Javier Vázquez Delgado recomienda: Diez mil elefantes, de Pere Ortín y Nzé Esono Ebale
Edición original: Diez mil elefantes ESP (Reservoir Books, 2022)
Autores: Pere Ortín y Nzé Esono Ebale
Maquetación: Sergi Pujol
Formato: Cartoné. 144 páginas. 24,90€
Un viaje a la Guinea colonial.
«Lo digo sin rencor. La colonización fue un parto doloroso y por eso debería ser muy apreciado. El dolor por la llegada de los blancos es demasiado grande como para que no queramos ahora al hijo que nació de ella.»
La colonización europea de África es uno de los sucesos más nefastos y luctuosos que de la historia, un proceso en el que casi todos los países europeos de la época participaron en mayor o menor medida, y cuyas consecuencias todavía son fuente de intensos y violentísimos conflictos en la región. Ninguna de las metrópolis que participaron han hecho lo suficiente para reparar todas barrabasadas e injusticas que cometieron, mucho más preocupadas por tratar de borrarlas de su historia mientras siguen manteniendo unas relaciones de control sobre ellas, aunque ya no sea directo. España no fue ajena a esa colonización, aunque controlo muchos menos territorios ya que hacía siglos que languidecía como potencia europea. No obstante, entre 1778 y 1968 tuvo un dominio absoluto en el territorio que hoy conocemos como Guinea Ecuatorial. Un pasado que hoy en día permanece oculto y que no se estudia en los colegios, pero que, aunque no es algo que debamos celebrar, sí que deberíamos estar obligados a conocer y enseñar a las generaciones futuras. Obras como Diez mil elefantes de Pere Ortín y Nzé Esono Ebale que acaba de aparecer recientemente editada en España por Reservoir Books deben servir para acercarnos a esa realidad, a esa memoria no memorizada como dice la descripción editorial de la obra.
Los autores
Pere Ortín (Sagunt, 1968) un periodista y documentalista que ha trabajado en medios como Televisión Española, Altaïr Magazine, National Geographic, La Vanguardia, Geo o VSD. Además de participar en tareas de dirección, guion y producción en películas y documentales como El Gran Pachinko (1999), Le Mal d’Afrique (2006), Cazadores de imágenes (2007), Africalls? (2008), La niña blanca (2011) y Los desiertos de Sonora (2018), en las que se dejado ver su interés por África y su visión crítica del colonialismo.
Nzé Esono Embalé (Mikomeseng, 1977) es un ilustrador, artista multidisciplinar y activista ecuatoguineano que ha firmado algunos de sus trabajos como Ramón Esono o Jamón y Queso. Sus trabajos se han podido ver en todo el mundo, aunque, por desgracia, se hizo conocido en 2017 cuando fue encarcelado durante seis meses acusado de haber injuriado y difamado al infame dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang en su novela gráfica La pesadilla de Obi, un ataque en toda regla a la libertad de expresión que hizo que se movilizaran organizaciones de defensa de los derechos humanos de todo el mundo para exigir su puesta en libertad tras la que se afinco en El Salvador. Un periplo por la cárcel que relato en un cómic en la revista Altaïr Magazine para el que contó con la ayuda de Pere Ortín
Diez mil elefantes
La novela gráfica nos traslada a 1944, en los primeros años de la dictadura franquista, cuando un equipo de fotógrafos y cineastas de la productora Hermic Films viajó a Guinea para retratar la vida colonial con fines propagandísticos de mismo manera que lo habían hecho otros potencias coloniales como Alemania, Inglaterra o Francia, entre las personas que formaban parte de la expedición destacaba Manuel Hernández-Sanjuán (1915-2008), que dejo un archivo enorme de películas y fotografías. A través del testimonio de Ngono Mbá, uno de los lugareños que acompaño a la expedición en sus viajes por el país, conocemos cómo fue y lo que opinaban y opinan los guineanos tanto de la colonización como de los colonizadores y los cambios que impusieron a su país y cultura.
El hilo conductor de la trama es la obsesión de Manuel Hernández-Sanjuán por dar con un lago en que según le habían relatado a un conocida viven diez mil elefantes, algo que le lleva a viajar por todo el país y que nos permite conocer a través de diversas anécdotas y personas que se cruzan con él y con Ngono Mbá algunas de las costumbres del país, de manera que vemos sus creencias religiosas, la forma de entender las relaciones de pareja, los problemas que tenían las parejas mixtas sobre todo si engendraban descendencia, etc… Unas costumbres que chocaban de manera frontal con la conservadora moral católica del gobierno español.
Estamos ante una obra de carácter documental ya que Ortín y Nzé Esono Embalé toman como base para construir su historia las vivencias que Manuel Hernández-Sanjuán en las diversas entrevistas que el periodista le hizo. Aunque en la novela gráfica también hay algunas partes fabuladas lo da como resultado una mezcla entre realidad y ficción en la que sus autores nos dan una visión veraz y critica sobre la colonización. Lo más interesante es que al tomar como narrador de la historia a Ngono Mbá, en lugar de algún expedicionario, nos relatan la historia desde el punto de vista de los guineanos que sin comerlo ni beberlo se encontraron con que uno blancos venidos de otra parte del mundo comenzaron a cuestionar su forma de vida y trataron de imponerles la suya sin hacer ningún esfuerzo por adaptarse ellos. Pero la obra no se queda solo en eso ya que también trata de explicar las consecuencias que eso ha tenido para el país y cómo ha cambiado su futuro, aunque lo hace desde un punto de vista crítico no es una obra revanchista y deja que los lectores nos formemos nuestra propia opinión. Ese espíritu crítico también se extiende a los propios guineanos poniendo en cuestión algunas de las creencias y tradiciones del país, en particular las relacionadas con el mundo espiritual y dejando ver que algunas de las cosas que trajeron los españoles ayudaron a mejorar la calidad de vida como la medicina moderna. Se trata de una obra que nos permite ver como se ha construido la identidad moderna guineana y nos muestra, lejos de visiones idealizas del exotismo del continente, que cada uno de los diversos territorios tiene una identidad propia y diferenciada.
Gráficamente estamos ante una obra que sabe captar toda la belleza y misterio del país a través de unas páginas dibujadas con bolígrafos Bic de ocho colores distintos entre los que destacan los azules, verdes y fucsias. También vemos como salvo los personajes principales el resto están dibujados sin facciones claras, de manera que podamos ver en ellos a cualquiera y nos permite identificarnos con lo que nos están relatando. Las diferentes escenas de la novela gráfica están separadas por diversos elementos como cartas, mapas o collages de fotografías de la explosión que Manuel Hernández-Sanjuán le dio a Ortín. Un recurso brillante que potencia el carácter documental y realista de la obra. Lo que contrasta con la atmosfera misteriosa de las junglas que tienen los dibujos y que nos permiten ver un país poliédrico y multicolor mucho más complejo de lo que creemos.
Reservoir Books hace una edición a la altura de la obra con una reproducción magnifica que permite disfrutar de las potentes imágenes que han creado Pere Ortín y Nzé Esono Ebale, además de tener un diseño realmente bonito que lo convierte en un trabajo para regalar a cualquiera interesado en las diversas temáticas que trata.
Diez mil elefantes es una obra en la que la construcción de la memoria juega una importancia capital, no solo en la trama en la que vemos como la dictadura franquista trataba de establecer un relato oficial, también en la función de la propia obra que trata de mostrarnos la realidad lejos de la propaganda y la visión supremacista que tenemos de África para devolvernos la memoria real de un pasado colonial que la sociedad se ha esforzado por ignorar. Todo ello con el objetivo de construir un futuro en el que ambos países pueden caminar de la mano desde una posición de igualdad, algo que pese al paso del tiempo sigue sin producirse y que es extensible a la relación que el resto de los países occidentales tiene con África.
Lo mejor
• La visión crítica, pero sin ánimo revanchista que hace de la colonización.
• El reflejo veraz de la realidad de la Guinea de la época.
• La belleza de algunas de las ilustraciones.
Lo peor
• Que a día de hoy sigamos teniendo una visión de África marcada por el racismo.
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