Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 59. Hasta el Último Aliento
Edición original: The Amazing Spider-Man 794-801 USA (Marvel Comics, 2018)
Edición nacional/España: Marvel Saga. El Asombroso Spiderman 59 (Panini Cómics, 2021)
Guion: Dan Slott y Christos Gage.
Dibujo: Stuart Immonen, Mike Hawthorne, Nick Bradshaw, Humberto Ramos, Giusseppe Camuncoli y Marcos Martín.
Entintado: Wade Von Grawbadger, Terry Pallot, Cam Smith, Víctor Olázaba y J.P. Mayer.
Color: Marte Gracia, Erick Arciniega, Edgar Delgado, Java Tartaglia, Muntsa Vicente y Jordie Bellaire.
Formato: Tomo en tapa dura. 264 páginas. 27€
Todo tiene su fin
«Todo da igual, ya nada importa, todo tiene su fin (Medina Azahara, 1992)»
Enero de 2008. Tras Un Día Más, arco argumental que marcaba el final de la etapa de Joe Michael Straczyinski en Spiderman, una pléyade de escritores se hacen cargo al unísono del Asombroso Spiderman, apostando por un reinicio de la franquicia en el que la soltería del personaje y la vuelta a sus raíces ochenteras serán el común denominador de la misma.
Marc Guggenhein, Bob Gale, el mismísimo Joe Quesada, e incluso Roger Stern, y entre otros muchos, Dan Slott son algunos de los nombres que se encargarán de este nuevo capítulo en la vida de nuestro trepamuros favorito. Una etapa denostada por el mal sabor de boca que dejó el Mefistazo pero a la que el tiempo ha puesto en su lugar y que demuestra que si la planificación es elaborada y acertada, no importa cuántas ni qué manos trabajen en una misma historia.
Este momento es muy importante de cara al análisis de este tomo, puesto que marcó el comienzo de la relación de Dan Slott, el fan convertido en escritor de su personaje favorito, con Spiderman.
Noviembre de 2010. Un Nuevo Día ha finalizado, pero el espectáculo debe continuar y hay que elegir a un escritor que se encargue de guionizar en solitario la vida y milagros de Peter Parker. Dan Slott, quien ya llevaba dos años escribiendo la franquicia, en una divina alternancia con otros escritores resulta elegido, y con A lo Grande, comienza una larga etapa editorial que finalizará en Junio de 2018, con Amazing Spider-Man #801, dibujado por Marcos Martín y que podéis encontrar en este magnífico tomo Marvel Saga.
Más de diez años de relación con un personaje dan para mucho. Y si Slott tenía claro desde el comienzo que venía dispuesto a romper la reglas establecidas con la creación de personajes como Jay Jameson, quien no solo terminaba con la soledad de la Tía May si no que se casaba con ella, o con la enfermedad terminal del Doctor Octopus, terminó de despejar toda duda acerca de ello cuando en A lo Grande nos presento a un Peter Parker exitoso y feliz que no volvería a mendigar por un empleo o una vivida digna hasta dentro de muchísimo tiempo.
Por el camino, otros escritores ayudaron a Slott, como Christos Gage, su sempiterno escudero, siendo grandes dibujantes como Humberto Ramos, Giuseppe Camuncoli, Marcos Martín o Stuart Immonen (todos ellos presentes en este tomo) quienes darían forma a su escritura.
Para el recuerdo nos quedará siempre, Spider-Island, Spiderman Superior, Universo Spiderman, y un sinfín de aventuras que guste o no, marcaron la tónica y ritmo de la serie más popular de Marvel Comics durante una década.
Pero todo viaje tiene su final, y nada dura eternamente, por lo que Slott tendría que decir adiós a Spiderman en algún momento, lo que vemos en este tomo en el que, si somos fans de su etapa, no decepciona a nadie.
En primer lugar porque el foco de la acción comienza con el Zodíaco, con esa trama tan mal hilada en la que parece que el propio Slott era consciente de su falta de interés, por lo que en unas pocas viñetas da carpetazo a la misma para centrarse en lo que de verdad importa.
De este modo, continúa el tomo con Norman Osborn, a quien habíamos dejado sin posibilidad de convertirse en Duende, pero con mucha maldad en su interior, y buscando soluciones a su problema. Hasta este momento, Slott tan solo había utilizado a Norman en el final de la etapa de Spiderman Superior, y en números recientes para enfrentarlo con Peter Parker pero sin duendes de por medio.
Un villano tan clave para Spiderman que Slott no quería abusar del mismo, discurriendo su década de historias por otros caminos más personales. Pero un gran final es un gran final, y no incluir al Duende Verde en el mismo es decir que no a un pastel muy apetecible del que resulta muy difícil escapar.
De este modo, en pocas páginas Osborn recupera sus poderes utilizando el simbionte de Matanza (una solución que puede parecernos apresurada o poco razonada pero que tiene todo el sentido del mundo y sirve como excusa perfecta para el regreso del némesis arácnido) y lanza su ofensiva final contra un Spiderman que, recordemos, ya no tiene una multinacional que le proteja ni los recursos económicos unidos a la misma que le hacían la vida más sencilla incluso en estas ocasiones.
Por si esto fuera poco, Slott tiene tiempo de dar cierre a tramas abiertas que ni siquiera inició él, y en este caso me refiero a cierto favor que el Dios de las Mentiras debía al arácnido desde la etapa de JMS y que Parker tenía pendiente cobrarse.
Ante nosotros tiene lugar un auténtico festival de acción y tragedia en el que Slott no deja títere con cabeza, ayudándose de los mejores ilustradores de su larga etapa, los ya mencionados Camuncoli, Ramos e Immonen, quienes lo dan todo para esta traca final que tanto se disfruta en su lectura.
Pero no todo son peleas y fuegos de artificio. Si algo caracteriza a Spiderman son sus diálogos interiores y la humanidad de su carácter. Y para narrar algo así hacía falta un epílogo más calmado y nacido desde el corazón. Ese epílogo no es otro que el número #801 de la numeración USA el cual dibuja Marcos Martín, a quien no veíamos en la colección desde Nadie Muere, número clave de la saga de Slott.
Martín, con su estilo suave y minimalista, traslada a la perfección el adiós de Slott al personaje, en el que quizás no veamos lágrimas, pero en el que la dura despedida traslada el papel y cala en el lector.
Un tomo imprescindible que cierra uno de los mejores capítulos en la vida del arácnido.
Lo mejor
• Una despedida por todo lo alto.
• Que los dibujantes más relevantes de la etapa se den cita para ponerle fin.
Lo peor
• Todo lo que ha venido después.
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