Javier Vázquez Delgado recomienda: «Los artistas no pisan las flores», de KOHINATA Marco
Edición original: Artiste wa hana o fumanai (アルティストは花を踏まない, Shogakukan).
Edición nacional/España Los artistas no pisan las flores, Milky Way Ediciones, 2022).
Dibujo: KOHINATA Marco
Idea original: KOHINATA Marco.
Traducción: Gemma Torres Guasch, Daruma Serveis Lingüístics, SL.
Demografía y género: Seinen, drama, guerra.
Formato: Tomo B6 (130×180), rústica, tapa blanda con sobrecubierta, sentido de lectura japonés, 144 páginas 8,50€, volúmen único.
Un rayo de esperanza en un mundo arruinado por la guerra
«Vayamos adonde vayamos, mi lugar es donde estéis Momo y tú»
La Editorial Milky Way siempre nos sorprendre con pequeñas obras de manga, las cuales acaban convirtiéndose en pequeñas obras maestras. No dejan de ser pequeños bocadas de ficción, que muchas veces están aderezados con pequeñas pinceladas de realidad. Es indiscutible que Los artistas no pisan las flores de KOHINATA Marco es una de estas pequeñas e imprescindibles joyas que todo lector de manga no tiene que dejar escapar. En el pasado Salón del Manga de Barcelona tuvimos la oportunidad de tener un encuentro en línea con esta autora desde Japón en la cual pudimos conocer un poco más su trayectoría profesional y artística como freelancer, ya que empezó en el mundo artístico en el 2015 y desde entonces ha cosechado más de un éxito. KOHINATA Maruko , a parte de dibujante de manga, es también una reconocida ilustradora y creadora de contenidos con la cual cosa le ha brindado la oportunidad de colaborar en animaciones tanto a nivel artístico como elaborando los storyboards, llegando a ganar tres veces consecutivas el apartado de manga de los premios bunkashō media geijutsusai manga bumon.
Por lo tanto, no es de extrañar que en el momento en que abrimos el volúmen de Los artistas no pisan las flores nos encontremos con una pequeña obra de arte con las fantásticas ilustraciones a todo color que nos brinda la autora y que a su vez nos ayuda a contextualizar la historia de este manga. Al fin y al cabo, la calidad gráfica y artística de cada una de las páginas están en concordancia con el guion de cada una de las pequeñas historias que nos vamos encontrando a medida que vamos avanzando en la lectura de esta obra y que nos permite maravillarnos de los pequeños detalles que nos regala KOHINATA Marco. Los cuerpos, la ropa, las expresiones de cada uno de los personajes están tan detallados que nos transportan directamente al pueblo francés donde ocurre la acción y somos capaces de reconocer lo que nuestros protagonistas sienten en cada momento, desde momentos de tristeza, de deseperanza y de tristeza que son interrumpidos por los toques de esperanza y de vitalidad de una inocencia infantil que lucha por sobrevivir en unos tiempos revueltos de una Francia que intenta recuperarse del azote de la I Guerra Mundial y de la crisis económica de 1929.
Este es el gran protagonista de esta obra, el contexto en el que ocurre la acción, un pequeño pueblo fronterizo con Alemania desgarrado por la guerra de quince años atrás y que a pesar de la muerte y de la destrucción ocasionada por los bombardeos se resiste a desaparecer. La vida continua entre la pobreza y la miseria, y a pesar del horror, los niños, como flores de primavera, siguen naciendo y viviendo. Momo, Lille, Alain, Marc… son los hijos de la esperanza, pero que han de sobrellevar el dolor de los adultos y que ellos mismos han de superar sus propios miedos y seguir sonriendo. Eso sí, quien peor lo tiene es Momo, el niño judio del grupo, que empieza a sufrir la discriminación racial en una Francia que mira de reojo el triunfo del partido nazi en Alemania.Los judios empiezan a ser víctimas de la represión del fascismo y este pueblecito francés no se escapa de la vorágine de unos tiempos revueltos que llevarán a Europa a su propio suicidio. Pero los niños, son los portadores de una llama de fe y de concordia que intenta luchar contra el sinsentido de la persecución contra las minorias. Este volúmen nos presenta las historias de estos niños, de sus vivencias, de sus miedos y de sus deseos. También nos enseña como ellos luchan contra la incertidumbre de un porvenir oscuro al cual los adultos se están empezando a rendir. Son pequeños dramas personales que acabarán por hacernos partícipes de sus propias emociones y que bien seguro que nos hará soltar más de una lágrima sin llegar a un dramatismo exacerbado e incluso irritante. Las escenas de drama son combinadas con ciertos toques de humor para mostrarnos la estupidez humana que provoca el populismo para hacernos creer que la diferencia es el gran enemigo de nuestra sociedad. Estos niños nos muestran al final de esta historia que la riqueza radica en la diversidad, en la diferencia y que en el fondo todos somos iguales. Justo en el momento en que los judíos empiezan a ser perseguidos y los padres de Momo se plantean irse a otro pueblo en el sur de Francia.
En este caso también es importante el trabajo de la traductora Gemma Tarrés Guasch, de Daruma Serveis Lingüístics SL, que ha tenido el arte de saber transmitirnos los sentimientos plasmados en cada uno de los bocadillos de las viñetas de este precioso manga. No deja de sar un valioso trabajo de traducción que nos permite acercarnos a esta obra de la mejor forma posible para ser partícipes de una realidad trágica que acabó explotar pocos años después de esta historia. Además, una vez que hemos acabado su lectura, KOHINATA Marco nos hace reflexionar sobre el futuro de estos niños llenos de esperanza por una vida mejor, una utopía que tardará años en llegar, cuando la irracionalidad del fascimo sea derrotada, pero estos niños ya habrán perdido su inocencia y quizás la propia vida, como podría ser el caso de Momo, un niño, como tantos otros, que acabaron en los campos de concentración totalmente deshumanizados. También es una historia que también puede llevarnos a pensar en otros conflictos bélicos posteriores en Europa, como la guerra de los Balcanes o el actual conflicto bélico en Ucrania. Los niños de Los artistas no pisan las flores aún siguen viviendo en un mundo castigado por la guerra.
Lo mejor
• Las historias personales de los protagonistas
• La calidad artística de la autora.
• La capacidad de la autora por hacernos empatizar con los jóvenes protagonistas.
Lo peor
• El contexto desesperanzador de una Francia en el periodo de entreguerras.
• El transfondo aberrante del auge del fascimo en la Europa de los años treinta.
• El saber, que por desgracia, estos niños acabarán sufriendo el horror de la guerra.
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