Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Saga. Caballero Luna 2. Sol de Medianoche

Edición original: Moon Knight 7-13 USA (Marvel Comics, 2007)
Edición nacional/España: Marvel Saga. Caballero Luna 2 (Panini Cómics, 2022)
Guion: Charlie Huston.
Dibujo: David Finch, Mico Suayan, Tomm Coker.
Entintado: Danny Miki y Crime Lab Studios.
Traducción: Oscar Estefanía.
Realización técnica: Estudio Fénix
Formato: Tomo en tapa dura. 208 páginas. 22€

Uno y Trino

«¿Qué estás haciendo? Marco mi Territorio»

Lograr que el Caballero Luna tuviera una buena salud en ventas en la reestructuración que sufrió Marvel Comics en los primeros años del presente Siglo, no era tarea fácil. El personaje adolecía de ser muy poco conocido entre el público generalista, y su historia previa, aunque plagada de grandes etapas, no dejaba de ser un totum revolotum difícil de concretar y sistematizar.
Charlie Huston fue el elegido para ello, habiendo nosotros ya reseñado el primero tomo en su actual reedición en formato Marvel Saga.

Tras dicho inicio, caracterizado por el ascenso de Marc Spector desde el infierno emocional y psíquico en el que se encontraba tratando de ser el vigilante que fue, al tiempo que su relación con Konshu se renovaba, tocaba continuar con la serie, pensada como una etapa de una duración más o menos larga.

En este tomo, nos encontramos con un Spector que si bien está entrenándose y asumiendo sus responsabilidades como avatar de Konshu y de su Venganza, sigue siendo un auténtico desastre como ser humano. Lo mejor que tiene en la vida es un dios que le odia y le maltrata y que le pone en peligro constantemente y unos amigos y compañeros a los que desprecia en cada momento.
En ese sentido, resulta muy interesante ver cuál es ahora la relación con Frenchie, o con Marlene, personajes a los que solo se acerca por interés propio y cuyas vidas ha arruinado ya en incontables ocasiones.

Por otro lado, la serie entraba aquí de lleno en los acontecimientos de Civil War, acercándose a Spector tanto Steve Rogers como Tony Stark bien para que eligiera bando, bien para que se mantuviera apartado del conflicto, haciendo en esta ocasión Huston un muy buen uso del tie in, puesto que los mismos no solo no rompen su narración que seguía por sus propios derroteros, si no que además, servían para demostrarnos que el Caballero Luna sigue su propio camino y está al margen de todo tipo de conflicto superheroico de altos vuelos.

Si en el primer tomo, Huston trajo de vuelta a una nueva versión del Comité, enemigo primigenio del personaje, de sus tiempos de debut en Werewolf by Night, al igual que al ¿mutante? Perfil, y lo enfrentó al Supervisor, en este segundo tomo sigue tirando de bitácora, oscilando toda la trama en un enfrentamiento del personaje con su antiguo sidekick, Jeff Wilde (alias Medianoche), quien en una época anterior se pasó al lado oscuro en forma de mitad hombre, mitad robot.

Ello por supuesto, supone un enfrentamiento con la también androide Lynn Church, cuidadora de Medianoche, al tiempo que personajes muy queridos por los fans como Ray Landers, regresan a la colección.

Pero la historia no solo se queda en eso, si no que también realizarán apariciones estelares Spiderman o el Castigador, en un esfuerzo por el guionista de hacernos ver que, por independiente que sea el Caballero Luna como personaje y como cómic, forma parte del cosmos compartido de Marvel Comics.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. En su afán por unir pasado con presente, Charlie Huston desarrolla una narración excesivamente enrevesada en la que a veces no queda claro qué ocurre ni cuándo ocurre, dándose además por supuesto en muchas ocasiones que el lector conoce a los viejos aliados y antagonistas del pasado.

Ello hace que si bien no estamos ante un mal cómic del personaje, estamos ante un mal punto de entrada, lo que cuesta un poco de entender cuándo hablamos de la primera colección del personaje en esa nueva Marvel que empezó a comienzos de la década anterior.

Por otro lado, la oscuridad y violencia con la que se trata a Spector, aunque hija directa de su época, resulta excesiva y en la mayoría de ocasiones, cargante. A veces, da la sensación de que Huston quiere justificar constantemente que su Caballero Luna es gris, malhablado y de gatillo fácil, y podría haberse hecho lo mismo con un poco más de estilo.

Se nota que en este caso, no se terminaba de tener claro si Caballero Luna pertenecía a los excesos de la época anterior, o si era un ejemplo del estilo más televisivo al que se aproximaban los cómics en los primeros 2000.

Por su parte, David Finch dibuja casi todos los números incluidos en este tomo, haciendo gala de su habitual estilo sucio y en ocasiones tétrico que sienta genial a la narración de Huston.
Mico Suayan, quien comparte esas labores de dibujante con Finch, es un poco más luminoso y simplista en las líneas, pero con un estilo que cuadra muy bien con lo que el guión quiere expresar, sin que el baile de dibujantes resulte molesto en absoluto.

Finalmente, hemos de hacer una mención especial a Tomm Coker y a su trabajo en el número décimo tercero, útimo de este tomo, y el mejor de los incluídos en él en el que el citado dibujante y Charlie Huston retoman la conexión con Civil War para ofrecernos una interesante entrevista con un agente del gobierno que pretende clasificar a Spector dentro del encorsetado sistema del Acta de Registro.

Un tomo recomendable par fans del personaje que, sin embargo, adolece de los mayores vicios de la época en la que fue concebido.

Lo mejor

• El tratamiento que se realiza de Marc Spector como personaje emocionalmente destruído.
• El realismo mostrado en las relaciones humanas.

Lo peor

• La excesiva oscuridad y violencia cargante que impregna todo el tomo.
• La narración se hace imposible de seguir en no pocas ocasiones.
• El guion da muchas cosas por sabidas, lo que hace que esta etapa no sea un buen punto de entrada al personaje.



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