Javier Vázquez Delgado recomienda: La posada de los objetos perdidos, de HOZUMI

La posada de los objetos perdidos

Edición original: Usemono yado (Shogakukan, 2014)
Edición nacional/España: La posada de los objetos perdidos (Milky Way Ediciones, 2016)
Guion: HOZUMI
Dibujo: HOZUMI
Traducción: Verònica Calafell
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 192 páginas
Precio: 8€

Cuando el pasado nos pesa

«Dígame, ¿puedo preguntar qué está buscando?».

No hay duda de que HOZUMI se ha convertido, con el tiempo, en una de las autoras más queridas del catálogo de Milky Way Ediciones. Desde que en nuestro país se publicó Sayonara, sorcier, su segunda obra, nos han ido llegando todos sus títulos, desde el recopilatorio de historias cortas La víspera de la boda, su primer tomo, en el que ya se aprecian algunos de los temas que más preocupan a la autora, hasta su manga más reciente, Mi Giovanni, que tiene como telón de fondo el mundo de la música clásica. En noviembre de 2016, le llegó el turno a La posada de los objetos perdidos, un título con un toque fantástico publicado originalmente en la revista Flowers, de la editorial Shogakukan. En él, HOZUMI demuestra, una vez más, su buen hacer a la hora de contar historias que emocionan al lector.

La posada de los objetos perdidosEn medio de ninguna parte, se alza una enigmática posada, un lugar intemporal al que acude gente de toda clase en busca de aquello que ha perdido. Un misterioso hombre, Matsuura, los guía hasta sus puertas. Muchos de los huéspedes no saben exactamente qué se les ha extraviado, pero no importa: pueden quedarse en sus habitaciones todo el tiempo que deseen, hasta que encuentren lo que están buscando. Para ello, cuentan con la ayuda de la dueña, una niña solitaria y un tanto arisca que, pese a todo, acoge a las personas que llegan hasta la posada, sin importar quiénes sean ni las faltas con las que carguen. Pero no solo ellas guardan secretos… también la dueña los tiene, aunque parezca no recordar nada sobre su identidad o su pasado.

En La posada de los objetos perdidos, HOZUMI nos propone un viaje lleno de emociones para explorar las diversas caras de la pérdida, el duelo, la culpa y la memoria. Cada uno de los capítulos de los que se compone el manga nos habla de lo complicadas que son las relaciones humanas: muchas veces les ponemos trabas por celos, rabia, tristeza… Y porque, en ocasiones, no sabemos lo que es de verdad importante hasta que se desvanece. En esos vínculos imperfectos hay dolor, pero también alegría. HOZUMI refleja muy bien esa dualidad de nuestras vidas en sus viñetas a través de la historia de los diferentes huéspedes que se dejan caer por la posada, algunos más conscientes que otros de los errores que han cometido o de qué es lo que en realidad echan de menos.

La posada de los objetos perdidosA lo largo de los tres tomos, la autora hace un recorrido cada más introspectivo en relación con el lugar donde transcurre la historia y el personal que allí trabaja. En el primero, nos encontramos con capítulos autoconclusivos, dedicados a protagonistas distintos. Es en ellos donde HOZUMI trata temas más variados, desde las relaciones familiares al amor imposible, la ambición, el estrés del mundo laboral o el dinero. El segundo volumen comienza con otro episodio de este tipo para después centrarse en algunos de los habitantes de la posada, cuyas historias se desarrollan con un poco más de profundidad. Por último, y aunque en los volúmenes anteriores se nos dan algunas pistas, en el tercero se nos habla de la dueña y su pasado. De esa forma, poco a poco, se nos permite adentrarnos cada vez más en el mundo onírico de la posada y podemos conocer a los personajes de una manera bastante fluida, natural, si bien es cierto que tal vez estaría bien repartir un poco más los pequeños retazos de la historia de la dueña en los primeros tomos para que el lector pueda ir intuyendo ciertas cosas desde el principio.

Uno de los elementos que más destacan es la expresión de los sentimientos. HOZUMI es una experta a la hora de reflejar las emociones de sus personajes, y así lo manifiesta en todas sus obras. La posada de los objetos perdidos no es una excepción: la autora nos los hace llegar con la emotividad de la que siempre hace gala y que es uno de sus puntos fuertes como contadora de historias, ya que no los exagera. Nos los transmite con equilibrio, de manera que el drama que tiñe todos los capítulos se caracteriza por su sutileza, pese a lo mucho que sufren la mayoría de los personajes.

La posada de los objetos perdidosEsa facilidad para plasmar los sentimientos queda evidenciada también en el estilo de dibujo. Al igual que en el resto de su producción, HOZUMI dota a sus personajes de una gran expresividad. Nos traslada a la perfección su asombro, su envidia, su tristeza, su desesperación, sus pequeñas alegrías. Por otra parte, sus trazos delicados, en el caso de esta obra, encajan muy bien con la atmósfera que la autora quiere conferirle al manga: la posada está rodeada de un halo mágico, misterioso, como de ensueño, y su dibujo ayuda a transmitirnos esa sensación.

La posada de los objetos perdidos es una obra ideal para quienes busquen una historia breve, emotiva y llena de matices. HOZUMI nos muestra de nuevo esa sensibilidad con la que trata los temas más difíciles. Este manga gustará a sus seguidores, pero también dejará con ganas de seguir descubriendo su obra a los lectores que se acerquen por primera vez a ella.

Lo mejor

• La atmósfera onírica que HOZUMI crea para su historia.
• Como en el resto de sus títulos, la sensibilidad que la autora demuestra tanto en su narrativa como en su dibujo.

Lo peor

• Tal vez se podrían haber adelantado ciertas pistas sobre la historia de la dueña para equilibrar mejor el conjunto de la trama.



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