Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Critica de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, de Sam Raimi
Dirección: Sam Raimi
Guion: Michael Waldron. Cómic: Stan Lee, Steve Ditko
Música: Danny Elfman
Fotografía: John Mathieson
Reparto: Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong, Xochitl Gomez, Rachel McAdams, Michael Stuhlbarg, Sheila Atim, Adam Hugill, Ako Mitchell, Momo Yeung, Daniel Swain, Topo Wresniwiro
Duración: 126 min
Productora: Marvel Studios. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Nacionalidad: Estados Unidos
Cuando todavía no hemos podido digerir el clímax final de la miniserie protagonizada por el Marc Spector/Steven Grant de Óscar Isaac el Universo Cinematográfico Marvel nos invita a dar uno de esos saltos de las plataformas de streaming al cine y viceversa a los que tan acostumbrados nos tiene ya esta Fase 4 después de seis series (WandaVision, The Falcon and the Winter Soldier, Loki, What If…?, Hawkeye, Moon Knight) y cuatro largometrajes (Viuda Negra, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, Eternals y Spider-Man: No Way Home) a los que se suma esta Doctor Strange en el Multiverso de la Locura recién estrenada. Recordemos que después del buen recibimiento de la primera película en solitario del Hechicero Supremo protagonizada por Benedict Cumberbatch en Disney y Marvel Studios solicitaron nuevamente los servicios de su director, el estadounidense Scott Derrickson (Sinister, Líbranos del Mal), pero alegando las consabidas y bilaterales «diferencias creativas» este abandonó el proyecto durante su fase de pre producción. Sorprendiendo a propios y extraños, nunca mejor dicho, el elegido para sustituir al realizador de la inminente Black Phone fue el gran Sam Raimi, que volvia así al cine superheróico inspirado en el mundo de las viñetas en el que marcó un hito con los dos primeros Spider-Man de Tobey Maguire y del que salió por la puerta de atrás con la tercera entrega.
Al director de la saga Evil Dead se suma el guionista Michael Waldron que ya colaboró con Disney y Marvel Studios ejerciendo de creador y showrunner en Loki, mientras que Danny Elfman se ocupa de la banda sonora y John Mathieson de la fotografía. En el reparto repiten de la primera entrega Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong o Rachel McAdams y se suman a ellos Elizabeth Olsen o Xochitl Gómez entre otras. En Zona Negativa ya hemos podido ver la película de Sam Raimi con la que se dan continuidad a las aventuras mágicas de Stephen Strange y que estos días ha enconado el debate sobre cúanto de la personalidad del director veremos en la película teniendo en cuenta que la productora capitaneada por Kevin Feige es dada a no recibir con demasiado entusiasmo, por no decir que en ocasiones los corta de raíz, los intentos de acercar los largometrajes de Marvel Studios a la sensibilidad propia de los cineastas contratados para rodarlas siendo el caso de Scott Derrickson en esta misma producción el más reciente, pero no el único si recordamos los de Joss Whedon con Vengadores: La Era de Ultrón o Edgar Wright en Ant-Man. Sea como fuere aquí va nuestra opinión de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura.
Aunque se muestra continuista audiovisual y narrativamente con la primera entrega estrenada en 2016 heredando todo el lore planteado por Scott Derrickson Doctor Strange en el Multiverso de la Locura mantiene conexiones directas, más o menos explícitas, con WandaVision, Spider-Man: No Way Home, Loki y la serie What If…?, por lo que es recomendable tener recientes todas esas producciones. Habían dos temores principales relacionados con esta segunda aventura en solitario protagonizada por Stephen Strange que se convirtieron en la comidilla del fandom durante los últimos meses, uno de ellos potenciado por lo que pudimos ver en la última película del Hombre Araña interpretado por Tom Holland. El primero era que la confirmación del Multiverso convirtiera a este en el epicentro de las posteriores producciones de Marvel Studios con el peligro que ello supone a la hora de intentar epatar al espectador por medio de cameos estelares sin orden ni concierto. El segundo, que ya hemos apuntado previamente, se centraba en cuánto de la personalidad de Sam Raimi veríamos en pantalla sabiendo que todo apunta a que Scott Derickson abandonó el proyecto por querer acercarlo demasiado al terror ante la negativa de Kevin Feige y sus colaboradores.
Por un lado esta nueva aventura del Doctor Strange confirma que el Multiverso no va a convertirse, al menos por ahora, en el centro neurálgico del Universo Cinematográfico Marvel, sino en un añadido al que se podrá recurrir regularmente para, posiblemente, construir algo más grande que, por las pistas que nos van ofreciendo, podría tratarse de una adaptación de las Secret Wars del año 2015 ideadas por el guionista estadounidense Jonathan Hickman y el ilustrador croata Esad Ribic. El uso que se hace del Multiverso en este largometraje y las «apariciones especiales» son solo una parte más del entramado en el que se ve envuelto el personaje principal. Por otro no solo podemos asegurar que en Doctor Strange en el Multiverso de Locura se notan la personalidad y las señas de identidad de Sam Raimi como cineasta, sino que la vertiente más presente a lo largo del metraje no es precisamente las de su trilogía de Spider-Man, sino la de la franquicia Evil Dead, la de Darkman, la de Arrástrame al Infierno e incluso la de productos más alimenticos, impersonales y de encargo como Oz, Un Mundo de Fantasía.
Lo cierto es que los aficionados a los cómics del Doctor Strange no pudimos recibir con más entusiasmo que un director como Sam Raimi se encargara de esta secuela una vez el autor de El Exorcismo de Emily Rose se desvinculó del proyecto detrás de las cámaras. Más allá de las ingerencias que el estudio pudiera llevar a cabo con la labor del realizador solo pensar en el imaginario estilístico adherido al personaje después de cuatro películas en las que ha hecho acto de presencia con la especial sensibilidad del director de Un Plan Sencillo no podía ser más prometedor. Por suerta Raimi ha conseguido el doble logro de respetar todo lo planteado por su antecesor, pero en el proceso llevarse Doctor Strange en el Multiverso de la Locura a su terreno, el del fantástico y sobre todo el terror. Porque sí, esta nueva propuesta de Marvel Studios es la que más adentra en estos terrenos con apuntes incluso de cierto body horror y una violencia más explícita que en el resto de películas del Universo Cinematográfico Marvel.
Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, que arranca siguiendo la regla de Cecil B. Demile de comenzar una película con un terremo y a partir de ahí ir subiendo en intensidad, mientras presenta al personaje de America Chavez (Xochitl Gomez) es una sinfonía de proporciones mastodónticas con un despliegue de medios y recursos audiovisuales de primer orden. Como era de esperar, y con la apariencia de haber disfrutado de una libertad creativa más que notable, Sam Raimi se siente como en casa a la hora de configurar esta historia protagonizada por el Hechicero Supremo viajendo entre universos haciendo gala de una puesta en escena mutante y moldeable que lleva a nuevas cotas de psicodelia a lo Steve Ditko lo que ya había extrapolado con bastante acierto a imagen real Scott Derrickson. Pero Sam Raimi va más allá interconectando géneros como el terror, las monster movies, la cienca ficción o la aventura clásica con algunos pasajes memorables como el viaje express por universos, la persecución subterranea o la «batalla musical» que seguramente se incluyera a petición de un Danny Elfman muy inspirado con un ecléctico score que mezcla sus inconfundibles coros con guitarrazos hasta de rock progresivo.
Pero lo importante de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, y era algo que era aplicable también a Spider-Man: No Way Home, es que debajo de la fanfarria, la hipérbole y el caos controlado nos encontramos una historia de personajes que, simepre adheridos al cine comercial en el que han sido diseñados, ofrecen un perfil psicológico sólido viéndose potenciado por la labor de los actores que les dan vida. En lo referido a los dos más importantes Benedict Cumberbatch se enfrenta al reto de tener que encarnar a varias versiones de un personaje que ya es indivisible de su impronta actoral de manera que su labor es excelente. El problema es que tanto él como el resto del reparto se ve arrasado por esa fuerza de la naturaleza llamada Elizabeth Olsen. Wanda Maximof vuelve al medio cinematográfico después de haberse convertido en el mejor y más complejo personaje de todo el UCM tras su paso por WandaVision. Aunque su rol incursiona en algunos tópicos su paso al lado oscuro está acertadamente justificado al estar bajo el influjo del Darkhold y sobre ella recae casi toda la carga dramática de la obra permitiéndole devorar cada encuadre mientras Sam Raimi materaliza sus lucha interna con algunas decisiones formales que poco tienen que envidiar a las mejores secuencias de la serie que compartió con la Visión de Paul Bettany y otras en las que se convierte practicamente en la villana de una película de terror.
El visionado de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, con su correspondientes dos escenas post créditos, confirma lo que ya pudimos vislumbrar en Spider-Man: No Way Home, la notable mejoría de lo que estaba siendo una irregular Fase 4 a la que le todavía le cuesta encontrar el equilibrio a la hora de interconectar largometrajes con series para su plataforma de streaming. Sam Raimi ha vuelto al mundo del cine superheróico de manera excelsa después de la decepción que supuso para él y gran parte del fandom lo que Sony Pictures hizo con Spider-Man 3. La mezcla de géneros, los personajes con alma y las sorpresas bien dosificadas son los materiales sobre los que Marvel Studios ha construido un nuevo éxito cinematográfico que solo en su primer día en cartel recaudó 90 millones de dólares en Estados Unidos y 229 en la taquilla internacional. Esta buena noticia tiene un sabor agridulce y es que si bien lo números que se manejan apuntan a asistencia en masa a unas salas necesitadas de espectadores, las presiones de Disney para que las multisalas programen más sesiones de su producto perjudicando así al resto de propuestas en cartel confirma muchas de las afirmaciones que Martin Scorsese lleva años compartiendo con respecto al cine de Marvel Studios en particular y el de superhéroes en general. Solo el tiempo nos dirá si tiene razón.
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