Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman: Reptil

Batman: Reptil

Edición original: Batman: Reptilian núm. 1-6 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: Garth Ennis
Dibujo: Liam Sharp
Color: Liam Sharp
Traducción: Bárbara Azagra Rueda
Formato: Grapa, 32 págs. A color.
Precio: 2,95 € por grapa.

Un Batman bravucón protagoniza una historia grotesca

«No puedes darle la teta, no puedes montarlo…¿por qué te sigue queriendo?»

Termina la publicación en grapa de Batman: Reptil en nuestro país, la obra del Black Label firmada por Garth Ennis y Liam Sharp. Inicialmente el cómic iba a ser dibujado por Steve Dillon, leyenda del medio, dibujante de una de las más famosas de Vertigo, Predicador, junto al guionista de esta serie. Desgraciadamente no hemos podido disfrutar del equipo creativo de la transgresora colección protagonizada por Jesse, Tulip y Cassidy, siendo Sharp el sustituto elegido, que dedica a Dillon el trabajo mediante unas breves palabras al inicio del primer número.

Batman: Reptil

El Batman de Ennis es mucho más parecido a un héroe interpretado por Bruce Willis en sus películas de acción de los noventa que al cruzado de la capa meditabundo al que estamos acostumbrados. Este murciélago es altivo, incluso macarra y es evidente que lo disfruta. Cuenta con su propio chivato al que martirizar y Alfred, por momentos, parece el jefe de policía de turno con el que discutir. La versatilidad histórica del personaje no condena la caracterización (además es el sello Black Label donde se manifiestan versiones distintas del panteón de DC) pero es un dato a tener en cuenta para aquellos lectores indecisos.

El cómic se desarrolla en torno a la investigación de Batman. Algo o alguien está mutilando a sus enemigos sin concesión y brutalmente. El cómic trascurre enteramente bajo esta dinámica con Batman interaccionando con los distintos villanos, caracterizados como patanes estúpidos, tanto que el murciélago los espiaba pero dejó de hacerlo ante la incapacidad de estos de ponerse de acuerdo en nada. No son protagonistas en esta historia, resultan meras víctimas en el guion del autor de Punisher. Hasta que le llega el turno a Killer Croc. Absurdamente cómico, y también trágico, la situación con el enorme lagarto es delirante, de la que este Batman tan peculiar no puede evitar reírse.

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Ennis
pone de manifiesto el terror que suscita el protector de Gotham en los criminales, a pesar de que “Batman nunca mata”, mantra repetido en multitud de ocasiones en el tebeo. La frase hecha llega a percibirse como el inicio de una más larga “Batman nunca mata…sería mejor si te matase”. Menos heroico de lo que acostumbra, no asesina a sus víctimas, pero tampoco se desvive ni mucho menos por salvarlas, las usa, las exprime y atormenta con regocijo.

Al final de la última grapa (la número 6) es incluido un texto con la propuesta de Ennis presentada a Marie Jarvis para la realización de esta serie. Resulta curiosa y diferente del cómic que lees, sobre todo, en lo que a la conclusión se refiere. El propio guionista aclara que no le gusta escribir este tipo de propuestas resumidas porque pueden variar mucho del resultado final, como es el caso.

El dibujo de Liam Sharp está bien narrado, no pierdes la lectura en la composición de página, pero si hablamos de la percepción del movimiento este es prácticamente inexistente, todas las imágenes se perciben muy estáticas. El estilo del autor de El Green Lantern es muy personal, tan capaz de entregar líneas, figuras y composiciones de gran nivel convencionales al cómic de superhéroes, como de realizar dibujos mucho más caricaturescos y poco ortodoxos, siendo esta la elección que realiza de su arte en la mayoría de viñetas de la miniserie. En cierto modo su evolución como dibujante vira hacia el estilo de Sam Kieth o Dave McKean, cuyas obras del asilo Arkham parecen servir de inspiración a Sharp. Su color es muy extenso y todo lo tapa, más aún con una paleta tan oscura, el dibujante realiza formas que se ven sepultadas bajo el excesivo color o mancha negra. El británico como artista completo prioriza el coloreado, condicionando la concepción de la página, siendo más personal, más único, quizás más imaginativo, pero mucho mas farragoso. Un magnífico dibujante que parece ser querer pintor en un medio como el cómic. El artista resalta una Gotham sucia y decadente que sumerge al lector en un ambiente decrépito y asfixiante, con ilustraciones impactantes y extraordinarias. Las formas difuminadas y la atmósfera tenebrosa (perfectamente conseguida) entregan un arte cuya nitidez brilla por su ausencia, algo que conviene al tebeo. Las escenas que dejan de mostrarse, o no se aprecian bien, se antojan duras y excesivas, incluso para el sello Black Label, línea adulta de DC Comics bajo la que se encuentra esta historia. A Sharp no le falta sentido del humor, un monstruo de labios pintados “cortejando” lo evidencia. Un dibujo personal que no satisfará a todos, pero muy valorable por su originalidad.

Batman: Reptil

Un cómic que gustará en función del agrado que se sienta por sus autores, como todos, pero en este caso quizás más, al ser difícil que la veneración al personaje principal rescate a un lector decepcionado, como ocurre a menudo con las historias de las dos grandes editoriales americanas. La caracterización de Batman puede invalidar la posibilidad. Un cómic personal, hijo de sus autores, con tintes de terror y de humor negro incluidos en una trama grotesca que logra sorprender. Si es asombro o estupor lo que provoca dependerá de cada uno.

Lo mejor

• Es un cómic distinto de Batman.

Lo peor

• Es un cómic distinto de Batman.



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