Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – The Batman de Matt Reeves. La redacción opina

Dirección: Matt Reeves.
Guion: Matt Reeves, Peter Craig.
Música: Michael Giacchino.
Fotografía: Greig Fraser.
Reparto: Robert Pattinson, Zöe Kravitz, Paul Dano, Andy Serkis, Colin Farrell, Jeffrey Wright, Peter Sarsgaard, John Turturro, Jayme Lawson, Con O’Neill, Barry Keoghan, Gil Perez-Abraham, Peter McDonald, Alex Ferns, Rupert Penry-Jones, Kosha Engler, Janine Harouni.
Duración: 175 minutos.
Productora: Warner Bros., DC Entertainment, 6th & Idaho Productions.
Nacionalidad: Estados Unidos.

Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación contiene spoilers de The Batman, la última producción protagonizada por el Caballero Oscuro en la gran pantalla. Por problemas técnicos la batseñal estará fuera de servicio durante unas semanas así que tomen el presente aviso en cuenta si todavía no han visto la susodicha película.

Por fin el pasado 4 de marzo llegaba a pantallas de todo el mundo The Batman, la eternamente pospuesta nueva incursión cinematográfica del Hombre Murciélago a espaldas de la cronología del DC Extended Universe que nació como un proyecto impulsado, delante y detrás de las cámaras, por Ben Affleck y que ha mutado rn largometrae co escrito y dirigido por Matt Reeves (Cloverfield, La Guerra del Planeta de los Simios) con la controvertida elección de Robert Pattinson (El Faro, Good Time) para dar vida a Batman/Bruce Wayne. Acompañan al ídolo adolescente reconvetido en actor de carácter Zöe Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro, Paul Dano, Colin Farrell, Andy Serkis o Peter Sarsgaard configurando un casting de estrellas que dan caché a un proyecto de enormes proporciones. Incluso antes de su estreno, pases de prensa mediante, los elogios de la crítica no se hicieron esperar y el público respondió en consecuencia con nuestro compañero Sergio Fernández Atienza sumándose al bando de los encandilados por esta nueva versión del Guardían de Gotham, como dejó constancia en su reseña para Zona Negativa. Ahora le toca a un nutrido grupo de redactores de la web dar su opinión sobre The Batman, una de las sensaciones cinematográficas del 2022.

El camino del héroe, por Gustavo Higuero

 

No teníamos una encarnación de Batman en solitario en pantalla grande desde el cierre de la trilogía de Nolan en el año 2012. Antes tuvimos tres encarnaciones previas, la de Tim Burton con Michael Keaton, y las de Schumacher, con Val Kilmer y George Clooney, en el papel del Caballero Oscuro. La cinta de Burton lo apostó todo por alejar al personaje de la visión clamp de la serie de televisión de los años 60. Y funcionó. Con Schumacher se volvió a esa estridencia multicolor que acabó por matar ala franquicia. Con Nolan se regresó a una visión más oscura, pero sobre todo persiguiendo un tono lo más real posible. Y en todas estas encarnaciones el personaje ha parecido querer esquivar las facetas que más lo caracterizaban, como la de detective y la de superhéroe.

Con la encarnación de Batman de Snyder tuvimos, tal vez, la imagen más superheroica de Batman y nos hemos quedado, al menos algunos, con ganas de poder ver más de ese superhéroe saltando entre las azoteas de Gotham.

Solo la pelicula de Burton, con guion de Hamm, acercó al murciélago a algo que se asemejaba a una investigación relacionada con los productos químicos que Joker mezclaba en los productos de aseo y que combinados provocaban la muerte. Determinar que productos los activaban es cuanto investiga Batman en la pelicula.

¿Por qué hago hincapié en la parte detectivesca del personaje? Porque no ha sido hasta esta nueva encarnación, la de Reeves, cuando se ha podido ver a Batman realmente metido en una investigación en la que las pruebas e indicios han sido determinantes para el devenir de la historia. Y esa podría ser la una de las aportaciones más relevantes de la cinta protagonizada por Robert Pattinson. Eso y tener a una Catwoman notable para la trama y no un mero objeto decorativo como interés romántico en el mejor de los casos.

No voy a hablar de lo que no esta bien. De más nos centramos siempre en lo que no esta bien en la vida. Es momento de fijarnos en lo que está bien.

Batman investiga. Batman es un detective en formación, para que acabe siendo eso que muchos lectores de cómics sabemos ya del personaje… que es el mejor detective del mundo. Los detalles suman.

Así que recapitulando tenemos a un Batman detective. Que no mata. Que tiene una sólida amistad con Gordon. Que disfruta de un nutrido catálogo de herramientas bat, incluido un batmovil cuya puesta en escena resulta demoledora sumando puntos que lo anclan, como ya hacía tiempo, a las viñetas.

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Tenemos a Catwoman, interpretada por Zoë Kravtiz, que forma parte de la trama y se convierte en la caja de resonancia de Batman, aportando su particular camino personal en una historia que hace estén condenados a no poder estar juntos. Su aparición dista de ser ornamental. Posee su propia trama que choca con la de Batman. Una encarnación que si se siente capaz de poder levantar por si mismas una pelicula en solitario.

Y de nuevo ese intento de nuevo por tener un tono hiperrealista y oscuro, muy oscuro, como reflejo de un alma torturada, la de Bruce que no sabe ni ser Bruce ni ser Batman. Camina muerto por la vida sin comprender el papel que juega en el delicado tablero de ajedrez en el que está atrapado.

Pero el héroe no es nada sin un villano que sepa realmente escarbar en su figura de tal forma que logre sacar lo mejor de su némesis. Enigma, el villano que vence, que derrota al héroe, pero que en su victoria lo que consigue no es aplastar a la esperanza, sino reforzarla en sus horas más bajas y convertirla en un faro de luz que debe guiar a la población de una Gotham podrida hasta la médula. Enigma es siniestro, es espeluznante y se mueve a través de una realidad que no nos es ajena, alimentando a una parte de la población de sangre, de odio, de muerte, culpando a los demás de sus propios fracasos, para que en un enfrentamiento final verbal se resuelva que en realidad todos somos responsables del dolor que sufren los demás.

Y que nos queda. Si, Alfred, uno de los puntos más criticados de la cinta. Un Alfred que no se muestra perfecto, pero si cercano, creyente y empático con un Bruce que no ha entendido que es lo más cercano a una familia que tiene.

La película se construye sobre una puesta en escena que impacta, que fusiona al espectador con esa Gotham medio muerta a la que la lluvia azota sin tregua. Una Gotham corrupta, pero que sabe encontrar la luz cuando es necesario. Batman conecta con los gothamitas como no se había visto anteriormente, y eso añade un punto emocional extra al conjunto. Un extra que se ve rematado con la renuncia de Batman a la felicidad por ser fiel a su cruzada.
Una cinta que se sustenta sobre la desesperación de su héroe. La vergüenza de su villano. La venganza de Catwoman. El odio de la mafia por todo lo que representa Batman.

Música, iluminación, fotografía, todo está al servicio de un solo objetivo, impactar en las retinas, en los sentidos, de tal forma que este Batman tan terrenal deje huella en los espectadores. Ahora solo queda ver si algún día le llega el turno al Batman superhéroe, pero de momento, lo que queda claro es que hay vida cinematográfica para el Hombre Murciélago.

El podium de películas de Batman es… – 1) El Caballero Oscuro, 2) The Batman, 3) Batman Returns.
El mejor batraje – El de Snyder.
El mejor batmóvil – El de 1989, en la película de Tim Burton, seguido de el de la serie de animación.
El mejor Alfred – Michael Caine.
El mejor Comisario Gordon- Jeffrey Wright.
La mejor Catwoman – Zoë Kravitz.
Los dos mejores villanos – Joker (Heath Legder) y Enigma (Paul Dano).
La mejor Gotham – La de Matt Reeves.
El mejor Batman/Bruce Wayne- Todos menos Clooney, Kilmer y West.

 

Un nuevo Batman, para una nueva época, por Jordi T. Pardo

 

En el cine las revisiones y nuevas adaptaciones de algunos personajes resultan cíclicas. Esto el género de superhéroes lo ha llevado a su última frontera, planteando producciones cada vez menos espaciadas en el tiempo que nos ofrecen siempre una perspectivas diferente de sus protagonistas. En lo que llevamos de siglo hemos conocido a tres arácnidos diferentes en la gran pantalla, hemos tenido a un par de hombres de acero, hasta tres actores diferentes se han puesto en la piel de Punisher y otras tantas son las que hemos podido conocer del Caballero Oscuro: la de Christopher Nolan, la de Zack Snyder, la versión animada de LEGO y la presente visión que nos ha ofrecido Matt Reeves. Y resulta sorprendente -aunque eso ya lo sabemos los aficionados por los cómics- los diferentes matices que hemos podido atisbar de este personaje a lo largo de las décadas en el cine.

Hay que reconocer que The Batman ha sabido distanciarse diametralmente de las visiones de Burton, Nolan, Schumacher y Snyder. Lo ha hecho apelando principalmente a una faceta muy poco explorada por las anteriores producciones, pero clave en la caracterización del personaje en las viñetas: su trabajo como detective. Los ecos del cine de David Fincher son muy claros en The Batman y pese a que su estructura puede quedarse un poco corta a nivel de guion, el solo hecho de apostar por este planteamiento hace que la cinta gane interés por su estética y tono noir. En ese sentido, presentación de Batman en el filme es una de las más impactantes e icónicas que hemos visto en la gran pantalla. Una que nos remite al Batman: Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli.

Las críticas a la elección de Robert Pattinson -nada que no viviesen en su día sus predecesores- se han ido moderando mucho después del estreno de la cinta. Pattinson nos ofrece un Batman más joven, inexperto y condicionado por su sed de venganza, un ser atormentado -mucho más que en encarnaciones previas- que hace todo un viaje de autodescubrimiento a lo largo de esta película. Su evolución desde un simple justiciero, a un «algo más» que necesita Gotham sintetiza muy bien los puntos fuertes de este personaje. Y ya que mencionamos a Gotham, en esta producción recupera parte del carisma y el protagonismo que había perdido en anteriores versiones. The Batman es más real, menos superheroica y más oscura que sus predecesoras.

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En ese sentido, la acción planteada por Matt Reeves es muy comedida, pero efectiva y no carente de grandes momentos como la persecución en el batmóvil y el último tercio de película. Pero esto no quiere decir que Reeves no haya tomado también elementos y lecciones de la trilogía de Christopher Nolan. La puesta en escena tiene conexiones y también la caracterización de algunos personajes, especialmente el Enigma de Paul Dano que inevitablemente nos retrotrae el Joker de Heath Ledger. Pero en la comparación Dano no sale mal librado y su actuación se convierte en uno de los platos fuertes de la cinta. En ese plano también contribuyen la aportación de sus compañeros de reparto: Zoë Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro y Colin Farrell.

Los dos últimos encarnan con mucho aplomo a Carmine Falcone y El Pingüino, dos villanos míticos de la mitología del Caballero Oscuro. Pero por encima de ellos destacan los personajes de Kravitz y Wright ya que su relación con el personaje principal nos da la oportunidad de vislumbrar en todo su apogeo años de dinámicas en los cómics. Por un lado, esa eterna atracción entre Batman y Catwoman tan imposible como inevitable y, por otro lado, esa relación profesional entre el mismo Batman y el Comisario Gordon que no se ha tratado nunca con tan buen criterio en el cine. Es sobre estos tres personajes que se asienta la historia de Reeves y es por su enfoque y por las interpretaciones de sus actores que todo funciona.

Por supuesto, The Batman tiene también sus defectos, como es su largo metraje al que no le habría venido más algún que otro recorte, su conveniente guion, el balance entre las dos caras del protagonista y la irregularidad a la hora de plasmar alguna de sus ideas. No son estos peros lo suficientemente graves para arruinar el visionado de la película que es puro espectáculo, medido a fuego lento y con un Robert Pattinson imponente que se pasa más minutos en pantalla con la máscara puesta que cualquier otro superhéroe -salvo quizás Deadpool– que hayamos podido ver con anterioridad en los cines. No obstante, hay planes para esta nueva franquicia así que tendremos que ver hacía que lugares nos lleva y sobre que sombras decide arrojar algo de luz. Pero eso es algo a evaluar en su momento, por el momento The Batman ha sido una más que grata sorpresa por parte de Warner Bros. Pictures y DC Entertainment. A ver si empiezan a malacostumbrarnos porque ya va tocando…

El podium de películas de Batman es… – 1) El Caballero Oscuro, 2) The Batman, 3) Batman Returns.
El mejor batraje – The Batman.
El mejor batmóvil – Tim Burton.
El mejor Alfred – Michael Caine.
El mejor Comisario Gordon- Jeffrey Wright.
La mejor Catwoman – Michelle Pfeifer.
Los dos mejores villanos – El Joker de Heath Ledger y el Enigma de Paul Dano.
La mejor Gotham – Tim Burton.
El mejor Batman/Bruce Wayne- Robert Pattinson.

 

The Man Who Sold The World, por Juan Luis Daza

 

En 2017 saltaba la noticia y no éramos pocos los que la celebrábamos. Ben Affleck, que venía de interpretar por primera vez al Hombre Murciélago en Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia, se encargaría de producir, escribir, dirigir y protagonizar una película en solitario del alter ego superheróico de Bruce Wayne. Si sumamos su encarnación del icono creado en 1939 por Bill Finger y Bob Kane, uno de los mayores aciertos de la muy irregular cinta de Zack Snyder, al más que desmotrado talento detrás de las cámaras de Affleck con proyectos tan reseñables como Adios Pequeña Adiós, Ciudad de Ladrones (The Town), la oscarizada Argo o la minusvalorada Vivir de Noche la buena nueva no podía ser recibida con más entusiasmo por gran parte del fandom.

El problema es que el multifacético protagonista de Persiguiendo a Amy se encontró con un muro infrancleable, el del caos que ya por aquel entonces comenzaba a gestarse dentro de las oficinas de Warner Bros y DC Entertainment con respecto al adecuado discurrir de un universo cinematográfico cuyas endebles bases no habían sido adecuadamente asentadas con El Hombre de Acero y la ya citada Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia. De manera que después de que Affleck cediera la silla de director a Matt Reeves (Déjame Entrar, El Amanecer del Planeta de los Simios) finalmente se desvinculó totalmente del proyecto cuando el realizador rechazó su guion pasando así el proyecto a localizarse fuera de la cronología establecida por los films de Zack Snyder y ha posponerse durante años.

Finalmente y después de una producción problemática debido a varios contagios de COVID-19 durante el rodaje, entre ellos el del mismo actor protagonista, The Batman llegaba a cines de todo el mundo el pasado 4 de marzo con Matt Reeves como realizador y co guionista, compartiendo labores de escritura junto a Peter Craig, y Robert Pattinson encabezando un reparto en el que reconocemos los rostros de Zöe Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro, Paul Dano, Colin Farrell, Andy Serkis o Peter Sarsgaard entre otros. Las alabanzas por parte de la prensa especializada internacional fueron de proporciones mastodónticas, algunas de ellas posicionándola como la mejor película de Batman jamás rodada, algo que, para un servidor, dista mucho de la realidad.

The Batman arranca con un prólogo brillante, posiblemente uno de los pasajes cinematográficos más interesantes de la historia cinematográfica del personaje. Por fin parecía que un director, en este caso uno con tanto talento como Matt Reeves, conseguía capturar en poco menos de diez minutos la iconocidad universal del guardián de una Gotham crorrupta, oscura y peligrosa. En esos primeros compases Batman es expuesto en pantalla casi como un concepto, una entidad demiúrgica moviéndose entre las sombras y cuya potencial presencia hiela la sangre a unos críminales que parecieran considerarlo el hombre del saco. La atmósfera propia de cine de terror, la tan eficiente como desvergonzada banda sonora de Michael Giacchino y esa voz en off afrmando que la Batseñal no solo es una llamada, sino también una advertencia, parecen prepararnos para lo mejor.

Si The Batman hubiera sido un cortometraje centrado en esos primeros minutos podría haberse revelado como una de las piezas audiovisuales más potentes y definitorias relacionadas de Batman y con su presencia física casi sin materializarse en pantalla. El problema es que Matt Reeves y Peter Craig no solo no consiguen matener ese nivel tan alto, sino que después del arranque traicionan su poderosísimo punto de partida. Si acabas de ilustrar a Batman como una presencia que «infunde terror en sus enemigos» pasajes como el de la primera visita a la sala Iceberg o su irrupción en la escena del crimen con criminales y agentes de la ley respectivamente mirándole por encima del hombro e increpándole lo único que consigues es desmontar el impecable andamiaje sobre el que ibas a construir tu historia.

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Una vez hemos asumido que todo lo visto en el inicio ha sido un espejismo no podemos negar que The Batman todavía contiene suficientes alicientes para revelarse como una notable película protagonizada por el superhéroe de DC Comics. Es ineludible que la labor técnica detrás de The Batman es sobresaliente y que en ella Matt Reeves ha depositado más de diez años de profesionalidad demostrada detrás de las cámaras. El cineasta estadounidense se aleja del procedimental discurrir del celuloide superheróico hegemónico para abrazar la vertiente detectiivesca y noir de su protagonista y ofrecer una pieza que a nivel de puesta en escena y diseño de producción tiene más que ver con Seven o Zodiac que con cualquier otra obra pretérita centrada en el Cruzado Enmascarado.

Como era de esperar todos los pasajes de acción están ejecutados con suma eficiencia. Matt Reeves consigue la proeza de que una película con una calificación PG13 destile una violencia física cruda, seca, con golpes impartidos y recibidos por Batman transmitiendo una orgánica sensación de brutalidad animal. También sería de recibo mencionar la parte desarrollada en el funeral con una tensión magníficamente construida gracias a la labor tanto de Reeves como de sus actores, como la un desaprovechado Peter Sarsgaard. Pero en lo referido a este tipo de secuencias es de recibo destacar la persecución entre Batman y el Pingüino en la que el Batmóvil cobra todo el protagonismo, consiguiendo algo inusual como tranmitir claustrofobia con dos vehículos en continuo movimiento y con uno de ellos como salido del mismísimo infierno.

En lo referido al reparto encontramos grandes nombres, pero no interpretaciones que se ajusten a los mismos. Es cierto que la labor del cast es encomiable con todos los interpretes ejerciendo su oficio con soltura, pero ninguno realiza una trabajo para el recuerdo y el único que está a punto de conseguirlo es boicoteado por el guion. Robert Pattinson da vida al Bruce Wayne más triste, grave y dramático, pero como eso es lo que Matt Reeves le habrá exigido no se puede poner ninguna pega a su composición y Jeffrey Wright está a la altura dándole la replica como James Gordon. Zoe Kravitz cumple sobradamente con su versión de Catwoman, John Turturro hace lo propio con Carmine Falcone y Colin Farrell se divierte de lo lindo con su Oswald Cobblepot, pero este podía haber pasado por cualquier mafioso genérico, ya que poco tiene de la esencia del villano que todos conocemos, algo aplicable también al despersonalizado y desaprovechado Alfred Pennyworth de Andy Serkis

Es Paul Dano, un titán al que hemos visto lucirse en obras como There Will Be Blood, el que mejor trabajo realiza configurando su peculiar versión de El Acertijo. Este Edward Nigma vuelve a hundir sus raíces en la filmografía de David Fincher y es que si su estética y modus operandi nos retrotraen al Asesino del Zodiaco hay en su personalidad algo del John Doe de Kevin Spacey para Seven, pero sobre todo nos recuerda su brillante Alex Jones de la no menos excelsa Prisioneros. Todo lo relacionado con esta contrapartida de Edward Nigma transmite interés y sirve como acertada lectura sobre el actual mundo streamer, pero todo lo inteligentemente planteado hasta la escena de su detención se ve ensombrecido con su carácter volátil e histriónico una vez mantiene la conversación con Batman en Arkham. Aquí la encomiable construcción del rol se desinfla y acaba derivando en otro más desdibujado y alejado del asesino a sangre fría que habíamos visto previamente.

Pero mi mayor problema con The Batman es con su construcción narrativa y su trama detectivesca. Celebro la decisión de Matt Reeves y su equipo de entragrarse al thriller policíal con asesino serial, pero esta elección requiere una solidez en el guion de la que el largometraje carece. Se antoja poco creíble que el primer enigma sea resuelto por Batman y Gordon con inmediatez cuando el de la «rata alada» se alarga en exceso en el tiempo pese a su simpleza. Casualidades repartidas por toda la trama como la sonrojante de la moqueta o decisiones inverosímiles como Falcone encerrándose en su despacho solo con Selina sin haberla registrado o toda la policía de Gotham, con Gordon a la cabeza, dejando acercarse a la alcaldesa al atril para hablar a los ciudadanos sin la compañía de nadie de seguridad en una situación de máximo peligro son trampas que menoscaban la credibilidad del film en favor de encarrilar la historia hacia donde necesitan sus autores.

The Batman muestra un reinicio de franquicia con gran potencial que al menos en su primera incursión no ha sido aprovechado. A estas alturas lamentar lo que podría haber sido ese proyecto con Ben Affleck como hombre orquesta es una futilidad, pero se antoja imposible no pensar en lo que pudo haber sido y no fue. Al film de Matt Reeves le sobra metraje y le falta solidez como historia, pero su acabado estilístico y un reparto meritorio nos hacen no perder la esperanza con respecto a esa secuela que vistos los buenos resultados en taquilla no se hará mucho de rogar. Antes de ella nos esperan dos spin off en forma de serie para HBO Max, Gotham PD: centrada en los cuerpos policiales de la ciudad y otro con el Pinguino de Colin Farrell como protagonista que a un servidor sobre el papel llaman poco o nada la atención. Veremos si el tiempo me hace cambiar de opinión.

El podium de películas de Batman es. .. – 1) Batman: La Máscara del Fantasma, 2) El Caballero Oscuro 3) Batman Vuelve
El mejor batraje – Batman
El mejor batmóvil – Batman
El mejor Alfred – Michael Caine
El mejor Comisario Gordon- Gary Oldman
La mejor Catwoman –
Michelle Pfeiffer
Los dos mejores villanos – Joker (Heath Ledger), Joker (Jack Nicholson)
La mejor Gotham – La de Tim Burton
El mejor Batman/Bruce Wayne- Kevin Conroy

 

The Batman, pretenciosa pero buena, por Paulo Hernando

 

Un fallo grave que encuentro en la cinta dirigida por Matt Reeves es la edición de la imagen y el sonido. Se dice que la interpretación de los actores implicados es muy buena, pero resulta complicado apreciarlo con semejante oscuridad invadiendo cada fotograma, no se ve la interpretación en los rostros. El lenguaje corporal sí resulta algo más visible, pero tampoco los matices de la actuación en la voz son apreciables ya que el sonido es muy bajo y cuesta entender, especialmente al principio de la película. Es posible que sea un problema de la sala donde vi la proyección, pero sin duda, supuso no entrar con buen pie al visionado.

Robert Pattinson encarna un Batman primerizo y grunge. Atormentado, depresivo, sucio, desaliñado y también escueto, vista la batcueva, los gadgets, el batmóvil o el traje. Definitivamente es grunge, si además suena Nirvana de fondo, no queda ninguna duda. Pattinson interpreta bien su papel, es un gran actor, el problema es el Batman que tiene que representar. Por muy inexperto que sea y muy martirizado que se sienta, ningún adulto le dice a alguien “tú no eres mi padre” de esa manera, como sucede con Alfred. Pattinson lucha contra su eterna imagen adolescente, pero por guion, su Batman es un púber desquiciado. Este murciélago es falible como ningún otro visto en pantalla, está muy muy lejos de ser el mejor detective del mundo, las pistas le llevan de un lado a otro sin proceso deductivo real. La trama no se esfuerza lo más mínimo por que el misterio sea resuelto al mismo tiempo por el protagonista y por el espectador, este sabe hacia donde conduce todo mucho antes que el murciélago porque el gran secreto sobre el que se cimienta una larga trama de tres horas no es otro que una Gotham corrupta, a todos los niveles, menuda novedad. Muchas vueltas para descubrir algo tan obvio y manido, lo que provoca no conseguir la tensión, ni la carga emocional a la que tan torpemente aspira. Pretende que empatices con un Bruce más atormentado que nunca, pretende que su thriller enganche y sorprenda, pretende que el misterio resulte interesante, pretende mucho, consigue poco, resultando definitivamente pretenciosa.

Alfred y su relación con Bruce, el propio Bruce, o Batman y el abuso de la armadura para vencer en las contiendas físicas, dan un aire que no entrega lo que espero de Batman. Hasta aquí todo lo que no me ha gustado, que no es poco.

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Batman protagoniza un thriller. A pesar de que el guion no está a la altura de los mejores films de suspense, supone un soplo de aire fresco que muestra que los superhéroes pueden no ser un género, y sí personajes para protagonizar cualquier tipo de película. La propuesta, sin duda, es original. En estos momentos la creatividad no es el fuerte de la industria, las producciones parecen cortadas todas por el mismo patrón, romper el encasillamiento es todo un reto y aunque The Batman en ciertos momentos, no se muestre lúcida, debe ser valorada por su valentía. La atmósfera conseguida es asfixiante, la decadencia de Gotham se percibe ahogando a sus habitantes y a los personajes, en un fantástico trabajo de ambientación. Planos y secuencias novedosos para una película de superhéroes también son un buen punto a favor.

El realismo que el film ostenta con orgullo condena la visión del Acertijo, una encarnación muy alejada de las viñetas que muestra un personaje maltratado e inteligente con cierto trasfondo incel. Un Enigma algo más apegado al cómic sería más de mi gusto personal, pero es un villano que encaja a la perfección en la historia planteada, con una generosa actuación a cargo de Paul Dano. Zoe Kravitz es una excelente Catwoman. Su relación con Batman se siente precipitada (en tres horas Reeves no se preocupa por desarrollarla lo suficiente) pero no es difícil entrar al juego de seducción que plantea la gata, elemento primordial para comprar el BatCat de la cinta. Con motivaciones propias y bien complementadas con las del murciélago, su drama personal resulta más atractivo que el del protagonista. Uno de los mejores personajes de The Batman. Gordon interpretado por Jeffrey Wright deja ver una nueva relación con el protector de Gotham, bien perfilada y atractiva es la conexión percibida como más natural del film. El Pingüino de Colin Farrell tiene un magnetismo inexplicable, igual que en los cómics, aunque es aparentemente menos inteligente de lo que se le presupone. En este batuniverso que empieza no tiene una posición de poder, pero se advierte que todo esto cambiará con la muerte de Falcone. Otro acierto, John Turturro da vida al mafioso criminal con maestría, dotando al personaje de un ladino halo perturbador.

El final colocando a Batman como una luz de esperanza para Gotham (contra todo pronóstico) resulta uno de los grandes aciertos del guion. El camino hasta aquí se vislumbra, se entiende mejor, aún confirmando momentos de torpeza, pero la meta es lo suficientemente ambiciosa (también su ejecución, aunque esta no sea la mejor) como para reconciliarme con una película que, como veréis no mete ni una referencia en mi top personal, pero que me obliga a darle buena nota (notable bajo), pesando más los aciertos que los errores. Para mí The Batman no consigue todo lo que pretende, pero por originalidad, algún que otro acierto en el desarrollo y ambiciosa e inspiradora conclusión, merece ser considerada una buena película.

El podium de películas de Batman es… – 1) El Caballero Oscuro, 2) Batman Returns, 3) Batman Begins
El mejor batraje – Batfleck.
El mejor batmóvil – El de Burton.
El mejor Alfred – Michael Caine.
El mejor Comisario Gordon- Gary Oldman.
La mejor Catwoman – Michelle Pfeiffer.
Los dos mejores villanos – Joker (Heath Ledger) Pingüino (Danny DeVito)
La mejor Gotham – La de Tim Burton.
El mejor Batman/Bruce Wayne- Batfleck/Bale.

 

Me convertiré en murciélago, por Samuel Secades

 

Una de las mejores cosas de participar en este tipo de artículos, en los que la redacción de ZN da su opinión sobre el estreno de turno pero pasado un tiempo desde el estreno y la primera crítica en caliente, es que te permite pensar en la película una vez reposada y calibrar de manera más aproximada cuáles eran tus expectativas y cuánto se han visto colmadas una vez la cinta ha pasado a formar parte más de tu memoria que de tu primera impresión; siendo The Batman, además, un auténtico tren del hype al que casi todos nos subimos con su primer avance y del que no nos bajamos hasta entrar en la sala. En mi caso particular, pude también expresar mi opinión apenas una semana después del estreno sobre la misma en un podcast con los compañeros de Zona Negativa donde repasamos la trayectoria del Caballero Oscuro a través de sus películas, y en el que me mostré entusiasmado con la propuesta de Matt Reeves. Ahora, pasadas unas semanas y con The Batman alejada ya de los titulares (excepto en las noticias sobre su cada vez más amplia taquilla, entrando ya en el excelso club de los 700 millones de dólares), es momento de echar la vista atrás y decidir si todo aquel entusiasmo fue para tanto o si nos dejamos arrastrar por las ganas de ver a Batman de nuevo en la gran pantalla, en solitario y con una nueva y renovada versión del personaje.

La verdad es que mi opinión sobre The Batman no se ha movido un ápice desde el día del estreno; quizás, para ser honesto, los pocos defectos que le vi en su momento se han hecho más patentes, pero por dios que cuento los días hasta su ya cercano estreno en streaming para volver a recrearme con todos los aciertos que Matt Reeves lleva al universo del Caballero Oscuro, comenzando por reencontrarme con ese Batman que al fin es protagonista absoluto de su película, más allá del carisma de sus villanos o de la odisea de Bruce Wayne. Como en la clásica dicotomía de Clark Kent y Superman, y la consabida cuestión de cuál de los dos es el personaje auténtico y cuál la máscara, en The Batman Matt Reeves se ha atrevido a poner a Batman por delante en la historia; no sólo a Batman como concepto, sino como extensión natural de la personalidad y el trauma de un Bruce Wayne completamente perdido (como persona y como vigilante) y diluido en su interminable penitencia nocturna que, ya en los primeros compases de la película, se nos presenta como un camino de autodestrucción, una huida hacia adelante de un personaje que se enfrenta a cada noche sin importarle las consecuencias o su propia supervivencia. Es esa visión del vigilante la que me conquistó de esta The Batman, y mucha culpa de ello la tiene también un de nuevo sobresaliente Robert Pattinson (tras portentosas interpretaciones en cintas como las recomendadísimas High Life, Good Time o The Lighthouse), que abraza completamente la idea de Matt Reeves y compañía para crear un personaje que no le teme a nada y que a la vez está completamente aterrorizado y perdido en su cruzada, y Pattinson logra transmitir todo un arco de personaje con dos miradas paralelas al comienzo y en el mismísimo final de la película. Mucho se ha hablado de la escasa presencia de Bruce Wayne en la película sin pararse a pensar que este Batman es el más Bruce Wayne de cuantos ha habido, y que como en la referida por el propio Reeves Batman: Ego deja salir su verdadera y terrorífica personalidad en el Batman absoluto, alejado de su contrapartida humana, y que el viaje de esta The Batman nos lleva de la mano con el vigilante a reencontrarse con la persona bajo la máscara (qué terrible y qué preciosa escena en la que reconoce a Alfred su verdadero miedo, el de volver a perder a un ser querido). Cuando vemos a dónde llevaba el viaje de Bruce hacia entender el verdadero motivo de la existencia de Batman, que nada tiene que ver con el machacón sobrenombre de “Venganza”, la película cobra un significado mucho más certero y necesario para una cinta del murciélago en nuestro convulso siglo XXI.

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Siendo la película una fantástica pieza a nivel técnico y artístico, con una dirección y un diseño de producción definitivamente por encima de la media (cómo olvidarnos de la fotografía del recientemente oscarizado por Dune Greig Fraser), y una impactante banda sonora de Michael Giacchino que acompaña de manera espectacular a las imágenes, quizás el apartado en el que más flojee esta The Batman sea en el argumental; y es curioso, porque con un villano como el Acertijo y una atmósfera que nos lleva de cabeza a cintas como Se7en (a la que hay momentos como la inspección del apartamento del villano en los que hay más copia descarada que homenaje), teníamos depositadas unas esperanzas muy elevadas en cuanto al carácter detectivesco de este Batman; y sí, hay escenarios del crimen donde investigar, pistas y, claro está, acertijos, pero en general la trama criminal no está a la altura de tan potentes cimientos: ni en la corrupción sistémica de Gotham (que Nolan ya describió perfectamente de manera igualmente concisa en la escena en el bar entre Bruce Wayne y Carmine Falcone), ni en el oscuro pasado de los Wayne (que se queda en agua de borrajas), o mucho menos en las intenciones últimas del mismo Acertijo, un personaje que a mi modo de ver no necesitaba unos motivos tan personales ni un vínculo tan contemporáneo con los movimientos reaccionarios y violentos de las redes sociales (reflejo de la convulsa y violenta sociedad estadounidense en la era Trump), pero que entiendo necesitaba desvelarse como la otra cara de la misma moneda del Batman que conocemos durante casi toda la película, un reflejo retorcido del destino que podría correr el mismo Caballero Oscuro y que le enfrenta a todo aquello que creía no ser. Argumentalmente puede estar justificado, pero toda esa parte central de la película persiguiendo a la “rata” se hace en ciertos momentos cuesta arriba (no digamos ya por ese error de base al incorporar al guion un elemento que se pierde en la traducción y que ayuda a la resolución de una de las pistas definitivas).

Pero dejando al lado estas pequeñas quejas puntuales, The Batman es todo un triunfo en todos sus demás apartados. Una obra difícil la de devolvernos a un personaje que quedó marcado por la trilogía de Nolan en el subconsciente de muchos espectadores y que nos trae un Batman: Año Dos (aunque con muchos elementos de su Año Uno, quizás mi cómic favorito del personaje), y que consigue revitalizar al héroe de Gotham de la mano de un director que sabe lo que quiere hacer con el personaje en todo momento acompañado de un actor en estado de gracia que nos hace sentirnos más que nunca en la piel de aquel que decidió convertirse en murciélago por los motivos equivocados. El encendido de esa bengala para encontrar el camino en la oscuridad, o la mirada de esperanza en los ojos de un niño en contraposición a las miradas de terror que inspiraba antes (qué importantes las miradas y lo que dicen sin mediar palabra en esta The Batman) hacen que no pueda ver esta The Batman con mirada cínica o que sus pequeños defectos me hagan apartar la vista de sus refrescantes y bienvenidos logros. Para cuando suena Something in the Way por segunda vez, en otro fantástico paralelismo con el comienzo y con un nuevo significado, como esas miradas, ya sabía que no podría ser duro con The Batman. El tipo que podría estar al final de ese oscuro callejón ya sólo da miedo a los que tiene que dárselo.

El podium de películas de Batman es… – 1) The Batman 2) Batman Begins 3) Batman (1989)
El mejor batraje – Batman (1989)
El mejor batmóvil – Batman (1989)
El mejor Alfred – Michael Caine
El mejor Comisario Gordon- Jeffrey Wright
La mejor Catwoman – Michelle Pfeiffer
Los dos mejores villanos – El Joker de Heath Ledger y el Acertijo de Paul Dano
La mejor Gotham – La de Tim Burton
El mejor Batman/Bruce Wayne- Battinson

 

Rata Alada, por Raúl Gutiérrez

 

Este 2022, se ha inaugurado en el mundo del blockbuster, como no podía ser de otra manera dada la tónica actual, con una película de superhéroes, pero esta vez no ha sido Marvel la encargada de cortar la banda que marcaba este inicio de año, si no DC. El encargado para ello ha sido ni más ni menos que el más popular de sus personajes, cierto Hombre Murciélago que con Robert Pattison y Matt Reeves, pasa a tener ya un total de siete iteraciones distintas en la gran pantalla.

La elección de Pattison fue en su día muy criticada, al proceder de un cine más adolescente, pero las críticas, cuando lo son sin fundamento y sin argumentos de peso, valen tanto como la nada más absoluta, y es que todo actor empieza en algún lugar a trabajar y no puede ser juzgado por ello, si no por su talento. En este caso, la elección es perfecta, conociendo a un Bruce Wayne que esta vez cuelga la capa del playboy para ponerse el manto del rico atribulado y agorafóbico que vive un trauma constante que solo es capaz de enfrentar cuando se viste de Murciélago.

Sí, en esencia así ha sido siempre la historia de Batman, pero en este caso, la cara pública del acaudalado alter ego no es tan afamada o querido como lo fuera la de otras versiones del personaje.

A la Dirección tenemos a Matt Reeves, quien en las dos últimas películas del remake del Planeta de los Simios nos demostró que podía hacer grandes blockbusters, siendo su versión de Déjame Entrar uno de los relatos de amor tóxico mejor plasmados en la gran pantalla.

Si ponemos ese intimismo de la mano con la acción desenfrenada, tenemos un Batman con un enfoque más cercano al de Nolan en cuanto a la superficie, pero que brilla con personalidad propia una vez que han pasado los dos primeros segundos de la película.

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Este Batman es «realista» sí, pero también es pulp, comiquero, e imposiblemente superheroico, y sin que ello le haga perder dramatismo a la película en ningún momento. Como villano elegido, tenemos a Enigma, a quien no veíamos en live action desde que Jim Carrey hiciera lo que mejor sabía, y que aquí se convierte en uno de los mejores sociópatas asociado a la extensa galería de villanos del Caballero Oscuro, o al menos a la que hemos podido conocer en la gran pantalla, que parece que siempre utiliza los mismos referentes y que en este caso, se ha atrevido con otra figura distinta.

Zöe Kravitz encarna aquí a una Catwoman más cercana a la de Tom King, pero con ese aire iniciático de la Miller o Loeb y Sale, que hace aquí las veces de acompañante imposible de un Batman que lleva muy poco tiempo ejerciendo funciones de superhéroe y que necesita de alguien que le acompañe en su eterna cruzada contra el crimen que ni él mismo comprende.

Como película inicial, estamos ante una cinta que deja huella, que nos deja con ganas de una continuación y que representa muy bien al personaje y a su entorno, sabiendo distanciarse de Nolan en lo suficiente como para que no se la considere un remake de aquella.

Nuevos tiempos, nuevas generaciones, y una nueva versión de Batman que nace para seguir sacando rédito al personaje ahora que su participación en películas grupales está stand by.

Un rodaje exquisito, con un uso de la fotografía muy inteligente que convierten a esta película en un paso más dentro del género superheroico.

El podium de películas de Batman es. .. – 1. El Regreso del Caballero Oscuro. 2. The Batman. 3. Batman (1989)
El mejor batraje – El de Robert Pattinson, combina perfectamente funcionalidad con espíritu comiquero.
El mejor batmóvil – El de Ben Affleck, un mamotreto imposible de concebir.
El mejor Alfred – El de Michael Kane, pero seguido muy de cerca por Andy Serkis.
El mejor Comisario Gordon- Indiscutiblemente, Gary Oldman.
La mejor Catwoman – No cabe duda de que Zöe Kravitz ha jugado con sus predecesoras como si fueran ovillos de lana.
Los dos mejores villanos – El Joker de Heath Ledger y el Enigman de Paul Dano.
La mejor Gotham – La de Tim Burtom.
El mejor Batman/Bruce Wayne- Robert Pattinson, pese a quien pese.

 

Un Batman oscuro pero brillante, por Juanjo Carrascón

 

Cuando se anunció que Robert Pattinson sería Batman se lio parda. Cuando se vieron las primeras imágenes del batmovil y se volvió a liar muy parda. Y cuando supimos de la caracterización de dos personajes como James Gordon y el Acertijo las redes sociales explotaron.

Las críticas empezaron a llover y eso que ni siquiera sabíamos de la trama ni de qué iba esta versión. Yo prudente de mí dije: “tranquilidad y esperemos”. Un gran equipo, un gran director y un actor como la copa de un pino que tiene la desgracia de haber sido un vampiro que brillaba a la luz del día.

Al final llegó ese día, y fui a verla con mis amigos, todos ellos conocedores del personaje pero no lectores de cómics. Tras tres horas de duración, con las luces del cine dadas y comenzando el público a despejar la sala, los miré y les dije: “¿qué os ha parecido?» Y ahora me diréis que querréis saber lo que opinaron de esta versión, pero de momento no os lo digo, lo dejo para el final.

Sí que os voy a contar mi opinión, puesto que sino no tendría sentido formar parte de esta entrada.

Sencillamente es una gran versión de Batman, pero un poco pobre en lo que a Bruce Wayne se refiere. Me explico a continuación. Pattinson ha demostrado que ha domado a este icónico personaje porque es un actor muy bueno pero me chirria esa versión mezcla entre un personaje oscuro, atormentado, pobre emocionalmente y podríamos decir que ¿gótico? Exigencias del guion o toque personal del actor, lo cierto es que es el gran «pero» de la película junto con un Alfred que no encaja para nada con nuestro querido mayordomo.

A partir de ahora todo lo que respira la entrega es muy positivo.

Ya era hora de ver la versión detectivesca de Batman. El tono de la película encaja a las mil maravillas con la labor de investigación, análisis de pruebas, y búsqueda de indicios que el mejor detective del mundo controla mejor que nadie. Esta faceta había sido ignorada por las anteriores versiones cinematográficas y ahora se despliega maravillosamente gracias a una trama que encaja perfectamente.

La intriga del caso, que lleva a encajar todas las piezas del ajedrez, se potencia con una banda sonora sobrecogedora y estremecedora que hace que nos sintamos dentro del ambiente creado por el director Matt Reeves.

Puede esta versión recordarnos, como muchos mencionan, a la película Seven, pero no es menos cierto que The Batman tiene entidad propia. Esa entidad se ha conseguido con una trama bien planteada y resuelta. Personajes urbanos y llenos de matices, una ciudad y sus bajos fondos muy creíbles, y sumado a lo anterior la versión alejada del comic de El Acertijo.

Este antagonista cinematográfico puede chocar a los seguidores del cómic pero no es baladí esta interpretación dantesca en algunos momentos. ¿Denuncia social?, ¿reflejo de la sociedad?, ¿grito desesperado ante la deriva moral de la sociedad? Lo cierto es que la grotesca versión de este personaje no deja a nadie inmóvil o impasible.

Zoë Kravitz borda a Catwoman en esta versión. Tras el fiasco de la caracterización de Anne Hathaway volvemos a un buen comienzo para lo que a la postre se tercia como una secuela donde veremos a la novia de Batman en su esplendor. Colin Farrell se convierte en un Pingüino fabuloso y vuelve a demostramos que es un actor polifacético y de calidad. Gordon de la mano de Jeffrey Wright resulta creíble y hace del tándem con Batman una relación basada en la fidelidad y confianza.

Podría estar así hasta llenar varias páginas analizando cada interpretación, pero centrándome en los pilares de esta entrega, debo decir que las caracterizaciones de la mano de estos grandes actores me han llegado y convencido.

Finalmente, en cuanto a lo que supone el tono impregnado a la película y su intensidad, así como esas claustrofóbica atmosfera que se respira, debo decir que se ha conseguido dar con sustantividad propia un sentido propio a esta versión diferenciada de las demás películas del murciélago.

Insisto en la intensidad de The Batman a nivel fotografía, escenografía y banda sonora que consiguen despertar sentimientos: miedo, angustia, amor y desesperación. Me viene a la cabeza esa magnífica persecución de coche en la que Batman no da tregua al Pingüino. La escena en la que nuestro héroe sale de las llamas cual demonio en busca de tu alma es tan potente que demuestra como Matt Revees entiende ese miedo que transmite un alma torturada que busca justicia y atemorizar nuestros corazones.

Termino ya esta breve reseña para deciros que mis amigos salieron encantados, mucho más que yo. Ellos no examinaron con lupa de lector la caracterización del personaje y fueron más laxos que yo. Considerando que cada versión cinematográfica toca una adaptación distinta del personaje esta entrega de Matt Reves fue para ellos una entrega sobresaliente.

El podium de películas de Batman es… – 1) Batman (1989) 2) El Caballero Oscuro, 3) The Batman
El mejor batraje – The Batman
El mejor batmóvil – Batman (1989)
El mejor Alfred – Michael Caine
El mejor Comisario Gordon- Gary Oldman
La mejor Catwoman – Michelle Pfeiffer
Los dos mejores villanos – Joker (Jack Nicholson), Joker (Heath Ledger)
La mejor Gotham – Batman (1989)
El mejor Batman/Bruce Wayne- Batman The Animated Serie

 

Una película en tierra de nadie, por Juan Iglesia

 

No puede decirse que el camino de esta película haya sido un lecho de rosas. The Batman (Matt Reeves, 2022) nació de una carambola propiciada por el derrumbe del DCEU, la recaída de Ben Affleck en sus adicciones y una Warner ávida de continuar exprimiendo al Caballero Oscuro hasta la última gota. Por ahí se cruzó Matt Reeves ante la oportunidad de su vida: presentar su propia versión del Caballero Oscuro, que a la postre sería la tercera que verían los espectadores en diez años. Esto ya implicaba un riesgo. Además, para no romper la tradición, Reeves eligió un Batman que desató la ira de los fans: Robert Pattinson. A esto se le unieron reescrituras de guion, un parón por la pandemia o cambios en la fecha de estreno, por no hablar del caos corporativo en el que está sumido Warner con absorciones, despidos y ventas. Pues bien, a pesar de todo esto, parece que la película ha satisfecho, e incluso superado, todas las enormes expectativas que se habían depositado en ella.

Dicho esto, lamento no poder unirme a la fiesta, porque la película me ha resultado decepcionante. Debo decir que, de entrada, no iba con unas expectativas demasiado altas. Quizá sea por la edad. Habiendo superado ya la cuarentena, son más de treinta años de ver a Batman en el cine, desde aquel lejano 1989. Sólo he faltado una vez a la cita, por motivos evidentes: se trataba de Batman & Robin (1997). Quizá sea eso, o que, reconozcámoslo, después de la Trilogía de Nolan y la Saga del Infinito es muy difícil que una película de superhéroes vuelva a satisfacerme como lo hicieron, cada una su manera y con sus recursos, estas dos cumbres del género.

Eso no significa que piense que no se puedan hacer películas estimables, e incluso muy buenas. Ahí están las simpáticas gamberradas de James Gunn tanto para Marvel como para DC o productos híbridos pero excelentes como Logan (James Mangold, 2017) o Joker (Todd Phillips, 2019), donde lo superheroico es sólo un elemento más de una mezcla más compleja. El giro multiversal al que parecen orientarse tanto el MCU como el DCEU (hasta donde éste siga existiendo) me parece una buena salida, pero no deja de representar, al igual que en los cómics, una vuelta sobre sí mismo del género: como las principales historias ya se han contado ahora sólo quedan los juegos de autorreferencias, la metaficción y los guiños privados al fan devoto.

Al margen del estado general del género, esta película tenía un hándicap que sortear: las inevitables comparaciones con la Trilogía del Caballero Oscuro, al ser la primera película en solitario del personaje desde la obra maestra de Nolan. Y por otro, una oportunidad que aprovechar: al independizarse del DCEU podía volar libre.

Sobre esta base, la de un Batman sólo deudor de su propia narrativa, la propuesta de Reeves bebe a chorro de infinidad de fuentes, tanto comiqueras como cinematográficas. Nos ahorraremos una enumeración pormenorizada, ya que hay artículos bastante completos en esa línea. Baste decir que estamos ante un Batman que intenta resaltar sus raíces pulp y noir, frente al goticismo de Burton, la modernidad de Nolan y el molonismo de Snyder. Es remarcable la capacidad del Caballero Oscuro para volver sobre sí mismo y continuar sacando contenido. Es lo contrario de lo que pasa con Superman: décadas de autonegación del personaje no solo no lo han relanzado sino que lo han desnaturalizado casi completamente.

No obstante, de toda esa maraña de influencias, sigue sobresaliendo la figura de Nolan e incluso, en menor medida, la de Phillips. Hay bastantes intentos nada sutiles de vincular la película al Joker de Todd Philips. Cierto que algunos de los anzuelos que tira también provienen del cómic (el origen de la familia de Martha, las ambiciones políticas de Thomas), pero el juego de referencias es tan nítido que resultaría ingenuo ignorarlo.

También vemos elementos que recuerdan a lo poco que se supo del fallido Batman de Darren Aronofsky, con un Bruce Wayne que vive casi como un indigente y cuya obsesiva cruzada de venganza ha destruido por completo a la persona bajo la máscara.

Está claro, por tanto, que la película quiere ahondar en la senda “oscura”, “adulta” y “actual” que ha hecho de Batman el héroe de esta época.

El mayor problema que le veo no es que coja con más o menos tino de aquí y de allá. Cuando estamos ante un personaje multimedia tan sobreexplotado como éste eso es absolutamente inevitable. El problema es de sensaciones y ritmo.

La trama principal de los asesinatos de Enigma se va desgranando y entrecruzando con toda una serie de ramificaciones como la mafia, la corrupción política, el tráfico de drop, el pasado de los padres de Bruce, las motivaciones de Catwoman, las elecciones municipales o hasta las subculturas violentas de internet. Una espesa red de subtramas que están resueltas, creo, sin deja ningún cabo suelto, lo que ya es meritorio. Pero quizá el problema sea ese, que la ejecución se hace un poco artificial. La cuestión es que a pesar de tanta trama ninguna llega a engancharte, a interesarte. El arco romántico entre Batman y Catwoman sufre de lo mismo. Los actores están bien, las caracterizaciones son aceptables, pero no emociona, no transmite, no es memorable.

Así, las casi tres horas de película se van haciendo progresivamente pesadas y hasta tediosas. Los personajes son desesperantemente lentos al hablar y al caminar. Se supone que están pasando un montón de cosas muy importantes (secretos inconfesables que salen a la luz, giros inesperados, planes ocultos) pero ninguna sobrecoge y pasan a un ritmo tan lento que hay que frenar de vez en cuando para que Gordon o algún otro personaje nos recuerde por donde vamos.

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Otro de los problemas es el del protagonista indiscutible. Y no por Pattinson. Seguramente sea el mejor actor posible para esta versión de Batman. El problema es esta versión de Batman. Pese a lo que insinuaban los trailers, no se trata de un psicótico violento. Es un Batman que se pretende muy a ras de suelo, muy en el barro, pero que acaba siendo un poco de andar por casa. Se mueve como uno más entre los policías (aunque eso generará sus conflictos). Apenas le vemos controlando la ciudad desde las alturas. Si la memoria no me falla son hasta tres las veces que surge de las sombras con intenciones amenazantes sencillamente caminando, con un paso cadencioso y solemne pero, a mi entender, poco o nada imponente. Tan solo una vez se le ve cayendo desde una azotea abriendo la capa en toda su majestad.

El diseño del traje también refleja esta óptica “casera”. La máscara, con unas hechuras propias de taller de manualidades, transmite una sensación de fragilidad. Frente al Batman de Bale, racional y funcional-tecnológico o el de Afleck, pura mole humana iracunda, Pattinson parece depresivo-precario, como si contara con medios escasos. No me refiero a que carezca de bat-gadgets, que los tiene y, como siempre, de tecnología punta, sino al diseño, que parece propio de un Batman austero, que prefiere ahorrarse unas perrillas. Para muestra, un botón: el Batmóvil no es más que un deportivo tuneado (algo que también parece que estaba entre las ideas de Aronofsky). Algo insinúa la película en esta línea, de un Bruce al que le da igual su fortuna. Sin embargo, dada esta situación, uno podría entender que, o bien este Batman precario se vuelca en lo cerebral (tal y como se insinuó en la promoción, afirmando que era una película que exploraba el perfil detectivesco del personaje), o bien compensa su falta de medios con buenas dosis de violencia desatada (como también se insinuó). Mi impresión es que al final ni lo uno ni lo otro. Ni un detective oscuro, ni un justiciero ultraviolento, sino más bien un jovencito confuso y desorientado. Sus notas manuscritas no parecen las agudas deducciones de un investigador incisivo ni las desquiciadas diatribas de un vengador implacable sino más bien lamentos llenos de angustia adolescente.

Este enfoque realista-precario se extiende a los villanos. Funciona con el Pingüino, pero no creo que se pueda decir lo mismo de Enigma (¿o es Hush?). Bien es cierto que en ambos casos es insostenible mantener las versiones comiqueras (sobre todo en lo estético) en el contexto de un film como este, pero creo que, de nuevo, Nolan supo mantener bastante de la estética y caracterización clásica de los villanos sin que desentonaran con el tono de sus películas.

No me niego a la reinterpretación de personajes. Es arriesgado pero necesario. Ayuda a explorar nuevos enfoques y evita la reiteración. El problema, como siempre, es el cómo y el para qué. A mí se me hace difícil ver a este Bruce Wayne “grunge” (al loro las pintas que me lleva en la “Batcueva”) como alguien capaz de infundir temor en el corazón de los criminales. Es un Wayne traumatizado, depresivo, hundido en la miseria. Casi tendría más sentido que se enfundara el traje como forma de buscar la muerte y acabar con tanto sufrimiento, pero la película tampoco me transmite eso. Puede que sea su intención, pero, a mi juicio, no lo consigue.

Si ese fuera el objetivo, además, chirriaría más todavía ese final que, aunque exento de la clásica confrontación (lo cual acaba apuntando en su debe), desparrama hacia lo más convencional del género: el maléfico plan B lleno de bombas y caos del villano, un Paul Dano desatado que hasta da un poquito de vergüenza, y el caramelito de la conversación entre Enigma y otro “misterioso personaje”, que parece sacada de un cómic de los años sesenta.

No cabe duda de que este es un film hecho con muchísimo amor por el personaje, donde se han cuidado los detalles, la ambientación, el diseño, etc. Aquí Gotham es una ciudad que verdaderamente da pena. Y asco. Una mole urbana sucia y oscura. Hay un intento verdaderamente encomiable hacer una película relevante, pero le falta algo, le falta alma. No tiene ni el encanto gótico de Burton, ni la actualidad de Nolan, ni siquiera el “molonismo trascendental” de Snyder.

En suma: un Batman simplemente correcto, escasamente interesante y tibiamente entretenido.

El podium de películas de Batman es… – Caballero Oscuro, Batman Begins y Batman
El mejor batraje – Batman de Tim Burton.
El mejor batmóvil – Batman de Tim Burton.
El mejor Alfred – Michael Caine.
El mejor Comisario Gordon- Gary Oldman.
La mejor Catwoman – Michelle Pfeiffer.
Los dos mejores villanos – Joker de Heath Ledger y Dos Caras de Aaron Eckhart.
La mejor Gotham – Batman de Tim Burton.
El mejor Batman/Bruce Wayne- Christian Bale.

 

Verla dos veces es disfrutar el doble, por Román de Muelas

 

He visto The Batman dos veces. Decir eso es como activar un campo de fuerza. Ante una discusión sobre la película puedo activarlo y decir algo tipo “ya pero la segunda vez eso queda más claro”.

Es odioso, lo sé.

Pero si la he visto dos veces es porque me gustó. La segunda vez me gustó más. Por tanto, ya sabéis el tono de lo que vais a leer a continuación. Eso sí, os prometo una cosa no voy a caer en lo de si me han respetado «mi Batman».

Ojo, que hay Spoilers.

Empezaré diciendo lo que no me gustó. No me gustó el final de pim, pam, pum, no me gustó el histrionismo del Acertijo y la duración me pareció excesiva. Creo además que tres horas son contraproducentes. Menos exhibiciones y mucha gente que ve la duración y piensa “ya la veré en HBO”

El resto me encantó y más la segunda vez (lo siento).

Me gustó mucho el mensaje de la película en el que se nos dice hay que estar pirado para ser Batman. Bruce Wayne no es una máscara que intenta esconder su dolor, no puede evitar mostrarse apesadumbrado por su trauma. Un tipo que no supera el duelo treinta años después, a la fuerza está perturbado.

Había, además, otro mensaje. Ante una Gotham corrupta y podrida hay dos opciones, luchar desde la ley (Gordon) o dejarse llevar por la desesperación y el nihilismo del Acertijo (muy trumpista por cierto)

La película, parece, que quiere saldar una deuda con la diversidad y las minorías. Los corruptos y los asesinos son todos blancos. Sin embargo, la solución vendrá con todas aquellas personas que pertenecen a colectivos que han sido víctimas del sistema. Desde un punto de vista yanqui, es un film con un subtexto progresista.

Pero sin caer en estos análisis de intelectual de pacotilla, la disfruté. El batmóvil, Selina, las motos, Gotham, la puesta en escena, Nirvana y un largo etcétera.

Sé que el misterio es algo simple. Como suelo perderme con las tramas no le di importancia, de hecho hasta lo agradecí. Tardé más en perderme que otras veces. Pero es una peli con tantas cosas, tantos detalles permite centrarse en algunos aspectos y obviar otros.

Además tenemos un aspecto que siempre nos roba el corazón ante los grandes detectives, falibilidad. Como dijo el colega con el que la vi la segunda vez “¡Pero si al final gana el Acertijo!”.

Pues eso.

El podium de películas de Batman es… – 1) The Batman 2) Batman (1989) 3) Batman Returns
El mejor batraje – The Batman
El mejor batmóvil – The Batman
El mejor Alfred – Michael Caine
El mejor Comisario Gordon- Jeffrey Wright
La mejor Catwoman – Michelle Pfeiffer
Los dos mejores villanos – Jack Nicholson y Catwoman (Michelle Pfeiffer)
La mejor Gotham – Batman (1989)
El mejor Batman/Bruce Wayne- Robert Pattinson

 

Bonus Track

 

¡Es la hora de la encuesta!

 

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