integrales de obras que parecían olvidadas en nuestro país. Además del antes mencionado Usagi Yojimbo, hay que recordar que este febrero han acabado con Grendel, de momento, gracias a los dos integrales de Grendel Tales, a los que hay que sumar los cuatro de las series principales aún disponibles. Y hablando de Matt Wagner, en breve veremos Mage por fin completa en nuestro país. Además de, ya mirando cada vez más cerca en el tiempo, obras impresionantes como Madman, Los Proyectos Manhattan o Chew. Sin olvidar la Biblioteca Neil Gaiman, de la que cada vez vemos más obras, o trabajos de Alan Moore, como la ya finalizada Liga de los Hombres Extraordinarios o el laureado From Hell, que hace poco llegó en su edición a color.
Pero si hay que destacar algo sobre el cómic USA actual de Planeta, sin denostar al resto ni mucho menos, es la fuerte apuesta que están haciendo por los trabajos de BOOM! Studios. Está claro que esta es una de las editoriales que más ha crecido en los últimos dos años y Planeta no les quiere quitar ojo. No en vano Hay algo matando niños y Once & Future fueron dos de los grandes estrenos de 2021. Algo parecido tendremos este año con Siete Secretos, Solo los encontramos cuando están muertos o BRZRKR, tres auténticos pelotazos de la editorial americana que Planeta se ha preocupado en licenciar, el último de hecho saldrá en grapa. Y no solo de series largas vive BOOM!, Folklords o Cielos extraños sobre Berlín Este son otros ejemplos de miniseries que nos han llegado en tomos autoconclusivos.
Sin duda está muy bien recordar el pasado, ver cómo Planeta Cómic nos ha traído muchos cómics a lo largo de sus 40 años de historia, pero la cuestión es que en el presente lo siguen haciendo. Y nosotros los seguimos disfrutando.
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